Gaudí i Cornet, Antoni (Mas de la Calderera, término de Riudoms, 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926) Arquitecto español. Fue una de las personalidades destacadas del modernismo, y su obra prefigura las tendencias más audaces de la arquitectura contemporánea. Gaudí se formó en el ambiente del romanticismo catalán, entusiasta de la Edad Media, y bajo la influencia de las ideas de Ruskin y Viollet-le-Duc. En sus primeras obras (casa Vicens, 1878; ábside de la Sagrada Familia; palacio Güell, 1885-89, todas en Barcelona), hay estructuras neogóticas, influencias islámicas y una predilección por la decoración brillante a base de cerámica policromada; pero simultáneamente aparecen experimentos constructivos (ante todo, el empleo de arcos parabólicos) que le condujeron a un estilo personal que planteó una nueva tecnología de la piedra, la madera y el hierro forjado. La fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, iniciada con un estilo "biológico" imitado de las formas naturales (formas vivas de plantas y animales, nieve fundiéndose, nubes y estrellas), termina en las cúspides de las cuatro torres, a 107 m de altura, con sorprendentes superficies formadas por planos intersecados y formas alabeadas, cubiertas por mosaicos de brillantes colores. Esta nueva concepción plástica, ya no sólo ornamental sino esencial de la construcción misma, caracteriza la casa Batlló (1905-07), con una fachada ondulada, revestida de mosaicos, que produce el efecto de una superficie de agua colocada verticalmente. En sus obras posteriores, las estructuras concebidas a base de paraboloides hiperbólicos y el sentido originalísimo de la plástica gaudiniana crean un nuevo lenguaje arquitectónico: la casa Milá (1905-1 O) es un bloque de formas orgánicas con bordes horizontales rítmicamente ondulados, taladradas por ventanas que sugieren las esculturas posteriores de Moore; el parque Güell (1900-14), con pilares inclinados de piedra natural en bruto y un exuberante empleo de mosaicos de cerámica y vidrio, constituye un conjunto de composiciones abstractas de gran fuerza expresiva; la iglesia de la colonia Güell (1898-1914) tiene fantásticas bóvedas dinámicas sobre columnas inclinadas, sin contrafuertes. La arquitectura de Gaudí, cuyo racionalismo le convierte en un precedente de la arquitectura funcional, prefigura también las modernas tendencias organicistas por su carácter apasionado y poético, al borde del exceso. En 1984 la UNESCO inscribió en su lista de bienes del patrimonio mundial el conjunto arquitectónico formado por el parque Güell, el palacio Güell y la casa Milá.
Si el genial Antonio Gaudí
hubiese completado la construcción de la iglesia de la Colònia Güell, en la
población barcelonesa de Santa Coloma de Cervelló, ésta se consideraría hoy una
maqueta descomunal de la que sería su obra más universal, la Sagrada Familia. No
en vano esta pequeña joya arquitectónica incorpora las audaces innovaciones del
célebre arquitecto. Estructura, técnica constructiva y forma orgánica se alían
en una cripta que se asemeja a una gruta natural y en la que la luz se filtra a
través de las vidrieras en forma de pétalos de flor o alas de mariposa. Un
espacio mágico definido por el lenguaje de la línea curva, las columnas
inclinadas y las texturas de materiales, a menudo reaprovechados, como el
ladrillo, el azulejo, la piedra o el hierro forjado.
Interior de la nave en el que se aprecian los pilares de basalto y los arcos de catenaria del techo. En esta extraordinaria cripta el
arquitecto catalán puso a prueba su pericia para crear las más atrevidas
estructuras orgánicas, formas geométricas regladas como el paraboloide
hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide o el conoide. La Colònia Güell es
Bien de Interés Cultural-Conjunto Histórico desde 1990 y Patrimonio Mundial por
la Unesco desde 2005.
