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Artistas de la A a la Z

Nicolas Coustou (1658-1733)

 


Coustou, Nicolas (Lyon, 9 de enero de 1658 - París 1 de mayo de 1733) fue un escultor francés y miembro de la Academia.

Biografía

Hijo de un ebanista, fue su padre quien le instruyó inicialmente en el oficio. A los 18 años se traslada a París para estudiar bajo la tutela de C.A. Coysevox, hermano de su madre, que presidía la recién creada Académie royale de peinture et de sculpture; y a los 23 años ganó el premio Colbert (Premio de Roma), que le daba derecho a cuatro años de formación en la Academia Francesa en Roma (de 1683 a 1686). Tras esto llegaría a asumir el cargo de rector y canciller de la Academia de Pintura y Escultura.

Trabajó junto a su hermano pequeño Guillaume Coustou, también escultor de renombre y director de la Academia; en ocasiones no resulta fácil discriminar la autoría de un trabajo concreto entre uno y otro hermano. Su sobrino Guillaume Coustou (hijo), también fue escultor.

Desde el año 1700 trabajó en Marly y en Versailles junto a Coysevox. Fue sobresaliente por su destreza. Estuvo influenciado por Miguel Ángel y Algardi, y trató de combinar las mejores características de ambos. Buen número de sus obras fueron destruidas durante la Revolución francesa; las más famosas de ellas son "La Seine at la Marne", la "Berger Chasseur", y "Daphne perseguida por Apolo" en los jardines de las Tullerias, el bajorrelieve "Le Passage du Rhin" en el Louvre, las estyatuas de Julius Caesar y Louis XV en el Louvre, y el "Descendimiento de la Cruz" tras el altar del coro de la catedral de Notre Dame de París.


Obra
Apolo persiguiendo a Dafne, en el Louvre

Cazador descansando, en el Louvre

Jacques Courtois (1621-1676)

 


Courtois, Jacques (Saint-Hippolyte, 1621 - Roma, 20 de mayo de 1676) Pintor francés, más comúnmente conocido como il Borgognone o le Bourgignon (en español el Borgoñón) o a veces por la traducción al italiano de estos nombres Giacomo Cortese o Giacomo Borgognone.

Biografía

Jacques Courtois nación en la ciudad francesa de Saint-Hippolyte, cerca de Besançon. Era hijo de un pintor bajo cuya tutela comenzó a estudiar el oficio. A la edad de 15 años viajó Italia para ampliar sus estudios, siendo recibido en Milán por un noble de origen también borgoñón. Durante tres años se ganó la vida como soldado del ejército francés, experiencia que luego influiría en su obra.

Tras ver algunas pinturas de batallas se reavivó su vocación artística. Viajó a Bolonia, donde estudió en el taller de Guido Reni, tras lo cual viajó a Roma donde pintó en un monasterio cisterciense el Milagro de los panes y los peces. Ahí se asentó, comenzando a pintar según su propio estilo, especializado en la pintura de batallas, en lo que fue reconocido como maestro por Cerquozzi, alias Michelangelo delle Battaglie.

Pronto obtuvo reconocimiento y se casó con la hija de otro pintor, María Vagini, que murió tras siete años de matrimonio. El príncipe Matías de Toscana le empleó en la decoración de su villa Lappeggio, donde representó con exactitud algunos de sus triunfos militares. En Venecia trabajó para el senador Sagredo, para el que pintó varios cuadros de batallas. En Florencia entró en la Compañía de Jesús, tomando los hábitos en Roma en 1655, lo que fue interpretado por las malas lenguas como un intento de escapar de la condena por envenenar a su esposa.

Como jesuita, pintó varias obras para casas de la orden. Vivió piamente en Roma hasta su muerte por apoplejía el 20 de mayo de 1676 (aunque algunas fuentes hablan de 1670 o 1671).

Estilo

El estilo de Courtois es bastante singular, pues muestra de una peculiar mezcla entre la escuela de su Francia natal y su Italia adoptiva. Muestran algunos rasgos similares el pintor de Danzig Pandolfo Reschi, que fue su pupilo, y su hermano Guillaume, quien también pintó en Italia.

