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Artistas de la A a la Z

Francisco de Herrera el Viejo (1576-1656)

 


Herrera y Aguilar, Francisco de, llamado Herrera el Viejo (Sevilla, 1576 - Madrid, 1656) Pintor y grabador español del Siglo de Oro.​

Discípulo de Francisco Pacheco, realizó sus primeros trabajos como pintor a los 20 años. En 1616 recibió un importante encargo para el Convento de San Francisco de Sevilla sin haber superado el examen de pintor, por lo que algunos de sus colegas entablan pleito contra él. En 1619 supera dicha prueba. En 1650 se trasladó a Madrid, ciudad en la que muere algunos años después. En su obra se aprecia la influencia de otros pintores como Juan de Roelas, Francisco de ZurbaránVelázquez. Fue padre de otro gran pintor y arquitecto, Francisco de Herrera el Mozo.

Biografía y obra

Hacia 1610, dibuja la portada de un libro con la figura de San Ignacio de Loyola; en 1617 pinta Pentecostés, que conserva el Museo del Greco de Toledo; de este año también data un San Lorenzo en la Iglesia de La Merced (Catedral de Huelva).

Hacia 1620 realiza su Apoteosis de San Hermenegildo, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde también se pueden contemplar nueve de los dieciocho óleos que componían el gran retablo de San Basilio, realizado entre los años 1638 y 1639. Una de las pinturas de dicho retablo "San Basilio dictando su doctrina" se encuentra en el Museo del Louvre, el resto se encuentran en paradero desconocido. Otras obras del artista que se conservan en Sevilla son una Inmaculada fechada en 1614 en el Palacio Arzobispal de Sevilla, y otra en la fachada de la Catedral de Sevilla, además del retablo de la Natividad del Convento de San José del Carmen (las Teresas).

En 1626, comienza la serie que en unión de Zurbarán trabaja para la Iglesia del Colegio de San Buenaventura, en Sevilla, donde pinta San Buenaventura recibe el hábito franciscano, que se conserva en el Museo del Prado; Santa Catalina y la familia de San Buenaventura, en la Universidad Bob Jones de Grenville (Estados Unidos), y San Buenaventura Niño, presentado a San Francisco y la Comunión de San Buenaventura, ambos de 1628, en la colección Carvalho de Villandry o en el Museo del Louvre.

Además se pueden señalar un San Diego (colección particular, Madrid, 1627), una estampa representando a la Santísima Trinidad con los retratos del rey Felipe IV y su esposa, otro del Conde-Duque de Olivares y su esposa; en 1628, un gran cuadro representando el Juicio Final, conservado en la parroquia de San Bernardo, en Sevilla; en 1635, el Bebedor, Worcester Art Museum; en 1626, Job, en el Museo de Bellas Artes de Ruan; un año más tarde La Parentela de Jesús (Museo de Bellas Artes de Bilbao).

En 1639 pinta diversas obras con figuras de Apóstoles (Galería Uffizi de Florencia, Museo del Prado y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid). En 1643, San José con el Niño (Museo de Bellas Artes de Budapest); 1647, Milagro del Pan y de los Peces (Palacio Arzobispal, Madrid); 1648, San José con el Niño (Museo Lázaro Galdiano, Madrid); en 1650, Ciego tocando la zampoña (Museo de Historia del Arte de Viena).

Se considera, junto con Roelas, un pintor de transición desde el Manierismo hasta el Barroco. Roelas era mayor que él y esto condicionó que su obra se viera influida por el estilo del primero. Ambos fueron preparando el terreno para la introducción plena del Tenebrismo, cuando José Ribera comenzó a enviar sus cuadros masivamente a través del puerto sevillano. Herrera tenía un estilo vigoroso y dinámico, muy atrevido para el tono general del panorama artístico de Sevilla. Tal vez fuera esto lo que mejor enlazó con el dramatismo intenso que rezumaba la obra de la corriente caravaggesca. Trabajó en Sevilla hasta 1638, año en el cual se trasladó a Madrid, donde conoció a Diego Velázquez. Es posible incluso que este, también de origen sevillano, hubiera sido durante un brevísimo período discípulo de Herrera, según nos cuenta en sus Vidas el historiador Antonio Palomino.

