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Artistas de la A a la Z

Arte latinoamericano

El arte latinoamericano es la combinación de las expresiones artísticas propias de Suramérica, Centroamérica, El Caribe, y México, así como también de latinoamericanos viviendo en otras regiones. Comienza propiamente con la llegada a América de los pueblos latinos procedentes de Europa (españoles, portugueses, italianos, franceses). Si bien había previo a la llegada de los latinos un amplio desarrollo artístico de parte de las distintas culturas indígenas que habitaron el continente antes de la invasión española en el siglo XVI, y éstas influenciarían los desarrollos artísticos regionales, no se les puede catalogar como 'latinoamericanas' ya que estos pueblos no hablaban una lengua latina,sino una lengua propia. El arte de estos pueblos se cataloga, más bien, como precolombino.

Siglo XIX

El clasicismo y el realismo enseñado en las varias academias fundadas por los nuevos estados continuó su predominio tras la independencia. Entre los artistas de este período se puede mencionar a los argentinos Eduardo Sívori, Prilidiano Pueyrredón, Ernesto de la Cárcova, los chilenos Pedro Lira y Alfredo Valenzuela Puelma, los brasileños Victor Meirelles y Manuel Velazques esta-Alegre o los mexicanos Saturnino Herrán, Santiago Rebull y José María Velasco, entre otros.

Siglo XX

Diego RiveraFrida KahloJosé Clemente Orozco, David Alfaro SiqueirosRufino Tamayo,Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, Pedro Friedeberg, Ignacio Barrios, Francisco Toledo, Jorge Marín, Luis Nishizawa Flores, los venezolanos Carlos Cruz Diez, Jesus Soto, Juan Vicente Hernández, Oswaldo Vigas y los peruanos Teodoro Núñez Ureta y Fernandode Szyszlo, Milton Becerra, y Laura Lastra entre muchos otros.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Artistas latinoamericanos

Abd al-Samad (h. 1525-1600)

 


Abd al-Samad (Siraz, h. 1525-1600) Pintor y calígrafo persa. Fundador de la pintura mongol en la India.

Nació en Irán, viajó a la India y se convirtió en uno de los primeros miembros del taller imperial de la región. Mediante sus enseñanzas en la India, él y su compatriota Mīr Sayyid Alī desempeñaron un importante papel en la fundación de la escuela de pintura mogol.

Abd al-Ṣamad supervisó la mayoría de ilustraciones del manuscrito mogul Dāstān-e Amīr Ḥamzeh o Hamzanama, el cual incluye cerca de 1,400 pinturas. Fue privilegiado por la corte, siendo designado en 1576 Maestro de la Casa de la Moneda y en 1584 fue hecho dīwān (comisionado de ingresos) de Multan.


Galería
El asesinato de Khusrau Parviz, 1535

1539-1543

Miniatura

Libro de horas de Attavante degli Attavanti

Pintura de pequeño tamaño, realizada sobre pergamino, vitela, etc., con acuarela, polvos de oro, plata y goma arábiga.

El nombre de miniatura procede del latín minium, color rojo cinabrio, a través del italiano miniatura, usado generalmente para los títulos e iniciales de los manuscritos que se iluminaban. Ya los egipcios conocieron la miniatura; las primeras obras son algunas escenas del Libro de los muertos (-III milenio). Por los egipcios la conocieron los griegos. En la Edad Media, Bizancio la propagó por Occidente y Próximo Oriente. Los primeros manuscritos iluminados datan del s. V, y son los famosos Códices de Virgilio (Vaticano), obra de talleres romanos. La influencia de los manuscritos bizantinos originó en Italia obras importantes como el Rótulo de Josué, la Topografía de Cosmas Indicopleustes (Vaticano y las Biblias y Salterios de los siglos X Y XI. En Irlanda surgieron manuscritos muy bellos en el s. VIII; los más célebres son los libros de Kells y Durrow, el Libro de San Cutberto y los Salmos. La miniatura bizantina en plena floración (siglos IX-XII) realizó obras obras de gran valor: Salterio griego de París, Salterio Khloudov (Moscú). En España, este momento fue el de máximo apogeo de la miniatura mozárabe (V. MOZÁRABE), que creó manuscritos tan importantes como la Biblia Hispalense (s. X), la Biblia Complutense y los famosos Beatos (Tavara, Girona, Burgo de Osma).