Sus escenas de batallas muestran un gran sentido del movimiento y colores cálidos (hoy en día a veces oscurecidos por el paso del tiempo) que diferencian su estilo del de Salvator Rosa, mostrando todo ello un gran manejo del pincel. Son cuadros ligeros en su ejecución, mostrando las batallas desde una cierta distancia para dar algo de perspectiva, y que muestran una gran violencia.

Pintó a lo largo de su vida numerosos cuadros, muchos de los cuales no firmó. Los cuadros más estimados de su mano en el mercado del arte son los de medianas dimensiones.


Obra
Asaltando un castillo

Asalto de unos merodeadores a unos viajeros

Philippe de Champaigne (1602-1674)

 


Champaigne, Philippe de (Bruselas, 26 de mayo de 1602 - París, 12 de agosto de 1674) Pintor francés clasicista de origen brabanzón. Realizó pinturas decorativas y retratos, pero se le conoce sobre todo por los austeros cuadros que pintó para la Iglesia

Biografía

Nació en una familia acaudalada. Se formó con un modesto pintor de paisajes, Jacques Fouquières. Deseaba viajar a Roma, pero se instaló en París en 1621 y, salvo por alguna breve ausencia, vivió allí el resto de su vida.

Para perfeccionarse, trabajó con dos modestos pintores de la tradición manierista: Georges Lallemand y Nicolas Duchesne. En esa época se hizo amigo de Nicolas Poussin, un joven aún desconocido. Bajo la dirección de Duchesne, Philippe de Champaigne y Poussin colaboraron en la decoración del Palacio del Luxemburgo, erigido según deseos de María de Médicis, que ejercía de reina regente durante la minoría de edad de su hijo, el futuro Luis XIII. ​

Según publicó en 1718 el cronista Arnold Houbraken, celos profesionales de Duchesne empujaron a Champaigne a regresar a Bruselas, donde vivió en casa de su hermano. Solo cuando Duchesne falleció, en 1628, Champaigne regresó y se casó con la hija del difunto maestro.

El pintor cayó bajo la influencia del jansenismo después de que su propia hija, víctima de una parálisis, fuese milagrosamente curada en el convento de Port Royal des Champs. Pintó entonces su célebre y atípico Exvoto en 1662. Este cuadro, hoy en el Museo del Louvre, representa a la hija del artista con la madre superiora. Expresó en sus obras el pensamiento jansenista. Su pieza más famosa en este contexto es «Vanitas», que es una naturaleza muerta donde se busca meditar acerca de lo efímero de la existencia y de la terrible seguridad de la muerte. Afirma Macias Fattoruso que el cuadro más significativo de este artista, el que mejor expresa su periodo jansenista, es "Vanitas", que trata de lo efímero de la existencia:

El mensaje de una vitalidad que está a punto de fenecer —pues no es un tulipán aguerrido ni alegre, sino casi mustio— y el implacable reloj de arena están allí como para hacer patente que en este mundo, en la no eternidad, nada dura, por lo que no tiene sentido correr detrás de ninguna gloria en esta porción de infinito en la que estamos penando como si fuéramos extranjeros, visitantes sonámbulos viviendo provisoriamente en una casa prestada.

Macias Fattoruso

Para este autor el acercamiento a Port-Royal por parte del artista ha marcado parte de su obra, seguramente por razones personales:

La esposa del artista, Catherine Duschesne, murió a edad temprana y lo dejó con dos niñas y un varón, lo colocó en el aprieto de afrontar la educación de las criaturas. El muchacho murió en un accidente y las dos niñas fueron a dar al convento de Port-Royal de Champs por recomendación de una influyente amistad de la corte.
Macias Fattoruso

Es por esa razón que ha dejado una galería de retratos vinculados a los temas que interesaron o identificaron a la Abadía, tales como el retrato de Saint-Cyran, El Buen Pastor, Los Peregrinos de Emaús, San Juan Bautista, Cristo en la Cruz, San Carlos de Borromeo y Ex-voto una obra compuesta "en homenaje y agradecimiento a la Madre Angélica", que al parecer acompañó a la hija de Chaimpaigne, sor Catherine, durante un prolongado episodio de parálisis.

