Punto al Arte: 03 La nueva escultura
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La nueva escultura

La voluntad de modernidad de las vanguardias declinó a partir de la década de 1960, rechazada la noción de modernidad como significado de incesante necesidad de experimentación y novedad. No obstante, a pesar de la crisis de la modernidad, su espíritu prevalece entre los artistas de las nuevas generaciones que siguen beneficiándose de su marco de libertad, activando algunos de los componentes más significativos. Superado el modelo del movimiento moderno, tras diferentes episodios de reencuentros y olvidos, el arte se enfrenta a su aceptación más plural y antidogmática, en el fondo, a una consideración más instrumental y secularizadora.

Esta aparente pérdida de la orientación del arte, ahora sin metas establecidas ni compromisos socializadores, a la deriva en la amplitud del eclecticismo, paradójicamente no va a desembocar en una crisis profunda de sus valores o conceptos, ni tampoco en la proclamada" muerte del arte" anunciada por Hegel, sino que sirve para situarlo en un lugar privilegiado de la evolución del hombre. El arte se configura, en el último tramo hacia una nueva época, como un viaje, una aventura individual en la que cada artista fija las coordenadas.

Intemperie de Perejaume (Cortesía del
autor). Esta estructura rectangular, de 

casi cuatro metros de alto, y ejecutada 

con marcos de cuadros de diferentes ta-
maños, es un claro exponente de la 
nueva escultura.
La aportación esencial de las últimas tendencias del arte, su diversidad y nuevos horizontes hacen posible la convivencia de líneas muy diversas, incidiendo de manera poderosa en una nueva metamorfosis conceptual y estructural de la escultura, convertida en plataforma para las actitudes más representativas de las últimas décadas.

Más críticos que dogmáticos, los artistas, convenciclos de que su mundo continuará siendo plural y problemático, buscan en la vivencia personal, en la penetrabilidad de la crisis un espacio para la autoliberación del hombre capaz de convivir con las contradicciones, perplejidades, dudas e interrogantes de su siglo. Ante la apariencia de la confusión, del caos, el creador elabora su artificio sumando imaginería cultural y experiencia interior, construyendo en él los mitos y recreándose en los signos de su tiempo. La efervescencia pictórica de las décadas de 1970 y 1980 comparte con la arquitectura autoridad para establecer la naturaleza de las nuevas inquietudes, constatando que la escultura, espacio intermedio, tiene en estos años un papel principal en los desarrollos artísticos. La escultura activa sus propios medios de reflexión y concreción de experiencias a partir de la década de 1980, y se pueden descubrir en ella un sinfín de tendencias que reflejan con gran exactitud el panorama artístico internacional.

Aunque la diversidad de autores, obras y procesos de concepción puede parecer confusa, las experiencias de la nueva escultura son fruto de una extraordinaria libertad en la elección de lenguajes, de la conexión sin traumas de las tendencias más influyentes de la propia contemporaneidad (surrealismo, dadaísmo, conceptualismo, minimalismo, arte povera) y de la valoración de los particulares y subjetivos procesos de aprendizaje y autorreconocimiento de algunos de los artistas más personales de este tiempo (Picasso, Dubuffet, MiróTàpies, Kounellis, Beuys).

El arte, durante la década de 1980, se reafirma como una sucesión de formas expresivas que se encabalgan, sin proponer, por ello, la negación, superación o anulación de las otras. La cultura artística manifiesta la inestabilidad propia de un cambio de época; la sensación de crisis del pensamiento y del significado de las cosas se hace extensible a todas las disciplinas humanas. 

Uno de los artistas que más influencia ha ejercido en el ámbito del pensamiento postmoderno es, sin duda, el alemán Joseph Beuys. Su compleja personalidad y la amplitud de sus actividades (escultor, activista político, pensador) siguen provocando la controversia, tras su muerte en 1986, al tiempo que su legado material se comercializa progresivamente y su proyecto intelectual incide y se expansiona en la obra de numerosos artistas. La obra de Beuys, su pensamiento, trasciende la esfera de lo puramente visual para situarse en un especial ámbito filosófico y le convierte en uno de los creadores más importantes del siglo. Su propuesta, "toda persona humana es un artista que define las cosas por sí mismo", cuestiona la concepción misma del artista y del arte resituándolo en su relación con la vida y la capacidad del hombre para decidir por sí mismo. El arte, para Beuys, no puede basarse en principios que conciernen a la estética, como ciencia de lo bello, sino que debe ser un activador del intercambio moral y político entre los hombres. Su concepto de acto artístico es de carácter antropológico, esculpir significa mucho más que manipular una materia física, concierne a la totalidad de la propia existencia; por ello, la cuestión básica no es que todo el mundo pinte cuadros o realice esculturas, sino que todos sean capaces de llevar a cabo su proyecto individua] de armonización de la existencia.

⇦ Sin título de Joseph Beuys. El pensamiento y la obra del autor convergen en un único espacio de reflexión: el de la vida y la liberación del individuo a través de la creación. Sus acciones, instalaciones, dibujos y otras obras, buscaban la provocación como mecanismo de formación de la conciencia. En la creación de sus piezas los materiales juegan un papel decisivo, siendo realizadas sus primeras obras con materiales pobres.  