Con el Renacimiento carolingio, los talleres palatinos producen numerosas obras: Biblia de Carlos el Calvo, Evangeliario de Godescalco, Salterio de Utrecht. etc. En Italia las obras más importantes se realizan en los monasterios benedictinos: Exultet, códice de los Milagros de San Benito, y el Cronicón Volturnense (s. XII). La obra capital de la miniatura gótica española es Las Cantigas, ordenadas por Alfonso X el Sabio; el gótico internacional, a fines del s. XIV, creó en Cataluña una obra maestra, el Misal de Santa Eulalia, de Rafael Destorrents, y en Valencia el excepcional Breviario del rey Martín, de atribución dudosa.

En Francia, la miniatura inicia con el gótico un período de esplendor que sólo se quebrará con la aparición de la imprenta. Bajo el reinado de San Luis, París se convirtió en el centro más importante de la producción de manuscritos miniados: Salterio de lngeburge (Museo de Chantilly), la Biblia moralizada, Salterio de San Luis (Biblioteca Nacional, París). En el s. XIV los fondos de oro, muy comunes, son sustituidos por colores planos, y a veces por paisajes, y aparece también la grisalla: Breviario de Belleville y Horas de Jeanne d'Évreux, de Jean Pucelle.

En Italia, por la misma época, Siena destaca por la producción de libros litúrgicos y Biblias; entre sus mejores miniaturistas están: Simone Martini, Lippo Memmi, ilustrador del famoso Virgilio de la Biblioteca Ambrosiana, Oderisi da Gubbio, etc.

En Gran Bretaña, durante el s. XIII, existió una escuela que se caracterizó por su gran riqueza decorativa y su acentuado dramatismo; el artista más importante es Matthew Paris. A principios del s. XIV, los miniaturistas ingleses evolucionan hacia un arte más realista.

El s. xv marca el período de apogeo de la miniatura, protegida por los mecenas. En España alcanza un momento de gran calidad en tiempo de los Reyes Católicos, en general influida por la miniatura flamenca (Instituciones latinas de Nebrija, Libro de Coro del Cardenal Carrillo, Breviario de los Reyes Católicos, etc.).

En Francia, a principios del s. XV, trabajan los hermanos Limbourg, autores de Les Tres Riches Heures du Duc de Berry (Museo Candé, Chantilly). En Tours trabajó Jean Fouquet, autor de las Antiquités judaïques, las Heures d'Étienne Chevalier; las Grandes Chroniques de France, etc. Bourdichon ilustró las Grandes Heures d'Anne de Bretagne.

No se puede hablar de una verdadera escuela flamenca hasta que Felipe el Bueno de Borgoña constituyó las antiguas provincias septentrionales (actual Flandes), como centro principal de la vida política y artística de su ducado. En su corte trabajaron artistas tan importantes como Jean de Pestivien, Guillaume Vrelant, Jehan Dreux, Jean Tavernier, Simon Marmion, etc. Para Carlos el Temerario, sucesor de Felipe el Bueno, trabajaron Philippe de Mazzorolles y Alexander Bening, jefe de una familia de miniaturistas; a su taller pertenece el Breviario Grimani (Biblioteca Marciana, Venecia). Los talleres más importantes estuvieron en Amberes, Brujas y Gante.

