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Artistas de la A a la Z

Concretismo

Sin título, 1957 de Pablo Palazuelo

El arte concreto o concretismo es una tendencia dentro de la pintura abstracta que se desarrolló durante los años 1930 a partir de la obra de De Stijl, los futuristas y Kandinsky en torno al pintor suizo Max Bill (1908-1994). La expresión arte concreto fue introducida por primera vez por Theo van Doesburg en su «Manifiesto de arte concreto» (1930). Tal como él lo entiende, esta forma de abstracción debe liberarse de cualquier asociación simbólica con la realidad, argumentando que las líneas y los colores son concretos por sí mismos. Predomina la forma sobre el color; se usan colores planos.

Max Bill llevó esta idea más allá, organizando la primera exposición internacional en 1944. Fructificó en el norte de Italia, en Francia y en Colombia en los años 1940 y 1950 a través de la obra de grupos como Movimento d'arte concreta (MAC) y Espace. Fue llevado a la práctica por el grupo Abstraction-Création y en años posteriores en Mexico y en Uruguay.

Otros artistas de esta tendencia fueron Naum Gabo (1890-1977) y Auguste Herbin (1882-1960).

Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial (1945), se desarrolla el neoconcretismo o pintura neoconcreta, en paralelo con el informalismo. Cultiva una pintura abstracta del tipo "borde duro". Esta abstracción geométrica fue representada por autores como Max Bill, Richard Paul Lohse y Zdenek Sykora.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Artistas del Concretismo 

Luca della Robbia (1400-1482)


Renacimiento

Della Robbia, Luca (Florencia, 1400 - 1482) Escultor y ceramista italiano.

Si Verrocchio fue el heredero de Donatello como fundidor, en cambio el que continuó y acentuó la elegancia plástica de su estilo fue otro amigo suyo y de Ghiberti, Luca della Robbia, el primero de una familia de artistas que hicieron famoso su apellido principalmente como ceramistas y esmaltadores de esculturas en obras de terracota. Sin embargo, la primera obra identificada, con certeza, de Luca della Robbia es de escultura en mármol. Son los relieves de una Cantoría, que le encargó la catedral de Florencia en 1431, concluida en 1438 que debía formar pareja con la de Donatello.

El artista representó de nuevo el asunto de los niños cantando, y sus relieves llegan a superar a los de Donatello en penetración espiritual del sentimiento de la música. Hay en los de Luca menos agitación; este artista es más tranquilo, y más religioso, y por lo tanto debió de sentir con más serenidad las bellezas que emanan de la música. Un grupo de niños hacen sonar las trompetas, mientras otros juegan alegremente, como si para ellos no hubiera más cánticos que los de las solemnidades de alegría, como la Natividad o la Epifanía.

Cantoría, detalle, de Lucca della Robbia (Museo deii'Opera del Duomo, Florencia). Lucca realizó diez relieves para la Cantaría en un marco arquitectónico que bastaría para inscribirlo en el círculo de apasionados investigadores de la antigüedad clásica que cita Alberti en su tratado Della Pittura (1435), donde junto a Delia Robbia elogia a Brunelleschi, Donatello, Ghiberti y Masaccio.  

Cantoría, detalle, de Luca della Robbia (Museo deii'Opera del Duomo, Florencia). Tanto en este detalle como en el de la página anterior se representan jóvenes adolescentes que cantan a coro, atentos al libro de música o tocando algún instrumento, como la lira o la mandolina. Se aprecia la utilización de diferentes técnicas escultóricas, desde esculturas en altorrelieve a simples esbozos sobre el mármol. 
   
⇦ Cantoría, detalle, de Luca della Robbia (Museo deii'Opera del Duomo, Florencia). Relieve en el que se observa un mayor movimiento, remarcado por las posiciones de los cuerpos. 



