Punto al Arte: Berruguete Pedro
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Pedro Berruguete (1450-1504)


Renacimiento. Quattrocento.

Berruguete, Pedro (Paredes de Nava, h. 1450 - Avila, 1504) Pintor español.

Junto con Juan de Borgoña, representa la transición del estilo gótico al renacentista en Castilla. Inició su carrera artística bajo la influencia de los maestros flamencos y hacia 1477 pasó a Italia, a la corte de Urbino, donde el duque Federico de Montefeltro había reunido destacados artistas, como Laurana, BramantePiero Della Francesca, Melozzo da Forli y Justo de Gante. Según parece, Berruguete colaboró con este último en la decoración del Studiolo en el palacio ducal.

En 1483 regresó a Castilla; trabajó en Toledo durante el período 1483-99 y, a partir de 1495, en Avila, en la realización del retablo mayor de la catedral, que no pudo acabar; también en Avila pintó para el convento de Santo Tomás el retablo del altar mayor y otros dos retablos menores, los de Santo Domingo y San Pedro Mártir, en los que se puede apreciar el gusto castellano, tanto por la tradición (conservación de fondos dorados), como por el realismo con que se tratan ciertos temas (su Auto de fe constituye un importante documento histórico) y también por la expresiva sobriedad de las escenas religiosas (San Pedro Mártir en oración). Son también muy interesantes los dos retablos conservados en su pueblo natal, Paredes de Nava, en los que se manifiesta su talento como retratista (David).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Galería
Ezequiel, 1500

Adoración de los Magos

Berruguete y el "caso Urbino"

 

El duque de Montefeltro y su hijo de Pedro Berruguete (Museo
del Prado, Madrid). En esta obra de 1480, pintada después de
la serie de retratos de hombres ilustres, Berruguete retrata
al señor de Urbino de perfil, al parecer para evitar la desagra-
dable impresión que podía producir la cuenca vacía del ojo que
había perdido en una batalla. El pintor pone de manifiesto este
carácter de gran guerrero presentándolo con la armadura y el
casco en primer plano, pero también su afición por la cultura
y el arte. La presencia del niño con el cetro en la mano es un
indicativo de la continuidad del poder.
Pedro Berruguete, el pintor más famoso de Castilla del siglo xv, no obstante, los vínculos del arte castellano con los Países Bajos, marchó a Italia hacia 1473. Aquí conoció las obras de Piero delta Francesca, Melozzo da Forli y Antonello de Messina. Éste, que era el más "flamenco" de los italianos fue quien ejerció mayor influencia en Berruguete, cuya producción italiana, salvo las pinturas del palacio ducal de Urbino y una que se halla en el museo de Brera de Milán, se ha perdido.

Unos tres años después de su llegada a Italia, a donde fue probablemente a instancias de un tío fraile de igual nombre, Pedro Berruguete pintó para Federico Montefeltro, duque de Urbino. Durante mucho tiempo los historiadores de arte atribuyeron no sin reparos la autoría de los cuadros del palacio ducal de Urbino al artista flamenco Joos van Wassehove, más conocido como Justo de Gante.

A mediados del siglo XX, varios estudiosos, entre ellos Juan Allende Salazar, Roberto Longhi y Cario Gamba, hallaron indicios suficientes como para considerar que Pedro Berruguete era el autor de varias pinturas, en particular la Comunión de los apóstoles y los veintiocho retratos de hombres ilustres.

Aparte del personal estilo de Berruguete, Cario Gamba encontró en un elogio escrito en 1822 a Giovanni Santi, "padre e poeta, padre del gran Raffaelo di Urbino", el testimonio de la presencia de un "Pietro Spagnolo pittore" en Urbino hacia 1477.

En 1991, el "caso Urbino" pareció quedar resuelto cuando Nicole Reynaud y Claudie Réssort, tras rigurosos análisis de los retratos, informaron en la Revue du Louvre de que los mismos habían sido realizados en dos fases, la primera por Justo de Gante y la segunda por Pedro Berruguete.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Santo Domingo presidiendo el Tribunal de la Inquisición de Pedro Berruguete


La vivacidad de la escena, en la que no falta detalle, hace de esta tabla una de las obras más populares del pintor naturalista, a quien repugnaba lo espeluznante. Al describir este episodio de la vida del santo, Pedro Berruguete rehuye el tremendismo y reconstruye la anécdota buscando efectos de perspectiva y una comedida contención en rostros y actitudes de cuantos intervienen en la terrible escena de la muerte en la hoguera de dos herejes. 

Museo del Prado, Madrid

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat. 

San Jerónimo de Pedro Berruguete

 


Detalle de una tabla del altar mayor de la iglesia, pintada entre 1494 y 1499. Esta obra maestra comprende diecinueve pinturas enmarcadas en una inmensa talla de juegos geométricos góticos . 

Monasterio de Santo Tomás de Avila (Castilla y León).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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