Punto al Arte: Masaccio
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Masaccio (1401-1428)

Autorretrato, 1422

Renacimiento. Quattrocento italiano.

Masaccio, Tommasso di Giovanni, llamado (San Giovanni Valdarno, 21 de diciembre de 1401-Roma, otoño de 1428) Pintor italiano. Fue el primero y el más importante de la larga sucesión de grandes maestros de la pintura del quattrocento florentino. Junto con Brunelleschi en arquitectura y Donatello en escultura, se le considera creador del nuevo estilo llamado del Renacimiento. La pintura de Masaccio es realista, sobria, posee un gran poder narrativo y ofrece prodigiosos efectos de perspectiva de espacio y de luz, que confieren solidez y grandiosidad a sus figuras. 

En 1422 aparece mencionado en la guilda de pintores de Florencia. En 1424 inició, junto a Masolino da Panicale, los frescos de la capilla Brancacci, en Santa Maria del Carmine de Florencia, conjunto en el que trabajaría hasta 1428 y que sería su obra cumbre; de esos frescos corresponden a Masaccio Adán y Eva expulsados del Paraíso (tal vez la más genial de sus pinturas), El tributo, Bautismo de neófitos y San Pedro curando a los enfermos con su sombra. En estas escenas se manifiesta plenamente su conocimiento de la perspectiva científica, y su capacidad de penetración psicológica, que le permite caracterizar a sus personajes de modo realista, sin falsas idealizaciones. También en Florencia, en la iglesia de Santa Maria Novella, entre 1425 y 1427, pintó el fresco de La Trinidad, en el que por vez primera aparece el ilusionismo arquitectónico que confiere una majestuosa grandeza a las figuras de Dios Padre y de Cristo. Hacia 1426 pintó el Políptico del Carmine, en Pisa, cuyas escenas se hallan dispersas por diversos museos europeos, y del que cabe destacar La Madonna con el Niño, que se conserva en la National Gallery de Londres, y La Crucifixión, en el Museo de Nápoles. No se sabe con seguridad la fecha en que Masaccio, junto con Masolino, viajó a Roma, pero se sabe que murió allí en 1428, a los 27 años de edad; también es segura su participación en el tríptico de Santa María la Mayor, pintado por Masolino, cuyas alas, representando a San Jerónimo y San Juan Bautista, son obra suya. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Galería
Virgen de la Humildad, 1420

Autorretrato, 1420

La Trinidad de Masaccio

Masaccio, cuyo verdadero nombre era Tommaso Cassai, nació en 1401 en San Giovanni Valdarno, cerca de Florencia. Considerado uno de los primeros grandes pintores del renacimiento italiano, sus innovaciones en el empleo de la perspectiva científica, inspiradas en los conceptos de su contemporáneo Brunelleschi, abrieron el período de la pintura moderna. La aplicación de este recurso en La Trinidad (La Trinitá), renueva el realismo tradicional de Giotto y Arnolfo. En su composición, el artista perfecciona la disposición estructural a favor de una definición continua y unitaria de la profundidad, que relaciona el espacio real con el espacio figurado.

La imagen constituye una nueva figuración de la Trinidad. El artista ha pintado un altar, bajo cuya mesa podemos observar un esqueleto con una leyenda que advierte sobre la caducidad de la vida. En la parte superior, una sólida construcción humanista donde se encuentran plasmados con asombroso realismo el ladrillo, el enlucido, los mármoles y el estuco, compone el techo de una capilla. Dos columnas con capiteles jónicos sostienen un arco, detrás del cual aparece una bóveda de cañón, adornada con casetones, marcando la perspectiva respecto del arco situado en el fondo.

En el centro de este espacio de ambiente virtual se encuentra representado el Cristo crucificado. El Dios Padre, guarda su espalda en la figura de un anciano vigoroso de pie sobre una ménsula. Entre las cabezas de Padre e Hijo, completa la Sagrada Trinidad una paloma que representa el Espíritu Santo.

Delante de la cruz, a la derecha del suelo de la capilla, está representada la figura de la Virgen, que mira directamente el espectador, y a la izquierda, la de San Juan. En el escalón de acceso al santuario pintado sobre la mesa del altar -que acentúa la ilusión tridimensional del cuadro-encontramos arrodillados de perfil a un hombre, a la derecha, y una mujer a la izquierda: los personajes que encargaron la obra en actitud de oración.

La rigurosa perspectiva delimita espacios concretos, en los que sobresalen con volúmenes inmóviles los edificios y las figuras. La línea horizontal, muy baja y manifiesta en el altar, realza la altura de la capilla.