Pero en los parapetos laterales unos muchachos mayores, capaces ya de comprender un efecto musical elevado, siguen absortos la lectura de los cantos espirituales: los situados en primera fila sostienen el libro o rótulo con las solfas, los de detrás miran por encima de los hombros, jugando unos inconscientemente con los rizos de los menores, siguiendo otros el compás con el pie o con la mano. Nunca en la plástica del mármol se ha reproducido más intensamente la armonía del canto; las voces infantiles parecen resonar en aquellas bocas en armonías prolongadas, dando unas las notas bajas, elevando otras el tono según las exigencias de la escala musical.

⇨ Cantoría, detalle, de Luca della Robbia (Museo deii'Opera del Duomo, Florencia). Los pliegues de los ropaJes y los instrumentos musicales también ayudan a crear un mayor dinamismo y el efecto de movimiento. 



Esta obra bastaría para inmortalizar a Luca y elevarlo a la altura de Donatello; pero, además, labró varios relieves para el campanile, contenidos en hexágonos regulares como los de Andrea Pisano, y concluyó la puerta de bronce de la sacristía del Duomo, que Donatello había dejado sin terminar, mostrándose digno continuador del gran maestro. Mas, pronto su espíritu delicado debía lanzarse al nuevo arte de los relieves de tierra cocida con esmaltes vidriados, del cual había en Toscana pocos precedentes. Se ignora por qué caminos Luca, que no parece haber sido un inventor, llegó a producir sus primeras cerámicas vidriadas. La importación de lozas vidriadas de Manises, que por entonces influían en las cerámicas de Faenza, pudo ser el vehículo.

Madonna de la Via dell'Agnolo de Luca della Robbia (Museo del Bargello, Florencia). Delia Robbia presenta, flanqueados por dos ángeles, a la Virgen con el Niño, junto al que aparece un texto en el que se lee: Ego sum lux mundis, "Yo soy la luz del mundo". 

La técnica, sin embargo, era sencillísima: los modelos, ejecutados en barro, eran esmaltados al fuego con colores claros, casi siempre los mismos: el blanco o azul para el fondo, el blanco también para las carnes y los vestidos. Las orlas y recuadros son de flores y frutos, ramas de pino, rosas y espigas de trigo, como suelen verse en verano en las ventanas de los risueños pueblos vecinos de Florencia, de colores más vivos y variados. El arte de Della Robbia era un arte popular; las cerámicas de los talleres de los descendientes de Luca decoran aún muchas de las encrucijadas de Italia; algunas de las más bellas esculpidas por él mismo, como las Madonnas de la Vía dei Agnolo o la de San Pierino, hoy en el Museo del Bargello, han estado hasta hace poco al aire libre, respetadas por todo el mundo, y bastantes quedan, todavía, in situ.

Asombra pensar que las frágiles Madonnas de tierra cocida del gran Luca después de cuatro siglos, se hallen intactas, sin que nada haya degradado sus bellos bustos esmaltados. Porque, realmente, en las primeras obras de Luca della Robbia la gracia florentina llega al colmo; las Madonnas son delicadas Vírgenes de manos finas y cabeza suave; los ángeles las adoran llevando vasos de flores o volando alrededor de la amable reina de los cielos, que tiene las esbeltas formas de una joven toscana. El color, algo rural, parece puesto para hacer destacar la finura de los gestos. Pero en los descendientes de Luca, su sobrino Andrea y el hijo de éste, Giovanni, que son algo inferiores al gran maestro, el efecto artístico se logra por el encanto de la gama de colores. Los últimos Della Robbia hacen grandes altares policromados y vidriados por completo.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra
Virgen con dos ángeles en adoración, 1450

Cristo y Tomás, 1463–1465

Virgen y niño, 1525

Cantoría (detalle)

Cantoría (detalle)

Cantoría (detalle)

Cantoría (detalle)

Cantoría (detalle)

Cantoría

Cúpula interna de la capilla Pazzi en cerámica esmaltada

Madonna de la Via dell'Agnolo

Madonna y niño

Virgen y el niño en un nicho

Virgen y niño con lirios

Virgen y niño

Orfismo

Nombre dado por Guillaume Apollinaire en 1913 a la corriente pictórica abstracta basada en la exaltación dinámica del color.
Discos de Newton, el estudio de la fuga en
dos colores, 1911 de Frantisek Kupka

