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Mostrando las entradas etiquetadas como 01 Pintura francesa posromántica

Jean-François Millet

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Jean-François Millet  (1815-1875) -natural de Gréville, en La Mancha- poseía el mismo profundo sentido de la naturaleza de que estaba dotado  Rousseau ; como él, comprendía las voces de la tierra y el cielo, e interpretaba lo que nos quieren decir los árboles y lo que significan los senderos. La llegada de Millet a Barbizon fue en 1849, y  sus nuevos amigos no tardaron en advertir lo que este pintor significaba. J.F.Millet, hijo de campesinos pobres y campesino el mismo. Esta obra es Los gavilladores . Unido al grupo de Barbizon, Millet se distinguió también como paisajista, pero en sus paisajes no olvidaba nunca a los campesinos, callados, humildes, cabizbajos y pesimistas, aunque redimidos por el trabajo.  Millet y Rousseau fueron vecinos en Barbizon , y llegaron a intimar mucho. A menudo, Rousseau, que disponía de más recursos, tenía que acudir en auxilio del pobre Millet. Allí murieron ambos con pocos años de diferencia, y allí se les enterró,...

La Escuela de Barbizon

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Quienes representaron de un modo más exacto el cambio fueron los paisajistas que integraron la llamada Escuela de Barbizon, y sobre todo el creador de esta escuela, Théodore Rousseau (1812-1867). Este pintor, desde 1848, se había refugiado definitivamente en la pequeña aldea de Barbizon, cuando ya era bastante famoso en los medios artísticos de París, adoptando de ese modo una actitud de abierta oposición al sistema vigente, no sólo en el ámbito plástico, sino también en el mismo orden social. Rousseau atrajo en el año 1846 a Jules Dupré (1811-1889) y a Narcisse-Virgile Díaz de la Peña (1808-1876) -nacido en Burdeos, hijo de padres españoles- a inspirarse en los parajes del bosque de Fontainebleau, en la aldea de Barbizon, y así quedó constituida aquella escuela.  A su alrededor se fueron reuniendo otros artistas descontentos del academicismo imperante y movidos por un común sentimiento en pro de la naturaleza, el campesino y la vida rural. De tal manera, la Escuel...

Pintura francesa posromántica

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Se puede seguir la evolución de la pintura francesa de mediados del siglo XIX tomando como punto de referencia la sucesión de acontecimientos históricos que entonces tuvieron lugar en Francia. La industrialización, el desarrollo de los medios de comunicación terrestre y marítima (gracias al empleo de la máquina de vapor) determinan, de hecho, la desaparición del artesanado, y la formación de una numerosísima población obrera que se acumula en los grandes centros urbanos. Con ello, las condiciones de la vida económica y social sufren una alteración profundísima, que se refleja en las ideologías. Mujer de la perla de Corot (Musée  d’Orsay, París). Una obra emblemá- tica del realismo posromántico. Lo  que atrae de la pintura es la “luz in- terior” que parece emanar de la mu- jer retratada. Mientras Auguste Compte elaboraba en Francia la filosofía del Positivismo, tenía lugar una serie de descubrimientos científicos del más diverso orden, que fom...

Las Espigadoras

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Las Espigadoras, de  Jean-François Millet , constituye una de las obras fundamentales del realismo. Fechada en 1857, el artista desarrolla en ella un tema constante de su creación pictórica: los campesinos. El cuadro descubre el aspecto menos bucólico del trabajo rural haciendo hincapié en el social, un motivo que prevalecerá siempre como verdadero interés del pintor. Tres campesinas trabajan el campo iluminadas por una tarde crepuscular que infiere dramatismo a la escena -la aplicación de la luz, a su vez, es una de las características que permite la relación de Millet con el movimiento impresionista. Las mujeres, ataviadas con la vestimenta típica normanda, recogen inclinadas los restos de la cosecha, el trabajo más duro y menos reconocido entre las tareas rurales. La posición de las campesinas -una de ellas, la que se encuentra a la izquierda del cuadro, apoya su mano en la espalda dolorida- y la hora en que se manifiesta la escena, dan cuenta de la fatiga que...

El puente de Mantes

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No es sencillo determinar el lugar que ocupa Camille Corot dentro de la historia de la pintura. Algunos especialistas lo consideran heredero del codificador del paisajismo neoclásico, Pierre-Henri Valenciennes, y último de una línea de pintores que continuaron trabajando una estética nacida en el siglo XVIII, mientras que otras opiniones no menos justificadas lo sitúan como uno de los precursores fundamentales del movimiento impresionista. El puente de Mantes , realizada entre 1868 y 1870, es una de las últimas obras llevadas a cabo por Corot. El pintor había trabado una sólida amistad con un magistrado de Mantes, Louis Robert, y desde 1855 acudía casi cada año a la región. La costumbre que adoptó el artista se debía tanto al afecto que sentía por su amigo como a la belleza que había encontrado en el puente medieval, que representó en una docena de oportunidades desde diferentes ángulos y puntos de vista. En este ejemplo en particular, Corot ha abandonado un poco ...