La Cripta Güell, tal vez la obra
más experimental de Gaudí, se edificó entre 1908 y 1915 por encargo del mecenas
Eusebi Güell. Este empresario había adquirido en 1890 un gran complejo
industrial cerca del río Llobregat y, junto con su colega Ferran Alsina, puso
en marcha allí una colonia textil alejada de los movimientos sindicales que
tenían lugar en Barcelona. Fue la simiente de la Colònia Güell, que llegaría a
albergar a más de mil trabajadores. Cuando la capilla existente se quedó pequeña,
Güell dio carta blanca al arquitecto para construir una iglesia de nueva
planta, de la que, finalmente, debido a problemas en la financiación, solo se
llegó a erigir su nave inferior. Todo un paradigma de modernismo más osado y rompedor.
Gargallo Catalán, Pablo Emilio (Maella, Zaragoza, 5 de enero de 1881 - Reus, Tarragona, 28 de diciembre de 1934) fue un escultor y pintor español. Es considerado uno de los escultores más importantes e innovadores del siglo XX, a lo largo de su vida artística combinó paralelamente el clasicismo con la experimentación. En El profeta, de 1933, culmina toda su trayectoria, que incorpora la vanguardia cubista en una escultura que conjuga el volumen y el vacío, y posee una gran energía de carácter expresionista.
Biografía
Nacido en Maella (Zaragoza), se traslada con su familia a Barcelona en 1888, donde comenzará su formación artística. En Barcelona, fue discípulo de Eusebio Arnau, para quien trabajó en su taller. Se relacionó con los artistas de Els Quatre Gats, como Picasso o Isidre Nonell. Colaboró con Lluís Domènech i Montaner en trabajos escultóricos para sus edificios, como el Palacio de la Música Catalana, el Hospital de San Pablo de Barcelona; y en el Institut Pere Mata de Reus con esculturas de piedra y bronce.
Pasó parte de su vida en el barrio de Montparnasse de París. En 1903 vivió en la comuna de artistas Bateau-Lavoir con Max Jacob, Juan Gris y Picasso, cuya cabeza modeló en una escultura. Al año siguiente Juan Gris le presentó a Magali Tartanson, con la que se casó en 1915. En 1934 sufrió una neumonía fulminante y murió en Reus, (Tarragona) donde se había desplazado para inaugurar una exposición de su obra.
Obra
Durante toda su carrera mantuvo simultáneamente dos estilos aparentemente muy distintos: uno clásico, relacionado con el modernismo en sus inicios y con el novecentismo, y un estilo vanguardista en el que experimenta con la desintegración del espacio y las formas y los nuevos materiales.
Gargallo, influido por su amigo Julio González, desarrolló un estilo de escultura basado en la creación de objetos tridimensionales de placas planas de metal, usando también papel y cartón. También realizó esculturas más tradicionales en bronce, mármol y otros materiales. Entre sus obras se encuentran tres piezas inspiradas en Greta Garbo: Masque de Greta Garbo à la mèche, Tête de Greta y los Garbo avec chapeau y Masque de Greta Garbo aux cils.
Sin embargo, su obra más conocida es su pieza maestra El profeta, de 1933, que es la culminación de su concepto cubista de escultura del hueco y a la vez posee una energía expresionista que conecta, por el tema tratado, con la tradición bíblica.
Se le considera uno de los artistas más significativos de la vanguardia española e internacional. En 1985 se inauguró el Museo Pablo Gargallo en el Palacio Arguillo de Zaragoza.
El Museo cuenta con un excelente Centro de documentación donde se puede consultar información sobre la vida y obra del artista. Además, el Centro de documentación reúne un importante fondo documental sobre otros escultores contemporáneos.
La obra del escultor aragonés
contribuye de manera
especial -a la definición de
la modernidad escultórica
española. Tras su estancia
en París, donde conoció a Picasso y el cubismo, sus
esculturas encuentran en
este movimiento de vanguardia
la máxima expresividad
para el potencial formal
de la masa y el vacío.
Combina las experiencias
realizadas por su autor en
lámina de hierro y cobre, y
sus investigaciones de los
ritmos de planos cóncavos,
en los que se funde en
armonía el espacio de la
materia y del vacío.
Gentileschi, Artemisia o Lomi (Roma, 1593 - Nápoles, hacia 1654) Pintora italiana. Está considerada como una de las figuras capitales del tenebrismo italiano.