El orfismo fue un movimiento surgido en París, a raíz de la exposición del grupo de pintores cubistas denominado la Section d’Or (la sección Áurea), celebrada en 1912. Guillaume Apollinaire empleó la expresión “cubismo órfico” para definir a un grupo de pintores que habían abandonado totalmente cualquier referencia a la representación de la realidad visible para crear una “pintura totalmente abstracta” o “pura”. Los principales componentes del grupo fueron Robert DelaunayFernand LégerFrancis Picabia y Frak Kupka, aunque entre ellos existían diferencias notables. Tenían en común que todos se apoyaban únicamente en la forma y el color para comunicar ideas y emociones, en una pintura que tenía su propia estructura interna, independientemente de los recursos estructurales naturalistas (igual que Orfeo había hecho mediante las formas puras de la música). La obra más representativa de esta tendencia es el Disco de Newton (1911), de F. Kupta, consistente en círculos concéntricos con los colores del espectro lumínico.

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat


Artistas del Orfismo

Op Art

Doble Metamorfosis III de Yaacov Agam

Tendencia artística aparecida en la década de 1960; se vale de los principios científicos ópticos para producir ilusiones perceptivas. Esta tendencia, cuyo origen hay que buscar en Malevic y Mondrian, huye de toda forma que pueda sugerir un objeto, paisaje, etc., para obtener la más pura abstracción. Como materiales, el op art emplea el óleo (bruscas superficies de color), el cristal, el plástico, la madera, el metal, etc., divididos en elementos geométricos simples. Es un arte cinético que exige del espectador movilidad para apreciar diferentes ángulos; su objetivo es producir una respuesta visual y no expresar la personalidad de un artista. Los más destacados representantes son Victor Vasarely y Bridget Riley.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Artistas del Op Art

Escuela florentina


La Pintura del Duecento, en Italia, estaba dominada por la maniera greca, una forma o estilo de pintura mural o mosaico caracterizada por la composición plana y por su temática y estética bizantina. A lo largo del siglo XIII, pintores italianos como Pietro Cavallini, Jacopo Torriti, Cimabue y otros, al incluir en sus pinturas, elementos con acentos paleocristianos, retomaron una tradición que nunca se había perdido del todo y que estaba muy presente en los frescos y mosaicos de la iglesia de San Clemente al Laterano (hacia 1080), o en los mosaicos del ábside de Santa Maria in Trastevere (hacia 1145), ambas iglesias en Roma.

Giotto di Bondone y los pintores de la escuela florentina, durante los primeros años del Trecento, al superar la maniera greca lograron un avance decisivo en el desarrollo de un nuevo lenguaje pictórico. La ciudad de Florencia, junto con la ciudad de Roma habían sido los reductos más persistentes de la tradición clásica durante la etapa de la Pintura del Doecento, caracterizada por sus acentos bizantinos que dominaba el arte de la pintura en la Italia del Duocento. La Arquitectura gótica nunca llegó a echar raíces en Italia, donde los franciscanos y los dominicos impulsaron la forma de construir de las iglesias del Císter, caracterizadas por la nave como recinto o lugar principal de la iglesia, por el cambio en las proporciones a favor de la anchura o por la restitución de los muros que se impuso en las iglesias toscanas de Santa Maria la Novella (1278) de Florencia o de Santa Maria sopra Minerva de Roma y en las Iglesias Superior e Inferior de Asís, culminando en la iglesia de la Santa Croce (1294) de Florencia, donde el arquitecto Arnolfo di Cambio volvió al techo artesonado basilical, abandonando la bóveda gótica en una tendencia de la arquitectura que preludia el Renacimiento.

Para sus contemporáneos, la impresión que les causó la fidelidad a la naturaleza de la obra de Giotto fue irresistible; contraponen el nuevo estilo de Giotto con la artificiosidad y rigidez del arte bizantino ya que, a pesar de las innovaciones de los artistas del Doecento, la maniera greca” constituye, al final del siglo XIII, el estilo de la pintura más extendido en Italia.

