Othon Friesz, Achille-Émile (Le Havre, 6 de febrero de 1879 - París, 10 de enero de 1949) Originario de Le Havre, fue un pintor francés del movimiento fauvista.
Biografía
Othon Friesz nació en Le Havre, hijo de una larga saga de constructores de barcos y capitanes marinos. Fue a la escuela en su ciudad natal. Mientras estaba en el Lycée encontró a quien sería su amigo de toda la vida, Raoul Dufy. Juntos, estudiaron en la Escuela de Bellas Artes de Le Havre en 1895-96 y luego marcharon a París juntos para profundizar en sus estudios.
En París, Friesz encontró a Matisse, Marquet y Georges Rouault, y como ellos se rebelaron contra la enseñanza académica de Léon Bonnat y se hizo miembro de los Fauves, participando en el Salón de otoño de 1905.
Al año siguiente, Friesz dejó París para regresar a Normandía, y a un estilo de pintura mucho más tradicional, pues había descubierto que sus aspiraciones personales en pintura estaban firmemente arraigadas en el pasado. Abrió su propio estudio en 1912, y enseñó hasta 1914, año en el que se unió al ejército durante la Primera Guerra Mundial.
Regresó a París en 1919, y allí permaneció, excepto por algunos breves viajes a Toulon y a las montañas del Jura, hasta su muerte en 1949, pintando en un estilo completamente apartado del de sus colegas y contemporáneos. Othon Friesz está enterrado en el cementerio de Montparnasse en París.
Su obra
Habiendo abandonado los vivaces arabescos y brillantes colores de sus años fauvistas, Friesz regresó a una paleta más sobria, que había aprendido en Le Havre de su profesor Charles Lhuillier, y a su primera admiración por Nicolas Poussin, Jean Siméon Chardin, y Camille Corot. Pintó en un estilo que respetaba las ideas de Cézanne de composición lógica, tonalidad simple, solidez de volumen y clara separación de planos. Un ligero sabor barroco añade vigor a sus paisajes, naturalezas muertas y figuras.
Este cuadro es sin duda su obra más popular. El autor
que, como Dufy, había nacido en El Havre y había tenido los mismos maestros,
fue un temperamento sensual y, si bien su color no es tan violento como el de
otros pintores fauves, se somete, sin
embargo, al dibujo y a la forma. Esta pintura de 1907, que es quizá su obra
maestra, tiene desde luego carácter fauve, pero denota una inclinación manifiesta
por los postulados expresionistas.
En 1906, el artista pintó este óleo sobre un paisaje de
Normandía, donde se ve la importancia que le da al dibujo y la independencia que
transmite en el tratamiento del color.
Osona, Rodrigo de, llamado el Viejo (2ª mitad s. XV) Pintor español, activo en Valencia entre 1440 y 1518.
Biografía
Aunque se le ha supuesto un primer periodo de formación en Ferrara, Padua o Venecia, su estancia en Italia no se ha comprobado. Entre sus obras destacan el Retablo del Calvario de la iglesia de San Nicolás de Valencia, firmado en 1476 y a través del cual se le han podido atribuir otras obras como la Piedad, conservada en el Museo de Bellas Artes de Valencia, y realizada entre 1485 y 1490.
Con una formación básicamente hispanoflamenca, está considerado como uno de los introductores de las formas renacentistas en la pintura española, llegando a un sentido pleno del italianismo quattrocentista. Sin embargo, las influencias italianas se ven matizadas por el conocimiento y la aplicación de fórmulas propias de la pintura flamenca, como es la expresividad alejada de la idealización.
Los aspectos de amabilidad y dulzura atienden más a razones de tipo devocional que a una visión racionalizada y rigurosa de la realidad. A pesar de ello, sus cuadros muestran una preocupación por la ambientación natural y arquitectónica de las escenas y un extraordinario dominio de la pintura al óleo.