Sirvió no solo a la reina viuda Maria de Médicis, sino también al cardenal Richelieu, a quien retrató en once pinturas, y además intervino en su residencia parisina, el Palais Cardinal (actual Palais Royal). Fue un autor productivo: realizó decoraciones en la capilla de la Sorbona, en varios conventos, y pintó asimismo obras para la catedral de Notre Dame. Intervino además en la decoración del Palacio de las Tullerías, bajo la dirección de Charles Le Brun. Precisamente Le Brun fue el causante de su relativo declive final; Champaigne se quedó anticuado ante el barroco más expansivo de Le Brun.

Fue uno de los miembros fundadores de la Real Academia de Pintura y Escultura en 1648, y en 1655 se hizo profesor de la misma. Sus conferencias sobre pinturas de Tiziano se enmarcan en la pugna estética que se vivía en la pintura francesa, entre el clasicismo que daba prioridad al dibujo y el colorismo más afín a Tiziano y la pintura veneciana.

Sus composiciones son simétricas, con sofisticados drapeados y colores frescos (azul intenso, rosa).

Su Autorretrato de 1668 (hoy perdido) alcanzó difusión gracias a un grabado de Gérard Edelinck (1676), que éste consideraba su mejor plancha.

En España el Museo del Prado conserva un retrato de su mano: Luis XIII, rey de Francia.


Obra comentada


Galería
Moisés presentando las tablas de la ley ,  1648

San Agustín, 1650

Retrato del Cardenal Richelieu de Philippe de Champaigne

 

El pintor demostró en este comprometido retrato por la importancia del personaje, una aguda penetración psicológica al plasmar la inteligencia fría del cardenal a la vez que le dotaba de un aire de dignidad.

(Musée du Louvre, París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Mateo Cerezo (1637-1666


Barroco

Cerezo, Mateo (Burgos, 19 de abril de 1637 - Madrid, 29 de junio de 1666) Pintor español.

Biografía

Hijo de un mediocre pintor, pronto se traslada a Madrid, atraído por las posibilidades de la corte, entrando a trabajar en el taller de Carreño de Miranda en 1641, con quien es posible que colabore en algunos de los proyectos de mayor envergadura. Su obra refleja la influencia de la pintura flamenca y veneciana, que existía en las colecciones reales, por lo que es probable que trabaje en el Palacio real, aunque no conste documentalmente este hecho.

Su producción pictórica es muy limitada, destacando obras como Los desposorios de Santa Catalina, realizada en 1660, donde muestra un gran interés por definir un escenario de ricas arquitecturas y por el dinamismo de la composición y las figuras, muy del gusto de Ricci, Carreño o incluso dentro de la elegancia del propio Van Dyck. En su obra Los peregrinos de Emaús o en San Agustín y en su celebres Magdalenas, muestra estas mismas características. También son dignas de mención La cena del Señor; Santo Tomás de Villanueva; San Nicolás de Tolentino; visita de San Joaquín; La Virgen y San José; La Virgen y Jesús; La adoración de los Santos Reyes; San Francisco de Asís; María en el desierto, Asunción de la Virgen; y San Gerónimo.


Obra
Estigmatización de San Francisco, 1660

La Inmaculada Concepción, 1660

Los desposorios místicos de santa Catalina, 1660

Magdalena penitente, 1661

Bodegón de cocina, 1664

El juicio de un alma, 1663-1664

Adoración de los pastores

Aparición de la Virgen a
San Francisco de Asís

Bodegón con pescado y verduras

Bodegón de cocina

Bodegón de pescados

Ecce Homo

La Inmaculada Concepción

La Oración en el Huerto

Magdalena Penitente

Magdalena Penitente

Natividad

San Cristóbal llevando al niño Jesús

San Ildefonso

Santo Cristo de Burgos

Santo Tomás de Villanueva dando limosna

Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna

Visión de San Agustín

Fernando Casas y Novoa (¿1670?-1750)

 


Casas y Novoa, Fernando (Santiago de Compostela, ¿1670?- Santiago de Compostela, 25 de noviembre de 1750) Arquitecto barroco español.

Biografía

Nació en torno al año 1670 en una familia de clase baja. Comenzó con fray Gabriel de Casas a trabajar en el claustro del conjunto catedralicio de Lugo. A la muerte de su maestro, se encargó plenamente de la ejecución de las obras. Tiene un solo piso de altura considerable y está estructurado por pares de pilastras con decoración vegetal semejante a la de Domingo Antonio de Andrade.