La idea del ser humano como transmisor y receptor de fuerzas energéticas a nivel espiritual, físico y emocional, es una imagen característica en la obra de Joseph Beuys. La vida espiritual, definida como eterno fluir, se manifiesta en su obra en la elección de ciertos materiales poco convencionales, pero impregnados de conceptos abstractos. El concepto" calor", como energía primigenia de la evolución, determina la elección de materiales de características térmicas notables, como la grasa, el fieltro o el cobre. La formulación poética de este artista se traduce en la elección de este tipo .de materias, ricas en resonancias alquímicas, y también en el extrañamiento de los elementos que componen la parte visual inmediata de sus acciones-instalaciones: pizarras, objetos caseros o alimentos, conforman un campo energético capaz de provocar en el receptor un efecto de catarsis, al canalizar el objeto irritaciones de la conciencia.

Más allá de cualquier barrera entre la pintura o la escultura, la acción o la instalación, su obra persigue una definición por encima de sus formas exteriores, encontrando el espacio espiritual de la reflexión artística. El carácter ritualista de las acciones-instalaciones de Beuys contribuye a potenciar la fuerza del misterio que el artista quiere vislumbrar. Beuys estaba en contra del concepto convencional de arte. Su idea de obra plástica está relacionada con la vida y no con la ideología de las artes visuales referida exclusivamente al sentido de la vista. Para él, todos los sentidos están en activo cuando una persona se pone en acción; define el objeto de arte como un estímulo para la transformación de la idea en lo plástico.

La obra y el pensamiento de este hombre revelan las inquietudes del arte surgido de la crisis de valores de la misma modernidad; su influencia activa las experiencias más interesantes del arte en las últimas décadas, en especial las derivadas del uso, la apropiación o transformación de materiales tridimensionales y espacios, es decir de las vastas y singulares opciones de la "nueva escultura" fin de siglo.

A partir de la década de 1980, la escultura empieza a hacer valer su autonomía, a pesar de la abolición de fronteras entre pintura y escultura, ampliando notablemente su concepción teórica y su ejecución material, propiciada por el establecimiento de nuevos materiales, nuevos emplazamientos, nuevas intenciones, comportamientos y resoluciones.

Exposiciones celebradas en todo el mundo, como “The Sculpture Show”(1983), “Histoires de sculpture”(1984-1985), ¿”Qu’est-ce que la sculpture moderne?", "Entre el objeto y la imagen" (1986),"Skulptur Projekte Munster", "Raumbilder" o "Juxtapositions" (1987), contribuyen de manera definitiva a sentar algunas de las bases de discusión teórica acerca de la nueva situación que vive la escultura.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Desde la materia y la forma

No hay una sola manera de ver o entender el arte. El objeto, su mundo, peculiaridades y poéticas, han ejercido una gran influencia en el ámbito de la escultura, al mismo tiempo que ésta preserva sus posibilidades de acción en el contexto de la forma figurada de la obra y la prodigalidad comunicativa de los materiales utilizados.

Siguiendo la línea constructiva de formas abstractas de carácter expresionista, relacionadas con el espacio en diálogo de tensiones, equilibrios, llenos y vacíos, hay que destacar la herencia del escultor estadounidense David Smith, fallecido en 1965, y la continuidad de su experiencia escultórica en las obras de Joel Saphiro, verdaderos poemas deconstructivistas. El uso de materiales, en este caso propios de la tradición escultórica, como es el bronce o el acero, no priva de renovación conceptual a sus obras. 

Cubi I de David Smith (lnstitute of Arts, Detroit). Smith fue uno de los pioneros en Estados Unidos de la escultura en metal. Con influencias de Julio González y de Picasso, las esculturas de su última época tienden a la monumentalidad y a lo abstracto. la serie de los trabajos denominados Cubi (de 1963}, consisten en bloques de metal bruñido que componen grandes figuras.


Pasolinni de Richard Serra. Es esta composición formada por dos bloques de acero fundido, Serra desafía e innova con sus creaciones. Se centra en la producción de los materiales, en sus características, y utiliza el acero trabajado en caliente para crear esculturas sencillas y de gran tamaño, que le hacen ser uno de los escultores más destacados del siglo XX. 


Emma books de Anthony Caro (City Art Gallery, Leeds). Este creador británico representa el inicio de la modernidad en la escultura, ha sido llamado el padre de la New Generation, un grupo de artistas que a partir de la década de 1960 potenció los efectos visuales de la escultura frente a los táctiles. Sus esculturas son enormes montajes de grandes planchas de metal, vigas industriales, tuberías o piezas de acero.  


Nonesign-neon sign de Bruce Nauman (Galería de Arte Moderno, Turín). Obra de 1970. Nauman trabaja en diversos medios: escultura, vídeo, película, etc.; se concentra menos en el desarrollo de un estilo característico, y más en el camino por el que el proceso de creación puede transformarse en una obra de arte.

Los materiales propios de la escultura, al igual que los procedimientos técnicos de la ejecución, se mantienen también en las obras del escultor británico Anthony Caro, que, al igual que Smith, utiliza la técnica de la soldadura de diversos materiales (acero, aluminio en chapa, engranajes, vigas).

