Punto al Arte: Scopas
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Scopas (n. Paros, h. -420)


Primer clasicismo

Scopas (n. Paros, h. -420)  Escultor griego. Se sabe de su colaboración en obras célebres, hoy desaparecidas, como el Mausoleo de Halicarnaso y el Artemision de Éfeso. La única obra documentada de Escapas está constituida por algunos fragmentos de las metopas del templo de Atenea Alea, en Tegea, que lo caracterizan como el escultor de lo trágico y del patetismo de los rostros humanos. Su dramatismo aparece sobre todo en una de sus obras más famosas en la antigüedad: la Ménade furiosa, conocida sólo gracias a una pequeña copia que se conserva en el Albertinum de Dresde.

El sentido dramático de Scopas

Ménade de Scopas (Staatlisches Kunstsammlungen, Dresde). Escultura realizada en mármol hacia el siglo IV a.C., que muestra un estilo más turbulento del tratamiento de la figura que el de su antecesor Praxiteles.
Otro gran maestro del siglo IV fue Scopas, tan genial como Praxíteles. Era acaso más viejo que él y natural de Paros, pero ambos debieron de convivir en Atenas, y hay probabilidades de que hasta trabajasen juntos. No fue Scopas, como Praxiteles, «un ateniense de Atenas» ni se le ofreció, como al maestro de los amores, la fortuna de poseer un taller acreditado por su padre y su abuelo. Parece haber sido un temperamento estudioso, puesto que sus personificaciones filosóficas le muestran al corriente de las ideas más adelantadas de su tiempo. Su tristeza pensativa contrasta con el optimismo estético de Praxiteles. Así como éste tenía preferencia·por los estados de dulce abandono, que se han interpretado como consecuencia de la iniciación en los misterios, Scopas agitaba sus figuras y las representaba en los extremos de paroxismo orgiástico. Con el Sátiro de Praxiteles, sumergido en quietismo sensual, contrasta la Ménade de Scopas, del Museo de Dresde, en furor báquico, que sostiene con una mano el cabrito que acaba de sacrificar.

Ménade de Scopas

 


Escultura realizada en mármol hacia el siglo IV a.C., que muestra un estilo más turbulento del tratamiento de la figura que el de su antecesor Praxíteles.

Staatlisches Kunstsammlungen, Dresde 

Cabeza de Meleagro de Scopas

 

Los primeros años atenienses de este artista, nacido en Paros de familia oscura, fueron seguramente difíciles. Temperamento rebelde, fácilmente inflamable, nunca fue un hombre de mundo, sino un genio a la vez tierno y vigoroso, lleno de pasión, lo que hoy sería llamado un "contestatario". Su escultura -intensa, dramática y dolorida- refleja de modo muy auténtico esta personalidad. En la copia mutilada de un original, la tragedia del cazador que sabe el fatal desenlace de su acción se sublima en la decisión de la mirada, pronta al sacrificio.

Villa Médicis, Roma

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Lucha entre griegos y amazonas de Scopas

 

Detalle de la decoración del friso Este del mausoleo de Halicarnaso encomendada a este artista. Es fácil reconocer el aire que imprimía Scopas a sus obras en la amazona del primer friso; el quitón hendido, arremolinado en forma de corola en torno a las caderas, deja ver el joven cuerpo desnudo lanzado al ataque con desesperada impetuosidad. Parece como si el escultor se condoliese, porque sabe que ella va a morir.

Museo Británico, Londres

Fuente: Historial del Arte. Editorial Salvat.

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