Orrente, Pedro de (Murcia, h. 1580-Valencia, 19 de enero de 1645) Pintor barroco español, natural de Murcia pero formado en Toledo. Por Jusepe Martínez, quien seguramente llegó a conocerlo, consta que completó su formación en Italia con Leandro Bassano, cuya influencia se advierte inequívocamente en su obra junto con la de otros maestros italianos, lo que unido a sus constantes desplazamientos dentro de la península hace de Orrente un artista clave en la formación y difusión del naturalismo tanto en Castilla como en Valencia.
Biografía
Hijo de Jaime de Horrente, mercader de origen marsellés establecido en Murcia en 1573, donde casó con Isabel de Jumilla, Orrente fue bautizado el 18 de abril de 1580 en la iglesia de Santa Catalina de esa misma ciudad. Consta documentalmente la relación amistosa de su padre con un Juan de Arizmendi, pintor de quien nada más se sabe, que quizá fuese el primer responsable de su formación antes de abandonar Murcia. En 1600 se encontraba ya en Toledo donde contrató, «libre y fuera de curaduría», el retablo de la Virgen del Saz en la villa de Guadarrama (Madrid), obra no conservada.
No vuelven a tenerse noticias hasta 1604, cuando un tal Jerónimo de Castro se comprometía a pagar en Murcia al padre del pintor por un San Vidal que Orrente había pintado para él. Se deduce que Pedro se hallaba ausente, quizá en Italia, no reapareciendo documentalmente hasta 1607, de nuevo en Murcia, concertando los servicios de una criada. En 1612, avecindado en Murcia, contrajo matrimonio y fechó la Bendición de Jacob de la colección Contini, obra ya plenamente bassanesca, además de dar poder a Angelo Nardi para que cobrase en su nombre un lienzo que había pintado para un platero de Madrid, lo que implica la existencia de una relación amistosa con el pintor italiano, a quien pudo conocer en la propia Italia o en algún viaje no documentado de Orrente a la corte, donde Nardi se había establecido en 1607.
Amigo de «mudar tierras», según dijo de él Jusepe Martínez, hacia 1616 debía de encontrarse en Valencia, donde pintó el monumental Martirio de San Sebastián de su catedral y rivalizó con Francisco Ribalta. Un año posterior es el Milagro de Santa Leocadia pintado para la catedral de Toledo, que cobró llamándose «vecino de Murcia». Es posible que en estos desplazamientos entre Murcia y Toledo parase algún tiempo en Cuenca, donde Cristóbal García Salmerón se demuestra estrecho seguidor de su obra y quizá discípulo.
En 1624 solicitó en Murcia ser admitido como Familiar del Santo Oficio, pero en 1626 se encontraba de nuevo en Toledo donde Alejandro de Loarte le nombró albacea testamentario y recibió como aprendiz a Juan de Sevilla, hijo del escultor Juan de Sevilla Villaquirán, el único discípulo documentado. Allí trabó amistad con Jorge Manuel Theotocópuli, hijo de El Greco, apadrinando junto con su esposa a dos de sus hijos en 1627 y 1629. Este mismo año, avecindado en Toledo, contrató el retablo mayor y colaterales del convento de franciscanos de Yeste (Albacete), parcialmente conservados, llamándosele en el documento pintor de Su Majestad, en alusión, quizá, a los cuadros de Orrente que por orden del conde-duque de Olivares habían sido empleados en la decoración del nuevo Palacio del Buen Retiro.
