Punto al Arte: Mondrian Piet
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Piet Mondrian (1872-1944)



Mondrian, Piet (Amersfoort, 7 de marzo de 1872 - Nueva York, 1 de febrero de 1944) Nombre con que es conocido Pieter Cornelis Mondriaan. Pintor y ensayista neerlandés.
 
Su obra temprana siguió la tendencia entonces predominante en los Países Bajos: paisajes y naturalezas muertas con efectos de luz pintorescos. El" 1908 rompió con los valores tradicionales de la pintura de paisaje holandesa en la tela Bosques cerca de Oele, en la que se adivina la influencia del expresionismo por la intensidad de la línea y los fuertes contrastes de color. Esta evolución se vio reforzada a través de la amistad con el pintor Jan Toorop, introductor del divisionismo en los Países Bajos. Mondrian redujo su paleta a los colores puros, pero con una interpretación radical que buscaba fundamentalmente el equilibrio en la naturaleza. En 1909 Mondrian se adhirió a la sociedad Teosófica, que defendía la creencia de que materia y espíritu forman un todo indisoluble. Esta corriente filosófica tendría una fuerte influencia en su pintura: el tríptico Evolución (1910-1911) es uno de los ejemplos más característicos. En 1912 Mondrian se trasladó a París, donde se interesó por el movimiento cubista, que interpretó de forma muy personal, en una evolución hacia la abstracción entendida como la reducción del objeto a sus elementos básicos, despojándolo de toda connotación anecdótica. En un intento de reducir los elementos básicos de la pintura a la mínima expresión, Mondrian suprimió las líneas curvas de sus composiciones, que quedaron reducidas a tramos de verticales y horizontales. 

Durante la I Guerra Mundial Mondrian regresó a los Países Bajos, donde acabó de desarrollar el estilo lineal que se conoce como "estilo oceánico", por su obra más representativa Muelle y océano (1917), una composición en blanco y negro en un marco oval. En 1917 conoció al artista vanguardista Theo van Doesburg y con él fundó la revista De Stjil, portavoz del movimiento que sería conocido como el neoplasticismo. Sus principios básicos eran el rechazo absoluto de cualquier referencia a la realidad que percibimos visualmente y la reducción del lenguaje pictórico a sus elementos más simples: la línea recta y los colores primarios, amarillo, rojo y azul. A partir de este momento Mondrian desarrolló una pintura que no pretendía reflejar un fragmento de realidad, sino la armonía del universo, en telas compuestas de rectángulos en tonos planos de amarillo, azul y roJo sobre blanco y negro. En 1922 el Stedeljik Museum de Amsterdam ofreció una gran exposición retrospectiva de su obra, que le consagró como el gran impulsor de la abstracción geométrica. En 1934 publicó su ensayo sobre la abstracción Arte plástico y plasticismo puro. Durante la II Guerra Mundial se trasladó a Nueva York, donde su pintura dio un nuevo giro: rompió con la rigidez y la austeridad anteriores para introducir el ritmo y el movimiento que la ciudad le sugería Broadway Boogie Woogie (1943) sería una de sus últimas obras. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Galería
Muchacha escribiendo, 1892-1895. Impresionismo


Iglesia del pueblo, 1898. Posimpresionismo

Composición con rojo, amarillo y azul de Piet Mondrian

El Neoplasticismo fue creado en la ciudad holandesa de Leiden por Piet Mondrian y Theo van Doesburg, fundadores del grupo De Stijl, en 1917. Ambos buscaban la pureza plástica total trabajando con formas geométricas regulares y ángulos rectos y utilizando colores primarios (el amarillo, el rojo y el azul) y neutros (el blanco y el negro).

Mondrian, que había llegado a la abstracción por la vía del cubismo, recibe dos influencias fundamentales en la evolución de su obra. Una surge del ámbito pictórico y se debe a las composiciones del pintor Bart van der Lek, cuyas reducciones a base de planos de colores puros marcarán la trayectoria de su nuevo estilo.

La otra aportación procede del campo filosófico. Toda su obra posterior va a estar marcada ideológicamente por la teosofía de raíz neoplatónica formulada por el matemático Dr. Mathieu Schoenmaekers, corriente de pensamiento místico muy en boga en Holanda durante la Primera Guerra Mundial, que propugnaba el rechazo a la realidad material en favor de otra más superior y espiritual.

El teósofo Schoenmaekers, en su ensayo de 1915, La nueva imagen del mundo, escribía: "Los dos extremos absolutos fundamentales que conforman nuestro planeta son: la línea de fuerza horizontal, es decir, la trayectoria de la Tierra alrededor del Sol, y el movimiento vertical y profundamente espacial de los rayos que tiene su origen en el centro del sol. Los tres colores principales son el amarillo, el azul y el rojo. No existen más colores que ellos".

En su pintura, Mondrian, activo miembro de la Sociedad Teosófica holandesa, seguirá estos principios de manera muy estricta. Nunca abandonará la estructura de las líneas y los colores primarios. En sus obras se fusionan los dos elementos, elaborando un lenguaje plástico singular, liberado ya de todo individualismo, con el declarado propósito de "dar forma a las matemáticas".