Su formación como pintora la adquirió junto a su padre y los pintores que forman el circulo caravaggista romano, incluyendo al propio Caravaggio. En 1609, con tan sólo 16 años, Artemisa ya era discípula del pintor Agostino Tassi, que la introdujo en la técnica de la cuadratura, la cual llegó a dominar. Poco tiempo después fue violada por éste, hecho que la marcó durante toda su vida y que se va a reflejar en sus pinturas. Nunca más abordará el tema de la cuadratura, y casi toda su obra hace referencia a mujeres heroicas, como Judit o Yael.
El tipo de mujer que representa va a ser muy similar a lo largo de toda su producción artística; de edad madura, corpulenta, cara oval y ancha, casi siempre con mechones de cabello sobre la cara, además de un gran realismo en el rostro. Es la artista de la época que mejor pinta el cuerpo de la mujer, fijándose de manera minuciosa en los detalles.
Artemisa abordó en sus obras algunos de los temas más representativos del barroco, pero siempre representándolos de una manera muy personal y con una ejecución perfecta. Además de ser capaz de darles un profundo sentido dramático, les dotaba a la vez de una naturalidad y dinamismo poco frecuentes. Es característico en ella la creación en el lienzo de un espacio interior en el que la luz no está sólo al servicio de una historia o de sus protagonistas, sino que crea una atmósfera de realidad, un espacio propio de la representación, que es característicamente moderno; esto se aprecia perfectamente en El Nacimiento de san Juan Bautista, del Museo del Prado.
Una primera etapa de su producción artística trascurre entre Roma y Florencia hasta 1630. Cuando, en época del papa Paulo V, realiza sus primeras obras, fechadas entre 1609 y 1610, impregna éstas de un marcado carácter religioso, como puede verse en La Virgen con el niño, imagen que repetirá en varias ocasiones. En ellas existe un protagonismo del cuerpo humano, fundamentalmente del femenino.
En 1613 se casó con el pintor florentino Antonio Stiatesi, y se trasladó a vivir a Florencia. En esta ciudad estuvo sólo siete años, aunque dicha estancia fue de notable influencia en la creación de su estilo personal y de su carrera en solitario. Allí se relacionó con amigos y patrones agrupados en torno a la Academia del Disegno y a la corte de los Médicis. Además, estuvo bajo la protección de Cosme II y de su padrino Miguel Ángel Buonarotti (sobrino del gran artista homónimo). Tras la estancia en la ciudad se percibe en su producción la influencia del propio Miguel Ángel, concretamente en el matiz de algunos colores y, sobre todo, en la anatomía de sus cuerpos, que queda patente en sus desnudos o se adivina tras los atuendos; un ejemplo de ello es la Magdalena del Palacio Pitti.
En torno al año 1620 Artemisa regresó a Roma, donde trabajó hasta el año 1630, y ya no retornaría a Florencia, quizá como consecuencia de la muerte de su mecenas, acontecida en 1621. En aquel momento ya había pintado tres de las versiones de Judit, consideradas las obras más conocidas y mejor estudiadas de toda su producción pictórica.
De esta segunda estancia en Roma se conservan muy pocas obras, que fueron realizadas en un caravaggismo matizado y se caracterizan por el uso delicado del color y la elegancia en la representación de las texturas y los adornos. Una Lucrecia y una Cleopatra, además de tres retratos (Retrato de un Golfaloniere, 1622; Retrato de una mujer artista, 1630; y su famoso Autorretrato como alegoría de la pintura, 1636) pertenecen a esta etapa. También recibió encargos de los cardenales Antonio y Francesco Barbieri para la colección del palacio de la familia.
Sus relaciones con otros muchos artistas fueron en aumento, como pueda ser el caso del pintor francés Simon Vouet, con el que mantuvo una relación amistosa y profesional cuyo resultado es una influencia mutua que se manifiesta en las obras de ambos.
Su segunda etapa artística, que transcurre en Nápoles, comienza en tono al año 1631. Se especula con que se trasladó a esta ciudad buscando un mayor reconocimiento de su obra y, por tanto, un mayor número de encargos. En esta etapa hay un abandono del sentido de lo heroico, en el que la fidelidad anatómica es la manera de expresar las verdaderas cualidades del personaje, para centrarse en el naturalismo de los cotidiano, en la representación de la luz y en la composición de la escena, conjugado con una clara estilización de las anatomías, cuyo resultado es una sensación de serenidad.