La miniatura islámica es temáticamente distinta a la occidental. En el arte islámico, la miniatura fue introducida en Bagdad alrededor del s. IX. Las primeras obras de esta escuela pertenecen al s. XII. Son ilustraciones de obras de historia natural traducidas del griego, versiones árabes de las fábulas indias de Calila y Dimna y del Magamat de al-Hariri. La invasión mongola del s. XIII puso en contacto el arte islámico con la pintura china, cuyo influjo se dejó sentir sobre todo en el paisaje. Con un sustrato de tradición indígena, se formó un nuevo estilo persa-mongólico, que se desarrolló en Bagdad y Tabriz. La primera obra importante es la gran epopeya nacional Sah-nama de Firdawsi (Ferdosi). La personalidad más sobresaliente fue Behzad (1445-1525), que perteneció a la escuela de Herat. La siguiente generación de pintores de Tabriz tuvo como figura destacada al sultán Muhammad.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Miniaturistas destacados




Renacimiento

Fase extremadamente brillante y renovadora por la que atravesaron la cultura, el arte y las letras europeas de 1450 a 1570 aproximadamente.

Históricamente, el Renacimiento se originó en la era de los descubrimientos geográficos y las conquistas ultramarinas, el desmembramiento de la cristiandad y el desarrollo de los nacionalismos, la introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura. Paralelamente a la revolución operada en el mundo de las ideas, surgió a principios del s. xv un renacimiento artístico en Italia (Renascita) de empuje extraordinario. El artista tomó conciencia de individuo con valor y personalidad propios, se vio atraído por el saber y comenzó a estudiar anatomía, técnica del claroscuro, leyes de perspectiva, los modelos de la Antigüedad clásica, etc. Leonardo da Vinci, personalidad eminentemente renacentista, dominó distintas ramas del saber. Es curioso que mientras surgía en Florencia el Quattrocento o primer Renacimiento italiano (s. XV) gracias a la búsqueda de las bases científicas del arte, se produjera un fenómeno parecido y simultáneo en Flandes (especialmente en pintura), basado sólo en la observación directa de la vida y la naturaleza. Este bajo Renacimiento tuvo gran repercusión en la Europa oriental (el Kremlin fue obra de artistas italianos). La segunda fase del Renacimiento, o Cinquecento (s. XVI), se caracterizó por la hegemonía de Roma, y hasta el saco de la ciudad en 1527 los papas decidieron en el mundo del arte (Julio 11, León X, Clemente Vil); con las guerras de Italia los artistas emigraron y propagaron los principios renacentistas por toda la Europa occidental. Durante la segunda mitad del s. XVI se inició ya la decadencia del Renacimiento, que cayó en un rígido formalismo, y tras el manierismo dejó paso al barroco.


Gentile Bellini inició un estilo típicamente veneciano de pintura narrativa, en el que ha sido llamado el “estilo presencial”. Prueba de ello es su cuadro la Procesión en la Plaza de San Marcos (Processione in Piazza San Marco) perteneciente a un ciclo de tres obras que realizó, junto con otros artistas, para la Scuola Grande de San Giovanni Evangelista.

Arquitectura

Desde un principio tuvo carácter profano, y, lógicamente, surgió en una ciudad en donde el gótico apenas había penetrado, Florencia; en la Europa de las grandes catedrales, se implantó con dificultades. Se caracterizó por el empleo de proporciones modulares, superposición de órdenes, empleo de cúpulas e introducción del orden colosal. En el Quattrocento fue frecuente recurrir a columnas y pilastras adosadas, a los capiteles clásicos (con preferencia el corintio, aunque sustituyendo los caulículos por figuras fantásticas o de animales), los fustes lisos y el arco de medio punto, a la bóveda de cañón y de arista, así como a cubiertas de madera con casetones. Lo que fundamentalmente distingue la arquitectura del Quattrocento de la del alto Renacimiento (o Cinquecento) es la decoración menuda (putti, guirnaldas de flores y frutos, grutescos, etc.), el alargamiento de la Glosario 239 cúpula (catedral de Florencia, de Brunelleschi) y las fachadas de piedra tosca (Palacio Medici-Ricardi, de Michelozzo) o con los sillares en realce (Palacio Rucellai, de B. Rosellino, proyecto de Alberti). La arquitectura del Cinquecento tuvo como centro Roma: en 1506 Bramante terminaba su célebre proyecto para la basílica de San Pedro del Vaticano. Los palacios se adornaron de valiosos bajorrelieves (Palacio Grimani de Venecia, 1549, obra de San Micheli) o de esculturas exentas (biblioteca de San Marcos, 1537-50, Venecia, obra de Sansovino). Al comenzar la decadencia de la arquitectura del Cinquecento (Villa Medici, Roma, obra de Lippi; basílica de Vicenza, obra de Palladio) aparecen las primeras manifestaciones del barroco en Roma: en el Palacio del Senado, en el que Miguel Ángel se valió del orden colosal, y en la iglesia del Gesu, obra de Vignola, que sería modelo de la iglesia barroca jesuítica. En España la influencia de la arquitectura renacentista italiana se dejó sentir a principios del s. XVI y dio origen al estilo llamado plateresco, de grandes analogías con el lombardo del Quattrocento (Lorenzo Vázquez, Alonso de Covarrubias), pero en el último tercio de este siglo triunfó la reacción contra la exuberancia de la decoración plateresca, es decir, el estilo herreriano.

