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Artistas de la A a la Z

Pintura de campos de color o Color Field


Color field o pintura de campos de color es un estilo de pintura abstracta que emergió en la ciudad de Nueva York durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Dicho estilo se inspiró del modernismo europeo y se encuentra estrechamente relacionado al expresionismo abstracto, siendo que muchos de sus principales expositores pertenecían a este mismo movimiento. El Color Field se encuentra caracterizado, principalmente, por amplios campos de color liso y sólido, extendidos o teñidos en el lienzo, creando áreas de superficie uniforme y un plano liso de imagen. El movimiento otorga menor énfasis a la pincelada y la acción, a favor de la consistencia de la forma en su conjunto y del proceso. En la pintura del Color Field, “el color es liberado del contexto objetivo y se convierte en el sujeto en sí mismo”.

A finales de 1950 e inicios de 1960, los pintores del Color field emergieron en Gran Bretaña, Canadá, Washington, D.C. y la costa este de los Estados Unidos, utilizando formatos con franjas, blancos, patrones geométricos simples y referencias al imaginario del paisaje y de la naturaleza.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Artistas del Color Field

Yun Hyong-keun
Yunkers, Adja

Escuela Wu

Flores cayendo de Shen Zhou
Localizados geográficamente en la ciudad de Suzhou y sus alrededores, en la provincia de Wuxien, se agruparon una serie de pintores cuyo principal rasgo común fue el de ejercitar la pintura como un modo de vida, alejado de las órdenes académicas, y que configuraban el ideal de los wen ren hua o pintura de hombres ilustrados. La abreviatura del topónimo de la provincia de Wuxien, Wu, da nombre a esta agrupación de pintores: la Escuela de Wu. Formaron parte de ella los siguientes artistas: Shen Zhou, Tang Yin, Wen Zhengming, Qiu Yin, Zhen Shun, Lu Chih, Wen Jia, Wen Peng, Wen Boren y Dong Qichang.

Los orígenes del concepto y filosofía de la Escuela han de buscarse en la obra de poetas, pintores y calígrafos de la dinastía Song del Norte: Su Shih (1037-1101), Mi Fu (1052-1107), Wen Dung (1019-1100), Li Kung Lin (1049-1105) y Wang Shen. Ellos preconizaron la absoluta necesidad de entender la pintura como la manifestación de un sentimiento, ya sea expresado mediante la palabra (poesía), mediante las letras (caligrafía) o usando imágenes procedentes de la realidad inmanente (pintura). Las expresiones pintar una caligrafía o escribir una idea reflejan esta íntima unión entre las artes del pincel. Asimismo, los poetas, pintores y calígrafos de la Escuela de Wu vieron en los maestros Song del Norte el medio adecuado de expresión, por su preferencia por la espontaneidad como contraste al elemento artificioso de la pintura Song del Sur, tan apreciada en los círculos académicos. Se antepone la idea del artista como un intérprete de la realidad, más que como un registrador fehaciente de los acontecimientos o de las formas. De ahí que la expresión de la personalidad prime sobre la descripción de la realidad externa. Para lograr la espontaneidad necesaria, que permita la expresión, hace falta una técnica basada en el estudio y en la experiencia.


No es casual que la mayor parte de los artistas de la Escuela de Wu perteneciera a familias acomodadas, de las que heredaron el gusto por el conocimiento y el coleccionismo de obras de arte. Suzhou se convirtió, durante los siglos XVI y XVII, en una ciudad cuya economía estaba basada en el comercio y con un gran prestigio por su carácter de centro cultural, incluso por delante de la capital del Imperio. Veremos también que algunos de los componentes de la escuela intentaron con desigual éxito ser incluidos, por medio de los exámenes, en los círculos de la corte, abandonándola y regresando a sus lugares de procedencia. Entre todos ellos existieron lazos muy estrechos: de maestro/alumno, mecenas/artista, familiares... que facilitaban la comunicación intelectual entre ellos, así como la colaboración mutua para el desarrollo de obras que hoy denominaríamos colectivas.