En 1630 cobró una cantidad muy estimable de la catedral de Toledo por un Nacimiento de Cristo pintado para la capilla de los Reyes Nuevos, en competencia con la Adoración de los Reyes de Eugenio Cajés, de la que salió, según Palomino, «muy ventajoso Orrente». Las noticias de su estancia en Toledo llegan hasta 1632, cuando contrató un retablo para el convento de San Antonio de Padua del que nada se conserva. En febrero de 1633 un despacho de la Inquisición en relación con su pretensión de obtener la familiatura se refiere a él y a su mujer como vecinos de Espinardo, localidad próxima a Murcia. La siguiente noticia es ya de 1638, encontrándosele en Murcia en propiedad de dos casas. Pero sólo un año después había abandonado de nuevo la ciudad, pues un tal Lorenzo Suárez hubo de hacerse cargo del retablo de la Concepción que había dejado inconcluso. Parece probable que se trasladase a Valencia, donde el 17 de enero de 1645, viudo y sin hijos, y con una holgada situación económica, hizo testamento. Murió dos días más tarde, siendo enterrado en la iglesia de San Martín de aquella ciudad. Discípulos o seguidores suyos en esta etapa valenciana, según se aprecia en sus respectivas obras, fueron Esteban March, Pablo Pontons y el también murciano Mateo Gilarte.
Orozco, José Clemente (Zapotlán, 23 de noviembre de 1883 - México, 7 de septiembre de 1949) Pintor mexicano. Con un arte expresionista y simbólico dejó una visión pesimista de la vida, sobre todo del pueblo mexicano, y de la crueldad del mundo.
Biografía
En 1890 se traslada con su
familia a Ciudad de México. Estudia la carrera agrícola y sigue clases de arte
con Gerardo Murillo en la Academia de San Carlos entre 1906 y 1914. Trabaja
como ilustrador y dibujante satírico durante los años de la Revolución Mejicana
y crea pinturas y litografías cuyos temas son sacados de bares y ambientes de
prostitución, repitiendo algunos temas de la escuela francesa, aunque de forma
muy personal. Hace su primera exposición individual en la librería Biblos de
Ciudad de México en 1916. Al año siguiente viaja por Estados Unidos y vive en
San Francisco y Nueva York pintando carteles. En 1920, de regreso a México,
colabora con Rivera y Siquieros en el programa muralista patrocinado por el
gobierno. Los primeros murales se ejecutan en la Escuela Nacional Preparatoria
de Ciudad de México (1923-1926); en el titulado La Trinchera muestra ya su
estilo más característico: líneas diagonales, ángulos oblicuos y una paleta
reducida a los colores blanco, gris y marrón. Aunque los soldados están
dibujados de forma naturalista, con posterioridad, las figuras se vuelven más
estilizadas, formuladas como tallas medievales.
En 1927 regresa a los Estados
Unidos y durante los siguientes cinco años realiza numerosos murales. Su primer
viaje a Europa tiene lugar en 1932. Entre 1936 y 1939, pintas murales en
Guadalajara, en el Paraninfo de la Universidad, los Hospicios de Cabañas y en
el Palacio de Gobierno. A diferencia de Rivera, Orozco retrata la condición
humana de forma apolítica; se interesa por valores universales y no insiste
tanto en valores nacionales. " ...de ahí que sus imágenes más caraterísticas
comuniquen la capacidad del hombre de controlar su destino y su libertad ante
los efectos determinantes de la historia, la religión y la tecnología..."
(O'Neill). Es un pintor, no un ideólogo, por tanto, su obra no tiene intención
propagandística. En los murales del Paraninfo, la crítica a los errores del
marxismo es patente en las figuras famélicas y hambrientas. Añade a su habitual
paleta colores verdes, amarillos y rojos que acrecientan la expresividad de
estas obras.
En 1946 recibe el Premio Nacional
de Arte y Ciencias de México y en 1947 expone en el Palacio de Bellas Artes;
muere en Ciudad de México en 1949, siendo enterrado en el Panteón de Hombres
Ilustres. Su obra está presente en la Bienal de Sao Paulo de 1961 y el Museo
Nacional de Lima (1964) y el Museo de Arte Moderno de Oxford (1980), le dedican
retrospectivas.
Ordóñez, Bartolomé (Burgos, 1480 - Carrara, 6 de diciembre de 1520) Escultor español renacentista.