Escultura

Se basó en la tradición de la Antigüedad, especialmente en la del período helénico, pero renovándola, exaltando el individuo, la belleza del cuerpo humano mediante los nuevos conocimientos anatómicos. Al igual que la arquitectura, la escultura renacentista nació en Florencia y manifestó igual tendencia profana. Buscó la expresividad y la perfección formal y dio muestras de gran penetración psicológica (San Juan Bautista, de Donatello). El bajorrelieve dio la obra maestra del género con las puertas del baptisterio de Florencia, en las que Ghiberti supo valerse de las leyes de perspectiva y logró una sensación de profundidad por primera vez. El Cinquecento estuvo dominado por el genio de Miguel Ángel y su magistral técnica del desnudo. En España, tras una primera época de obras realizadas por artistas italianos o importadas de Italia (especialmente de los talleres genoveses), los escultores españoles supieron imprimir en sus obras valores netamente nacionales (Bartolomé Ordóñez, Alonso de Berruguete, Juan de JuniDamián Forment).

Pintura

No sólo en Italia, sino también en Flandes y Alemania, manifestó notable auge, en especial en la pintura de caballete. En Italia la pintura del Quattrocento se caracterizó por la pureza de dibujo (Ghirlandaio, Verrochio) y el sfumato (Leonardo), la elegancia (Botticelli) y el equilibrio de la composición (Mantegna y Perugino). Con el Cinquecento los centros pasaron a ser Roma y Venecia; la pintura de la primera ciudad sorprende por la grandiosidad (Rafael), y la de la segunda por el dominio del color y la luz (Tiziano, T intoretto) y en ocasiones por su decorativismo (VeroneseCorreggio, Andrea del Sarta). En Flandes se cultivó en especial el retrato de gran profundidad psicológica (Q Metsys), el paisaje (Patenier), los interiores y la pintura religiosa (Van Eyck, Th. Bouts), así como la realidad vulgar de la vida diaria (Brueghel); cabe considerar a Hieronymus Bosch como el último representante de la Edad Media y el avanzado precursor del surrealismo. En Alemania los artistas pasaron por un período de inquietud, y ello se refleja en las obras de Durero, Grünewald y Lucas Cranach. En España hay que mencionar los nombres de Pedro BerrugueteYáñez de la Almedina, Fernando Llanos, Juan de JuanesSánchez Coello y El Greco.

Artes menores

Los centros cerámicos de mayor relieve fueron Urbino y Faenza, pero las piezas de mayor originalidad se debieron al francés Palissy. En orfebrería destacó en primer lugar Benvenuto Cellini.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Artistas del Renacimiento


Manierismo

Amaneramiento estético, tendencia a la expresión artística rebuscada, que cristaliza en un arte reducido a puro formulismo. El término se aplica fundamentalmente a las corrientes o tendencias artísticas de la segunda mitad del s. XVI, derivadas de la obra de Rafael y de Miguel Ángel.