De los 28 episodios que componen el conjunto de las Historias Franciscanas que Giotto y sus discípulos pintaron en la Iglesia Superior de San Francisco en Asís, sólo unos pocos son obra plena de Giotto, otros los realizó conjuntamente con sus ayudantes, pero en el conjunto laten, con fuerza sus ideas: los registros épicos, el calor humano con el cual interpreta un tema sacro y, por encima de todo la sobriedad, es decir, la capacidad de simplificar y ordenar la experiencia de la realidad, de relacionar pictóricamente aquello que hasta entonces no había sido posible expresar en la pintura, la representación directa de las cosas.

En el año 1304, Giotto termina el ciclo de frescos en la Capilla de la Arena o de los Scrovegni en las ruinas de la antigua arena (anfiteatro romano) de Padua. La Capilla de la Arena es un edificio muy sencillo en el cual, por medio de seis ventanales, todos ellos en el mismo lado de la nave, entra una luz clara y tranquila que constituye el fondo ideal para la obra del Giotto. El conjunto de temas de los frescos de la capilla de la Arena abarca, como en las portadas esculpidas de las grandes catedrales, los grandes temas del pensamiento medieval: sobre la entrada el Juicio Final y las postrimerías del mundo; en los muros laterales, sobre el zócalo con las virtudes y los vicios, la historia de la Redención: la vida de María y la vida de Cristo, finalmente el Cristo en majestad en la pared del coro. El programa iconográfico didáctico del arte gótico se mantiene, pero sus formas ya no son esquemáticas como en las estatuas o los mosaicos, sino que en sus escenas brilla la armonía de las proporciones del cuerpo humano y las gradaciones tonales que modelan la luz y los volúmenes de los vestidos, del paisaje, de las figuras de hombres y animales, y de los rostros de los personajes. Dos siglos más tarde, Cennino Cennini escribió: “Giotto rimuto l’arte del dipingere di greco in latino, e ridusse al moderno”.

Giotto dispone las historias en una serie de compartimientos historiados encuadrados por orlas con medallones que se extienden en tres franjas superpuestas dónde cada uno de los compartimientos es concebido como una ventana o boca de escenario. En Padua o en Asís, Giotto sitúa los personajes del episodio encuadrados en la antedicha ‘‘ventana’’ del compartimiento historiado. En la descripción de los sucesos, las escenas todavía se limitan a los personajes y sus movimientos, las figuras mantienen todavía un peso escultórico, pero la elocuencia de los personajes y de sus gestos es capaz de transmitir la verdad de sus sentimientos. Una interpretación innovadora se extiende sobre los elementos del fondo, del paisaje y de las arquitecturas; en todos estos elementos se deja de lado la estilización, para tomar como modelo la simple y pasajera realidad.

Sobre el fondo de arquitecturas o paisajes dibujados en complejas perspectivas, algunas de las cuales están en proyección frontal, Giotto desarrolla el espacio pictórico, esto es un ámbito de tres dimensiones que se extiende en profundidad por detrás de la superficie pintada en lo que es la principal innovación de la pintura del Trecento y uno de los más grandes avances que se haya dado en toda la Historia de la Pintura. Con el espacio pictórico nace la pintura moderna.


Arte contemporáneo

Esgrima 1919 de Leon Chwistek

El arte contemporáneo es el arte de nuestro tiempo, que refleja o guarda relación con la sociedad actual.​ El arte contemporáneo suele referirse a obras originadas a partir de la mitad del siglo XX.​ La palabra 'contemporáneo' engloba un conjunto muy heterogéneo de prácticas cuya asignación a la contemporaneidad es caduca por definición. Diversos autores han abordado esta problemática, ahondando a menudo en la diferencia con el Arte moderno y su acotación histórica.