La obra de carácter minimalista influye directamente en las nuevas vías de la escultura postmoderna, en especial a través de las obras de Richard Serra, Donald Judd, Bruce Nauman y Carl André. Artistas como Ronald Bladen, Larry Bell, Robert Grosvenor, Jackie Winsor, Scott Burton y Julian Opie, utilizan el lacónico minimalismo en sus piezas de metal, vidrio o mármol. Esta línea de trabajo, de manera similar, está contenida en la escultura de los artistas españoles Eduardo Chillida y Pablo Palazuela, como lo estuvo anteriormente en la de Jorge Oteiza, recuperada tras el interés del minimalismo por parte de las jóvenes promociones de escultores españoles. La lección de estos maestros se constata en la pervivencia de este tipo de escultura entre las últimas generaciones de escultores, en especial los de procedencia vasca, como Txomin Badiola y Pello Irazu, o el catalán Sergi Aguilar.


Stickman 12 de Larry Bell. Escultura de bronce creada en 1996. La obra de carácter minimalista influye directamente en las nuevas vías de la escultura postmoderna. Bell investiga la superficie y la forma por medio del cristal o del bronce, o sobre la lona o el papel.


Cultural baggage de Julian Opie. Obra de 1984. El autor ha desarrollado su trabajo dándole una presencia arquitectónica a sus esculturas, hechas de metal o de madera, y que nos recuerdan oficinas, casas y detalles arquitectónicos en espacios· públicos. Combina el arte abstracto y lo reduce a sus elementos más básicos. 


Las Meninas (Lo convexo y lo cóncavo, el perro y el espejo) de Jorge Oteiza (Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca). La aportación de la obra de este autor a las últimas tendencias del arte español es decisiva, tanto en el ámbito pictórico como escultórico, en especial en un momento en el que ambos términos carecen de definición convencional. Fue uno de los pioneros de la escultura abstracta en España.

En el ámbito de la escultura tecnológica, que asume una formalidad de tipo cientifista y a la par humanista, se puede citar la importancia de las obras de Paul Bury, Takis, Piotr Kowalski, Jan Borofsky y Tinghely, relevando la continuidad de la tendencia cinética y tecnológica de la escultura contemporánea en piezas e instalaciones.

El pluralismo de las últimas décadas permite cualquier tipo de aproximación a la forma, desde el reduccionismo geométrico a la morfología orgánica o la nueva figuración. Allison Wilding construye piezas dobles, metafóricas e imaginarias, que se aparean en ritmos circulares; John Duff realiza masas inquietantes por su ambigüedad en fibra de vidrio, y Ken Price, también a partir de materiales plásticos moldea bloques de apariencia blanda y vistosos cromatismos.

Escultura de Pello lrazu (Galería Soledad Lorenzo, Madrid). Obra de 1963, en acero. Las últimas generaciones han seguido con el minimalismo que influyó en las nuevas vías de la escultura postmoderna. lrazu se mueve entre la escultura, la pintura y el dibujo, en una profunda reflexión sobre la relación del individuo con la arquitectura y los objetos cotidianos.


A los nuevos catalanes de Sergi Aguilar. La línea más constructivista tiene en este artista uno de sus máximos exponentes. En esta pieza de hierro instalada en la Via Júlia de Barcelona, las tensiones entre la forma y el espacio fluyen en poética simplicidad. En el hierro y en el acero encontró los materiales más convenientes para su síntesis geométrica, en perpetua evolución hacia la expresión del vacío, del hombre y de su entorno.


Kiss and tell de Richard Deacon (Galería Hayward, Londres). Su obra posee la contundencia de unas formas que revelan su interioridad a través de los mismos materiales; como en esta pieza, realizada en 1989, en la que crea contrastes de color, de superficie y de forma.  

La transparencia de la fibra de vidrio, su maleabilidad y fragilidad, logra en las piezas de Eva Hesse, desaparecida en 1970, una inusitada dimensión poética. Los bloques de piedra apilados o, también los aislados, de Ulrich Rückrien, al derrumbarse o ser cortados, constituyen una constelación formal totalmente nueva. De la misma manera, el material incide directamente en las construcciones de Richard Deacon, piezas realizadas a partir de láminas de material (acero, madera, linóleo) de tal modo que su propia superficie no guarda relación con el resultado final de la masa; los tomillos, remaches y encolado se unen al conjunto dando una visión total de gran impacto. Las esculturas de Rosemarie Trockel indagan en lo desconocido, perturbando la familiaridad de los objetos y materiales que utiliza. La pulsión espiritual llega a su máxima fuerza en las piezas e instalaciones de Anish Kapoor, señales visuales del vacío insondable que sólo el artista es capaz de captar en la materia rocosa o la dimensión cromática del hueco material. La fría morfologia circular de las piezas de Grenville Davey, ejecutadas en materiales de consistencia industrial, logra compenetrarse con el entorno que las contiene como si se tratara de un espejismo espacial.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

El arte español objetual

Correspondencia I de Eugenio Cano (Centro de 

Arte Caja de Burgos). De técnica mixta sobre te-

la, plástico y madera, Cano realizó esta obra en 

1998, a partir de diversos materiales industria-

les de presencia fría pero de potente sugestión 
(Cortesía del CACB). 
Los artistas españoles posibilitan, a partir de la presencia y rápida difusión de tendencias, grupos y artistas internacionales, desde 1985, la existencia de una escultura de gran relevancia.