La connotación peyorativa que implica el término manierismo, que le dijeron los clasicistas del s. XVII, ha sido puesta en cuestión posteriormente por importantes tratadistas de arte. Algunos de ellos han elaborado definiciones más amplias y positivas de manierismo. W. Firedländer lo define como “estilo anticlásico”; A. Hauser sostiene que el concepto de manierismo surge “de la tensión entre clasicismo y anticlasicismo, entre naturalismo y formalismo”; M. Dvorak cree que hay que buscar el origen del manierismo en el “espiritualismo” y distingue entre dos direcciones manieristas, la “deductiva”, representada por El Greco, y la “inductiva”, presidida por Brueghel el Viejo.

A partir de estas premisas se ha señalado que en el alto Renacimiento se hallan a menudo entrelazadas indisolublemente tendencias manieristas y tendencias barrocas; ambos estilo tienen su origen en la cursis espiritual de los primeros decenios del s. XVI: el manierismo, como expresión del antagonismo entre las corrientes espiritualistas y sensualistas de la época; el barroco, como un intento de conciliación o equilibrio, provisional e inestable siempre, de esas mismas corrientes opuestas. En tal sentido Hauser recuerda que manierismo y barroco son “tendencias que , en el fondo, surgen simultáneamente…dirigidas contra el espíritu clásico. Ambas son expresiones del dualismo agudizado entre valores espirituales y valores corporales, cuya armonía había constituido precisamente la garantía más importante para la subsistencia de la cultura renacentista”.

El asombro de los Dioses, 1590 (Hans Von Aachen)

En cuanto a las características más destacadas de las obras pictóricas del manierismo cabe señalar la insistente preferencia que se concede a la figura humana, que suele adoptar posturas poco naturales, y aparece premeditadamente alargada y distorsionada, con la musculatura muy exagerada. La composición acostumbra a ser forzada y a veces confusa, ya que el tema principal suele estar colocado en una esquina de la escena o en el fondo de la composición y con grandes discrepancias en la escala de tamaños de las figura. L perspectiva es tratada, en muchas ocasiones, como un ejercicio de virtuosismo, más que como una contribución a la compresión del tema que se pretende exponer. En a pintura manierista, el color suele ser de tonalidades vívidas y muestra preferencia por los matices impactantes, en una constante búsqueda de la enfatización de los efectos emocionales, por encima de la mera descripción de las formas.

En Italia el manierismo se manifestó muy tempranamente. Las obras de Rafael y de Miguel Ángel llevan en sí elementos disolventes del espíritu del clasicismo. Así, Rafael, en los últimos cinco o seis años de su vida, cuando pinta el Incendio en el Borgo, se mueve claramente en la dirección manierista. En Miguel Ángel los rasgos manieristas se manifiestan antes que en Rafael (Sagrada Familia). El tránsito al nuevo estilo lo realizaron plenamente los discípulos de Rafael: Pierin del Vaga, Polidoro de Caravaggio, Giovanni da Udine, Francesco Penni, Baldassare Peruzzi, Giulio Romano, etc. Seguidores del manierismo de Miguel Ángel fueron Sebastiano del Piombo, Marcello Venusti, Daniele da Volterra, Marco Pini, etc. Pero el manierismo en sentido propio no lo inician los discípulos directos de los dos grandes maestros. Sus orígenes se encuentran en Florencia, con PontormoRosso Fiorentino y Beccafumi. En Parma, lo inician Parmigianino, discípulo de Correggio, y Bronzino. Una segunda generación de manieristas italianos, que sigue los modelos ya establecidos está representada por Vasari, Salviati, Poppi, etc., en Florencia; y Primaticcio, Niccolò dell’Abate y Pellegrino Tibaldi, en Bolonia. En Venecia, el manierismo se manifiesta tardíamente (hacia 1540); sus seguidores fueron el mismo TizianoLorenzo LottoVeronese, Schiavone, Tintoretto, Bassano. Otros manieristas italianos fueron Barocci, quien trabajó en Urbino, Luca Cambiaso, los Zuccari,etc.

En Francia, el manierismo de desarrolló a través de la escuela de Fontainebleau, donde trabajó Primaticcio; en esta escuela se enfatizan ciertos rasgos, como el erotismo, que habían de prevalecer en el manierismo tardío. Los manieristas franceses más destacados fueron Jean Juste, François Clouet, Jacques Callot, etc.