Biografía
Hasta 1515, en que se datan los primeros testimonios documentales de su vida y obra, nada se conoce sino las noticias que proporciona su testamento, en que se declara burgalés e hidalgo y descubre la existencia en esa ciudad castellana de una hermana llamada Marina, dejando algunas mandas para Burgos. Vincúlale, pues, su nacimiento a uno de los primeros núcleos florecientes del Renacimiento español, donde ejercitará magisterio una de las grandes figuras desconocidas de este periodo y uno de los pioneros del estilo, el maestro Andrés de Nájera. Se le han atribuido influencias de Siloé y Domenico Fancelli (por su estancia en Italia).
En 1515, establece su taller en Barcelona, acompañándole tres auxiliares italianos marmolistas, venidos con él: Simón de Bellalana, Victorio Cogono y Juan Florentino. Pero de su obra no se sabe nada hasta que contrata con el cabildo catedralicio el 7 de mayo de 1517 la sillería del coro y la obra en mármol del trascoro de la catedral de Barcelona, y meses más tarde un grupo del Santo Entierro, en colaboración con Juan Petit Monet, para el Hospital de la Santa Cruz, obra perdida. El embellecimiento del coro se proyecta con vistas al Capítulo del Toisón que había de presidir Carlos I en marzo de 1519 en la catedral. En la primera obra conocida de Ordóñez colaboran los ayudantes italianos de su taller y ante la magnitud y urgencia de la obra, expertos tallistas en madera entre los que probablemente esté Siloé, pero la excelencia de su dirección la proclama su sorprendente unidad de estilo. En la cabecera del coro se representan escenas del Antiguo Testamento -Embriaguez de Noé y Sacrificio de Isaac- y Nuevo Testamento -Cristo camino del Calvario y la Deposición de Jesús, digna de destacarse, así como las apariciones después de la Resurrección, entre las que resulta notable por su originalidad iconográfica la presentación a su madre de los profetas sacados del infierno por Cristo resucitado-, además de evangelistas y virtudes, todo ello de extraordinaria calidad en su talla.
Sus trabajos en la catedral de Barcelona fueron realizados en dos etapas. Después de la descrita, una segunda estancia en Nápoles documentada desde el 11 de diciembre de 1517 en la que, junto con Diego Siloé trabaja en la capilla Caracciolo di Vico, en San Giovanni a Carbonara. Es la carta de Pietro Summonte (1524) la que certifica sin error posible la labor de ambos españoles en la capilla frente a tradicionales y equivocadas atribuciones, y, aunque el italiano sólo se refiere al retablo, el revestimiento marmóreo y la arquitectura de la capilla circular, cuyo eco hallamos en la catedral de Guadix, debieron de correr de cuenta de Ordóñez. Las coincidencias con la organización arquitectónica del trascoro de la catedral de Barcelona aportan luz al hecho. En el retablo le pertenece un excelente relieve representando la Adoración de los Magos, con una delicada composición piramidal, que recuerda a Leonardo da Vinci, muy equilibrada, y una perfectísima técnica, casi pictórica. No debía ser ésta la única obra en la etapa napolitana del artista: se le atribuyen los monumentos funerarios de Galeazzo Pandone, en San Domenico Maggiore, y el de Andrea Bonifacio Cicaro, en San Severino y Sosio.
A su regreso a Barcelona a comienzos de 1519 contrajo matrimonio con Catalina Calaf. En esta estancia -no muy prolongada, pues dura sólo hasta el otoño de dicho año, en que parte para Carrara- trabaja en la obra marmórea del trascoro de la catedral barcelonesa, hasta que en 1562 es completada por Pedro Villar. Se organiza éste como una columnata dórica, coronada por una balaustrada, y alzada sobre un alto basamento sin ornamentación, en cuyos intercolumnios se dispone la obra escultórica. Ricamente adornada, esta arquitectura revela las concomitancias con la capilla Caracciolo. De Ordóñez son los relieves en que se representa la profesión de fe de Santa Eulalia ante los jueces, donde la influencia miguelangelesca es muy notable, y el momento del martirio de la santa, en que las llamas, lejos de consumir su cuerpo desnudo, un casto desnudo, se vuelven contra los verdugos. De su autoría también son las imágenes exentas de san Severo y santa Eulalia, mientras que las de san Olegario y san Ramón de Peñafort fueron realizadas en el siglo XVII.
