La catedral de Santa María de la
Asunción se ubica en la ciudad de Coria, Extremadura, en España. Su
construcción actual, ubicada donde se hallaban la antigua catedral visigoda, la
mezquita mayor de la ciudad y la anterior iglesia-catedral románica, se inició
en el año 1498, finalizando ésta 250 años más tarde, en torno a 1748. El
terremoto de Lisboa ocurrido el 1 de noviembre de 1755 la dañó seriamente.
La catedral es de estilo gótico
de transición, con importantes añadidos platerescos (según trazas de Pedro de
Ybarra) y barrocos (torre-campanario diseñada por Manuel de Lara Churriguera).
En su interior guarda una magnífica colección de pintura, escultura y
orfebrería. Destaca el retablo mayor del siglo XVIII con tallas de Alejandro
Carnicero, así como los sepulcros episcopales de Pedro Ximénez de Préxamo por
Diego Copín de Holanda, y García de Galarza por Lucas Mitata. Se deben citar
también el coro, con una sillería mudéjar de nogal de los siglos XV y XVI,
cerrado por una verja protorrenacentista del siglo XVI. Destacan también la
reja de la capilla mayor (siglos XVI y XVIII) y los retablos de las Reliquias
(siglo XVIII) y San Pedro de Alcántara (siglo XVII).
Historia
Las primeras noticias que se
tienen son las de una catedral visigoda, emplazada sobre el solar que ocupa la
actual y de la que sólo se ha conservado una solería de mosaicos geométricos,
soterrados en lo que hoy es la crujía sur del claustro. Se sabe que después fue
convertida en mezquita y que tras la reconquista de Coria por Alfonso VII fue
restituida la diócesis, en la persona del obispo Íñigo Navarrón.
Este edificio fue sustituido por
una catedral románica, probablemente similar a la Catedral Vieja de Plasencia o
a la de Salamanca. Se conservan un par de canecillos de la fábrica románica. A
esta fábrica románica se le añadió un claustro mudéjar durante el siglo XIV,
luego sustituido por el actual gótico, a mediados del siglo XV.
Es a finales del siglo XV, cuando
el obispo Pedro Ximénez de Préxamo decide, por problemas de espacio, derribar
la iglesia románica y comenzar a construir una nueva. La traza aprobada fue la
presentada por Bartolomé de Pelayos en 1497. Esta traza, aunque luego
modificada, será la que dará en esencia la forma al nuevo templo.
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Puerta del Perdón |
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Puerta Norte o del Evangelio |
Según la tesis doctoral de María
del Carmen Sanabria Sierra bajo la dirección de Víctor Nieto Alcaide, la
catedral podría tener su origen a mediados del siglo I: en la tesis se
conjetura que podría haber sido el titulus, o lugar del primer templo
cristiano, en razón de la existencia de un mosaico romano hallado en su
claustro.
La mayor parte del conjunto fue
terminada durante el siglo XVI, aunque durante la siguiente centuria serán
necesarias diversas reformas por defectos de obra y de cimentación.
La iglesia se articula mediante
una única nave dividida en cinco tramos de bóveda de crucería estrellada. Este
fenómeno es compartido únicamente en España por las catedrales de Gerona y
Ciudad Real. Presenta un crucero muy minimizado, con dos brazos en los que se articulan
dos portadas, la norte, que da a la plaza de la Catedral, y la sur, que da al
jardín. La portada principal ocupa los pies del templo. En cada tramo se abren
dos ventanales, salvo en la capilla mayor, en la que existe un único óculo
sobre el muro de la Epístola.
Cada tramo está delimitado por
contrafuertes al exterior, lo cual, unido al pequeño tamaño de los ventanales,
da al edificio un aspecto sólido. Todo el prímetro de la iglesia se remata con
pináculos y una balaustrada añadidos en el siglo XVIII, que era transitable
hasta la reforma de los tejados efectuada a mediados del siglo XX. La torre se
adosa a la cabecera del templo. La actual viene a sustituir a una más antigua
que se encontraba a los pies del templo y que fue derruida.
Capilla Mayor
La capilla mayor ocupa en primer
tramo de la nave y presenta una planta cuadrada de 17 m. de lado. La pared del
ábside queda cubierta en su totalidad por el enorme retablo mayor, realizado en
1747 y que sustituyó a otro anterior, seguramente del siglo XVI. Sus autores
fueron fray José de la Santísima Trinidad y fray Juan de San Félix, frailes
trinitarios del convento de Hervás. Se articula en tres calles y en dos alturas
y ático. El programa iconográfico se desarrolla en función de las devociones
del obispo José Francisco Magdaleno, que fue quien sufragó la obra. En la calle
de la izquierda del espectador quedan San José y San Francisco de Paula,
patronímicos del obispo. En la de la derecha encontramos a San Pedro de
Alcántara y a Santa Teresa de Jesús, patrono de la ciudad y abogada de bautismo
del prelado. En la calle central se dispone el manifestador del Santísimo
Sacramento, rodeado por los cuatro evangelistas y rematado por una alegoría de
la Fe triunfante. Sobre él encontramos la hornacina central del retablo, con la
Asunción de la Virgen. Esta hornacina presenta un gran ventanal o
"transparente" que atraviesa el muro del ábside para iluminar la
escultura.