En los Países Bajos el manierista de mayor significación fue Brueghel el Viejo. Jan van Scorel, Heemskerck, Karel van Mander y Cornelis van Haarlem impusieron un giro hacia el sincretismo y el eclecticismo, hacia el preciosismo y la elegancia frívola, que iba a asegurar a los Países Bajos un papel importante en el arte de Occidente. Abraham Bloemaert y Joachin Wtewael, maestros de la escuela de Utrecht, representan una forma estilística más avanzada.

En España, el primer artista que se puede considerar manierista es el escultor y pintor Alfonso Berruguete, por haber desarrollado en Florencia, antes de Pontormo y Rosso, una especie de lenguaje formal manierista. En pintura destacan Pedro Machuca, Pedro de Campaña y Luis de Morales. Pero el artista “español” que mejor captó el espíritu manierista fue El Greco; en su estilo participan tanto Rafael como Parmigianino, aunque el influjo definitivo fue el de Tintoretto, cuyo “renacimiento espiritual” se manifiesta especialmente durante la segunda estancia de El Greco en Venecia (1572-76).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.


Artistas del Manierismo

Reza Abbasi (1565-1635)

 


Abbasi, Reza (de nombre completo Aqa Reza Reza-e 'abbasi, en ocasiones conocido como Reza) (Kashan o Mashhad, Safavid Persia, 1565 – Tabriz, Safavid Persia, 1635) fue el más conocido calígrafo, miniaturista y pintor persa de la escuela de Isfahán, la cual floreció durante el imperio safávida bajo el patronazgo del Sah Abbas I (1571 – 1629). Es considerado como uno de los principales pintores persas de todos los tiempos, en especial del arte safávida.

Biografía

La fecha exacta de su nacimiento es desconocida. Comenzó su educación en el taller de su padre, Ali Asghar, que trabajaba en la corte del sah Ismail II (1537 – 1577), y fue recibido en el taller del Sah Abbas I sobre 1587.

Cambió su nombre. Este hecho y el que a lo largo de su vida experimentara un cambio tan significativo en su obra ha llevado a los estudiosos a establecer la hipótesis de que se trata de dos maestros diferentes. En sus dibujos en la primera mitad de la década de los 90 del siglo XVI muestra la influencia del artista Shaikh Muhammad, mientras que en la segunda mitad desarrolla un planteamiento más dinámico y con un estilo expresivo.

Para mejorar la dinámica, Riza comenzó a utilizar los trazos de diferentes espesores, lo que era nuevo para el arte de la pintura persa (aunque algunos científicos atribuyen esta innovación a Sadic Beck). Esas características son propias de las obras de Riza Abbasi-Yi en las décadas de los 80 y 90 del siglo XVI, entre las que se encuentran varias hojas separadas, y cuatro ilustraciones del libro «Shahnameh», que fueron creadas con ocasión de la subida al trono del Shah Abbas, pero no habían sido terminadas.

El joven artista demostró una excelente habilidad para la representación de los tejidos y texturas de la piel, la multitud y las características individuales. Introdujo en el repertorio de la pintura persa nuevos temas, como la mujer desnuda y jeques meditando.

A comienzos de los años 1600, cuando la capital de Persia era una ciudad de Isfahán, el estilo de Riza alcanzó la madurez, y en parte perdió su espontaneidad. En 1603, a los 38 años, recibió el título honorífico de Abbasi; y poco después dejó el empleo del Shah, aparentemente en busca de una mayor libertad para asociarse con la gente del pueblo, como muestra en el Retrato del calígrafo, Museo Británico. En su obra se ve una nueva evolución, y es que la línea del dibujo es cada vez más cerrada. Entre 1603-10 realizó una serie de imágenes de personas que vivían en el campo, y probablemente refleja la confusión del estado de ánimo del artista, así como el rechazo de la vida privada del patio shah.