El mundo objetual influye poderosamente en la obra de Pep Duran Esteva. Las referencias ambiguas de sus armarios, maletas, pedazos de madera o collages de corbatas y zapatos, ofrecen potentes sugerencias poéticas a medio camino entre la ironía y la ternura. En cambio, las piezas escultóricas de Caries Pazos fijan las coordenadas de una narración autobiográfica vestida de kitsch y erotismo que enjuicia la misma realidad del artista. Los objetos, recuperados del desperdicio, de Pere Noguera presentan con frecuencia una epidermis de barro que les uniformiza en sus cualidades táctiles. Por otro lado, la obra de Eugenio Cano se debate entre el orden y el desorden de los objetos que analiza y utiliza cargándolos de contenido para después perturbarlos y contaminarlos en su nueva presencia, con el fin de emular el caos inherente a la propia cultura urbana. Las esculturas de Carmen Navarrete, Natividad Navalón, Ricardo Calero, Víctor Blasco o Ricardo Cotanda se apuntan también en esta línea de experimentación.

Sin olvidar el camino trazado por, entre otros, Joan Brossa o Antoni Tapies, estos artistas manipulan las posibilidades lingüísticas de los objetos y de sus fragmentos en pos de una extensión en el ámbito de la escultura y de la misma experiencia cultural de la época contemporánea.

La apariencia arqueológica y etnográfica recrea las primitivas construcciones de Andy Goldsworthy, Chris Drury, Robert Stackhouse y las miniaturas de Charles Simonds, las huellas fosilizadas de Veronica Ryan, las ruinas de Anne y Patrick Poirier o los toscos mecanismos de Brian lllsley.

La obra de arte como ejercicio voluntario o no voluntario de la memoria individual y colectiva materializa a través de formas metafóricas y materiales alegóricos arranca de la retórica filosófica, espiritual, animista o ideológica de los escultores españoles adscritos a esta indefinida tendencia. Destaca la obra, de trayectoria internacional, de Susana Solano, piezas de metal convertidas en contenedores y, a la vez, contenidos en sus propias reflexiones. Esta escultora maneja las formas y los volúmenes, los espacios interiores y exteriores, sus fronteras y materiales, con una libertad y dominio intuitivo, convirtiendo la forma en tema y el tema en forma. Las esculturas de Ferran Cartes son el resultado de una evolución que empieza con sus trabajos en yeso pintado, de principios de la década de 1970, muy expresionistas en la. forma y lúdicos en el contenido y culminan, a partir de 2000, en sus exposiciones monográficas Piedras de agua, Esculturas de río y Torsiones. Las piezas escenográficas de Juan Muñoz, mezclando materiales y referencias, consiguen transcribir sus propias dudas sobre el sentido de la vida. Jaume Piensa, en cambio, prefiere la dureza impenetrable del metal para sugerir potentes formas orgánicas. Los materiales parecen poseer, para el escultor Gabriel, una potencialidad expresiva capaz de imantar todos los mitos: acero, caucho, piel de reptil, etc., dialogan ante el cúmulo de connotaciones. La reflexión sobre la historia del hombre y su condición de filósofo y poeta, la arbitrariedad entre naturaleza y artificio, conducen el variado repertorio artístico de Perejaume, pinturas, instalaciones en espacios naturales, objetos replicantes, que incrementan su artificio para buscar cobijo en el paisaje intelectual del romanticismo. En cambio, la obra de escultor realizada por Jordi Colomer fluctúa entre límites diferentes de la pintura y la escultura buscando la recreación estética en esta misma ambigüedad. Miquel Navarro organiza a ras de suelo extensas ciudades de piezas geométricas, incorporando el entorno al contexto de la misma creación, mientras que Ángeles Marco persigue interpretaciones metafóricas, casi utópicas de las estructuras y de los elementos formales.

El aire kitsch de los materiales utilizados por Ramon Perramon, el existencialismo monocromático de las piezas de Jordi Canudas, la aportación matérica y amorfa de Joan Rom, las construcciones espaciales de gran brevedad y evocación de Fernando Sinaga, las morfologías blandas realizadas en plastilina de Aureli Ruiz, los submarinos y máquinas voladoras de piel erosionada de Riera i Aragó, las formas emblemáticas de Evaristo Belloti, la blanca transparencia. de las piezas de pared de Emilio Martínez, el juego visual de las obras de Pepe Espaliú, la mirada poética, en la línea más "povera", de Manuel Saiz y Adolfo Schlosser,la brutalidad de los materiales empleados por Cristina Iglesias, entre otros muchos que podríamos citar, son los nombres y las actitudes que se convierten en forma escultórica en el panorama más actual de la joven escultura española.