En otras disciplinas, esta adjetivación es singular: literatura moderna y literatura contemporánea denotan significados diferentes. De manera mucho más clara, el concepto de música moderna suele reservarse para la música popular moderna (de la industria musical de consumo masivo); mientras que el de música contemporánea se hace para el de la música académica del siglo XX —aunque también es común encontrar publicaciones e instituciones que asimilan ambas denominaciones y que hablan de 'arte moderno y contemporáneo'.​

Además de la práctica artística propiamente dicha, el arte contemporáneo incluye ámbitos tales como la crítica y teoría del arte, la educación artística con sus instituciones educativas y escuelas de arte, la curadoría, las publicaciones sobre arte contemporáneo, los medios de difusión y mediación, el coleccionismo público y privado, las galerías y las ferias que constituyen el mercado del arte contemporáneo, la industria de producción del arte contemporáneo y los lugares en los que se exhiben, se conservan y documentan las obras de arte contemporáneo.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Artistas del Arte contemporáneo

Retrato

Fotografía, pintura o efigie que representa alguna persona o cosa.

La evolución del arte del retrato ha sido paralela a la del pensamiento, y ha tomado rango de género cuando el individuo ha sido visto con personalidad propia. Las formas más corrientes en la Antigüedad fueron la escultura yacente y el busto, como efigie funeraria. Los retratos más antiguos que han pervivido hasta la actualidad los encontramos en la escultura mesopotámica (cabeza de Erech, Uruk), y en el arte funerario del antiguo Egipto, aunque se trata de representaciones muy esquemáticas e idealizadas. En Grecia el arte del retrato tuvo su apogeo en el período helenístico. Con la escultura romana, el arte del retrato se hizo más realista gracias a la tradición de rendir culto a las efigies de los antepasados, conservando sus máscaras de cera y posteriormente sus retratos de busto esculpidos; en la época del imperio la necesidad de extender el culto al emperador llevó a grabar su efigie en las monedas y a reproducir su imagen en estatuas que se colocaban en las ciudades más importantes. Los retratos hallados en El Fayún (ss. HV), pintados por artistas grecorromanos, se caracterizan por una gran expresividad. En la Alta Edad Media el retrato prácticamente desapareció, y no vuelven a encontrarse representaciones artísticas de personas concretas hasta el s. XIII, cuando aparecen incluidos en los retablos las figuras de los donantes. En el Renacimiento se consolidó el arte del retrato, que se se extendió a la nobleza y a las personalidades de la vida cultural, con los pintores flamencos J. Van Eyck y R. van der Weyden, en el s. xv, y A. Durero, H. HolbeinLeonardo da VinciRafael y Tiziano, en el s. XVI. A partir de este momento el arte del retrato se convirtió en un elemento permanente de la pintura, en el que se valoraba no sólo la capacidad del artista para captar el aspecto externo del personaje, sino también su psicología, sin renunciar al ennoblecimiento del retratado ni a la presentación conforme a los valores estéticos imperantes.

En el barroco aparecen los primeros retratos de personajes de ambientes populares; el retrato se hizo más realista y descarnado y prescindió a menudo de la idealización. A este período pertenecen los grandes retratistas de la historia del arte, como el escultor Bernini o los pintores Diego VelázquezRembrandtFrans HalsPedro Pablo Rubens y Francisco de Gaya. En los retratos de estilo neoclásico y romántico los valores estéticos y la idealización del personaje predominan de nuevo sobre los valores realistas. J. L. David, J. A. D. lngres, E. Delacroix destacaron como retratistas en este período. Con el realismo de G. Courbet y los pintores impresionistas el arte del retrato sufrió una profunda transformación. En el s. XX, el retrato, en pintura y escultura, cedió terreno a la fotografía, más accesible. Pintores como Van Gogh, O. Kokoshka, A. ModiglianiH. MatisseP. Picasso, F. Bacon siguieron cultivando el retrato, pero investigando sobre efectos formales, compositivos o de expresión de la propia subjetividad, más que los de la estricta representación.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Retratistas destacados

Nuevo realismo

Doña Pascuala, 1945 de Juan Carlos Castagnino


Nuevo realismo (en francés, Nouveau Réalisme y en inglés New Realism) es un movimiento artístico de pintura fundado en 1960 por el crítico de arte Pierre Restany y el pintor Yves Klein, durante la primera exposición colectiva en la galería Apollinaire de Milán. El Nuevo Realismo fue, junto con Fluxus y otros grupos, una de las numerosas tendencias de la vanguardia de los años 1960.