Estas reuniones fueron además objeto de muchas poesías, caligrafías y pinturas, con las que se pretendió expresar el espíritu de su tiempo. Se considera fundador de la Escuela de Wu al gran pintor Shen Zhou (1427-1509), que con su obra marcó el corte estilístico decisivo con los pintores de la corte. Si valoramos a los artistas no por su procedencia geográfica, sino por sus condiciones de vida y por los maestros de los que aprendían, hay que decir que Shen Zhou vivió en el seno de una familia acomodada, y le fue sencillo rechazar las llamadas de la corte con la excusa de cuidar a su madre viuda, tal y como aconsejaban las enseñanzas confucianas. Sus maestros comenzaron siendo los Cuatro Grandes de la dinastía Yuan: Zhao Mengfu, Wang Meng, Huang Gung Wang y Ni Zan, de los que copió sus obras y aprendió el espíritu. Sin embargo, en su aprendizaje no olvidó a los artistas Song del Norte e incluso a los anteriores. Entre los poetas elogió las obras de Po Chü-i (772-846) y Su Dung Po (1036-1101), y en caligrafía a Huang Ding Chien (1050-1110) y Zhao Mengfu. Shen Zhou pintó más de doscientas obras, que pueden ser estudiadas según la influencia de unos u otros maestros, pero al mantener siempre unas constantes no resulta fácil la división de su obra en diversos períodos. Entre estas constantes cabe citar su preferencia por las composiciones arquitectónicas, en cuanto a línea y plano, y el uso de una pincelada muy personal, en la que los trazos sustituyen a las aguadas, excepto en las siluetas de formas lejanas, así como la simplificación de las figuras humanas frente al detallismo de la Escuela de Zhe.


También se observa en sus obras un gran interés por la textura y la repetición de líneas y puntos, procedente de la obra de Mi Fu, siempre utilizados siguiendo un vocabulario restringido tanto de formas como de trazos. Para sus obras utilizó tanto formatos reducidos (hojas de álbum), como largos rollos horizontales, siendo menos frecuentes las composiciones en rollos verticales, más apropiados para representaciones de paisajes monumentales. Su género pictórico preferido fue, en primer lugar, el paisaje, seguido del género de animales, plantas y flores. Shen Zhou concebía el paisaje, no en el sentido gradilocuente de Guo Xi, sino como un escenario, donde se desarrollaban sucesos cotidianos (Despidiendo a Lu Chih) y, sobre todo, donde el hombre, letrado o campesino, se integraba con el espíritu de la naturaleza. Por ello su obra posee una simplicidad extrema, que recuerda la obra de Ni Zan. Shen Zhou, a diferencia de Ni Zan, humanizó los paisajes mediante la introducción de personajes presentes y ausentes insinuados con pocos trazos (Poeta en un acantilado), o bien con pabellones solitarios que hacen referencia a la vida de los letrados.

Para las obras de pequeño formato (hojas de álbum), Shen Zhou eligió temas más concretos, como el álbum titulado "Diez vistas de Gu Su"(Suzhou), o "Paisaje con figuras", donde mostró, a una edad muy avanzada, su gran dominio de la composición y los juegos de tinta. Wen Zhengming (1470-1559) es otro de los artistas destacados de la Escuela de Wu. Creció inmerso en un mundo de letrados y coleccionistas, conociendo desde muy joven la obra de los grandes pintores del pasado. Como alumno de Shen Zhou, heredó de él el gusto por los Cuatro Grandes de la dinastía Yuan, así como por los pintores de la dinastía Tang y Song. Wen Zhengming, a diferencia de Shen Zhou, tuvo como principal objetivo el acceder a un puesto en la Academia. Con tal motivo, gran parte de su vida la dedicó al estudio de la caligrafía, la historia, poesía, literatura... y otras materias necesarias para aprobar los exámenes oficiales de la capital. Diez veces probó suerte y diez veces fue suspendido, siendo recompensado por su prestigio con un empleo en la Academia Han Lin de Beijing, en 1523. Poco tiempo después y decepcionado de las intrigas cortesanas, abandonó la capital, volviendo en 1527 a Suzhou. La mayor parte de sus obras pertenecen a un período muy tardío, ya que se puede decir que hasta cumplidos los sesenta no se dedicó por entero a la pintura. A pesar de ello, y tras su vuelta a Suzhou, pronto se convirtió en el centro del círculo intelectual de la ciudad, reuniendo en torno a él a los mejores artistas del momento: Zhu Yunming, Zhen Shun... Sus temas preferidos fueron paisajes de los sitios más famosos de Wu, utilizando tanto formatos verticales como horizontales. De carácter más elaborado que los paisajes de Shen Zhou, se aprecia en ellos su fuerte formación historicista y literaria. Aprendió y sintetizó de todos sus maestros, creando un estilo propio en el que utilizó todo tipo de pinceladas: desde las que buscan el detalle como si se tratara de un trabajo de miniatura (Viejos cipreses y roca) a aquellas que le permitieron trabajar en escalas monumentales (Paisaje montañoso). Estos últimos le facilitaron experimentar en nuevas composiciones, como el cruce de diagonales, que obliga a lecturas en zigzag de sus obras. En general prefirió el uso de trazos sobre pinceladas, debido a su maestría como calígrafo, que influyó decisivamente en su técnica.

