Castellanos, Carlos Alberto (Montevideo, 28 de enero de 1881 – 26 de octubre de 1945) Fue un destacado pintor uruguayo, reconocido por su versatilidad y su capacidad para integrar influencias europeas con temáticas americanas.
Formación y primeros años
Castellanos inició sus estudios artísticos bajo la tutela de Carlos María Herrera en el Círculo de Bellas Artes de Montevideo. En 1907, viajó a España y se formó en el taller de Joaquín Sorolla y Bastida en Madrid, donde profundizó en técnicas impresionistas y en el uso de la luz.
Trayectoria artística
A lo largo de su carrera, Castellanos exploró diversos estilos y temáticas. Su obra abarca desde paisajes y escenas mitológicas hasta representaciones de arlequines y saltimbanquis. Su pintura se caracteriza por un decorativismo refinado y una paleta de colores variada, adaptándose a las diferentes etapas de su producción artística.
En 1914, tras recorrer Paraguay, Bolivia y Brasil, se estableció en Pollensa, Mallorca, donde continuó desarrollando su obra. Durante su estancia en Europa, también residió en París, participando en diversos salones y exposiciones.
Reconocimientos y premios
Castellanos obtuvo varios galardones a lo largo de su carrera, entre los que destacan:
Medalla de Plata en la Exposición Panamá Pacific de San Francisco en 1915.
Gran Premio Medalla de Oro en los Salones Nacionales de 1943 por su óleo "El Taller".
Legado
Carlos Alberto Castellanos es considerado una figura clave en la pintura uruguaya del siglo XX. Su capacidad para fusionar influencias europeas con temáticas locales le permitió crear una obra única que continúa siendo valorada y estudiada en la actualidad.
Su legado perdura en colecciones y museos, como el Museo Nacional de Artes Visuales de Uruguay, donde se conservan varias de sus obras más representativas.
Obra realizada en 1948 por este polifacético artista -pintor, escultor, escritor- que fue uno de los fundadores del grupo surrealista. Su obra es variada, multiforme, caracterizada por un inacabable afán de invención que le llevó tanto a descubrir objetos y a unirlos en extrañas composiciones totémicas como a modelar grandes divinidades de un raro sabor arcaico. (Museo Nacional de Arte Moderno, París). Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
También llamado Charing Cross Bridge fue realizado en 1906. Aquí el color produce violentos contrastes, pero parece seguir ciertas leyes de armonía, ya que los planos de color se escalonan del verde intenso hasta el verde grisáceo del fondo. La pintura se ha aplicado desde luego con rapidez y agresividad, directamente tal y como sale del tubo, como si el ansia de adaptar la forma al color lo dominase todo. Sin embargo, existe cierta estructuración geométrica. (Musée d'Orsay, París)
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