En Nápoles coincidió con otros artistas tan importantes como Guido Reni y José Ribera, además de convertirse en una figura destacada dentro del panorama pictórico local. Influyó en algunos pintores napolitanos, como Massimo Stanzione o Bernardo Cavallino.
De Nápoles partiría hacia Inglaterra acompañando a su padre, que había sido llamado por Carlos I. En este país realizó numerosos retratos para miembros de la nobleza y algunos cuadros de historia encargados por el rey. Este sería el único viaje que realizara fuera de Italia; tras su regreso, sus obras presentan ciertas influencias de Rubens y Van Dyck, sobre todo en el uso de columnas y de cortinas, que aparecen enmarcando algunas escenas. Entre las obras que se enmarcan en esta segunda etapa están la decoración del altar de la catedral de Pozzuoli; un Nacimiento de san Juan Bautista, que pintó para Felipe IV y que en la actualidad está en el Museo del Prado; una Magdalena encargada por el duque de Alcalá, virrey de Nápoles, que está en la catedral de Sevilla; y al menos otros cuatro cuadros, registrados en el catálogo del palacio del duque de Alcalá en Sevilla, hoy desaparecidos. Además, en esta época Antonio Ruffo fue su mecenas, para el que debió de realizar numerosas obras.
Artemisa se sentía muy orgullosa de su pintura y ambicionaba la fama. Quiso ser, y lo fue, independiente y autosuficiente. Su fuerte carácter, imprescindible en el ambiente artístico en el que se desenvolvía, está patente en sus lienzos, y su tratamiento de la expresividad femenina pervive como rasgos de una autora que, desde su condición de mujer, fue una adelantada a su tiempo. Su vida fue llevada al cine en el año 1997 en el filme Artemisia, de Agnès Merlet.
En “Judith decapitando a Holofermes” (expuesta en la Sala 90 junto a Caravaggio), la heroína bíblica Judith quien había concebido un plan para salvar a su pueblo, ella, ejemplo de virtud y castidad, viene representada decapitando la cabeza del enemigo Holofernes, líder asirio a quien ella engañó por medio de la seducción mientras guardaba su pureza.
El episodio ya había sido llevado al lienzo por numerosos pintores desde el Renacimiento y se consideraba una alegoría del triunfo de las mujeres sobre los hombres.
Pero en manos de Artemisia adquiere nuevos matices, hasta el punto de que varios estudiosos han descifrado en clave psicológica la violencia con que pinta la famosa escena, interpretándola como un deseo de venganza tras la agresión sexual que sufrió. Hay quien piensa que en la cabeza de Holfermes está el rostro de su violador. Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Galizia, Fede (Milán, 1578 - 1630) fue una pintora italiana del Barroco, pionera del género del bodegón.
Biografía
Fede Gallizi, mejor conocida como Galizia, nació en Milán en 1578. Su padre, Nunzio Galizia, quien se mudó a Milán desde Trento fue un pintor de miniaturas. De él aprendió Fede a pintar, y se dice que a la edad de doce años era suficientemente considerada artista como para ser mencionada por Giovanni Paolo Lomazzo, pintor y teórico del arte amigo de su padre, de la siguiente forma: «Esta joven se ha dedicado a imitar a nuestros más extraordinarios artistas».
Cuando Fede estuvo preparada y establecida como pintora de retratos, comenzó a recibir muchos encargos. Posiblemente por influencia de su padre como miniaturista, tuvo tendencia al detalle en sus pinturas. Su tratamiento de las joyas y la vestimenta la convirtieron en una retratista muy buscada. También se dedicó a la pintura religiosa y profana, por ejemplo, varias versiones de Judith y Holofernes como las del Museo Ringling de Florida y Palacio Real de La Granja en España. También pintó miniaturas y retablos para conventos.