Los personajes de Daumier

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Honoré Daumier (1808-1879) nació en Marsella, hijo de un vidriero pobre, que con los suyos se trasladó a París en 1814; mas para el arte de la caricatura -en el que no se le reconoce rival-, puede decirse que Daumier es hijo de la Revolución de Julio de 1830. Siempre había sido un gran observador, con una fuerte vocación por el esbozo rápido, incluso mientras desempeñó varios oscuros empleos, durante su adolescencia. Después su padre le colocó de asistente del pintor y arqueólogo Alexandre Lenoir, hombre de vasta cultura artística, de quien Daumier aprendió mucho. En el año 1828 entró a estudiar en la Academia, y en 1830 iniciaba su larga carrera de ilustrador en Silhouette , de donde pasó en el año 1831 al periódico Caricature, fundado por el ferviente republicano Charles Philipon, para el que dibujaron también G. Doré y J. Gérard (alias Grandvillé ). Hombre de ideas radicales, alternó siempre la caricatura política con la de costumbres, y en 1833 una serie de litografías suyas c...

El paisaje de Corot

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La pintura de Jean-Baptiste-Camille Corot (1796-1875) representa un aspecto muy distinto al del arte pictórico que ahora se acaba de comentar. Esta diferencia es tanto por el concepto (cuando se aparta de una visión estrictamente objetiva), como desde el punto de vista de la realización.  En su etapa final, una concepción poética del paisaje es causa de que éste se desvanezca en neblinas ligeras sobre un fondo de cielo luminoso, generalmente crepuscular, como si todo el paisaje reproducido se transformara en un juego sutil de manchas grises y luces plateadas, por efecto de una fantástica evaporación. Esta fue una característica que en él aparece esporádicamente hacia 1845, y se afirma cada vez más en su estilo durante los últimos veinte años. Pero antes de esto, su pintura tuvo otro carácter. Siempre, sin embargo, la pintura de Corot (que fue un alma virginal) se manifestó con asombrosa ingenuidad.  El camino de Sévres (Louvre, París) ejemplifica los paisajes tan...

El vagón de tercera clase

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Hijo de un vidriero con ambiciones de poeta, el joven Honoré Daumier se vio obligado a interrumpir sus estudios muy pronto para ganarse la vida. Con sólo doce años Honoré comenzó a trabajar como mensajero de un ujier en el Tribunal de Justicia y, más tarde, fue empleado como asistente en la librería Delaunay del Palacio Real. De forma paralela, Daumier empezó a tomar clases en una academia de dibujo donde, inmediatamente, Alexandre Lenoir, ilustre fundador del Museo de Monumentos Francés, reconoció al joven su capacidad. Aunque tal vez menos voluntaria que perentoria, la precocidad de Daumier se sumó a sus habilidades artísticas, dando como resultado, por una parte, un profundo conocimiento de las diferentes clases sociales que se interrelacionaban en su propio medio y, por otra, una gran capacidad de observación para retenerlas y reproducirlas. Esta condición de lucidez y sensibilidad es la que más adelante le permitió llevar a cabo obras de arte como El vagón de terc...

El realismo de Courbet

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Gustave Courbet (1819-1877) nació en Ornans (Doubs), en el Franco Condado, hijo de un rico hacendado. Fue Courbet hombre de temperamento exuberante y de ideas avanzadas, y con una decidida vocación por la pintura. Su padre hubiera querido hacer de él, primero un polytechnicien , luego un abogado (y con esta intención le envió a París); pero tuvo que resignarse a que su hijo se dedicara a la pintura, sin lograr, empero, que en la Escuela de Bellas Artes entrara en los estudios de los profesores entonces más reputados entre la burguesía francesa. En gran parte, pues, fue un autodidacto, que aprendió con  Rembrandt ,  F. Hals ,  Van Dyck  y  Velázquez , a los que estudió (y a veces copió) en el Museo del Louvre. En 1846, con su amigo, el crítico Champfleury, y con otro gran amigo suyo, Max Bouchon, después “de haber discutido los errores de los románticos y de los clasicistas “-son sus propias palabras- decidió “alzar el pendón” de una nueva escuela, para la...