Fuente: https://es.wikipedia.org/

Galería

San Cosme o Autorretrato, 1625

La Curación de San Buenaventura
niño por San Francisco, 1628

André Lhote (1885-1962)



Lhote, André (Burdeos, 5 de julio de 1885 - París, 24 de enero de 1962) Pintor y crítico de arte francés. 

Biografía

Tras asistir al curso de escultura de la École des Beaux-Arts de Burdeos, entró en el mundo de los profesionales de la pintura. Expuso en el Salón de Artistas Independientes en 1906 y en el Salón de Otoño del año siguiente. Se sintió atraído por el Cubismo, integrando la Section d'Or.

Intentó adaptar el cubismo al clasicismo y obtuvo por ello la adhesión de gran número de aficionados que se espantaban con los cambios excesivamente radicales, pero en sus obras denota el más puro academicismo. En 1922 abrió una academia para difundir su pensamiento estético, ejerciendo de influyente pedagogo. Su obra teórica tuvo mucho peso en las décadas centrales del siglo XX. Fueron sus alumnos, entre otros, William Klein, Tamara de Lempicka, Lino Spilimbergo, Bertrand Dorny, Marcelle Rivier, Henri Cartier-Bresson, Héctor Sgarbi y Robert Wehrlin.


Obra comentada


Galería
 Retrato de Jeanne, 1908. Posimpresionismo

 Desnuda en su aseo, 1918

Rugby de André Lhote


Lhote aplicó la filosofía cubista a la representación de los objetos en busca de la plasmación del movimiento, ya fuera tanto para paisajes y bodegones como para escenas cotidianas, generalmente de tema portuario o deportivo como en este cuadro. De contornos precisos y planos geométricos muy marcados por las figuras, el atrevimiento de Lhote le lleva a ladear la perspectiva del cuadro, redundando más en la sensación de choque de la melé representada. El desenfadado uso de la paleta de colores contrasta con la agresividad de la escena.

(Museo Nacional de Arte Moderno, París)


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Luca Giordano (1634-1705)

 

Barroco

Giordano, Luca (Nápoles18 de octubre de 1634 - 12 de enero de 1705Pintor barroco italiano. En España fue también conocido como Lucas Jordán, por la castellanización del nombre. 

Biografía

Aunque hijo de un modesto pintor, Antonio Giordano, la amistad con José de Ribera marcaría su vida. Luca empezó a temprana edad a trabajar con Ribera en su taller napolitano, y debido a la gran influencia del artista español y a los numerosos viajes por Roma, Venecia y otras ciudades, en busca de un mayor conocimiento de las diferentes técnicas de la época, se convierte en uno de los mejores artistas del barroco. Fue ayudante de Pietro da Cortona en Roma profundizando en los aspectos decorativos hacia 1650.

Es singularmente famoso por su rapidísima producción y su versatilidad; efectuará imitaciones «a la manera de» RafaelTiziano y Rubens. Su actividad, bastante prolífica, y su velocidad al pintar se reflejan en su apodo «Luca fà presto», palabras que al parecer su padre le decía para apremiarle en su trabajo.

A los veinte años realiza una serie de lienzos para la Basílica de San Pietro Ad Aram y Santa María Donnaromita, (La derrota de Sísara) en Nápoles, en los que plasma su maestría y también el influjo de Ribera. A partir de esos años, su prestigio crece y recibe encargos de importancia para diversas iglesias italianas e incluso españolas. En Nápoles conoce a Mattia Preti, influyéndose mutuamente y es allí donde pinta su Virgen del baldaquino y es conocido que en 1665 era maestro del gremio de pintores. En 1677 trabajó en Montecassino y posteriormente marcha a Venecia.