La revisión y persistencia del medio figurativo de la escultura antropomórfica, adopta igualmente vías variadas de interpretación. El nuevo expresionismo alemán concibe, a través de los trabajos volumétricos de Georg Baselitz y Rainer Fetting, toscas piezas talladas en madera o fundidas en metal, su escenario más patético. También de dicción expresionista, las figuras de madera de Francisco Leiro y las piezas de granito de Manuel Paz ponen de relieve este lenguaje entre los escultores españoles.

Los fragmentos del cuerpo humano de proporción ·monumental de Igor Mitoraj, las esperpénticas criaturas concebidas por John Davies, los inquietantes espectros de Nancy Grossman y Mandy Havers, los personajes cómicos de Rober.t Arnegon, los estilizados y hieráticos desnudos de Robert Graham y las estatuas absurdas de retórica kitsch de Jeff Koons ejemplifican el interés por la representación figurativa de la nueva escultura internacional.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Desde la poética del objeto

Los ready-made de Marcel Duchamp fueron la primera expresión dinámica de la necesidad de ampliar el campo de significados del arte más allá de los dominios del "gusto" y del virtuosismo artesanal. Duchamp quiso ampliar el ejercicio estético, totalmente mental, hasta el reino del objeto.

La historia del "objeto escultura" tuvo en el cubismo otro suceso determinante. Al intentar incorporar la tri dimensión a la pintura, dio a la escultura el impulso para desarrollarse libre de los constreñimientos del tema. La intención del cubismo era neutralizar la importancia del sujeto, convertirlo en objeto al dar por sentada su existencia.

El material se convierte bajo las nuevas premisas en sustancia, dejando de ser mero vehículo de expresión no sólo en sus aspectos visuales, sino en todas sus cualidades sensibles. Las vanguardias encontraron en el mundo de los objetos, de los fragmentos, la posibilidad de desarrollar una creatividad vinculada a las propiedades del material. El mundo del objeto, de los materiales industriales categorizados como arte por decisión de los artistas, inaugura la problemática de las relaciones entre la representación y lo reproducido; el fragmento de la realidad pierde en esta nueva visión su sentido unívoco con el fin de ampliar nuevos significados.

Sir Isaac Newton de Eduardo Paolozzi (plaza de la Biblioteca Británica, Londres). Pionero del Pop art desde la época de 1950, la obra del autor representa la reacción contra todas las técnicas academicistas anteriores, en esta estatua, realizada en 1995. En su última etapa sus esculturas son de proporciones gigantescas, casi arquitectónicas.

El arte "objetual", recuperado por diferentes tendencias neodadaístas durante la década de 1960, se convierte en un potente polo de actividad creativa; el objeto descontextualizado, metamorfoseado, reiterado, fragmentado o reordenado en el espacio, pierde sus cualidades primeras para transformarse en medio de referencias poéticas, existenciales, irónicas o dramáticas.

La escultura surgida del componente objetual supera los límites de la pintura y de la escultura tradicional convertida en un medio "mestizo" que puede ampliar materiales, referentes, y ocupar cualquier espacio: la pared, el techo o el suelo, espacios cerrados o abiertos. La escultura define por sí sola el carácter interdisciplinar del arte de las últimas tendencias, su vocación metalingüística.

Los objetos metamorfoseados de Lucas Samaras, ensamblaje de materiales autónomos en la línea de la escultura enigmática del surrealismo, subliman el fetichismo de las formas. Samaras, agresivo, sádico, usa el valor metafórico de los materiales para recrear con sus cajas y libros los límites de la estética. Book, 4 (1962) es un libro imposible de tocar, envuelto en materiales punzantes y cortantes (clavos, cuchillas) que agreden al mismo tiempo al objeto y sus connotaciones, como al receptor y su historia. La obra de este artista estadounidense, de origen griego, sirve de ejemplo de la conexión entre las primeras propuestas objetuales y sus últimas referencias, del continuo traspaso fronterizo del arte entre Europa y Estados Unidos.



Assemblage de Bill Woodrow. Los objetos domésticos o industriales se convierten para la nueva escultura en sustancia de expresión, y no únicamente en su vehículo. Los fragmenta, los secciona, los dobla, crea nuevas entidades con sus restos ... El autor, en esta composición de 1982, rompe con los esteticismos de las décadas de 1960 y 1970, y con los materiales domésticos y deshechados que utiliza en sus creaciones lo hace motivado por su aversión a los excesos de la sociedad consumista.  

Las connotaciones propias del objeto y su nueva esencia, tras la descontextualización o alteración provocada por la intervención del artista; la sublimación de su fragilidad o efimericidad, en oposición al concepto perenne de la escultura convencional; el proceso de construcción de las obras, marginal respecto a los procedimientos técnicos clásicos; la extensión de sus significantes más allá de la forma y las posibilidades de su interacción ambiental; la evidencia de una actitud personal o colectiva hecha forma corpórea; la disminución de la actividad del artista y el aumento de la del espectador, y la recuperación de significados antropológicos amplios en la órbita del arte, son argumentos que entretejen la trama de la escultura objetual y que la distinguen en la personalidad del arte de las últimas décadas del siglo XX.

