Reconstruidas en la Edad Media, con las puertas de Guía y del Rollo.
El recinto amurallado muestra aún características del sistema constructivo romano con modificaciones efectuadas durante el período emiral y califal. El trazado está resuelto con grandes lienzos bien alineados, aunque con alguna irregularidad condicionada por la topografía del terreno. Los paramentos se erigen con sillería de granito reutilizada en su mayor parte, así como con mamposterías diversas, entre las que puede ser destacada la de lajas de pizarra.
Puerta del Rollo. Abierta en el siglo XVI, la Puerta de San Francisco, así denominada por servir de paso al Convento de Franciscanos Descalzos localizado a extramuros, e igualmente conocida como de la Cava, por su contigüidad al foso del Castillo, o del Rollo, por su proximidad a la plaza en la que se ubicaba este símbolo jurisdiccional y de ajusticiamiento, fue ejecutada aprovechando una brecha abierta en este lado de la Muralla. Decorativamente, adornando la parte alta, justo a ambos lados de la hornacina avenerada, se disponen dos blasones: uno ilegible y el otro representando al Concejo de la Ciudad.
(Coria, Cáceres)
Fuentes: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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