En 1711, surge la oportunidad de su vida: es designado maestro de obras de la Catedral de Santiago de Compostela. Continúa las obras de Domingo de Andrade en la capilla del Pilar, donde busca originales efectos cromáticos y ornamentales. Como solución de empalme entre la fachada del claustro y el Tesoro, realiza el Esconce de las Platerías.

El arzobispo Monroy le encargó varias obras de su patrocinio: la iglesia de los dominicos de Betanzos y el colegio de las Huérfanas de Santiago de Compostela. Aquí destaca el campanario donde utiliza placas conforme al estilo de Simón Rodríguez. Monroy contrató también con él el conjunto conventual de las capuchinas de La Coruña. Obra en la que muestra una gran autocontención decorativa, según el espíritu franciscano. La iglesia del convento de Belvís, en Santiago de Compostela, sigue el mismo espíritu de sobriedad.

Pero el auténtico creativo de Casas Novoa brotará en la capilla de Nuestra Señora de los Ojos Grandes, en la catedral de Lugo. Cúpula sobre bóvedas de horno, arcadas que arrancan de los pilares, rica policromía donde mandan los dorados, volutas, variada iconografía... capilla y baldaquino constituyen conjuntamente una de las obras más destacables del barroco gallego.

Su ánimo inquieto y genial distaba de agotarse: iglesia de los monjes benedictinos del Monasterio de Villanueva de Lorenzana, en particular su fachada esbelta y elegante, anuncia que lo mejor está por llegar. Siguió con trabajos para la iglesia de los jesuitas en Coruña, la de San Andrés de Cedeira en Redondela y para la sacristía, claustro y la portada principal del colosal monasterio de San Martín Pinario. Maestro de obras de este cenobio, dejó para él un trabajo de primera magnitud: el retablo mayor bifronte de la iglesia benedictina. Esta realización, con los retablos laterales y los órganos de la misma iglesia constituyen un conjunto escénico y artístico de altísimo nivel. También en esta basílica diseñó la capilla de Nuestra Señora del Rosario.

Pero su obra maestra es la imponente y esbelta fachada del Obradoiro de la catedral compostelana. La profusión decorativa esencialmente geométrica y la estructura ascensional, el formato cóncavo, la solidez y la verticalidad, así como las membranas de vidrio como solución lumínica marcan un hito arquitectónico sin parangón. La iconografía basada en la figura del Apóstol Santiago, sus padres, su hermano y sus discípulos, así como la inspiración en un arco de triunfo clásico hacen de este conjunto la apoteosis del espíritu jacobeo.

Falleció el 25 de noviembre de 1750, poco antes de poder ver acabada su obra cumbre.

Fuente: https://es.wikipedia.org  

Obras comentadas


Obra

Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes

Catedral de Santa María, Lugo

Fachada oeste de la catedral de Santiago de Compostela de Fernando Casas y Novoa


También llamada fachada del Obradoiro, se alza dinámica y majestuosa como una escenografía soberbia. El proyecto se debe al arquitecto gal lego que la construyó entre 1738 y 1 750. En el conjunto escultórico, que da a la piedra esa etérea impresión de calado, trabajaron diversos escultores de la región gallega.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

 

Catedral de Santiago de Compostela de Fernando de Casas y Novoa

 


Detalle de la fachada del Obradoiro, real izada en el siglo XVIII por Fernando de Casa y Novoa para proteger el Pórtico de la Gloria. De estilo barroco, en la parte superior se ve al apóstol Santiago vestido de peregrino.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Juan Carreño de Miranda (1614-1685)

 


Carreño de Miranda, Juan (Avilés, 25 de marzo de 1614 - Madrid, 3 de octubre de 1685) Pintor español. 

Biografía

En 1623 se traslada a Madrid donde fue discípulo de Pedro de las Cuevas, maestro también de Francisco Ricci. Murió en Madrid en 1685.

Durante los primeros años de su vida recibe importantes encargos para iglesias y particulares, realizando obras como La Anunciación y Los Desposorios de Santa Catalina, de 1633, La Magdalena penitente, de 1654, San Sebastián de 1656 y La fundación de la orden Trinitaria de 1666, todas ellas influidas por el dinamismo barroco.