En 1610 regresó a la corte, posiblemente debido a la falta de fondos, y continuo bajo las órdenes del Shah hasta su muerte. Su arte en este periodo se vuelve más pesado, no tiene la fragilidad y la dinámica, que es típica de los años 90 del siglo anterior. La paleta ha cambiado, y ya no aparecen jóvenes en las escenas.

En los años 20 del siglo XVII, Reza Abbasi, rindiendo tributo a su gran predecesor, Kamal al-Din Bihzad, creó varias obras sobre los motivos de sus dibujos.

Con la excepción de las miniaturas en el libro «Khamisp» de Nizami, que en su mayor parte, fueron creados por sus alumnos, sus últimas obras son una serie de retratos realizada en hojas separadas. Estos retratos más tarde escritos desde 1630 hasta 1635 (el año de la muerte del artista), en los que demostró su interés por la naturaleza y los nuevos temas, tales como de la mujer en los brazos de su amante, o europeos. En los años 20 de ese siglo, se produce una filtración de visitantes europeos a la corte de Isfahán, al presentar a los iraníes con estilo europeo, familiariza a los iraníes con el estilo europeo, su vestuario y sus costumbres. Riza aunque nunca ha gozado de las técnicas artísticas, como el claroscuro o la perspectiva, parece que atrae a los europeos. Sin embargo, para algunos artistas, los seguidores del arte de Riza, el arte europeo resultó irresistible, y la introducción de nuevos elementos cambió completamente el desarrollo de la pintura persa.

Riza Abbasi-Yi fue su hijo y también fue pintor. Los investigadores sugieren que tras la muerte de su padre, terminó algunas de sus obras inconclusas.


Galería
Desnudo reclinado, 1590

Mujer reclinada, 1595

Hans Von Aachen (1552-1615)

 



Aachen, Hans Von (Colonia, 1552 – Praga, 4 de marzo de 1615) Pintor alemán. 

Desde su infancia mostró un gran talento por la pintura. Trabajó como aprendiz para Jerrigh, pintor flamenco que tenía su estudio en Colonia. Llegó a ser un notable retratista, pintando además temas religiosos y mitológicos, algunos de los cuales presentan escenas descaradamente eróticas. Algunas de sus obras pueden verse en el Kunsthistorisches Museum de Viena.

Hacia 1574 visitó Venecia y Roma quedando profundamente impresionado por los trabajos de Tintoretto. A su vuelta, introdujo el manierismo en Alemania. En 1592 le nombraron pintor de cámara del emperador Rodolfo II.

En Italia estudió a Miguel Ángel y los manieristas. Pintor de la aristocracia y cortesano, sus retratos se aprecian por su valor histórico. También dejó cuadros de tema religioso y mitológico, y otros de género burlesco.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Obra comentada


Galería
Retrato de Joseph Heintz, 1585

Palas Atenea, Venus y Juno, 1593

Retrato del artista con su mujer de Hans von Aachen


Muy impresionado por los trabajos de Tintoretto que había visto en Venecia y Roma, el pintor alemán trató de introducirse en el manierismo italiano dotándolo de ciertas licencias estéticas. Aunque en 1592 le nombraron pintor de cámara del emperador Rodolfo 11 gracias a su notable talento como retratista, y pese a ser un renombrado autor de temas religiosos y mitológicos, se sintió más cómodo representando íntimas escenas descaradamente eróticas, como este cuadro en el que exhibe los pechos de su esposa mientras se contempla ingenuamente en un espejo.


(Kunsthistorisches Museum, Viena).


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Vorticismo

Deslumbramiento de barcos en Drydock en Liverpool, 1919

El Vorticismo fue un movimiento artístico británico de corta duración a principios del siglo XX. Se considera que es el único movimiento británico significativo de aquella época, pero duró menos de tres años.

Orígenes

El grupo vorticista comenzó con el Rebel Art Centre que Wyndham Lewis y otros fundaron después de mostrarse en desacuerdo con Roger Fry, fundador de Omega Workshops, y hunde sus raíces en el Grupo de Bloomsbury, el cubismo, y el futurismo.