Giordano adquirió un estilo que fusionaba lo Veneciano y lo Romano. Combina la pompa ornamental de Paolo Veronese con esquemas complejos más vivos "a la gran manera" de Pietro da Cortona. En Venecia pintó frescos en la Basílica de Santa Maria della Salute. Entre 1682-83 pintó varias series de frescos en Florencia, incluyendo la cúpula de la Capilla de los Corsini en la Iglesia de Santa María del Carmine. En la manzana ocupada por el antiguo Palacio Medici pintó el techo de la Biblioteca Riccardiana (La Sabiduría liberada de la Esclavitud de la ignorancia) y el inmenso techo de la galería del Palacio Medici Riccardi. Los frescos incluyen en el centro la celebración hagiográfica prototípica de la familia Medici rodeada por una serie de espacios narrativos entrelazados: figuras alegóricas (Virtudes cardinales, Elementos de la Naturaleza) y episodios mitológicos (Neptuno y Anfítrite, el Rapto de Proserpina, la Procesión triunfal de Baco, la Muerte de Adonis, Ceres y Triptólemo).

El influjo de Ribera se manifiesta en la composición y en la iluminación tenebrista, pero con un empleo del color diferente, llegando incluso a hacer imitaciones por encargo del estilo de Ribera.

Hacia 1670, debido a su actividad incesante en frescos de numerosos monasterios e iglesias y a los numerosos encargos españoles de obras pictóricas, el rey Carlos II le encarga pintar los frescos del Real Monasterio de El Escorial.

En 1692 llega a España, donde permanecerá durante una década. La libertad, inventiva y la técnica de Giordano fueron una de las causas del éxito de los frescos de El Escorial. A esta obra siguieron otras de gran importancia como en El Palacio del Buen Retiro, la Iglesia de Atocha y la sacristía de la Catedral de Toledo, además de numerosas obras en lienzos para la corte y el clero.

Aparte de sus frescos en el Monasterio de El Escorial, destaca el existente en el Casón del Buen Retiro (c. 1697), uno de los escasos murales que subsisten en Madrid, de los varios que ejecutó. En la Iglesia de San Antonio de los Alemanes de Madrid en la calle de la Puebla también se pueden encontrar frescos suyos. Su presencia mediante pinturas sobre lienzo es por el contrario enorme: más de 40 en el Museo del Prado, como El sueño de SalomónRubens pintando una alegoría de la Paz y retratos ecuestres en pequeño formato de Carlos II y su esposa, seguramente modelos previos para ejemplares de gran tamaño que no llegaron a ejecutarse.

Además del cuadro Santiago Apóstol en la Batalla de Clavijo de la iglesia del Convento de las Comendadoras de Santiago en Madrid, destacan entre otros lugares la colección de pinturas existente en el Convento de Carmelitas de Peñaranda de Bracamonte y la del Monasterio de Guadalupe en Cáceres. A su última etapa española corresponde también el lienzo denominado San Joaquín y Santa Ana con la Virgen niña, actualmente en la iglesia de San Miguel en Cuéllar (Segovia).

Adquiere gran popularidad en la corte española y se le concede el título de Caballero. Debido a la muerte de Carlos II y a la difícil situación durante la época de Felipe V, decide volver a Nápoles en 1702.

Allí y poseedor de una gran fortuna, gastó importantes sumas de dinero en obras de munificiencia y fue particularmente generoso con sus compañeros artistas con problemas económicos.

Pinta la cúpula de la Iglesia de Santa Brígida de Nápoles, del siglo XVII, lo curioso es lo de la cúpula que no pudo superar los 9 metros de altura para no obstruir el fuego artillero de Castel Nuovo. Sin embargo el límpido cielo pintado al fresco en la cúpula por Luca Giordano aprovecha al máximo la perspectiva y crea la sensación de un espacio inmenso.

Alcanza la cima de su celebridad en 1704 pintando la Historia de Judith en el techo de la sacristía de la Cartuja de San Martín de Nápoles.

Una de sus máximas era que el buen pintor es aquel que gusta al público y este es atraído más por el color que por el diseño.

Luca Giordano falleció en Nápoles en 1705. Su cuerpo permanece en un altar lateral de la Iglesia de Santa Brígida. Muere siendo hermano lego de la Ordo Clericorum Regularium Matris Dei.

