Abd al-Samad (Siraz, h. 1525-1600) Pintor y calígrafo persa. Fundador de la pintura mongol en la India.
Nació en Irán, viajó a la India y se convirtió en uno de los primeros miembros del taller imperial de la región. Mediante sus enseñanzas en la India, él y su compatriota Mīr Sayyid Alī desempeñaron un importante papel en la fundación de la escuela de pintura mogol.
Abd al-Ṣamad supervisó la mayoría de ilustraciones del manuscrito mogul Dāstān-e Amīr Ḥamzeh o Hamzanama, el cual incluye cerca de 1,400 pinturas. Fue privilegiado por la corte, siendo designado en 1576 Maestro de la Casa de la Moneda y en 1584 fue hecho dīwān (comisionado de ingresos) de Multan.
Cuchillo de Djebel el-Arak (Musée du Louvre, París). El mango de marfil de este cu- chillo ceremonial de sílex per- teneciente a la cultura Nagade II, ilustra la lucha entre dos pueblos ante la presencia entre dos leones de un dios barbado, al parecer inspirado en un mo- delo sumerio de la época de Diemded-Nasr Separados los primitivos egipcios en pequeños clanes independientes, quedó el recuerdo de este régimen prehistórico hasta los tiempos faraónicos, con los famosos nomos o provincias a lo largo del Nilo. Poco a poco, los pequeños Estados se fueron absorbiendo en dos grandes principados: los del Alto y Bajo Egipto, caracterizados respectivamente por la alta tiara o corona blanca de los antiguos reyes "Caña" y por la corona roja de los reyes "Abeja", hasta que un primer faraón, llamado Menes, reunió ambos gobiernos hacia el 3200 a.C. y se coronó con la doble corona blanca y roja, inaugurando la I Dinastía. Entre los objetos sagr...
Obra realizada en 1948 por este polifacético artista -pintor, escultor, escritor- que fue uno de los fundadores del grupo surrealista. Su obra es variada, multiforme, caracterizada por un inacabable afán de invención que le llevó tanto a descubrir objetos y a unirlos en extrañas composiciones totémicas como a modelar grandes divinidades de un raro sabor arcaico. (Museo Nacional de Arte Moderno, París). Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
También llamado Charing Cross Bridge fue realizado en 1906. Aquí el color produce violentos contrastes, pero parece seguir ciertas leyes de armonía, ya que los planos de color se escalonan del verde intenso hasta el verde grisáceo del fondo. La pintura se ha aplicado desde luego con rapidez y agresividad, directamente tal y como sale del tubo, como si el ansia de adaptar la forma al color lo dominase todo. Sin embargo, existe cierta estructuración geométrica. (Musée d'Orsay, París)
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