En sus pinturas murales, se acentúa el gusto por los efectos escenográficos, en 1665 realiza en colaboración con Francisco Ricci la decoración de la bóveda del camarín de la Virgen del Sagrario de la catedral de Toledo. Aunque entre su obra mural sobresale la decoración del Salón de los Espejos del Alcázar, supervisada por Velázquez.

En 1669 es nombrado pintor del rey y en 1671 elegido pintor de cámara. Sus retratos van a ser testigo de la sombría corte palatina. En sus retratos del enfermizo Carlos II, no atenúa la apariencia desagradable del monarca, ni en el Retrato de doña Mariana madre del monarca, la apariencia monjil.

En su obra se advierte una constante influencia de la obra de Velázquez, sobre todo en sus estudios lumínicos, y en la utilización de algunos temas como el retrato de la enana Martínez Vallejo, a quien inmortaliza vestida y desnuda. También realiza retratos dentro del ámbito cortesano como el de El Duque de Pastrana y el de Pedro Potemkin.

Junto a Francisco Rizi realiza el paso definitivo hacia la pintura del pleno barroco, tomando los modelos de Rubens, presente en las colecciones reales, y sobre todo en la decoración de la Torre de la Parada, y transportando al mundo religioso, el dinamismo y el la exuberancia de colorido del maestro.

Fuente: http://www.mcnbiografias.com/ 

Obra
San Antonio predicando a los peces, 1646

San Sebastian, 1656

Paisaje con la huida a Egipto de Annibale Carracci


Paisaje con la huida a Egipto es un cuadro pintado por el italiano barroco pintor Annibale Carracci. Que data de c. 1604, permanece en el palacio para el que fue pintado en Roma como parte de la colección de la Galería Doria Pamphilj .

La pintura, que representa el evento bíblico del Nuevo Testamento de la Huida a Egipto, fue encargada en 1603 por el cardenal Pietro Aldobrandini para la capilla familiar en su palacio en Roma, más tarde conocido como Palazzo Doria Pamphilj. La comisión incluye seis pinturas en seis lunetas, que fueron ejecutadas por Carracci y sus alumnos (incluidos Francesco Albani, Domenichino y Giovanni Lanfranco).

La obra es considerada frecuentemente como una obra clave en la pintura de paisaje barroca y es el "ejemplo más famoso" del "nuevo estilo de paisaje" que Carracci desarrolló en Roma de "panoramas de paisaje cuidadosamente construidos", según Rudolf Wittkower. Para John Rupert Martin es "el paisaje clásico arquetípico, que luego se emulará con variaciones de Domenichino, Poussin y Claude ... la pequeña escala de las figuras en relación con el espacioso entorno natural establece de inmediato una nueva prioridad en qué paisaje ocupa el primer lugar y segundo la historia "; aunque en la medida en que es "nuevo", es decir, para la pintura italiana, tales obras habían sido comunes en la pintura del Norte desde que Joachim Patinir comenzó a utilizar la misma inversión de escala casi un siglo antes. El viaje de la Sagrada Familia se refleja en otros elementos en movimiento, como las ovejas, aves, vacas y los camellos en la cresta de la izquierda.

Wittkower ve en ella "una concepción heroica y aristocrática de la Naturaleza domada y ennoblecida por la presencia del hombre", ya que tales obras siempre contienen una gran característica hecha por el hombre, aquí el castillo "muy compuesto por horizontales y verticales" bajo el cual se mueve la fiesta. Se colocan en la reunión de dos diagonales representadas por la oveja y el río, "así, las figuras y los edificios están íntimamente mezclados con el diseño cuidadosamente arreglado del paisaje".