El estilo de sus retratos deriva de las tradiciones naturalistas del Renacimiento italiano, con una aproximación muy realista. El estilo de retrato de Fede Galizia resulta muy evidente en su Retrato de Paolo Morgia, un estudioso jesuita que fue uno de sus primeros mecenas. Morgia era escritor e historiador y quedó muy satisfecho con el trabajo de Fede, en el que lo retrata mientras escribe un poema sobre las obras de la artista.
Fede Galizia recibió además varios encargos públicos para iglesias, como por ejemplo el retablo que pintó para el altar de Santa María Magdalena en Milán (1616).
Cuando no pintaba retratos, la artista se interesó primordialmente en pintar bodegones, un género en el que fue pionera y alcanzó excelentes resultados. Aunque pocas fuentes mencionan este tipo de obras, representan la mayoría de las que se conservan de su autoría: se han catalogado sesenta y tres trabajos de Galizia, de los que cuarenta y tres son bodegones. Uno de ellos, de 1602 está considerado el primer bodegón firmado por un artista italiano, probando su compromiso con este -en aquella época- nuevo estilo de pintura.
Fede nunca contrajo matrimonio, y se dice que vivió una vida feliz con éxito en su carrera artística. Murió en Milán en 1630.
Galilei, Alessandro Maria Gaetano (Florencia, 25 de agosto de 1691 - Roma, 21 de diciembre de 1737) fue un matemático y arquitecto italiano, miembro de la misma familia que Galileo Galilei. Es conocido por haber diseñado la fachada de la Archibasílica de san Juan de Letrán, catedral de Roma y uno de los templos católicos más destacados.
Biografía
Se formó en arquitectura e ingeniería con Anton Maria Ferri, figura destacada de la Accademia dei Nobili que escribió un tratado sobre perspectiva, fortificaciones y artillería. Con él, el joven Galilei trabajó en el estudio de las técnicas de construcción, estereometría e hidráulica.
Algunos viajeros ingleses quedaron impresionados con el clasicismo de sus primeros diseños, y fue invitado por un grupo de ellos a trasladarse a Londres en 1714. Allí participó en varios proyectos, colaborando con el ingeniero civil Nicholas Dubois. El único otro arquitecto italiano notable en Londres en ese momento era Giacomo Leoni. Los dos compartían una inclinación clasicista muy del gusto inglés del momento, en clara contraposición al barroco italiano. Sin embargo, aparte de un monumento funerario, no se encargaron a Galilei otros proyectos de importancia.
En 1718 Robert, vizconde de Molesworth, llamó a Galilei a Irlanda. Allí, William Conolly, presidente de la Cámara de los Comunes irlandesa, comenzaba las obras de Castletown House, una gran mansión cerca de Dublín. Galilei diseñó la fachada del bloque principal, pero regresó a Italia en 1719 y no intervino directamente en las obras de construcción, que se iniciaron en 1722 y fueron dirigidas por el joven arquitecto anglo-irlandés Edward Lovett Pearce. Un Retrato de Galilei, por Giuseppe Berti, firmado y fechado en 1735, ha sido recientemente adquirido para la colección de Castletown House.
De regreso a Florencia en 1719, Galilei fue nombrado Ingegnere delle Fortezze e fabbriche di corte ("Ingeniero de los edificios judiciales y fortalezas") del Gran Duque de Toscana Cosme III de Médici, que mantuvo con su sucesor Juan Gastón de Médici, último de los grandes duques de Medici; ninguno de los cuales, sin embargo, pudo proporcionarle proyectos arquitectónicos adecuados a su talento. Los proyectos más destacados de esta época fueron una renovación del coro de la Catedral de Cortona, con un severo arco de triunfo, modificaciones en la Villa Venuti, en Catrosse, cerca de Cortona, y un diseño (1724) para el oratorio de la iglesia de la Madonna del Vivaio en Scarperia, Toscana.
En 1730, el patricio florentino Lorenzo Corsini fue elegido papa como Clemente XII y llamó a Galilei a Roma en 1731 para construir la capilla familiar (Cappella Corsini) en la Basílica de San Juan de Letrán, trabajos que terminaron en 1732. Durante los siguientes seis años, Galilei creó sus obras más notables, ejecutadas en un estilo anti-barroco.
