Punto al Arte: Agam Yaacov
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Yaacov Agam (1928)


Agam, Yaacov (Rishon le-Zion, Palestina, 11 de mayo de 1928). Artista israelí, nacido en Rishon le-Zion, Palestina. Pionero del arte cinético, es un artista polifacético que ha investigado con nuevos materiales con el fin de crear obras cambiantes según el punto de vista del espectador e invitar a éste a hacer una exploración activa. Su trabajo tiene un fuerte componente espiritual y cultural ligado a la religión judía.

Hijo de un rabino judío ortodoxo, Yaacov Agam, cuyo nombre de pila es Yaacov Gipstein, nació en 1928 en Rishon le Zion, ciudad de Palestina que por entonces se encontraba bajo dominio británico. Recibió una educación muy marcada por la religión que sin duda influyó en su manera de ver el arte como forma de expresión espiritual. En su infancia fue testigo de un atentado contra un autobús perpetrado por un grupo terrorista árabe. Contaba apenas con 18 años de edad cuando fue detenido como sospechoso de pertenecer al “Ejército de Resistencia de Israel”. Sufrió una condena que le retuvo dieciocho meses en la cárcel, entre 1945 y 1946.
 
Su carrera artística comenzó en su adolescencia, en 1940, tras descubrir la pintura de Van Gogh. Más tarde fue descubriendo a los grandes maestros (Rembrandt) y a los artistas del XIX (Soutine, Daumier o Doré) Al finalizar la II Guerra Mundial, en 1946, comenzó sus estudios de arte en la Academia de Artes y Diseño de Bezabel, Jerusalén. Esta escuela estaba en ese momento influida por la escuela alemana Bauhaus y Agam recibió allí las primeras influencias de los movimientos abstractos que triunfaban en Europa, particularmente del constructivismo. Para completar sus estudios, viajó a Zurich donde conoció a J. Itten, S. Giedion y M. Bill. Aconsejado por S. Giedion, decidió viajar a Estados Unidos, concretamente a Chicago, pero una escala en París le retuvo en esta ciudad, que se convirtió en su residencia definitiva. Sin duda su decisión de permanecer en París fue impulsiva ya que por entonces no conocía el idioma ni tenía ningún conocido en la ciudad. Pronto entró a formar parte de un grupo de artistas que por entonces, la década de 1950, se conocían como representantes de la Nouvelle Tendence ('Nueva Tendencia'). La estética que defendía este grupo era el arte perceptual, también conocido como Op Art ('Arte Óptico'), basado en los efectos ilusionistas que provocan los objetos y los colores en el ojo humano. Este movimiento tiene una fuerte base científica, quizá la más estudiada, o al menos enfatizada, por la crítica. Pero la obra de Agam y sus comentarios hacen énfasis en el significado espiritual de esta estética y en su condición de universalidad al provocar reacciones espontáneas, no mediatizadas, en el público. Desde este punto de partida estético, Agam desarrolló su trabajo que se acercaba cada vez más a la tendencia conocida como arte cinético. En 1953 realizó su primera exposición individual, y en 1955 participó en la primera exposición internacional de arte cinético, que tuvo lugar en la galería Denise René de París. A partir de este momento y adscrito siempre a este movimiento, se sucedieron las exposiciones y los premios. Participó en la Bienal de París de 1959 y en la muestra ‘El Movimiento en el Arte’ celebrada en Amsterdam. En 1963 obtuvo el primer premio en la Bienal de São Paulo, donde se produjo una anécdota significativa de su innovación artística: el tribunal hubo de crear una nueva categoría dentro de la bienal, el Premio a la investigación artística, ya que no sabían si concederle el premio de escultura o el de pintura.

La obra de este artista añade irremisiblemente una cuarta dimensión, el tiempo, que se manifiesta a través del movimiento. Desde sus primeros trabajos, los cuadros polifónicos del 53, en los que el espectador ve distintos cuadros según se mueva alrededor de la obra puesto que consisten en pequeñas planchas colocadas en forma de abanico con dibujos geométricos que enlazan unas con otras, no ha abandonado las formas abstractas y el movimiento como esencia en su obra. De estos primeros cuadros que precisan el movimiento del espectador pasó a realizar obras que se mueven de hecho, escultura cinética y pinturas transformables que se accionan por mecanismos eléctricos o por la propia acción humana.

La fascinación por los nuevos materiales le llevó a experimentar con técnicas gráficas y así, en los años 70, se inventó las agamografía, a la que siguieron las multigrafías, dinamografías, espaciografías e interespaciografías. También se ha valido de las nuevas tecnologías para desarrollar su obra, vídeo arte, holografía, arte electrónico y cibernética, etc. La luz, incluso las ondas electromagnéticas, forman parte de su trabajo.
 
Agam quiere hacer patente en su arte el hecho de que “...no hay dos espectadores que puedan ver lo mismo al mismo tiempo, y nadie puede ver todo en un instante determinado.” Su obra invita a ser explorada, a descubrir una realidad no visible que emerge desde un plano espiritual y cultural muy definido, al menos para el artista.

Según sus propias palabras: "Mi inspiración viene de mi deseo de dar forma artística al antiguo concepto hebreo de realidad, que difiere esencialmente del de todas las demás civilizaciones y que, para mi, nunca ha encontrado su verdadera expresión artística".

Fuente: www.mcnbiografias.com

Obras comentadas


Op art
Revelación

Obra de Yaacov Agam. Arte cinético.

1976

Gran ojo cósmico, 1979

Candalabragam

Obra de Yaacov Agam. Concretismo.

Ritmo blanco y negro, 1953

Cuadrados

Doble Metamorfosis III (frontal) de Yaacov Agam



Vista frontal de  esta obra del artista israelí que ya se interesó por la participación del espectadores sus pinturas polimórficas, ante las cuales cualquiera podía componer a su antojo. Si bien en esta obra se vale de un vocabulario geométrico abstracto elemental, el mismo se enriquece con el cambio continuo de formas según el ángulo visual que el espectador elija.

(Museo Nacional de Arte Moderno, París). 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Doble Metamorfosis III de Yaacov Agam



Imagen tomada de forma oblicua desde uno de sus extremos. Su autor ha logrado que, según la posición del espectador, la composición de sus obras varíe aparentemente hasta el infinito.

 (Museo Nacional de Arte Moderno, París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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