La caligrafía de Wen Zhengming se aprecia no sólo en aquellas en que las composiciones caligráficas componen la totalidad de la obra, sino por la constante inclusión de poemas en sus obras pictóricas. Junto con el paisaje, Wen Zhengming gustaba de ilustrar las reuniones de letrados, en sentido abstracto y real, con un gran poder evocador. En una de las versiones de su obra Degustando té, Wen Zhengming explicaba, en una inscripción en la obra fechada el 7 de abril de 1534, cómo estando enfermo y lamentando no poder reunirse con sus amigos junto a una taza de té, un amigo le visitó regalándole diversos tipos de té. Mientras gozaba de la preparación de esta infusión, pensaba en Lu Yu (?-804), poeta de la dinastía Tang y gran amante del té. Su pensamiento le llevó a copiar en la pintura los versos del poeta acerca de los utensilios necesarios para la ceremonia del té. Esta obra representa un documento histórico por sus asociaciones con el pasado, así como un reflejo de la vida de contemplación necesaria para la creación. En otras utilizó árboles y rocas (Viejos cipreses y rocas, 1550) como símbolo del mismo mundo, realzando el significado con la inclusión de poemas alusivos. Dos de sus hijos, Wen Beng y Wen Jia, fueron también sus discípulos, formando parte del círculo de literatos de Wu. Ellos, junto a su padre y otros familiares y amigos, compusieron la obra Diez Poemas, en formato de abanico, que constituye una serie de reflexiones poéticas acerca del efecto estético de una cascada. Entre los discípulos de Wen Zhenming, destaca Zhen Shun (1483-1544), poeta, calígrafo y pintor. El maestro le inculcó el gusto por los pintores del pasado, especialmente por aquellos relacionados con la pintura de letrados. A pesar de que ejerció una gran influencia sobre él, Zhen Shun supo crear un estilo propio, con unas pinceladas en las que utilizó los puntos o tien de Mi Fu, así como los juegos de tinta o mo-xi. Tang Yin (1470-1523) contemporáneo de Wen Zhengming, también intentó sin éxito pasar los exámenes imperiales.

A pesar de su gran preparación, parece ser que un compañero de examen le facilitó las preguntas, siendo descubiertos y expulsados en medio de un gran escándalo. Tras ello, se vio obligado a volver a Suzhou y dedicarse a la pintura no sólo como un fin sino como un medio para subsistir, convirtiéndose en un pintor profesional rechazado por el círculo de letrados. Su obra muestra una influencia mayor de Zhou Zhen (Escuela de Zhe) que de Shen Zhou, y no vería reconocida su valía artística hasta el final de su vida. Su obra se compuso tanto de paisajes (Altas montañas y maravillosos árboles), según el estilo Song del Norte, como de retratos de personajes motivados por su carácter de pintor profesional (Dama con peonías). La constante dicotomía en la que se movió profesionalmente, quedó reflejada en su obra, donde se pueden apreciar algunos rasgos de la pintura de letrados, así como referencias a la pintura decorativa y artificiosa Song. Antes de cerrar este breve estudio de la pintura Ming, y considerándolo como el mejor colofón para ello, haremos referencia a la obra de Dong Qichang (1555-1636). A su calidad de poeta, calígrafo y pintor, común a la mayor parte de los pintores de la Escuela de Wu, Dong Qichang unió también la de crítico y teórico del arte. Su vida define el ideal de los pintores no oficiales, aun contando con el cargo de miembro de la Academia de Hanlin. Pertenecía a una familia de gran prestigio y posición. El mismo fue un gran coleccionista y estudioso de las obras de arte de la antigüedad. Sus conocimientos le valieron para ser convocado a la corte, primero para editar la historia de la dinastía Yuan y más tarde para ocuparse como tutor de la educación del príncipe Zhu Zhang Le (futuro emperador Guanzong). Su carrera en la corte terminaría en 1634, retirándose como presidente de la Oficina de Ceremonias. Sus maestros fueron, en caligrafía, Mi Fu y Zhao Mengfu, mientras que en pintura fueron Huang Gong Wan, Dong Yuan y Wang Wei. Sus ideas acerca del estilo y la técnica en pintura están recogidas en su obra literaria. En ella desarrolló la teoría de dos escuelas en pintura: Norte y Sur, que condicionarán no sólo a los pintores posteriores, sino a toda la crítica artística hasta nuestros días.