Historia

Pierre Restany escribió el Primer manifiesto del nuevo realismo en abril de 1960. Esta declaración conjunta proclamó un «nuevo enfoque perceptivo de lo real»; fue firmada el 27 de octubre de 1960, en el taller de Yves Klein, por nueve personas: Yves Klein, Arman, Francois Dufrêne, Raymond Hains, Martial Raysse, Pierre Restany, Daniel Spoerri, Jean Tinguely y Jacques de la Villeglé. El término «Nuevo Realismo» fue usado por vez primera en mayo de 1960 por Pierre Restany, para describir las obras de Arman, François Dufrêne, Raymond Hains, Yves Klein, Jean Tinguely y Jacques Villeglé, expuestas en Milán. Lo habían discutido antes con Klein, quien prefería la expresión réalisme d'aujourd'hui («realismo de hoy») y criticó el término «Nuevo». En 1961 se les unió César, Mimmo Rotella, después Niki de Saint Phalle y Gérard Deschamps. El artista Christo se unió al grupo en 1963.

El movimiento nace de forma paralela al Pop Art estadounidense y a menudo es visto como su trasposición a Francia, por su uso y su crítica de los objetos comerciales producidos en masa, como los carteles cinematográficos rasgados de Villeglé, o las colecciones de basura y escombros de Arman. No obstante, el pop se fija en la parte más brillante del consumo y el nuevo realismo en la faceta más oscura del capitalismo. El Nuevo Realismo mantuvo una relación más cercana con el dadaísmo que con el Pop Art. De hecho, su segundo manifiesto, escrito entre el 17 de mayo y el 10 de junio de 1961, se tituló 40° au-dessus de Dada (40º por encima de Dadá). Klein, sin embargo, tomó cierta distancia en fecha tan temprana como 1961, rechazando la herencia dadaísta. Se disolvió en 1970.

La primera exposición de los «Nouveaux réalistes» tuvo lugar en noviembre de 1960 en el festival de Vanguardia de París. Esta exposición fue seguida por otras: en mayo de 1961 en la Galería J.; en Nueva York en 1962 y en la Bienal de San Marino en 1963 (que sería la última muestra colectiva del grupo). El movimiento tuvo dificultades a la hora de mantener un programa cohesivo después de la muerte de Yves Klein.

Fuera de Francia, cabe citar a pintores estadounidenses y británicos como Lucian Freud, Alex Katz, Alfred Leslie y Alice Neel. Su movimiento se denominó New realism, y presentan algunas diferencias con sus homólogos franceses. Así, aunque abordan temas de la vida cotidiana, suelen practicar un arte realista que recuerda a la Nueva objetividad.

Concepciones del Nuevo Realismo

Los miembros del grupo veían el mundo como una imagen, de la que ellos tomarían partes y las incorporarían a su obra. Buscaban unir lo más posible la vida y el arte. Estos artistas declararon que se habían juntado sobre la base de su «singularidad colectiva», queriendo decir con ello que se habían unido a pesar de, o quizás debido a, sus diferencias.

A pesar de toda la diversidad de su lenguaje plástico, percibían la existencia de una base común para su obra, siendo éste un método de apropiación directa de la realidad, equivalente, en términos de Pierre Restany, a un «reciclado poético de la realidad urbana, industrial y publicitaria».1

Abogaban por un regreso a la «realidad», en oposición al lirismo de la pintura abstracta, pero evitando las trampas del arte figurativo, al que consideraban o bien pequeñoburgués o realismo socialista. Usaban objetos exteriores para explicar la realidad de su tiempo. Aplicaron la técnica del décollage (lo opuesto a los collages), en particular a través del uso de carteles rasgados o lacerados, una técnica de François Dufrene, Jacques Villeglé, Mimmo Rotella y Raymond Hains. A menudo estos artistas trabajaron en colaboración y era su intención presentar sus obras de arte en la ciudad de París de manera anónima.