Remata el conjunto el grupo de la
Sexta Angustia, con la Virgen sosteniendo a Cristo muerto al pie de la Cruz.
Sobre él campea el escudo del donante de la obra. Todas las esculturas fueron
realizadas en el mismo año que el retablo por Alejandro Carnicero y
policromadas por Eugenio Piti.
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Retablo del altar mayor y reja del presbiterio. |
Capilla de la Inmaculada
Situada en la base de la torre y
de planta cuadrada, es una de las capillas más antiguas de la catedral.
Originalmente propiedad de la familia Maldonado, cuyo escudo se puede ver en la
pared exterior de capilla, que la tenía como panteón familiar. Existía ya en la
catedral románica. A pesar de todo esto, ha llegado a nuestros días con un
aspecto muy modificado. En primer lugar, fue modificada por Pedro de Ibarra
para servir de basamento a la torre, el cual le dio la bóveda de crucería
simple que ha llegado hasta nuestros días. Durante el siglo XVIII se le añade
el actual recubrimiento de estuco y se policroma la bóveda. Se construye
retablo central, obra rococó con cuatro estípites y una única hornacina, que
cobija una imagen decimonónica de la Inmaculada Concepción. Se remata con un
tondo en el que aparece un jarrón de azucenas, sello del Cabildo y atributo
mariano.
En las paredes laterales
encontramos dos retablos de estuco neoplaterescos, realizados por los hermanos
Picazo en 1880. El de la izquierda cobija una escultura de San Francisco de
Borja como abogado contra los terremotos (probablemente comprada tras el
terremoto de Lisboa de 1755, que afectó a la catedral) y el de la derecha
cobija un Sagrado Corazón de Jesús, probablemente de finales del siglo XIX.
A principios del siglo XX se
retiraron y perdieron los sepulcros góticos de la familia Maldonado para
enterrar al obispo Ramón Peris Mencheta, cuya lápida se puede ver hoy en el
centro de la capilla.
Capilla del Beato Spínola
Ocupa el brazo sur del crucero,
bajo el llamado Órgano Chico. Tradicionalmente se conocía como Capilla de la
Anunciación, pero tras la beatificación de Marcelo Spínola en 1992 cambió de
advocación. Es de arquitectura sencilla, cubierta con bóveda de cañón con arcos
fajones, como todas las estancias del ala sur del templo. Contiene dos retablos
enfrentados. El de la derecha, rococó, acoge un lienzo de la Anunciación obra
de José de Mera del siglo XVIII. Además, En la predela hay una tabla con un
Ecce Homo entre la Virgen y San Juan con características flamencas, del siglo
XVI.
En retablo de la izquierda es el
dedicado al Beato Spínola. Anteriormente estuvo dedicado a Santa Catalina de
Alejandría, cuya escultura pasó al museo. Se trata de un retablillo barroco,
con columnillas salomónicas, que enmarcan un retrato del que fuera obispo de
Coria entre 1886 y 1887, pintado por Francisco Gil Japón.
Capilla de las Reliquias
Situada a los pies del templo,
fue durante muchos siglos el espacio predilecto del Cabildo, en el que se
reunían en muchas ocasiones. El aspecto que ofrece hoy en día se debe a una
reforma efectuada en 1783 que la renovó plenamente. Se cubre con una cúpula
sobre pechinas decorada con cartelas con símbolos pasionistas. Se conecta con
la nave mediante un gran arco de medio punto cerrado por una suntuosa reja
dieciochesca. Alberga tres retablos. El mayor se concibe como un gran armario
para albergar la colección de reliquias de la catedral. Se organiza en tres
calles y ático, presidido este último por una imagen de San Joaquín.
En los laterales se situaban dos
retablos gemelos, uno de los cuales fue desmontado para abrir el arco mudéjar
que conecta la capilla con el claustro. En el que todavía permanece se puede
observar una imagen de San Sebastián obra de José Salvador Carmona de 1777,
escoltado por un San Antonio de Padua y un San Vicente Ferrer de factura mucho más
tosca. Les hacían frente, en el retablo desmontado, un San Pedro de Verona
(advocación original de la capilla) escoltado por San Francisco y Santo Domingo
de Guzmán, hoy en el museo.
Coro y trascoro
La sillería coral supone un bello
conjunto de estilo mudéjar, realizado en dos fases diferentes. Se compone de 71
sillas (43 altas y 28 bajas) y un banco, realizadas en madera de nogal. El
mueble procede en parte de la antigua catedral románica, realizado en 1489, muy
poco antes de comenzar la obra nueva. Sabemos que ocupaba toda la nave central
de la vieja construcción. La obra original corresponde al frontal y a los
medios laterales. Será cuando se instale en la nueva construcción cuando se
complete (1514) de mano del tallista Martín de Ayala. En 1560 se le añadirá una
crestería con estatuillas de santos, obra de Francisco Pérez.