El más notable de ellos fue la fachada de la catedral de Roma, la propia Basílica de san Juan, cuyo encargo recibió después de un concurso para su terminación (1733-36). La severidad y el carácter palacial de la fachada provocaron rechazo y controversia en los círculos artísticos romanos del momento, pero fueron aplaudidos más tarde con el pleno triunfo del Neoclasicismo.
Galilei también construyó la fachada, más convencional, de San Giovanni dei Fiorentini (1734), cuyo clasicismo es más atemperado y presenta recuerdos barrocos.
El arquitecto murió en Roma en 1737, a la temprana edad de 46 años.
Galán Romo, José Julio (Múzquiz,
Coahuila; 5 de diciembre de 1959 - Zacatecas, 4 de agosto de 2006) fue un pintor
mexicano de arte contemporáneo, de los años 1980.
Biografía
Estudió la carrera de
arquitectura en la Universidad de Monterrey, la que dejó inconclusa, para
finalmente dedicarse exclusivamente a la pintura. Radicó la mayor parte de su
vida en Monterrey, a dónde llegó a estudiar desde los nueve años de edad. Tuvo
estancias en Nueva York y Europa. Realizó gran cantidad de exhibiciones
individuales. A los veinte años de edad, en 1979, obtiene el segundo premio
laureado de pintura del Centro de Arte Vitro Monterrey. Su primer galerista
individual en Monterrey es Guillermo Sepúlveda, de la Galería Arte Actual
Mexicano, desde 1980.
Julio Galán destaca por haber
renovado el panorama de la plástica mexicana de los años 1980. La obra de Galán
se caracteriza por que retoma el nacionalismo, los ideales mexicanos exentos de
idealización, llevados a una realidad que toca el drama, el humor, el sarcasmo
y lo cotidiano, pero con una carga fuerte de vanidad, con trazos gruesos, colores
opacos y cuestionamientos profundos del «yo» son parte esencial de su obra.
Luis Carlos Emerich, en el
catálogo de la exposición que se presentó en la Galería Enrique Guerrero en
1998, dice sobre Julio Galán, «y por otro, para descartar el valor simbólico de
la imagen a manera de íconos o juguetes o de dolores y placeres extraídos del
arcón de la nostalgia, como una broma tierna pero negra acerca de los valores
normativos y de su imposibilidad real de canalizar los poderes irracionales».
Julio Galán era considerado «el niño terrible de la pintura mexicana», como lo
calificó la crítica de arte argentina Ana María Battistozzi.
En las obras de Galán podemos
ver, además de su propia historia -una historia íntima y muy personal- las
múltiples formas que adopta la subjetividad en su constitución y la emergencia
del cuerpo como sujeto y objeto del discurso y del deseo. Galán expuso en sus
obras una Mise en abyme donde, a través de sus imágenes, reflejo una de otra,
juego de espejos confrontados (enfrentados), sumergió al espectador en su
propia «demencia», su juego narcisista, en el que, de manera por demás
exacerbada, reflejó el ethos epocal, ya que en las postrimerías del siglo XX el
cuerpo devino en objeto de culto, de amor, de pasión, el cuerpo que se transforma,
se viste, se cuida, se re-presenta, las más de las veces como una alegoría de
los conflictos que el sujeto tiene con el «otro», siendo entonces esta
re-presentación enarbolada como símbolo de emancipación sexual (de género), de
raza, de ideologías religiosas, una defensa a la individualidad, al ser
universal, único y sin binarismos.