El estilo del grupo surgió a partir del cubismo, aunque tradicionalmente se ha relacionado con el futurismo, partiendo de premisas erróneas como el dinamismo (casi inexistente en los vorticistas, con la excepción de Nevinson --que se hizo futurista), la edad de la máquina (que los futuristas veneraban y de la que los vorticistas desconfiaban) y otros estilos abstractos (cf. cubo-futurismo). Sin embargo, el vorticismo se apartaba del futurismo en la forma que intentaba captar el movimiento en una imagen. En la pintura vorticista la vida moderna se muestra como una disposición de líneas marcadas y colores discortantes llevando la mirada del espectador al centro del lienzo.

El nombre vorticismo fue acuñado por Ezra Pound en 1913,​ aunque Lewis, a quien normalmente se considera la figura central del movimiento, había creado cuadros del mismo estilo desde hacía ya un año con anterioridad.​ Deriva de vórtice, remolino o lugar donde nacen las emociones.

Artistas

Además de Lewis, las principales figuras relacionadas con el movimiento fueron William Roberts, Edward Wadsworth, David Bomberg, Frederick Etchells, Cuthbert Hamilton, Lawrence Atkinson, Christopher Nevinson, y los escultores Jacob Epstein y Henri Gaudier-Brzeska. Hubo dos artistas femeninas, Jessica Dismorr, y Helen Saunders relacionadas con el grupo que en aquella época eran descritas como vorticistas, aunque se ha señalado que debido al sexismo del mundo artístico de aquella época, ninguna de las dos fue tomada en cuenta por la crítica. El fotógrafo Alvin Langdon-Coburn expuso Vortographes (vortografías) en Inglaterra (1917), fotografías de vanguardia que contribuyeron al desarrollo del formalismo y el modernismo en fotografía.

BLAST

Los vorticistas publicaron un periódico, BLAST, que editaba Lewis. Contenía la obra de Ezra Pound y T. S. Eliot así como de los propios vorticistas. El carácter aventurero de su tipografía fue mencionado por El Lissitzky como uno de los principales precursores de la revolución en el diseño gráfico de los años veinte y treinta.

Desaparición y legado

Los vorticistas celebraron solo una exposición, en 1915, en la Galería Doré. Después de ella el movimiento se rompió, en gran medida debido al comienzo de la Primera Guerra Mundial y la apatía del público hacia su obra. Gaudier-Brzeska murió en el servicio militar mientras que figuras destacadas como Epstein se distanciaron estilísticamente de Lewis. Intentos de reavivar el movimiento en los años 1920 con el nombre de Group X no tuvieron éxito.

Generalmente se ve a Lewis como la figura central del movimiento. Una exposición de 1956 en la Tate Gallery se tituló Wyndham Lewis and the Vorticists, subrayando su destacado lugar dentro del movimiento. Esto enojó a otros miembros del grupo. David Bomberg y William Roberts protestaron fuertemente ante la afirmación de Lewis, que se imprimió en el catálogo de la exposición: «El vorticismo, de hecho, fue lo que yo, personalmente, hice, y dije, en una época determinada».

Recuperación del primer número de Blast

Con motivo de la exposición de la Fundación Juan March en Madrid, "Wyndham Lewis (1882-1957)", se ha editado una edición semi-facsímil del primer número de la impactante revista. La traducción corre a cabo de Yolanda Morató, especialista y traductora de la obra de Lewis. 

Cuenta, además, con unos apéndices imprescindibles para la mayoría de los desconocedores del movimiento. Kevin Power (que ya publicara un artículo sobre el tema en 1980, en la revista Poesía) aporta un conjunto de perfiles muy interesantes sobre los vorticistas. Paul Edwards, uno de los máximos especialistas ingleses, colabora con un prólogo. Manuel Fontán, director de exposiciones de la Juan March, ofrece una nota sobre la revista y Yolanda Morató añade un glosario de todos los nombres, circunstancias y referencias a la traducción. 

Fuente: https://es.wikipedia.org/

Artistas del Vorticismo

Punto al Arte