A Giordano se le ha criticado por ser un prolífico comerciante de todos los estilos sin ser maestro de ninguno. Se le ha considerado como un proto Tiépolo, reviviendo la gran manera de Cortona en un estilo que brillaría con Tiépolo. También, de la unión de su escuela napolitana con la tradición veneciana, prepararía el camino a Francesco Solimena.

Tras su muerte, fue desacreditado con dureza por artistas y críticos, que le consideraban responsable de la decadencia de la pintura española tras los años esplendorosos de Velázquez y Murillo. El nuevo interés que suscitó la época barroca a principios del siglo XX, contribuyó decisivamente a la revalorización del pintor italiano. Hay que reconocer que su producción en España influyó claramente en Miguel Jacinto Meléndez, Antonio Palomino y Francisco de Goya.



Obra comentada


Galería
Filósofo, 1650

Heráclito y Demócrito.  Panel izquierdo, 1650

El triunfo de Judit de Luca Giordano

 

En esta obra de 1703, Giordano muestra una Judit victoriosa que conduce heroicamente a su pueblo liberado portando la cabeza de Holofernes, lejos del dramatismo morboso de otras visiones más tenebristas del último barroco, como la sangrienta versión de Artemisa GentileschiCaravaggio o su contemporáneo Francesco Solimena. 

(Museo Bowes, Durham). 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

William Hamilton (1751-1801)



Hamilton, William RA (Chelsea, Londres, 14 de mayo de 1751 – 2 de agosto de 1801) fue un pintor e ilustrador inglés.

Biografía

Hamilton nació en Chelsea, Londres , pero viajó y trabajó en Italia con Antonio Zucchi durante varios años. Se formó primero como dibujante de arquitectura, pero pronto se trasladó a retratos teatrales y escenas de obras de teatro.
       
Hamilton se convirtió en miembro asociado de la Real Academia desde 1784, y fue nombrado miembro en 1789.
       
Hamilton se hizo muy conocido por sus pinturas que representan episodios de las obras de Shakespeare y por sus ilustraciones de poemas. Él fue el encargado de crear obras de John Boydell 's Shakespeare Gallery, Thomas Macklin ' s Biblia y Robert Bowyer 's Historia Inglesa.  Éstos fueron reproducidos extensamente en impresiones populares. Francesco Bartolozzi grabó una serie de las obras más conocidas de Hamilton.

Fuente:  Texto extraído de en.wikipedia.org

Obra comentada


Galería
Las cuatro estaciones.
Invierno - Eolo con los vientos, 1770
Las cuatro estaciones.
Otoño - Triunfo de Selinus, Baco y Ariadna, 1770

Raoul Hausmann (1886-1971)


Hausmann, Raoul (Viena, 12 de julio de 1886 – Limoges, Francia, 1 de febrero de 1971) Artista y escritor austríaco. Con el seudónimo Der Dadasophe ejerció un destacado papel como dadaísta creando collages experimentales, poesía sonora y realizando críticas institucionales en Alemania durante los años transcurridos entre las dos guerras mundiales.

Una rica experiencia y poética y, en definitiva, una formación cultural muy consolidada, llevaron a Raoul Hausmann a establecerse en el ámbito de la fotografía, aunque ya bien avanzada su vida, exactamente a finales de los años veinte, cuando contaba con cuarenta años.

Muchas son las referencias que este austríaco de nacimiento, pero alemán de sentimiento, intentó plasmar en su obra fotográfica. Influencias como el expresionismo y el cubismo hicieron que Hausmann comenzara a formarse un ideal lingüístico y lo aplicara, según lo que requiriese la imagen deseada, a la fotografía. Fue entonces cuando comenzó sus relaciones de amistad con Hans Richter y Johannes Baader; participó con ellos en debates y tertulias, fundó revistas y colaboró como articulista para la revista Sturm. Pero quizá fue conocer a Richard Huelsenbeck -uno de los promotores del cabaret Voltaire, el primer centro dadaísta europeo-, lo que marcó y condicionó su evolución artística posterior. Y ese cambio radical se fundamentó en la invención, por su parte, de la "poesía de los sonidos" y el fotomontaje -aunque Heartfield y Grosz, colaboradores de Hausmann en Dadá, también se atribuyeran la patente de la que fuera una de las nuevas formas de expresión artística-.