Kenneth Clark menciona la obra como un ejemplo del "paisaje ideal" dirigido a promoverse en la jerarquía de géneros mediante la emulación (en ausencia de mucha evidencia de cómo era la pintura de paisajes clásica) una visión esencialmente literaria, en gran parte derivada de la pastoral. poemas de Virgilio: "las características de las que está compuesto deben elegirse de la naturaleza, ya que la dicción poética se elige del habla ordinaria, por su elegancia, sus antiguas asociaciones y su facultad de combinación armoniosa. Ut pictura poesis ".  La alabanza de Clark por el trabajo es notablemente débil, ya que carece del espíritu que encuentra en Giorgione y Claude en la misma tradición: "En su mejor momento, como en las lunetas de la Galería Doria, los paisajes de Annibale Carracci son admirables piezas de creación de imágenes, en las que las partes agradablemente estilizadas se integran en un todo armonioso. Reconocemos la ciencia que ha entrado en la construcción del castillo en el centro de la huida a Egipto ... Pero al final, estos paisajes eclécticos solo interesan a los historiadores "

Fuente: https://www.wikiart.org/ 

Vicente Carducho (1576-1638)

 


Carducho, Vicente (Florencia, 1576-Madrid, 1638) Pintor italiano.

Biografía

Su obra es de suma importancia para la pintura española no tan sólo por su producción artística, que evolucionó desde un frío manierismo inicial hacia un naturalismo vital (según Calvo Serraller; véase naturalismo), sino sobre todo por su afán de elevar la pintura al rango de arte liberal a través de sus escritos, entre los que destacan los Diálogos de la Pintura, publicados en 1633.

En 1585 Carducho llegó a España con su hermano mayor, Bartolomé, que fue también su maestro. Sus primeras experiencias artísticas en España se desarrollaron dentro del círculo de los artistas italianos que habían llegado a España llamados por Felipe II para la decoración de El Escorial. En 1596 y 1601 hay constancia de obras suyas que cobró en nombre propio.

Carducho estaría vinculado a la Corte española a lo largo de toda su vida, así que en 1601 la siguió a Valladolid y a Lerma. Según Palomino, realizó los frescos del Tocador de la Reina y de la Sala de las Comedias del Palacio Real de Valladolid (destruido en la Guerra Civil). De 1604 a 1606 trabajó con su hermano en las pinturas para el retablo mayor del convento franciscano de San Diego por encargo del Duque de Lerma. De los tres cuadros, Ascensión de San Diego de Alcalá, Estigmatización de San Francisco y La Anunciación, los dos últimos (Valladolid, Museo Nacional de escultura) están firmados y llevan fecha de 1606. De entre 1604 y 1605 consta también su labor como dorador de la reja y del altar del presbiterio de la misma iglesia y un documento que dice que trabajó para el convento hasta 1610 (ya que el último pago consta de 1611), aunque volvió en 1606 con la corte a Madrid, colaborando ahí entre 1606 y 1610 en la nueva decoración del Palacio de El Pardo, destruido en 1604 por un incendio.

Se considera segura su colaboración en las labores de dorar y pintar al fresco en la Galería del Mediodía, con las que siguió incluso después de la muerte de su hermano en 1608, así como la realización entre 1611 y 1612 de los frescos de las bóvedas (destruidos) en la Capilla del Palacio, cuyo programa y composición se conocen por el estudio completo y la descripción exhaustiva que el mismo Carducho les dedica en su tratado de arte Diálogos de la Pintura.

El 28 de enero de 1609 fue nombrado pintor de Corte por Felipe III. Entre 1614 y 1616 colaboró con el también pintor de la Corte Eugenio Caxés en pintar al fresco la Capilla del Sagrario de la Catedral de Toledo, y entre 1618 y 1619 compartieron nuevamente el trabajo en el retablo mayor de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe (Guadalupe, in situ), y después colaboraron en el retablo mayor de la iglesia parroquial de Algete (Madrid, in situ).

Carducho realizó numerosos trabajos para iglesias y conventos en Madrid y alrededores, además de en distintas ciudades, tales como Segovia, Cuenca, Burgos, Valladolid y Toledo. Hay que recordar, aparte de los ya mencionados, los retablos de El Parral de Segovia de 1611, el retablo de la Iglesia de la Encarnación de Madrid de 1613, el retablo de la iglesia de San Sebastián de Madrid, el retablo de las Carboneras de Madrid y, sobre todo, el importantísimo ciclo de 56 pinturas para el monasterio de cartujos de El Paular, cerca de Madrid, empezado en 1626 y terminado en 1632, y que representa escenas de la vida de San Bruno y historias de la orden (Patrimonio Nacional, en parte en el Museo del Prado).