La apropiación de objetos o fragmentos como vía de ampliación semántica de las formas escultóricas es también el punto de partida de algunos de los artistas británicos de las últimas generaciones, denominados, a pesar de no tratarse de ningún grupo o tendencia homogénea, con el término de "nueva escultura británica". Eduardo Paolozzi utiliza objetos producidos por la industria, pedazos de máquinas, para configurar a modo de escenario composiciones escultóricas en las que la fragmentación, con referencia a la apoteosis industrial, simula el naufragio de nuestros bienes de consumo en el mar del materialismo. Truenos y relámpagos con moscas y Jack Kennedy (1976) está en la línea de esta acometida crítica de los materiales objetuales.


Grey Container de Tony Cragg (Yale Center for British Art, New Haven). Los restos sirven de nueva materia compositiva, como en el caso de Grey Container, realizada con pedazos de madera, cerámica y cristal. El autor se vale de materiales muy diversos para sus inconformistas y originales creaciones.

La violencia creativa induce a Bill Woodrow a crear nuevos objetos a partir de sus propios pellejos. Recorta el metal de una carrocería de automóvil, mientras sitúa un crucifijo sobre el altar, rojo y fulgurante, de una nevera, Picnic (1984). Reunión disparatada de elementos surgidos de la simplicidad del proceso y la violencia creativa de su autor. Woodrow demuestra, a través de los objetos utilizados, la energía transformadora del artista; la fuerza de la obra proviene del choque que presenciamos entre el abismo del deseo y su presencia como objeto.

La obra de Tony Cragg, ejemplo positivo para m uchos de los escultores ingleses de su generación, parte de la agrupación de restos de objetos de plástico que conforman un mural o se extienden en el suelo. El artista delimita su propio espacio, en el que se mezclan objetividad, irracionalidad y subjetividad; su vocabulario denso y complejo contribuye a la comprensión del mundo. Los fragmentos de materiales, los mismos materiales yuxtapuestos, ti enden a recrear una escultura que trasciende sus propios límites para observar el universo y reflexionar sobre la propia existencia.

Hospitality de Barry Flanagan. Instalada dentro del Jardín de las Tullerías, en París, esta escultura de bronce permite que el público interactúe con ella. Las liebres, elefantes y caballos de bronce han hecho célebre al autor. La metáfora y el humor, y la combinación de los materiales con el espacio, son los denominadores comunes de su obra.


Cabinas telefónicas instaladas por David Mach en la London Road del distrito de Kingston upon Thames, en Londres. Los objetos producidos en serie múltiples: compartimientos, periódicos y neumáticos de automóvil, han sido utilizados constantemente por Mach a lo largo de su carrera. Utiliza artículos diversos de una forma conjunta, en tono de humor y crítica social. Su trabajo siempre está rodeado de polémica. La densidad de estas instalaciones se repite en sus esculturas más pequeñas donde los objetos múltiples se utilizan para hacer el conjunto.

Barry Flanagan evita el convencionalismo de la pintura, sujeta a sus propias leyes, y encuentra en la escultura la posibilidad de trabajar directamente con materiales y con el mundo físico, inventando sus propias organizaciones. Los "inventos visuales", como él los denomina, se centran en la misma experiencia de la realización, combinando un profundo romanticismo con la fascinación y el respeto hacia los materiales en sí mismos. El espacio, tan importante como cualquiera de los objetos que utiliza, marca, en las obras de la década de 1970, la interrelación de las formas: piedras, cuerdas, espejos, telas ..., que se expanden en el espacio físico, ampliando igualmente el intelectual de la reflexión.

La continuidad de la obra de Marcel Duchamp tiene en Richard Wentworth un singular representante. Sus objetos silenciosos evocan, incluso en los mismos títulos, el humor y la complejidad expresados en las obras de su antecesor.

Ultra Red I de Haim Steinbach (Colección Sonnabend, Nueva York). Obra de 1986, que forma parte de una serie de composiciones formadas a partir de objetos de la vida diaria, coloreados en rojo, acoplándose entre ellos. Sus obras son metáforas. En esta serie, lo son de las costumbres lingüísticas, culturales. Intenta eliminar el fetichismo en el arte utilizando esos artículos fácilmente disponibles y reemplazables.  

La acumulación organizada de neumáticos de automóvil o de revistas, realizada con una extremada pulcritud por el artista y su equipo de colaboradores, caracteriza la obra de David Mach. Una vez más los objetos, amontonados, configuran un volumen integrado al espacio, y la realización in situ de este tipo de obras marca su específica configuración y carácter.

El artista belga Marcel Broodthaers, amigo y ayudante de Beuys, fallecido en Colonia en 1976, se compromete a partir de los objetos con una interpretación del arte en función de la taxonomía y la semántica. Sus instalaciones de vitrinas y estantes llenos de objetos etiquetados o sellados recrean la imagen del museo como depósito o almacén del lenguaje, minando la identificación sacralizadora entre artista y museo.

Piano boca abajo de Rebecca Horn. Los objetos y elementos industriales, las imágenes videográficas, se transforman a partir de su ubicación y nuevo contexto en un mensaje imposible de eludir. La autora se inscribe en esa evolución que surgió en la década de 1960 y que llevó al absurdo las ideas tradicionales sobre las artes plásticas. Sus obras abordan el espacio con suma precisión, con luces, reflexiones y elementos musicales.