Galán artista, Galán imagen,
ambos se superponen, el pintor representó en el lienzo la representación que de
sí mismo fue construyendo y que mostró socialmente: una mascarada. En muchos de
los catálogos de sus exposiciones, como los de las galerías Ramis Barquet en
Nueva York, Thaddaeus Ropac en París, Timothy Taylor en Londres y en el
realizado para Grupo Financiero Serfín en 1993, se incluyen fotografías del
creador, las cuales pueden ratificar este afán de representación. Fuertemente
controladas, planeadas, sin quitar el mérito e intervención del trabajo de los
fotógrafos, las escenas muestran una disposición muy similar a la forma en que
realizó sus composiciones pictóricas. No son casuales, hay en éstas toda una
narrativa, una teatralidad, sus fantasías privadas recreadas frente a la lente
de la cámara. En el catálogo de Serfín, a manera de presentación, se incluyen
dos imágenes de página completa donde Galán, semidesnudo y cargando un par de
alas oscuras, pareciera surgir del río en el que ha caído como Ícaro
sobreviviente. En el forro del catálogo, en la parte posterior, este Ícaro se
encuentra arrodillado a la orilla del río que refleja su imagen, ahora un
Narciso que tampoco sucumbirá a la muerte, una venda cubre sus ojos impidiendo
la posibilidad que se reconozca.
Generalmente el disfraz de Galán
incluyó elementos glam, góticos, exóticos, desde la pintura en su rostro a la
manera de Boy George, las uñas pintadas en negro o blanco, gruesas cadenas y
candado al cuello, joyería exagerada desde anillos con enormes piedras de
colores, grandes collares, hasta crucifijos, mascadas, prendedores en el
cabello, sombreros en variedad de formas, alguno hasta con un ave zancuda
disecada, combinados todo esto con trajes de diseñador y calzado singular, sin
dejar de mencionar los objetos que acostumbra llevar en las manos y que también
representó en sus cuadros, muñecos, cajitas, hasta un bolso de mano en forma de
caballito, dando como resultado un personaje que impacta visualmente,
provocando un «extrañamiento», un choque síquico que produce sorpresa en el
espectador por lo inesperado, lo diferente, lo fuera de lo habitual, por
salirse del lugar común, de lo cotidiano, sea a través de la
"singularización" al hacer suyos los códigos y reutilizarlos de
manera personal, realizando asociaciones únicas, personales e irrepetibles de
aspectos de la realidad que no suelen ser asociados; y la «oscuridad o forma
obstruyente» (en este caso la singularización) se lleva al extremo, como si se
construyera la obra artística para sí, poniendo en juego la totalidad de
experiencias y saberes, Galán se valió de ambos, no sólo en la presentación de
su disfraz, sobre todo en la construcción de sus obras, consiguiendo prolongar
el tiempo de la percepción y ampliando la duración del impacto. Pudiera ser
que, al final, Galán haya conseguido su objetivo al exponer su obra y al
exponerse él mismo en un constante performance, mostrando una representación
subversiva en la que remarca la contingencia, donde todo lo que deja ver es y
no es, consiguiendo así la anulación de las diferencias, la imposición de su deseo.
Hacer de la vida propia una obra de arte ha sido para muchos la manera de abrir
(se) espacios. Desde el dandismo, el estilo siempre ha sido superior al
contenido.
«Pintura engañosa y subversiva
que causa adicción, que repite sus temas y los transforma hasta volverlos
irreconocibles, las obras de Galán mezcla, con gracia y sabiduría, los mitos y
las referencias nacionales, el teatro y la sinceridad, el transformismo y la
trasparencia», escribió el escritor mexicano Carlos Monsiváis sobre el pintor
en el catálogo de la exposición Oro poderoso.
Falleció por un derrame cerebral
el 4 de agosto de 2006 en Zacatecas, México.