Dong Qichang propugnaba la reinterpretación de los grandes maestros como el único medio de conseguir un estilo de expresión personal. Aunque exhortaba a la libertad de creación, sus escritos no permitían salirse de la ortodoxia, al definir con toda precisión qué estilos y cuándo han ser utilizados para expresar ideas y representar formas. Aplicó estas teorías en sus propias obras, destacando las siete hojas de álbum tituladas Album de paisajes, en los que se supone que imitó los estilos de algunos de los viejos maestros: Mi Fu, Huang Gongwang y Wu Zhen, en la aplicación de diferentes pinceladas. Sus composiciones evitaban los elementos decorativos o laboriosos, basándose en composiciones triangulares con una nueva iconografía del paisaje cuyo carácter y fuerza estriba en su abstracción.

Fuente: https://www.artehistoria.com

Artistas de la Escuela Wu

Zhou, Shen

Neominimalismo

2012 de Heimo Zobernig

El neo-minimalismo, también conocido como el conceptualismo neo-geométricas, abreviado neo-geo, es un movimiento amorfo artística que se ha extendido a finales del XX y principios del siglo XXI .

Los aspectos del "arte posmoderno" que se han descrito como neo-minimalismo implican una "reevaluación general de las formas de arte anteriores". El movimiento se basa en los primeros desarrollos de diferentes corrientes artísticas nacidas en el siglo XX, como el arte minimalista, el expresionismo abstracto y sus derivados, el pop art y el op art, y la tarea de criticar la mecanización y mercantilismo . Además de la pintura, la escultura y otras "artes del museo", el término se ha aplicado a la arquitectura, el diseño y la música. En arquitectura, de hecho, el neo-minimalismo ha sido identificado como parte de la "nueva ortodoxia". Entre los artistas del neo-minimalismo están Ashley Bickerton, Peter Halley, Lorenzo Belenguer, Jeff Koons, Meyer Vaisman, David Burdeny, Haim Steinbach, Peter Schuyff, Marjan Eggermont, Philip Taaffe, Paul Kuhn, Eve Leader, DoDoU, Christopher Willard y Tim Zuck.

Fuente: https://es.wikipedia.org

Artistas del Neo-minimalismo

Zobernig, Heimo

Neogoticismo

Arquitectura

Movimiento arquitectónico de signo romántico que dio lugar al llamado estilo neogótico o, con sentido peyorativo, seudogótico. 

El neogoticismo tuvo gran fuerza en Gran Bretaña, donde el gótico había sobrevivido hasta el s. XVIII en algunos edificios, como la Fonthill Abbey, obra de James Wyatt, y Strawberry Hill, de Horace Walpole. El esfuerzo que llevó a cabo John Britton para dar a conocer los valores estéticos del gótico se vio recompensado por las series de grabados sobre este estilo publicadas por Augustus Pugin y los escritos de John Carter y Thomas Rickmann. Así pues, frente a la corriente académica neoclásica inglesa, representada por J. Seoane o John Nash, se desarrolló paralelamente una reacción neogótica, representada, entre otros, por Augustus Pugin. El estilo neogótico británico se inspiró en el "gótico Tudor'', del que fueron buenos modelos Hampton Court y Thornburg Castle, este último imitado por Costessy Hall (Norfolk, 1825), y orientó la construcción de numerosos edificios colegiales de Cambridge y Oxford. En Londres se edificó el S t. Katharine's Hospital (1826) y el Palacio de Justicia, de G. E. Street. 

