Punto al Arte: Géricault Théodore
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Théodore Géricault (1791-1824)



Géricault,  Jean-Louis André Théodore ( Ruan, 26 de septiembre de 1791 - París, 26 de enero de 1824). Pintor francés. Su obra fue el germen del romanticismo pictórico en Francia. Junto con el joven Eugéne Delacroix, sobre quien ejercería una profunda influencia, fue discípulo del pintor académico Pierre Guérin. Sin embargo, pronto se alejó de las normas del neoclasicismo dominante al decantarse por una pintura muy colorista, al estilo del pintor barroco Pedro Pablo Rubens, y por el estudio del movimiento, especialmente en escenas de caza. En su primera obra temprana, Oficial de cazadores de la guardia imperial, a caballo (1812), y en El coracero herido (1814) ya se percibe una tendencia a presentar los temas acentuando el contenido dramático. Su obra maestra es Los náufragos del Méduse (1819), cuadro de grandes dimensiones en el que pintó a los supervivientes del naufragio de la fragata La Méduse, que se hundió en el Atlántico en 1816. Géricault plasmó, sin escatimar detalles macabros, el sufrimiento de las quince personas que, abandonadas a su suerte por el capitán y los oficiales, Clo~ariu 130 lograron mantenerse a flote en una balsa; el cuadro puede interpretarse también como una alegoría de la lucha universal del hombre por su supervivencia. En el ambiente dominado por las rígidas normas del neoclasicismo, esta pintura supuso una osadía, porque rompía con la tradicional jerarquía de los géneros pictóricos al dar un tratamiento heroico a un tema contemporáneo, que carecía de contenidos edificantes. El cuadro suscitó muchas controversias porque también se interpretó como una denuncia de la corrupción política en la Francia de la Restauración borbónica. Profundo conocedor de la anatomía equina, destacan también sus obras sobre caballos (versiones de la Carrera de los caballos bardos y del Gran Derby de Epson). En los últimos años de su vida pintó una serie de retratos de locos recluidos en el hospital de La Salpétriére, en París, que resultan sorprendentes por su realismo sin concesiones.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Más obras

Oficial de húsares ordenando una carga, 1812

Estudio de un hombre, 1808-1812

Balsa de “La Medusa” de Théodore Géricault



La Balsa de "La Medusa" (Radeau de La Méduse") fue expuesta en el Salón Oficial de 1819, obteniendo la medalla de oro, bajo el título de Escena de un naufragio, nombre que posiblemente le fue impuesto. La recepción por parte de la crítica fue muy diversa, pues levantó una airada polémica, pero en absoluto enteramente negativa. El cuadro hizo sensación entre el público, a diferencia de la Gran Odalisca de lngres, expuesta en ese mismo Salón, que sufrió las befas y mofas generales.

La escena narra un escándalo político ocurrido en 1816. Representa la historia de los supervivientes del hundimiento de la fragata "La Medusa", un barco que había naufragado frente a las costas africanas y un pequeño grupo de pasajeros sobrevivió gracias a una balsa.

Géricault realizó esta obra para dar a conocer la espeluznante historia, censurada por el gobierno. Debió de ponerse a trabajar en el verano de 1818. En noviembre alquiló un nuevo estudio que diera cabida al inmenso lienzo, que quedaría terminado en julio de 1819 para la apertura del Salón. Hizo numerosos bocetos y estudios previos sobre cadáveres para dar más verosimilitud a los cuerpos, agotados por el hambre, la sed y las enfermedades.

El pintor recoge el momento más romántico, el de la esperanza, el punto en que los protagonistas, hombres desconocidos, divisan su salvación en la lejanía. Las figuras están dispuestas en una composición en diagonal, una pirámide de cuerpos humanos compuesta por toda una galería de gestos y expresiones, desde la desesperación más absoluta del anciano que da la espalda al barco, pasando por los primeros atisbos de esperanza, hasta llegar al entusiasmo de los hombres que agitan sus camisas al horizonte. La gran figura del extremo inferior derecho fue añadida en el último momento cuando el lienzo ya había salido del estudio.

El espacio inestable y abierto, entre el cielo tenebroso y el mar agitado, acentúa aún más la emotividad de los rostros y los gestos. Géricault, con esta obra, uno de sus cuadros más famosos, llegó a una situación extrema de contenido y sensibilidad, alejándose, definitivamente, de los nobles ideales y de la grandeza serena del mundo neoclásico.

La balsa medio desecha por el oleaje, los cuerpos de los muertos, putrefactos, mutilados, desperdigados, todos los detalles están inspirados en la realidad más cruel acentuada por los contrastes de luces y sombras, claros y oscuros. Además, en estos cadáveres, empleó las sombras negras de Caravaggio y su tratamiento profundo del desnudo.

La ambición del artista en este cuadro era inmensa, una audacia que resulta todavía más impresionante cuando se tiene en cuenta que el tema elegido sólo podía causar inquietud al gobierno. Con este lienzo, Géricault hizo crítica de su tiempo: es, en definitiva, la sociedad la que está embarcada en esta balsa.

La obra influirá en Delacroix cuando trabaje, hacia 1822, en su Dante y Virgilio atravesando la laguna que rodea la ciudad infernal de Ditis.

Por su tamaño, 491 x 719, su fuerza, su cuidadosa ejecución e intensidad de expresión, la Balsa de "La Medusa" es una de las grandes composiciones históricas, un impresionante óleo sobre lienzo conservado en el Museo del Louvre.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Coracero herido de Jean-Louis Théodore Géricault


Fundador del romanticismo pictórico en Francia, esta obra la presentó al Salón de 1814. Muy aficionado a los caballos, supo darles un ritmo extraordinario en sus pinturas y ésta fue una temática que le acompañó toda su vida. 

(Musée du Louvre, París). 


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Oficial de húsares ordenando una carga de Théodore Géricault


Pintada en 1812, esta obra revaloriza el movimiento, el colorismo y el apasionamiento frente a las actitudes estáticas, el dibujo y la serenidad, típicos del neoclasicismo. 

(Musée du Louvre, París). 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Retrato de una loca de Théodore Géricault


Este cuadro refleja la curiosidad romántica por todo lo extraño, hasta llegar a lo enfermizo y morboso. En el caso de Géricault. además de los caballos, se interesó por los enfermos mentales, a los que se dedicó a observar en el hospital de Salpetrière. 

(Musée du Louvre, París). 


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

El Gran Derby en Epson de Théodore Géricault


Entre los años 1820 y 1822 el artista vivió en Londres, donde pintó tres versiones del Gran Derby, de las cuales ésta es la más conocida. 

(Musée du Louvre, París).


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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