En un escrito publicado en la revista De Stijl, en enero de 1918, ya propugnaba la necesidad de limitarse "a los tres colores primarios más el blanco, el negro y el gris". Para el artista, "en la pintura real abstracta, el color primario sólo quiere decir que actúa como color básico. Por lo tanto, el color primario aparece de forma muy relativa; lo esencial es que se libere de lo individual y de las sensaciones individuales y que sólo manifieste la emoción serena de lo universal".

En su Composición con rojo, amarillo y azul (Composition with red, blue andyelow), de 1935, se aprecia perfectamente esta depuración de las formas. Ese orden abstracto de rectángulos dentro de un orden basado en líneas que se cruzan siempre en ángulo recto alojando en los espacios cuadrangulares los tres colores (el azul, el rojo y el amarillo) que, con el blanco del fondo y el negro de las rayas, serán los únicos elementos que Mondrian utilizará durante muchos años, desde 1921 hasta 1941, cuando decide establecerse en Nueva York huyendo de los desastres de la II Guerra Mundial.

En la presente obra, el artista traza sobre el blanco de la tela líneas negras horizontales y verticales que determinan una trama de cuadrados y rectángulos, tres de ellos los ilumina con el rojo, el amarillo y el azul. Mondrian busca representar el cuadro en las dos dimensiones y evita crear la ilusión de profundidad, por eso omite cualquier línea curva o diagonal, porque representan la perspectiva.

El resultado es un cuadro perfectamente equilibrado, en donde el color, la forma y la disposición están estudiados según un perfecto orden mental, remitiéndose a las premisas teóricas expuestas en dos de sus ensayos: El arte y la vida (1930) y Arte plástico y arte plástico puro (1937).

La simplicidad de este lenguaje ha influido notablemente en el diseño y la arquitectura del siglo XX. Al hablar de este estilo se ha de señalar el interés hacia la arquitectura oriental, principalmente japonesa, pues las obras de Mondrian parecen relacionarse con estos espacios interiores.

Composición con rojo, amarillo y azul, de 55 x 55 cm, se conserva en la Tate Modern de Londres.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Broadway Boggie-Woogie de Piet Mondrian


Pintado en 1943 durante su estancia en Nueva York, las líneas que seccionan sus composiciones y que se cruzan entre sí y que parcelaban el espacio en segmentos geométricamente armónicos serían sustituidas por una línea continua de ritmos sincopados punteados con marcas de color. El autor se vio imbuido por una sensación de euforia al llegar a la ciudad, que plasmó con soltura en su pintura, emulando las luces de los rascacielos y el desenfrenado ritmo de su tráfico.

(Museum of Modern Art, Nueva York)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

New York City de Piet Mondrian


Este óleo de principios de la década de 1940 pertenece a la denominada época trágica de Mondrian, quien a partir de entonces vería su obra invadida por la forma de la  cruz en los incontables cruces de las líneas verticales y horizontales, que le sirve como puntos de referencia de un infinito horizonte espacial que se pierde dimensionalmente al tratar de atraparlo con este entramado neuróticamente ordenado de rayas.

(Museo Nacional de Arte Moderno, París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Tableau IV o Composición en rombo con rojo, gris, azul, amarillo y negro de Piet Mondrian


Realizada en 1924, en esta pintura el autor abandona totalmente la forma central y elige la asimetría forzándola con una variación en el formato de exposición. El vacío constituye ahora un elemento fundamental de su sistema cromático, destacando la ausencia de color un agresivo contraste con las leves manchas que asoman por los bordes. Si el vacío domina la composición es en parte gracias a las gruesas franjas negras que separan los tres colores primarios rojo, amarillo y azul.

(National Gallery of Art, Washington)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Tableau II de Piet Mondrian


El máximo representante del neoplasticismo abstracto propone con esta obra una ordenación geométrica del mundo, contraria a la irracionalidad imperante en una Europa asolada por la I Guerra Mundial. Mondrian tiende en esta serie de composiciones a reducir al máximo los elementos integrantes y convierte los colores elementales azul, amarillo y rojo y el cruce de líneas verticales y horizontales en base de toda una gramática estructural, rehuyendo de una única forma central y tomando el conjunto de la composición como fragmento equilibradamente dinámico. La pintura de Mondrian se caracteriza por la elementalidad, la racionalidad y la funcionalidad de las formas en planos infinitos que se abren abruptamente en los márgenes del cuadro. 

(Kunsthaus, Zurich)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Composición X en blanco y negro de Piet Mondrian

También conocida como Muelle y Océano, en esta tela de 1915 Mondrian aún no ha conseguido alcanzar el rigor de la total abstracción geométrica del ángulo recto y de los contrastes entre colores primarios que caracterizaría su obra posterior. Muy impresionado por el descubrimiento del cubismo parisino en 1912, un ya maduro Mondrian cambiaría incluso la ortografía de su nombre como prueba de su viraje moral y estético, renunciando al pasado figurativo del que provenía como pintor.

(Rijksmuseum KróllerMüller, Otterlo)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

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