El movimiento no fue exclusivamente británico, sino que participaron de él varias naciones europeas y también EE.UU. En España, en el último cuarto del s. XIX está representado por la obra de A. Gaudí en el ábside de la Sagrada Familia y en el Palacio Episcopal de Astorga, obra de juventud, y por la fachada de la catedral de Barcelona, según proyectos de los arquitectos Mestres y Font, etc. En Francia, Jacques-Félix Duban restauró la Sainte-Chapelle, Lassus realizó la iglesia de Saint-Jean de Belleville (París, 1854-59) y Viollet-le-Duc, quien ejerció gran influencia, la iglesia de Saint-Denis de I'Estrée (1864-67). En Alemania, la catedral de Colonia fue terminada por F. A. Ahlert, E. Fr. Zwirner y R. Voigtel. Friedrich von Schmidt realizó en Viena la iglesia de Santa María. En EE.UU. ilustraron este estilo neogótico W. R. Ware, Henry van Brunt y Henry H. Richardson.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Artistas del Neogoticismo



Mateo Inurria (1867-1924)



Inurria Lainosa, Mateo (Córdoba, 24 de marzo de 1867 - Madrid, 21 de febrero de 1924) fue un escultor español.

Biografía

Nace en Córdoba, ciudad en la que se educa y desarrolla gran parte de su actividad como escultor, profesor, restaurador y decorador. Hasta 1883 asiste a los cursos de la Escuela Provincial de Bellas Artes, donde también recibieron formación artística notables creadores durante el último cuarto del siglo XIX: Lorenzo Coullaut Valera, Rafael García Guijo, y los hermanos Romero de Torres, Rafael y Julio. Entre 1883 y 1885 cursa estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid. Debido a sus progresos en el aprendizaje académico, la Diputación Provincial de Córdoba le concede una pensión para continuar sus estudios en Madrid hasta 1890, año en que Inurria presenta en la Exposición Nacional de Bellas Artes su obra «Un náufrago», de tal verismo que la mala fe de algunos miembros del jurado lo tachan de vaciado del natural.

Entre 1891 y 1901, Inurria vive inmerso en un ambiente provinciano, poco abierto a la crítica y al público, e inicia su labor como restaurador y profesor. Su escultura supera las restricciones del academicismo y tiende hacia un naturalismo sobrio, de expresión sencilla y carente de detalles anecdóticos, en el que ya se advierte la tendencia a idealizar sus modelos que impregnará su obra de madurez. Inurria se considera a sí mismo un autodidacto, llegando a afirmar: «No he tenido maestro, me he hecho solo». Trabaja la escultura religiosa y conmemorativa, y durante toda su carrera, en Córdoba y en Madrid, recibe abundantes encargos monumentales para homenajear a celebridades de la vida local y nacional, que no siempre llegan a erigirse. También, en esta época, vivió temporalmente en Roma donde coincidió con otros artistas de su generación como el también cordobés Rafael Romero de Torres y con el artista burgalés Marceliano Santa María.

Su vocación docente tiene para él una gran significación. Cree firmemente que mediante la enseñanza se puede contribuir a la mejora del individuo y de la sociedad, económica, industrial y artísticamente. Ejerce como catedrático de Modelado de la Figura y Dibujo del Antiguo en la Escuela Municipal de Artes y Oficios de Córdoba, y en 1901 es nombrado director de la Escuela Superior de Artes Industriales de Córdoba, con atribuciones para programar los estudios de Platería, Guadamecilería, Herrería, Carpintería, Cantería y Cerámica en escuelas-taller. Realiza alguna obra en la línea de denuncia social que triunfa a finales de siglo, como La mina de carbón, y diseños y decoraciones de influencia modernista para la biblioteca del Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba, donde ingresa en 1900.

En 1905 el escultor Rodin llega a España acompañado de su íntimo amigo Ignacio Zuloaga. Inurria tiene la ocasión de conocerle y de ser su cicerone en su visita a Córdoba. Desde esta época, Inurria participa periódicamente en los jurados de la sección de escultura de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid.

En 1911, Inurria es nombrado profesor de término de Modelado y Vaciado en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, iniciando una nueva etapa en la que su dedicación a la escultura es más intensa. El hecho de residir en Madrid le facilita un mayor contacto con el mundo cultural y artístico, así como un mayor reconocimiento de su obra. Se concentra cada vez más en su tema preferido: el desnudo femenino, como materialización de un ideal estético en el que se funden la perfección formal, un naturalismo idealizado y sobrio, la sensualidad y el erotismo. Ejemplos de ello son: «Ídolo eterno», «Deseo», «La parra» y «Forma», estas dos últimas pertenecientes actualmente a la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Obtiene una Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920, y dos años después ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fallece en Madrid, en 1924 y es enterrado en el cementerio de la Almudena.3 En 1905 el escultor Rodin llega a España acompañado de su íntimo amigo Ignacio Zuloaga. Inurria tiene la ocasión de conocerle y de ser su cicerone en su visita a Córdoba. Desde esta época, Inurria participa periódicamente en los jurados de la sección de escultura de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid.