Antes de considerarse fotógrafo, término del que renegó continuamente, se consideró un constructor, un “arquitecto-artesano”, que formaba, levantaba y montaba su trabajo, doctrina propia del constructivismo ruso. La Bauhaus y la psicología de la Gestalt se identificaron con la idea de Hausmann de pretender reconstruir la realidad dejando a un lado los aspectos nimios del sujeto, reflejando sus componentes visuales y su estructura formal, y posteriormente construyendo la foto desde un núcleo significativo que Hausmannn colocó en el tercio superior de la imagen, a la izquierda, como la forma de la escritura alfabética europea.

¿Cómo ve el fotógrafo? fue la pregunta que Raoul Hausmann y Werner Graff intentaron responder en un diálogo publicado en 1933 por el anuario La fotografía alemana, en el que Hausmann destacó que “el mirar expresa la armonía de todos los sentidos del cuerpo y de aquí saca el artista su propia fuerza creativa".

A partir de 1933, el fotógrafo austríaco se convirtió en un auténtico nómada forzoso. El hecho de ser perseguido por los nazis hizo que Hausmann se instalase en Ibiza (España), para, además de escribir la novela Hyle: Una visión de España, dedicarse por completo y muy intensamente a la fotografía. Pero la llegada de la Guerra Civil provocó su emigración a Zürich y a Praga donde entró en contacto con varios artistas checos de vanguardia, como Kalivoda. Su viaje no acabó aquí. Tuvo que huir a Hante-Vienne, para finalmente trasladarse a Limoges, donde realizó una exposición de fotografías, que bien se podrían calificar de "abstractas", con lo que completó una obra fotográfica muy rica y diversa en géneros y contenidos.

Fuente: Texto extraído de www.mcnbiografias.com / es.wikipedia.org

Obras comentadas


Galería
Der Dada Edited by Raoul Hausmann,
John Heartfield, and George Grosz. No. 2
(Berlin, December 1919) page 6

D 2818 Fonema, 1921

P 1921 de Raul Hausmann


Al igual que Kurt Schwitters y Johannes Baader, también Hausmann desarrolló una importante producción de collages plásticos en los que el ensamblaje visual entre los materiales empleados y el ruido al que se asocia tienen el protagonismo principal, además del uso de tipografías de diferentes estilos y tamaños. Al descontextualizar las formas, se materializaban de nuevo en unas nuevas y sugerentes composiciones llenas de colorido y movimiento que ponían en entredicho la efectividad de la comunicación humana.

(Hamburger Kunsthalle, Hamburgo)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

El espíritu de nuestro tiempo de Raul Hausmann


La imposible cabeza mecanizada diseñada por Hausmann en 1920 sin duda sirvió de inspiración para el androide María que protagonizara el film Metropolis de Fritz Lang siete años más tarde. Hausmann se reía así de la ciencia y la cultura como conceptos dogmáticos de la sociedad, en detrimento de la libertad de la locura y la sinrazón. Contrario a las ideas capitalistas encubiertas tras los principios democráticos, Hausmann atacaría las leyes de la lógica en su Discurso contra la Concepción de la Vida de Weimar escrito en 1919.

(Museo Nacional de Arte Moderno, París)

Fuente: Texto extraído de Historia del Arte. Editorial Salvat

Autorretrato del Dadásofo de Raul Hausmann


Obra de 1920

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

El crítico de arte de Raoul Hausmann


La visión que expone Hausmann del periodista artístico en este collage de 1919 es evidentemente muy crítica, mostrando al supuesto experto desdentado y blandiendo una pluma estilográfica como si fuera un florete a punto para batirse en duelo con el artista de turno. Colocándole un zapato en la cabeza, parece que el autor trate de denunciar la inutilidad de su pensamiento y la vaciedad de su esfuerzo intelectual.

(Tate Collection, Londres)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Punto al Arte