Punto al Arte: Rubens
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Rubens (1577-1640)

 


Rubens, Pedro Pablo (Siegen, Alemania, 28 de junio de 1577 - Amberes, Flandes, 30 de mayo de 1640) Pintor flamenco. Fue el máximo representante del barroco en el norte de Europa. Nacido en Siegen (Westfalia), residió en Colonia hasta 1589, en que pasó a Amberes. Recibió educación clásica y estudió con T. Verhaecht, Adam van Noort y Otto van Veen. En 1598 figuraba como miembro de la guilda de Amberes y en 1600 se decidió a viajar a Italia, donde trabajó para el duque de Mantua y se dedicó al estudio de los maestros italianos (Miguel ÁngelRafaelCorreggio, Caravaggio). Las obras más importantes de este período italiano son el Tríptico de la Santa Cruz de Jerusalén (1602; Roma), Los doce apóstoles (1603; Prado) y el retablo de la Santísima Trinidad (1605; Mantua). En 1603 el duque de Mantua le envió a Madrid, donde pudo admirar los cuadros de Tiziano de la colección real, y pintó el magnífico retrato del Duque de Lerma a caballo (Prado). Regresó a Amberes en 1608 y fue nombrado pintor de la corte de la gobernadora de los Países Bajos, Isabel Clara Eugenia, cargo que conservó hasta su muerte. Se casó con Isabel Brandt, de la que tuvo dos hijos, e inició un período de espléndidos triunfos, que constituyó la más fructífera carrera de la historia del arte.

En este segundo período la influencia de la pintura italiana dejó paso a un estilo más personal, de mayor claridad en el tratamiento de los temas y de la luz; las mejores obras de esta época son Erección de la Cruz (1610) y Descendimiento de la Cruz, ambas en la catedral de Amberes. Una mayor fluidez en la plasmación de los volúmenes y mayor dinamismo en las escenas son las características de su tercer período (1614-1622), en el que pintó de preferencia batallas, cacerías y escenas mitológicas: Rapto de las hijas de Leucipo (1615; Munich), Juicio final (1616; Munich), Batalla de las amazonas (1617; Munich), Caza del león (1617; Munich). Son también de este período sus vastos proyectos decorativos, representados en primer lugar por las pinturas de la iglesia de los jesuitas de Amberes (1620).

A partir de 1620 Rubens se vio absorbido por grandes encargos internacionales: ciclo de la historia de María de Médicis para el Palacio de Luxemburgo (1622-1624), que comprende 21 composiciones gigantescas (Louvre); el ciclo de Enrique IV (1630; Uffizi); tapicerías de Luis XIII (1622-1623), entre otros. En esta época, además de trabajar en su ingente obra pictórica, desempeñó numerosas misiones diplomáticas que le llevaron a Países Bajos, Francia, Gran Bretaña, Italia, y de nuevo a España en 1627; en Madrid pudo copiar los cuadros de Tiziano que tanto había admirado y entabló una buena amistad con Velázquez.

En 1626 murió su primera esposa y en 1630 contrajo matrimonio con una bella y exuberante joven de dieciséis años, Elena Fourment, que pasó a ser su musa y modelo en retratos de gran colorido y de estilo ligero y fluido; la pintó con ricos ropajes y en sensuales desnudos (Elena Fourment con abrigo de piel, Museo de Viena), o en escenas mitológicas (Las tres Gracias, El juicio de París, ambas en el Prado).

Rubens realizó una obra ingente que puede ser admirada en los más importantes museos del mundo, pero en su realización contó con magníficos colaboradores y discípulos, como Antoon van DyckJacob Jordaens o Frans Snyders.

Rubens, el pintor de la mujer


Peter Paul Rubens nació en Siegen (Alemania), de padres flamencos desterrados, el 28 de junio de 1577. Jan Rubens, su padre, se había hecho calvinista, lo que ponía en peligro su vida en la Amberes dominada por el yugo católico del ocupante español. Así que con su mujer, Maria Pypelinckx, y sus cuatro hijos se establece en Colonia como un refugiado más. Pero en Alemania daría muestras de lo más inconsciente de su carácter, pues se convierte en amante de la princesa Ana de Sajonia, quien lo ha tomado a su servicio como secretario. El padre del artista hubo de purgar una pena de reclusión en el castillo de Dillenburg. Por fin, la condena terminada, Jan y los suyos se instalan en Siegen, en donde va a nacer Philip -el futuro humanista- en 1573, y cuatro años más tarde nuestro Peter Paul, alemán involuntario, aunque siempre flamenco de alma. Un año después, los Rubens pueden volver a Colonia, y tras la muerte del padre la familia se instala en el Meir, centro de Amberes, tratando de casar a la hija mayor sin dejar por eso de ocuparse de la educación de los hijos más jóvenes.

⇦ Retrato ecuestre del duque de Lerma de Rubens (Museo del Prado, Madrid). Con este cuadro Rubens será de los primeros pintores que aborde el tema del personaje montando a caballo y en escorzo frontal.



Corre el año 1589; Peter Paul empieza a frecuentar la escuela latina de Rombaut Verdonck. Desgraciadamente, pocos meses pudieron durar esos estudios. No había para tanto en casa de Maria Pypelinclx, y para dotar a su hija Blandirse hubo que sacar a Peter Paul de la escuela y colocarlo de paje en casa de la condesa Margarita de Ligne d' Arenberg. Finalmente, en 1590 su misma madre consiguió hacerlo entrar de aprendiz en el taller de un pintor local.