⇦ ET's longneck, two brains, penis & scrotum de Mike Kelley (Kunsthalle, Hamburgo). Es una obra de 1989 que pertenece a la serie Fabric animals found by the artist. Su arte se basa en la estética del performance. La violencia, la suciedad, el mundo infantil, el crimen o la locura aparecen en forma de assemblages, instalaciones y performances, significantes de sus reflexiones irónicas y críticas. 



La dialéctica entre el objeto y la imagen expande sus dominios formales, conceptuales, temporales y geográficos en la obra de artistas tales como Haim Steinbach y David Ireland y Rebecca Hom, de la que se han realizado diversas monografías en los últimos años, como en The Gallery (Londres, 1994), el Carré d' Art (Nimes, 2000) y la sala K20 (Dusseldorf, 2005), en la que se pudo ver su serie de dibujos que reciben el título de Bodylandscapes. Annette Lemieux, profesora de Bellas Artes en Harvard, se muestra como una artista que cultiva la pintura, la escultura y la fotografía. Thomas Grunfeld, por su parte, siempre refleja su interés por reflexionar sobre la naturaleza y la realidad, y ha adquirido gran relevancia internacional gracias a sus trabajos de ensamblaje en taxidermia.

Ejemplo de artista multidisciplinar es Mike Kelley, que cultiva la pintura, la fotografía, la escultura, la videocreación, la música, etc. Siempre se ha caracterizado por reflejar las contradicciones de la sociedad occidental, poniendo en entredicho los valores y convencionalismos religiosos, económicos e incluso psicológicos, como puede comprobarse en Poetics Project (1977-1997). En cambio, Barbara Bloom es una escultora que ha adquirido relevancia gracias, sobre todo, a instalaciones en las que otorga protagonismo a la representación de salas o habitaciones elegantes, como en su instalación The French Diplomatís Office (1999).

La exploración de los límites del arte supera el callejón sin salida creado por el postmodemismo a través de la acción de los artistas que transgreden los medios convencionales de la escultura, abarcando elementos e ideas tomados de fuentes tan diversas como la arquitectura, la pintura, la lingüística, la artesanía, la antropología, los medios de comunicación-. Se trata de sobrepasar la barrera entre el arte y la vida para cuestionar y resaltar las formas que adopta la dialéctica sociocultural en nuestra sociedad.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Desde el ámbito del espacio

El paso decisivo hacia la ruptura de cualquier barrera entre el arte y la vida, anunciado ya por Marcel Duchamp, se da cuando el artista asume sin restricciones el ámbito del espacio para operar en él, y a través de él, nuevos mecanismos cognoscitivos.

El artista, apoderándose del espacio, y recreándolo, invita al espectador a participar activamente del proceso creativo como parte integrante del mismo, ya sea a través de una simple experiencia sensorial o a través de su libre interpretación. Cada vez son más los artistas que eligen este medio para realizar un trabajo que abarca elementos e ideas tomados de fuentes diversas.

Al parecer, fue el artista minimal Dan Flavin quien utilizó por primera vez el vocablo "instalación" para designar, a partir de 1964, sus obras realizadas con neones. El recurso del "lugar" debe considerarse una de las aportaciones más importantes del arte minimal: trascender los propios límites de la forma objetual para extender la actuación al ámbito del espacio, del entorno, violentando las convenciones de la percepción.


Dime, dime querido de Susana Solano (área olímpica de la Vall d'Hebron, Barcelona)_ La autora figura entre los artistas españoles más cotizados internacionalmente a partir de la década de 1980_ Sus esculturas, piezas de metal convertidas en contenedores y, a la vez, en contenidos, reflexionan sobre los límites de la forma y de la vida con una libertad y dominio intuitivo de sugerencias poéticas. Esta obra fue instalada en 1992, y es una de las primeras que concibe para un espacio público.

El arte de la década de 1970 coincidió en la animación de la tendencia a la desobjetivación; las experiencias minimal y povera son decisivas en la definición de la ampliación de las posibilidades estéticas a las tres dimensiones y la concepción del espacio como ampliación conceptual de la obra. Los artistas de aquellos años estaban interesados en los temas relativos a la instalación; dejando a un lado su trabajo en el campo de la pintura, la escultura, video, fotografía o cualquier otro medio, empezaron a manipular directamente el espacio en el que se presentaba el arte. Los dibujos sobre pared de Sol Lewitt, los espacios de luz de Dan Flavin, los espacios paraarquitectónicos de Richard Serra, al igual que los de los artistas vinculados al povera, extraen nuevas formulaciones a través de un arte que, literalmente, carecía de límites. Los protagonistas del arte povera, que es el fenómeno más decisivo de innovación escultórica de Europa en los últimos años, rechazaron sistemáticamente las técnicas industriales y la escala inhumana del minimalismo, e intentaron producir un arte de base más ideológica y comprometida. La obra de Kounellis y Merz es la quemantiene una relación más clara con las nuevas concepciones de la instalación. Kounellis ha valorado siempre el efecto teatral de sus obras, utilizando en ocasiones -es el pionero-animales vivos en sus instalaciones, con el fin de crear deliberadamente una gran tensión entre la idea de obra de arte y vida.


