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Praxíteles (Atenas, s. - IV)

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  Primer clasicismo Praxíteles  (Atenas, s. - IV) Escultor griego. Uno de los artistas más admirados de la Antigüedad. Sus temas favoritos fueron generalmente divinidades juveniles (Eros, Apolo, Afrodita, Artemisa, Hermes, etc.) y sátiros. Praxíteles dio a sus esculturas un ritmo nuevo, una curvatura especial, huyendo de la línea vertical y estática, que había encontrado su formulación más compleja y orgánica en el equilibrio de  Policleto . Entre sus primeras creaciones figuran el  Sátiro escanciador  (copia romana en Dresde) y los  Eros  (copia en el Louvre), rítmica y estilísticamente semejantes. Junto a estos tipos juveniles masculinos, esculpió también figuras de muchachas jóvenes, como  Artemisa  (copia en Dresde) y  Afrodita Cnidia , o  de Cnido , considerada como su obra maestra y de la que se conservan numerosas réplicas (Vaticano, Roma, Florencia, Louvre). Obras ya de madurez son  el Sátiro en reposo  o  Ana...

Hermes y Dionisos de Praxíteles

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  Hallado en Olimpia, el grupo es el único original de Praxiteles que es posible admirar. Los retoques posteriores, que inducen a algunos especialistas a creer que se trata de una copia, no han alterado el grano original del mármol, aquella marmoris gloria, cuya insuperable perfección tanto alabaron los antiguos. Hermes, que conduce a Dionisos a las ninfas de Nisa, se detiene un instante en el camino para ofrecer a su medio hermano un racimo de uvas y el joven dios del vino trata de agarrarlo. Este juego anodino es el punto culminante de la composición, construida en arqueados movimientos ascendentes de modo que la atención recaiga sobre el rostro de Hermes. Pero el dios, entrecerrados. los ojos, casi borrado el párpado inferior, está ausente, ensimismado en sus propios pensamientos.  Museo de Olimpia, Atenas Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Marsias rodeado por las Musas de Praxíteles

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  Gracias a una breve nota de Pausanias fueron identificados estos bajorrelieves, atribuidos a este artista y hallados en Mantinea por Fougères en 1887. Al parecer adornaban el zócalo de un pedestal sobre el que se alzaba una gran escultura del maestro y representan a Marsias tocando la flauta en compañía de las Musas. Envueltas en amplios mantos, las musas aparecen revestidas de una dignidad sabiamente arcaizante. Durante siglos los magníficos relieves sirvieron de lápidas en una iglesia cristiana. Museo Nacional de Atenas Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Apolo Sauróctonos de Praxíteles

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  Réplica en mármol de una de las obras más conocidas de Praxíteles, datada hacia el año 350 a.C., que procede de la colección Borghese. La escultura representa a un joven Apolo en el acto de cazar un lagarto, de ahí su nombre. Museos Vaticanos, Roma Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Cabeza de Eubuleos de Praxíteles

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  El culto a Eubuleos, el porquerizo que fue testigo casual del rapto de Deméter por Plutón, se celebraba tan sólo en los misterios de Eleusis. La escultura fue hallada en las ruinas del santuario y las copias romanas la atribuyen a Praxíteles, lo que parece confirmar que se trata de esta obra. Museo Nacional de Atenas Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Sátiro en reposo de Praxíteles

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  Copia en mármol de un original del siglo IV a.C. atribuido a este autor, que introduce en el mundo de la belleza sensitiva, del ocio placentero. Su arte sigue al servicio de la fe, pero las divinidades del Olimpo praxitélico poco tienen que ver con los dioses tonantes, hinchados de majestad. Praxiteles los ve como hermosos jóvenes tranquilos: la mirada perdida en el ensueño, una vaga sonrisa vaga por sus labios mientras los dedos se complacen en un juego pueril. "Constatamos -dice Rodenwald- con un estremecimiento de alegría, que espiamos al dios, sin que él se dé cuenta, en la dulce paz de su existencia llena de felicidad." El precio que el artista hubo de pagar por esta sensación de beatitud no se escapa: una construcción escultórica sólida cuya dificultad escamotea una sutil y refinada calidad plástica. Museo del Capitolio, Roma Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.