Otras obras posibles en España son el relieve en alabastro de unaSacra conversacióndel Museo Diocesano de Barcelona, y laResurrecciónde la capilla del trasaltar de Valencia. El 1 de mayo de 1519, en contrato se le trasladaron los encargos hechos anteriormente a Fancelli: los sepulcros de Felipe I y de Juana la Loca, del cardenal Cisneros -para Granada y Alcalá de Henares, repectivamente- y, como se desprende del testamento de Ordóñez, los de algunos miembros de la familia Fonseca. Es entonces cuando marcha a Carrara, con ánimo de volver a Barcelona, pero muerta su esposa abre taller allí, entregándose durante un año a una febril actividad que cortó la muerte.
Dejó casi completo el sepulcro de Juana y Felipe el Hermoso de la Capilla Real de Granada, muy superior a los de Fancelli, en quien sin duda se inspira modificando su tipo al retornar al túmulo de paredes verticales sobre el que en una urna se encuentran los yacentes de rostros idealizados, con los Santos Juanes, San Miguel y San Andrés en las esquinas. En cada paño del cuerpo principal, tondos con relieves de la Natividad de Cristo, Adoración de los Reyes, Oración del Huerto y Descendimiento, de los más notables de Ordóñez, amén de otras figuras y un sinfín de temas ornamentales.
Inferior a éste es el sepulcro del cardenal Cisneros, que deja inacabado; a lo sumo completa la estatua del yacente, «austero y realista con aire de retrato». En todo sigue este sepulcro realizado para la Capilla de la Universidad Complutense, aunque más reducido, al que se acaba de describir; los tondos se ocupan por los doctores de la Iglesia española, y los santos patronos de los monarcas son sustituidos por los Padres de la iglesia latina, yendo a situarse en hornacinas los santos patronos del cardenal con las artes liberales.
Menor interés artístico tiene los sepulcros de la familia Fonseca en Coca, donde por un cambio de las piezas de los dos sepulcros principales resultó confuso discernir a Fancelli de Ordóñez hasta el definitivo esclarecimiento de las atribuciones por Gómez Moreno, quedando de Ordóñez el de Alonso de Fonseca y su madre, y los del arzobispo de Sevilla Alonso de Fonseca y el obispo de Burgos Juan Rodríguez de Fonseca, este último perfectamente documentado como de Ordóñez o su taller. La Virgen con el Niño y San Juan, del monasterio de San Jerónimo de Zamora, hoy en la catedral, es, según Gómez Moreno, la que se cita en el inventario de su taller para los Fonseca.
De Bartolomé Ordóñez. Obra magnífica que nada tiene que envidiar al Renacimiento italiano. La figura yacente reposa sobre un túmulo de mármol pulido y trabajado, de modo que luz y sombra juegan formando un encaje. Medallones con altos relieves, nichos con santos y virtudes ornan los lados del sepulcro, y en las esquinas, el paganismo de los grifos mitológicos se conjuga con las imágenes de los Padres de la Iglesia. La imaginación, la delicadeza en el detalle, el estudio anatómico de las figuras, son magistrales.
De Bartolomé Ordóñez. Magnífico bajo relieve de este artista que representa a Santa Eulalia en la hoguera. El burgalés, que se estableció en Barcelona en 1515, fue una de las grandes figuras del primer Renacimiento español. Su refinamiento, las calidades de la diferente gradación del relieve y su claridad de composición son realmente prodigiosos.