Torsión bajo el cielo de Ferran Cartes. Realizada en 2003, en mármol negro de México. Sus esculturas son el resultado de una evolución, que comienzan en la década de 1970 con trabajos en yeso pintado, y culminan a partir del año 2000 en sus exposiciones monográficas Piedras de agua, Esculturas de río y Torsiones, a la que pertenece esta pieza.


Dimensión variable de Juan Muñoz. Las piezas escenográficas de este autor recrean reflexiones introspectivas sobre la naturaleza de la existencia humana, como en esta pieza realizada en 1986, en la que el espacio genera el contenido mismo del tema. En la década de 1990 el autor produjo obras de carácter narrativo, en las que figuras de tamaño ligeramente inferior al natural, interaccionan con el espacio, estando distribuidas tanto en ambientes cerrados como abiertos.

También la obra de Beuys es indispensable a la hora de fijar nuevos significantes al arte europeo; su influencia es evidente en los problemas recurrentes de representación versus expresión. Sus ideas abrieron el camino a una nueva interpretación del artista como agente socialmente responsable y a la profusión de importantes escultores alemanes: Rebecca Hom, Imi Knoebel, Reinhard Mucha, Wolfgang Laib, Gunter Forg, Rosemarie Trockel, Martin Kippenberger y Georg Herols, entre otros.

La tecnología del video ha estado unida a los orígenes del concepto de instalación: videoinstalaciones. La imagen electrónica, sumada a los objetos y otros materiales, amplía el concepto de lugar y espacio en el que se desarrollan.


Escultura en la Via Júlia de Jaume Piensa (Barcelona). Las formas potentes de resonancia orgánica de este autor, realizadas en hierro, mantienen en sus aspectos visuales y táctiles toda su fuerza expresiva. Si bien en una primera etapa estaba interesado por cuestiones relacionadas con la tensión, el volumen y el espacio, más tarde -a mediados de la década de 1980- moldea el hierro y desarrolla figuras escultóricas de formas zoomórficas.


Bajo la almohada de Jordi Colomer (Galería Juana de Aizpuru, Madrid). Obra realizada en 1988. La potencialidad expresiva de los materiales en su presencia natural -caucho, acero galvanizado, madera- y la construcción de formas "domésticas", configuran el discurso existencialista de Colomer. Lleva a cabo sus obras con un minimal1smo geométrico, y en ellas el público se convierte en actor y espectador a la vez.

Judith Barry, Klaus von Bruch, Marie-Jo Lafontaine, Allan MacCollum, Alfredo Jarr, Gerard Merz, Barbara Bloom, Meg Webster, Ann Hamilton, Mike Kelley, Jessica Diamon, Christian Boltansky, David Ireland y Jenny Holzer, entre otros, son artistas que asumen el espacio como elemento constituyente de sus reflexiones conceptuales, encabezando la última generación de creadores.

Los artistas españoles más importantes en sus aportaciones a la conciencia y uso del valor del entorno en el contexto de la obra gozan de gran reconocimiento nacional e internacional. Caries Pazos, premio Nacional de Artes Plásticas (2004), en cuyas frases "el Arte es inútil y caprichoso" o "Dios es kitsch"ya podemos vislumbrar una de las características más definitorias de sus obras, la desacralización del arte. Por su parte, Jordi Benito es uno de los principales exponentes de la práctica de la performance en España y participó en la Documenta de Kassel de 1972 con apenas 21 años.


Diversas esculturas de Francisco Leiro (Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Santiago de Compostela). El autor perteneció al grupo Foga, de inspiración surrealista. Su expresionismo conecta con los lenguajes toscos y primitivistas que ya fascinaron a las vanguardias, aunque siempre mantuvo un lenguaje propio y diferente a la corriente de la nueva figuración y el nuevo expresionismo. Combina la talla en madera, la escultura tradicional gallega, y las formas arcaicas de la escultura.


Natura y Signatura de Perejaume (Cortesía de Galería Joan Prats, Barcelona). Piedra natural y piedra esculpida. Su trabajo resume una peculiar visión poética de la naturaleza como compendio de la vida y pensamiento. Plantea un trabajo intelectual capaz de ubicarse en cualquier espacio (natural o arquitectónico) en busca de un nuevo espectador. Su obra combina las propuestas teóricas con la producción artística, reformula las barreras estéticas y la lingüísticas.      

Antoni Muntadas, Eugenia Balcells, Antoni Miralda, Francesc Torres, Francesc Abad, Noguera, Concha Jérez, Joan Duran, Eva Lootz, Pep Agut, Manuel Saiz y Perejaume representan el grupo más relevante en el uso del entorno en el contexto de la obra. La mayoría de ellos están vinculados al desarrollo del arte conceptual en Cataluña durante la década de 1970 y activos posteriormente en múltiples facetas de la creación.

Entre la pintura, la escultura, la narrativa o los mass-media, la instalación destaca. su autonomía, refrendando el auge de la escultura durante las últimas décadas del siglo XX, la validez del discurso pictórico y la pluralidad dinámica de un arte que ya no necesita etiquetas, ni barreras, un arte sin fronteras.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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