La silla episcopal ocupa el
centro del tramo frontal, escoltada por la silla del deán (que alberga la
inscripción que data la obra) y la del chantre. Se decora con un Salvador de
pie, sosteniendo el mundo con una mano y bendiciendo con la otra. Se cubre con
un doselete de estilo gótico. El resto de sillas, tanto las antiguas como las
de la ampliación de Ayala con paños geométricos mudéjares, todos diferentes.
Rematan el conjunto en los extremos los sitiales destinados a los duques de
Alba, señores de la ciudad, que se encuentran a la misma altura que el del
obispo. En el centro del conjunto se encuentra un facistol barroco.
El muro que cierra el coro es una
obra renacentista de Michel de Villarreal, realizado durante la primera mitad
del siglo XVI y sufragado por el deán Gaspar de Bardales. Lo cierra una
magnífica reja, realizada por el maestro Hugo de Ras y decorada con el escudo
del obispo Juan Ortega Bravo de Laguna en el cuerpo central. Escoltando la reja
se encuentran dos ménsulas decoradas con putti y con el escudo del Cabildo.
Originalmente servían como reclinatorio de los duques de Alba (cuyos sitiales
se sitúan detrás de ellas), hasta que en el s. XVIII se decidió ocuparlas con
sendas esculturas de Moisés y David.
El muro contempla dos
puertecillas laterales adinteladas, rematadas con el escudo capitular. En el
trascoro presenta una tribuna para músicos, debajo de la cual se sitúa un
ratablillo barroco con la Virgen del Rosario. Escoltan el retablo cuatro esculturas
pétreas de San Pedro, San Pablo, San Andrés y Santiago el Mayor, en ménsulas y
bajo doseletes. Sobre el retablo se encuentra el escudo del deán Bardales,
donante de la obra.
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Sillería del coro |
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Trascoro |
Sacristías
El conjunto cuenta con dos
sacristías: la llamada de canónigos o mayor y la de beneficiados o menor. La
construcción de ambas corresponde al siglo XVII, un período muy dificultoso en
la historia constructiva del edificio, puesto el Cabildo que tuvo que hacer
frente a la finalización del conjunto, al mismo tiempo que se afanaban en
afianzar toda la obra del siglo XVI, que tenía muchos problemas estructurales.
Se realizaron varios proyectos para la sacristía y el Sagrario, que finalmente
no se llevaron a cabo. Las estancias que han llegado a nuestros días son de
factura muy discreta, que disuena con las magnitudes del templo. Quizás las
dificultades del período obligaran a realizar soluciones más económicas.
La sacristía mayor se sitúa junto
a la capilla mayor, con acceso sobre el costado de la Epístola. Se accede a
través de una antesacristía en la que se encuentra el lavabo de los canónigos,
labrado en mármol rosa portugués, con dos delfines entrelazados. Esta estancia
se cubre con bóveda de cañón con arcos fajones, igual que la contigua. Las
paredes se decoran con tres lienzos: un San Luis obispo, un retrato del obispo
Dionisio Moreno Barrios y un retrato de Benedicto XV.
La sacristía propiamente dicha es
un espacio casi cuadrado, con suelo ajedrezado en granito y pizarra. Contiene
una cajonera barroca que ocupa todo un costado de la estancia. Sobre ella, una
crestería dorada y unas gradillas sostienen un crucificado neoclásico del siglo
XVIII. Las paredes se decoran con diversos lienzos, entre los que podemos
destacar una Virgen del Rosario y un Santo Tomás de Aquino.
La sacristía de beneficiados es
un espacio de factura más humilde, situado a los pies del templo, también sobre
el muro de la Epístola. Más amplia que la anterior, pero de menos altura. Se
cubre con un artesonado de madera y posee una cajonera igualmente artística.
Sobre una de las paredes se sitúa un retablillo procedente de la capilla de las
Reliquias, reubicado aquí. Se encuentra decorada con diversas piezas del ajuar
catedralicio, enmarcadas sobre las paredes estucadas con frescos ornamentales.
Claustro y museo catedralicio
El claustro es una obra gótica
del siglo XV que vino a sustituir a uno del siglo anterior, realizado en
ladrillo y estilo mudéjar, del que se conservan algunos arcos. De planta
cuadrada, se articula en cuatro crujías de tres vanos cada una, cubiertas con bóveda
de crucería simple. La crujía sur se ve rota en su tramo central por un
contrafuerte que se abre en arco de medio punto, realizado en el siglo XVIII.
Se decora con cuatro retablillos, uno en cada una de las esquinas de las
crujías:
- San
Antonio Abad: retablo barroco de aire portugués del siglo XVII que cobija
una imagen del santo en madera policromada.
- San
Benito de Nursia: retablillo rococó con una imagen del santo titular.
- San
Luis obispo: alberga una talla de José Salvador Carmona de 1777.
- Virgen
del Pilar: alberga una escultura de mármol de la devoción zaragozana. En
el ático presenta un lienzo con la escena de Pentecostés.
Órganos
El templo posee dos órganos
monumentales situados en sendas tribunas sobre el segundo tramo de la nave, que
correspondería al crucero.
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Órgano grande |
Fuente: es.wikipedia.org