Oppenordt, Gilles-Marie (París, 27 de julio de 1672 - 13 de marzo de 1742) Arquitecto, ilustrador y decorador de interiores francés, apodado en ocasiones el «Borromini francés». Enmarcado en el estilo Regencia, sus diseños influyeron en el desarrollo inicial del estilo rococó.
Biografía
Era hijo de un ebanista holandés afincado en Francia, Alexandre-Jean Oppenordt (1639–1713). Estudió en la Academia Francesa de Roma entre 1692 y 1699, donde recibió la influencia del barroco italiano de Bernini y Borromini. De regreso a su país conoció la obra de Pierre Lepautre, quien le influyó hacia el incipiente rococó. En 1715 fue nombrado superintendente de los Edificios del Regente. En 1719 realizó la decoración interior del Palais-Royal de París, así como del Château Crozat en Montmorency.
En 1734 colaboró con François Boucher en la colección de grabados sobre las obras de Molière. Plasmó su obra en numerosos dibujos y grabados, que fueron una de las bases estilísticas del rococó.4 Tras su muerte, el grabador Jacques-Gabriel Huquier publicó sus diseños en tres volúmenes conocidos comoPetit, Moyen y Grand Oppenordt(1748), que comprendían paneles decorativos, chimeneas, consolas, arañas, relojes, cartuchos, moldurajes y otros motivos de decoración.
Oppenheim, Meret (Berlín, 6 de octubre de 1913 – Basilea, 15 de noviembre de 1985). Artista alemana, asociada al surrealismo. Biografía
Desde muy joven dibuja y en 1927 comienza a coleccionar reproducciones de obras del expresionismo alemán, el cubismo y el fauvismo. En 1930 publica uno de sus dibujos en la prestigiosa revista Le Surrealisme Même; abandona el colegio y sigue algunos cursos en la Escuela de Artes y Oficios de Basilea. En 1932 se traslada a París y estudia en la Academia de la Grande Chaumiere; escribe poemas y realiza dibujos a los que pega objetos encontrados. Entra en contacto con la obra de Max Ernst y conoce a Alberto Giacometti; hace el vaciado de L'oreillede Giacometti que será realizada en bronce en 1959. En 1933 Giacometti y Arp visitan su estudio y es invitada a participar con los surrealistas en el Salón de los Surindependientes junto a Arp, Miró, Dalí, Man Ray, Magritte, Tanguy y otros. Frecuenta el círculo de Breton en el Café de la Place Blanche y participa en las exposiciones de los surrealistas hasta 1937. En 1934 experimenta con la pintura al óleo e introduce, en algunos cuadros, objetos encontrados, como en L'anatomie d'un femme morte y Un minute sans danger. En 1936 realiza su famosa pieza Déjeuner en Fourrure, un plato, una taza y una cuchara forradas de piel, que es adquirida para la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York. En ese mismo año es modelo de Man Ray que fotografía también Le dejeneur en fourrure; hace su primera exposición individual en la galería Schulthess de Basilea, con un texto de Ernst en la invitación; en Diciembre su obra está incluida en la exposición Fantastic Art, Dada Surrealism en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Se gana la vida en estos años haciendo diseños de joyas y moda.
En 1937 se instala de nuevo en Basilea y sigue cursos en la Escuela de Artes y Oficios. Continúa trabajando, pero deja muchos objetos y piezas sin acabar o los destruye; realiza muebles, zapatos y cinturones. En 1939 sus muebles fantásticos son expuestos en la galería René Drouin y en Leo Castelli. En 1948 participa en el Salón de las Réalités Nouvelles; a partir de estos años produce muy poco y sus contactos con el mundo del arte son escasos. En 1958 retoma un nuevo periodo de producción y hace pinturas, dibujos, esculturas en madera y objetos pintados; en los años sesenta participa en numerosas exposiciones y en 1967 el Museo de Arte Moderno de Estocolmo le organiza su primera retrospectiva. En 1981 es invitada a participar en la Documenta de Kassel.