Attavanti, Attavante degli (Castelfiorentino di Valdelsa, 1452 - Florencia, 1520/1525) Miniaturista italiano.
Biografía
Segundo de seis hijos de Gabriello di Vante y Monna Bartola, de una familia de aristócratas toscanos. Instalado en Florencia, vive en una casa de Via Fiesolana desde 1491 y tuvo otra residencia en el distrito de Santa Maria a Montici. Vasari lo evoca en sus Vidas de los mejores pintores, pero da poca información confiable sobre su cuenta.
Se dice que fue alumno de Francesco d'Antonio del Chierico, con quien trabajó en la realización de la Biblia de Federico de Montefeltro, alrededor de 1476-1478, pero su trabajo muestra muy poca influencia de este último. Por otro lado, probablemente trabajó con Andrea del Verrocchio, reutilizando varios modelos de este pintor y Leonardo da Vinci, colaborador de este último, ha forjado lazos de amistad con Attavante e indica en sus notas que le dio el dinero.
El primer trabajo documentado de su mano y su estudio es el Misal de Thomas James, con fecha de 1483-1484. Luego comenzó a trabajar para muchos aristócratas y prelados de toda Italia e incluso Europa, produciendo muchas obras para Matthias Corvin primero, luego Laurent de Medici y hasta el Papa Leo X, quien le ordenó varios misiles para La Capilla Sixtina. Es conocido solo por la realización de miniaturas, con la excepción de la fabricación de esferas celestes para el reloj de Lorenzo della Volpaia (it). También pertenecía a la comisión de artistas llamados a juzgar la realización de David de Miguel Ángel en 1504.
Obra realizada en 1948 por este polifacético artista -pintor, escultor, escritor- que fue uno de los fundadores del grupo surrealista. Su obra es variada, multiforme, caracterizada por un inacabable afán de invención que le llevó tanto a descubrir objetos y a unirlos en extrañas composiciones totémicas como a modelar grandes divinidades de un raro sabor arcaico. (Museo Nacional de Arte Moderno, París). Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
También llamado Charing Cross Bridge fue realizado en 1906. Aquí el color produce violentos contrastes, pero parece seguir ciertas leyes de armonía, ya que los planos de color se escalonan del verde intenso hasta el verde grisáceo del fondo. La pintura se ha aplicado desde luego con rapidez y agresividad, directamente tal y como sale del tubo, como si el ansia de adaptar la forma al color lo dominase todo. Sin embargo, existe cierta estructuración geométrica. (Musée d'Orsay, París)
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