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El Renacimiento en España

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A finales del siglo XV España estuvo invadida de artistas extranjeros. Los Reyes Católicos, así como también magnates y grandes eclesiásticos, llaman o admiten a arquitectos, escultores y tallistas neerlandeses, borgoñones, alemanes y franceses. Ese trasiego de artistas no fue una singularidad española sino que se convirtió en un fenómeno general en la Europa de entonces. Hasta mediados del siglo XVI vemos a flamencos e italianos acudir a las cortes de los monarcas de Inglaterra y Francia, tan numerosos como lo fueron en España.  Medallón con las efigies de los Reyes Católicos , en la fachada de la Univer- sidad de Salamanca (Castilla y León). La profusa y minuciosa legislación so- bre las actividades laborales hizo que bajo el reinado de Isabel y Fernando surgiera una copiosa literatura jurídi- ca. Una sola tradición artística de antigua raigambre peninsular se mantuvo por aquellos años incólume: el arte mudéjar en sus formas de aplicación a la arquitectura, la car...

Una escultura renovadora

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La escultura renacentista española es tan rica en nombres de artistas nacionales como extranjeros. Al lado de Vigarny (un francés de Langres, pero españolizado) -autor del trascoro de la catedral de Burgos (1498), y que en 1502 intervenía en las tallas del altar de la capilla mayor de la de Toledo, cuyo coro, treinta años después, labraría con Berruguete , y autor también (hacia 1521) del retablo de la Capilla Real de Granada- hallamos a Capín de Holanda (autor principal, con Sebastián de Almonacid, del mentado altar toledano), a Juan de Malinas y a otros varios nórdicos. Hasta aquí los nombres más relevantes de la nómina de escultores llegados de fuera de España. Pero bien españoles son Diego de Siloé (hijo de Gil), Juan de Valmaseda, el aragonés Gil Morlanes , el valenciano  Damián Forment . Este fue el tallista de los grandes retablos de Huesca y del Pilar y San Pablo en Zaragoza, así como del labrado en alabastro para Poblet, y al morir, en el año 1547, dejó inconcluso...