Se ha llegado así a un punto espinoso, el de los estudios del joven pintor dentro ya de su propia especialidad.

Lo clásico era, hasta hace relativamente poco, decir que Rubens había estudiado con tres maestros sucesivos: Tobías Verhaecht, Van Noort y Octavio van Veen, más conocido quizá como Otto Venius. Para Leo van Puyvelde, el gran especialista belga, nada de esto es cierto, y lo que le hace dudar es que hasta el siglo pasado casi no se conocían obras seguras de los presuntos maestros, aunque parece casi seguro que Rubens trabajó con Venius.

Las tres Gracias de Rubens

 

La pintura flamenca durante el siglo XVII tuvo en Rubens a su protagonista indiscutible. Autor de gran variedad temática, es en sus obras mitológicas donde manifiesta más plenamente su vitalidad. Su cuadro alegórico Las tres Gracias es uno de los más conocidos.

El tema se remonta al mundo clásico. Las Gracias son divinidades relacionadas con el dios Apolo, que formaban parte de su séquito, juntamente con las ninfas. Se llamaban Eufrósine, Talía y Aglaye. Eran hijas de Zeus y Eurínome. Para Séneca representaban el triple aspecto de la generosidad, es decir, el dar, el recibir y el corresponder. Para Hesíodo, en cambio, personificaban la belleza, la ternura y la amistad. En otros casos, simbolizaban la Castidad, la Belleza y el Amor, con la inscripción latina CastitasPulchritudoAmor. Más tarde, los filósofos humanistas florentinos del siglo xv vieron en ellas las tres fases del amor: la belleza, que suscitaba el deseo, que llevaba a la satisfacción.

El pintor flamenco ha cambiado el canon de belleza, empleando el típico de sus pinturas, con mujeres entradas en carnes, pero proporcionadas, elegantes, de cuerpos exuberantes. Rubens mantiene la composición que Rafael había pintado anteriormente, pero cambia la relación de las figuras al presentarlas conectadas entre sí a través de los brazos, el velo y sus miradas.


La presencia de flores de guirnaldas en la parte superior hace referencia a la abundancia, el prestigio y la gloria. El fondo del paisaje acentúa la belleza del conjunto. La escena es de calma y tranquilidad. La sensación de movimiento que irradian las tres jóvenes es magnífico, dando el efecto de invitar al espectador a integrarse a la escena. Es un cuadro sin acción, donde sólo importa el goce para contemplar el cuerpo femenino.

Se ha querido reconocer en esta obra las facciones de las dos esposas del pintor: lsabella Brant y Hélene Fourment. La figura de la izquierda es sin duda Hélene Fourment, su segunda mujer, que la utilizó varias veces de modelo. El matrimonio con una mujer treinta y siete años más joven que él, cambió la vida de Rubens, que haría de su joven esposa la auténtica musa de su pintura, y, a partir de este momento, casi todas las mujeres que pintó adquirieron su rostro.

El fuerte foco de luz que utiliza el maestro resalta el colorido tizianesco de las muchachas. Rubens conjugó en su estilo la tradición pictórica flamenca con la italianizante, al estudiar la obra de los maestros italianos del siglo XVI.

Las tres Gracias formaban parte de la colección de Felipe 1\/, adquirida entre los bienes del pintor, subastados tras su fallecimiento, en 1640.

Según la opinión de la mayoría de críticos, parece que participaron varias pintores en la realización de la lienzo, más concretamente en las manos y en el paisaje. Esto ha motivado a calificarla como obra de taller. La cronología también mantiene todavía hoy discrepancias, pues no se sabe con seguridad la fecha de su realización situándola dentro de un margen que oscila entre 1625 a 1639. De todas formas, la magnificencia de las figuras, el dinamismo y la riqueza cromática han hecho de esta pintura una magnífica composición.

Como pintura de la colección real, Las tres Gracias, un óleo sobre lienzo de 221 x 181 cm, pasó al Museo del Prado de Madrid, cuando éste se abrió como institución pública en el siglo XIX.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

La caza del hipopótamo de Rubens


La caza del hipopótamo es un cuadro del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens. Fue ejecutado hacia 1615-1616. Se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, que mide 2,48 metros de alto y 3,21 m. de ancho. Actualmente se conserva en la Alte Pinakothek de Múnich (Alemania).

Esta tela fue un encargo del príncipe elector Maximiliano I de Baviera, quien hacia 1615 contrató a Rubens para que le pintara cuatro escenas de caza como decoración del antiguo palacio de Schleissheim. Con motivo de las guerras napoleónicas, las cuatro telas fueron llevadas a París como botín. Solo regresó a Baviera esta Caza del hipopótamo.

En el centro del cuadro, el hipopótamo con las fauces abiertas, atacado por los cazadores. El animal está representado con exactitud, lo que hace pensar que Rubens tuvo la oportunidad de ver algún ejemplar en vivo.1​

Debajo de él, un cocodrilo. A los lados, dos perros de caza. Por encima, tres moros en caballos encabritados lo atacan con lanzas. En primer plano, en el suelo, a la izquierda se ve un cazador ataca al animal, intentando escapar; a la derecha yace otro, boca abajo, inmóvil. Por el borde del lado derecho puede verse un paisaje exótico.1​

Rubens busca pintar aquí una lucha o batalla entre el hombre y la bestia en la que los dos tienen una oportunidad.

Fuente: https://es.wikipedia.org

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