Una faceta menos religiosa y más bélica presentan los tres cuadros de batallas realizados entre 1633 y 1635 para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro (actualmente Museo del Prado).

Su obra, en términos generales, se caracteriza por un estilo pictórico cercano a la pintura florentina y veneciana de su tiempo, pintura que ha podido conocer en la Corte y en las colecciones reales de Felipe II y Felipe III. Hasta el momento no se ha podido confirmar un supuesto viaje a Italia, y tampoco se sabe a ciencia cierta si los viajes que Carducho realizó (según Palomino y Ceán Bermúdez) a Valencia y Granada para conocer las obras de Francisco Ribalta y Juan Sánchez Cotán se hicieron realmente. Lo que si se sabe es que Carducho fue el pintor más famoso y más estimado bajo el reino de Felipe III, y es seguramente el representante más importante de la escuela madrileña del primer tercio del siglo XVII. Muchos pintores de la primera generación del barroco español, entre ellos Félix Castelo, Francisco Rizi, Francisco Fernández, Pedro de Obregón y Bartolomé Román, fueron alumnos suyos (véase el Arte barroco en España en la entrada barroco).

Pero la importancia de Carducho para el arte español del siglo XVII no se limita a su obra artística, ya que su afán por elevar la pintura a rango de arte liberal y, por consiguiente, de mejorar la situación laboral y social del pintor en España, hace de su tratado de arte, los Diálogos de la pintura, una de las fuentes de referencia más importantes, incluso hoy día, para cualquier investigación dedicada a la pintura española del siglo XVII.

Carducho fue uno de los representantes líderes del movimiento académico de los pintores madrileños. En 1606 fundó con otros pintores una Academia del Arte de la Pintura (de la que no hay constancia documental), con el fin de que ésta representara a todos los pintores residentes en Madrid. Aunque no se sabe mucho del estatus exacto de esta aún enigmática academia, existen más datos para confirmar la preocupación de Carducho por la situación de los pintores, sobre todo dos memoriales (pareceres de opiniones y peticiones) que los pintores de la corte dirigieron a Felipe III. Se cree que Carducho fue el autor del primer memorial. El segundo se relaciona, según relata Carducho en su tratado, con el Duque de Olivares y su apoyo directo para la fundación de una academia.

Pero el intento de enseñar pintura, tanto en la teoría como en la práctica, bajo el protectorado del rey falló, también según Carducho, por la oposición en las propias filas; así, entre 1625 y 1633 Carducho y otros artistas pusieron pleitos a favor de la liberalización de la pintura de la alcabala, un impuesto sobre la venta que aparte, de ser un cargo económico para los pintores, también era una cuestión de prestigio en el contexto del rango de la pintura como arte liberal. Por esto los Diálogos de la pintura, publicados y dedicados a Felipe III en 1633, el mismo año en el que el veredicto de uno de los pleitos del 11 al 13 de enero significaba solamente un éxito parcial para los pintores madrileños, se puede considerar como el manifiesto del movimiento académico español. En estos diálogos entre un maestro y un discípulo se tratan la teoría (Diálogo I a VII) y la práctica (Diálogo VIII) de la pintura. Aunque este tratado se puede situar perfectamente dentro de la tradición de la teoría italiana del arte del siglo XV a XVI, ya que las obras de Vasari, Lomazzo y Zuccari son reconocibles como fuentes directas, resalta la fuerte preocupación en la formación de los pintores y en su situación dentro de una sociedad que todavía los considera meros artesanos, equiparándolos con sastres y zapateros.

El espíritu luchador y reformador de Carducho se refleja también en su autorretrato (Glasgow, Pollock House), en el que el artista se representa a sí mismo con una pluma de escribir en el momento de redactar los Diálogos de la pintura y rodeado de los atributos de la pintura y el dibujo, identificándose de esta manera con el ideal del pintor docto y perfecto, ideal que el mismo Carducho define en sus Diálogos. Este autorretrato de Carducho, con su fuerte carga programática, abrirá las puertas para retratos y autorretratos de artistas en España que van más allá del mero retrato individual o de oficio para ser un memorial pintado.

Fuente: http://www.mcnbiografias.com/       

Obra
El prior Boson resucita a un albañil, 1631

La Sagrada Familia,1631

Punto al Arte