Fuente:  https://es.wikipedia.org

Artistas del Nuevo Realismo

Ilustración

Rey Lear; la despedida de Cordelia de Edwin Austin Abbey

Arte gráfica. Estampa, grabado o dibujo que adorna un libro ilustrado. (Ver GRABADO, LITOGRAFÍA, MINIATURA).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat     

Ilustradores desdacados

Pintura metafísica

Torre roja de Giorgio de Chirico
´
Corriente pictórica que se desarrolló en el primer cuarto del s. XX. Encabezaron este movimiento los pintores italianos G. De Chirico, C. Carrà y G. Morandi durante un período que abarca los años 1910 a 1921. Se caracteriza por la búsqueda de un sentido enigmático de las cosas, a través de la exaltación poética de sus valores plásticos elementales. El iniciador de este movimiento fue Giorgio De Chirico, fascinado por la pintura romántico-mitológica de Arnold Böcklin y por la filosofía de Weininger. Siguiendo el ejemplo de G. De Chirico trabajaron después Carrà (1916) y Morandi (1918). Los fundamentos de esta pintura son esencialmente culturales y literarios: un volver a vivir con sensibilidad nueva, psicológica y técnica ciertos valores de la civilización clásico-humanística, propuestos como símbolos de una edad de oro del espíritu.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Artistas del Arte metafísico
Brauner, Víctor
Carrá, Carlo
Chirico, Giorgio de

Tenebrismo

Tenebrismo es el nombre que la historiografía del arte da a un estilo o corriente de la pintura del barroco correspondiente a su fase inicial, a comienzos del siglo XVII, cuyo principales exponentes son el italiano Caravaggio y José de Ribera (el españoleto, afincado en Nápoles). El tenebrismo se caracteriza por el violento contraste de luces y sombras mediante una forzada iluminación (de forma muy evidente cuando se hace llegar un foco de luz marcando una diagonal en la pared del fondo, como la que proviene de un tragaluz en un sótano -es habitual referirse a este recurso como luz de sótano o luz de bodega- ). La palabra proviene del latín tenĕbrae ("tinieblas").

Se ha llegado a identificar como una corriente específicamente propia de la escuela española o tenebrismo español, que surgió a comienzos del siglo XVII como resultado del impacto del caravaggismo en la tradición del uso de la técnica del claroscuro ya incorporada en la pintura española y empleada profusamente en la segunda mitad del siglo XVI (Pedro de Campaña, El Greco, Luca Cambiaso, Morales el divino, Navarrete el Mudo, Juan de Roelas). De este conjunto de pintores, que a veces reciben la equívoca denominación de luministas, hay quien considera ya tenebristas a Sánchez Cotán o a Luis Tristán, a pesar de no haber recibido la influencia de Caravaggio; pero el primer núcleo propiamente tenebrista es la escuela valenciana de Francisco Ribalta, con el que entró en contacto Pedro de Orrente, que se había formado con El Greco y Tristán en Toledo y de donde surgió Ribera (aunque la totalidad de su obra conocida se hizo en Nápoles). Menor correspondencia con las convenciones tenebristas tuvo la escuela sevillana de Herrera el viejoFrancisco Pacheco, de donde saldrían Zurbarán y Velázquez.

Los periodos siguientes al barroco tenebrista: el barroco pleno de mediados del siglo XVII y el barroco triunfante o barroco decorativo de finales del XVII y comienzos del XVIII, no se caracterizan particularmente por este recurso. Ya en el siglo XIX, el realismo pictórico recuperó los efectos lumínicos tenebristas, tal como se ve en algunas obras de Léon Bonnat.

No debe confundirse o identificarse de forma total con la técnica del claroscuro, que como tal técnica se ha empleado en muy distintos contextos estilísticos y cronológicos, antes y después del Barroco.

A veces se emplean las expresiones tenebrismo naturalista y naturalismo tenebrista, que lo ponen en relación con el naturalismo o realismo artístico, un enfoque estético común a distintos estilos y escuelas, y que no debe confundirse con el movimiento pictórico francés de finales del siglo XIX denominado "naturalismo".

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat. 

Artistas del Tenebrismo 


Punto al Arte