Un haz de líneas que forman ángulos agudos desde el punto de origen, constituye la estructura geométrica que sostiene la construcción y encuadra los escorzos de la ménsula y los capiteles. En el esquema de la composición, planteada sobre un conjunto de figuras planas regulares, predominan las formas triangulares, símbolo de la Trinidad. Cuatro triángulos regulares con el vértice hacia arriba enlazan las figuras humanas a las divinas, en tanto el crucifijo está contenido en un triángulo con el vértice hacia abajo.

Masaccio ha puesto en el estudio del color el movimiento rítmico de los espacios, y los tonos suaves acentúan el silencio que rodea el misterio de la Trinidad. Desde el gris sombrío y vibrante de rosa de la capilla, emergen las figuras de lo divino, el color blanco de la paloma y el cuerpo claro desnudo.

El fresco de La Trinidad, realizado entre 1426 y 1428, está considerado una de las últimas piezas de Masaccio, que murió en 1428 a la edad de 27 años. La obra mide 667 x 317 cm y se encuentra en la iglesia de Santa María Novella, en Florencia.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

San Pablo de Masaccio


San Pablo es un cuadro del pintor renacentista italiano Masaccio. Es pintura al temple sobre tabla de 51 x 30 cm, pintado en 1426. Se conserva en el Museo Nacional de Pisa.

Esta pintura forma parte del llamado Políptico de Pisa, un gran retablo de 19 piezas que se ejecutó para la capilla del notario Giuliano di Colino en la iglesia de iglesia carmelita en Pisa. Masaccio realizó el retablo entre febrero y diciembre de ese año 1429. El políptico constaba de 19 tablas. Junto a rasgos arcaicos, como el uso del fondo de oro, la principal novedad era que todos los paneles tenían un único punto de fuga, de modo que la composición resultase unitaria. En el siglo XVIII, el políptico fue desmebrado. Los intentos de reconstruir el retablo se basan en una descripción detallada dada por Vasari en 1568. Sólo se han identificado once paneles de este retablo, y están dispersos por cinco museos distintos, no siendo suficientes los datos para una reconstrucción fiel. La representación de San Pablo es la única pieza que queda en la ciudad para la cual se hizo el retablo.

Fuente:  www.wikiart.org

Crucifixión de Masaccio


Masaccio es la figura clave de la pintura del siglo XV florentino. En esta obra la perspectiva tiene en cuenta la mirada del espectador de abajo arriba, ya que estaba situada a gran altura.

(Museo de Capodimonte, Nápoles)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

Escena de la vida de San Pedro de Masaccio


Estos frescos fueron realizados por Masaccio en 1428, el mismo año de su muerte. Fueron estudiados por todos los pintores florentinos desde Andrea del Catasgno hasta Leonardo y Miguel Ángel. En esta escena ya parecen las características comunes a toda la serie: representación del espacio tridimensional de acuerdo con los principios geométricos de la perspectiva de Brunelleschi, monumentalidad de las figuras, sobriedad y un ritmo majestuoso.

(Frescos de la capilla Brancacci, iglesia del Carmine, Florencia)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

La expulsión del Paraíso de Masaccio



Esta es una de las escenas más conocidas de todo el conjunto de los frescos de la capilla Barncacci, en la que la fuerza de la expresión de Eva acapara toda la atención de la dramática escena.

(Frescos de la capilla Brancacci, iglesia del Carmine, Florencia)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

San Pedro y San Juan distribuyendo a los pobres de Jerusalén los bienes de la comunidad de Masaccio



En las calles de un pueblo medieval dominado por un lejano y luminoso castillo, San Pedro, una de las imágenes más humanas que se han pintado de él, pone el óbolo en la mano de una joven madre que sostiene un robusto niño en brazos. La figura de Ananías, postrada en primer término, cruza horizontalmente el espacio en un alarde compositivo. El modelado de las figuras conjuga un fuerte contraste de luz y sombra.

(Frescos de la capilla Brancacci, iglesia del Carmine, Florencia)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

Pedro resucita al hijo del emperador de Masaccio


Recreación de otra escena de la vida de San Pedro vemos que Masaccio inventó la perspectiva pictórica, rodeando las figuras de luz y aire de modo que por fin se despegan del fondo y se mueven libremente en el espacio. La presencia de Dios se deja sentir en el orden perfecto que preside la escena, y la virtud reina en el extraordinario dominio que de sí parecen tener estos hombres cuya dignidad hace aparecer el milagro como algo perfectamente lógico y natural.

(Frescos de la capilla Brancacci, iglesia del Carmine, Florencia)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

Punto al Arte