Gainsborough, Thomas (Sudbury, Suffolk, 14 de mayo de 1727 - Londres, 2 de agosto de 1788) Pintor británico. Fue discípulo del grabador francés H. Gravelot y de F. Hayman. Hacia 1750 se instaló en lpswich y pintó una serie de retratos y paisajes, en general de pequeño tamaño, concebidos en tonos grises y dorados, en los que ya se apreciaba el acento de ingenua sinceridad que caracterizó su estilo (retratos de Mr. y Mrs. Brown, colección Sassoon; de Robert Andrews, Museo de Cambridge, etc.). En 1759 se trasladó a la ciudad de Bath, donde admiró los cuadros de Van Dyck y entró en contacto con una aristocracia frívola y elegante. Su estilo perdió ingenuidad y evolucionó hacia una hábil perfección, que lo convirtió en el retratista más admirado de su época. Sus retratos femeninos (Mrs. Sheridan, Mrs. Siddons, National Gallery, Londres; Mrs. Lowndes, colección Gulbenkian, Lisboa) son famosos por su encanto poético. En 1774 se instaló en Londres, donde prosiguió su brillante carrera. El estilo inglés de Gainsborough
Casi contemporáneo de Reynolds fue otro gran pintor inglés que tuvo una existencia en cierto modo paralela a la de Sir Josuah y como él fue también un gran retratista, pero que no se dedicó exclusivamente al retrato, sino que había iniciado su carrera artística más bien como pintor de paisajes. Este pintor fue Thomas Gainsborough (1727-1788), también nacido en el seno de una familia de la clase media, ya que nació en Sudbury (Suffolk), hijo de un comerciante en lanas. Era el más joven de una familia de nueve hijos, y su afición por tomar apuntes del paisaje que rodeaba su casa familiar decidió a su padre a enviarle a Londres para que aprendiera el arte del grabado con el ilustrador francés Hubert Gravelot, establecido a la sazón en la capital inglesa. Después continuó sus estudios en una academia particular de St. Martin's Lane. En 1745, de vuelta a su población natal, casó con Margaret Burr, hermana de un comisionista de su padre, y a los veinte años estableció su propio hogar en Ipswich, alternando su profesión de pintor con la gran afición que sentía por la música.
⇨ Lady Howe de Thomas Gainsborough (The London County Council, Kenwood, Londres). La dama está representada con el traje que en aquella época usaban las damas para salir al campo. La misma brisa ligera que agita el fino delantal de muselina y el traje rosa parece acariciar los árboles del delicado paisaJe del fondo. Se trata de uno de los retratos más atractivos de la pintura del siglo XVIII. En 1759 se trasladó a vivir a la ciudad balnearia de Bath, gran centro de la vida elegante, y allí, brilló, por fin, su buena estrella. Su estudio fue en seguida muy frecuentado por encumbrados clientes, en cuyas casas Gainsborough pudo admirar obras maestras de autores que hasta entonces sólo conocía a través de reproducciones grabadas, y así, también en él creció la admiración por Van Dyck.
Poco después de su llegada a Bath pintó uno de los retratos más atractivos de la escuela pictórica inglesa y quizá de toda la pintura europea del siglo XVIII: el retrato de Lady Howe. Solamente en Watteau se puede encontrar una sensibilidad más aguda y más poética. La posición de la dama y el fondo de paisa je recuerdan algo la influencia de Van Dyck, pero los tonos claros de esta obra y el ligero toque de pincel, propio de Gainsborough, la diferencian profundamente de los retratos del gran maestro del siglo anterior.
Nacido en la zona rural de
Suffolk, Gainsborough, en gran parte autodidacta, estableció su reputación como
retratista de la sociedad en Bath, un popular centro turístico, antes de
mudarse a Londres en 1774. A
pesar de su éxito urbano, nunca perdió su amor por el campo y la costa,
lamentándose: "Estoy harto de los retratos y deseo mucho ... irme a algún
pueblo dulce, donde pueda pintar Landskips".
Los paisajes de Gainsborough, sin
embargo, rara vez son paisajes reales. De acuerdo con gran parte de la teoría
del arte del siglo dieciocho, creía que la naturaleza en sí misma era un tema
inadecuado. Sólo después de que un artista hubiera refinado una escena a través
de su sensibilidad, podría comenzar a pintarla.
En la década de 1780,
Gainsborough experimentó con un "peep-show box". Usando pinturas
translúcidas, creó paisajes en láminas de vidrio que luego se insertaron en una
caja de sombra. Retroiluminado con velas, el teatro en miniatura permitía
interminables esquemas de iluminación mediante pantallas intercambiables de
seda de colores. Representando una costa imaginaria, este lienzo revela la
influencia del cuadro de visualización de Gainsborough. Enmarcados por la playa
oscura y el acantilado pálido, el cielo y el oleaje parecen fosforescentes.
Como de costumbre, Gainsborough
improvisó mientras trabajaba. La roca en la esquina inferior derecha oculta a
dos pescadores y un ancla que luego pintó.