En 1911, Inurria es nombrado profesor de término de Modelado y Vaciado en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, iniciando una nueva etapa en la que su dedicación a la escultura es más intensa. El hecho de residir en Madrid le facilita un mayor contacto con el mundo cultural y artístico, así como un mayor reconocimiento de su obra. Se concentra cada vez más en su tema preferido: el desnudo femenino, como materialización de un ideal estético en el que se funden la perfección formal, un naturalismo idealizado y sobrio, la sensualidad y el erotismo. Ejemplos de ello son: «Ídolo eterno», «Deseo», «La parra» y «Forma», estas dos últimas pertenecientes actualmente a la colección del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Obtiene una Medalla de Honor en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920, y dos años después ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Fallece en Madrid, en 1924 y es enterrado en el cementerio de la Almudena.


Agustín Esteve (1753-1820)


Esteve y Marqués, Agustín (Valencia, 12 de mayo de 1753–1820), pintor valenciano que trabajó, sobre todo, para la Casa Real en Madrid. Fue discípulo de Goya y es considerado uno de los mejores retratistas españoles de finales del s. XVIII y principios del XIX.

Biografía

Hijo de Agustín Esteve Torralba, pintor de retablos, y de María Marqués, Agustín Esteve provenía de una familia cuyos orígenes artísticos se remontan al siglo XV.

En 1768, comenzó su formación en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia y en 1770 se traslada a Madrid para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde ganó 2 años después un primer premio de dibujo. En 1778 ganó el primer premio de pintura de esa misma academia.

Su pintura se vio muy influenciada por Francisco Bayéu, Mariano Salvador Maella y Rafael Mengs, aunque fue Goya, al que conoció en 1775 y con el que colaboró, el que más impacto artístico le causó. Muy influido por el genial aragonés, realizó gran número de copias de sus retratos, destinadas mayormente a familias de la corte y a instituciones públicas. Entre estas copias se puede citar una pareja de retratos de Carlos IV y María Luisa de Parma, en el Museo del Prado, que reproduce los originales de Goya conservados en el Palacio de Oriente; se han expuesto en el museo durante muchos años bajo la autoría goyesca, si bien en una carta la misma reina María Luisa contaba a Godoy que los había pintado Esteve para él.

Una de las obras maestras de Esteve es el retrato de la Marquesa de San Andrés de Parma, Condesa de Lerena, M.ª Josefa Piscatori Díaz de Lavandero (ca. 1800). El 14 de junio de 1780, el rey nombró a Esteve Pintor de la Corte. Eso le valió un salario de 6.000 reales comparado con el de 15.000 que recibían otros pintores, o con los 55.000 de Francisco de Goya.

En 1800 fue nombrado pintor de cámara y académico de mérito de la de Bellas Artes de San Carlos, aunque a causa de la Guerra de la Independencia y el nuevo rey, se trasladó a Valencia hasta 1815, cuando volvió a Madrid.

El 20 de septiembre de 1819, el rey le concedió la jubilación con una renta de 6.000 reales. Regresó a Valencia, donde murió un año después.


Galería
Los infantes Cristo y San Juan Bautista, 1779

La marquesa de San Andrés, 1785

Lorenzo Domínguez (1901-1963)



Domínguez Villar, Lorenzo (Santiago de Chile, 15 de mayo de 1901 - Mendoza, 21 de marzo de 1963) Escultor chileno formado en Madrid. Autor del Monumento a Cajal en la Facultad de Medicina de Madrid (1928). De regreso a América enseñó en Cuyo y Tucumán y realizó algunos monumentos, como el de San Martín y O'Higgins (Mendoza, Argentina), y diversas obras que se encuentran en museos americanos; en ellas los valores fundamentales de estructura y masa se combinan con una atención especial al modelado de las superficies

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra comentada


Obra
Monumento a Cajal, 1928

Cabeza estudio para monumento a Catal, 1929

Monumento a la amistad inmortal de Lorenzo Domínguez



A San Martín y O'Higgins, también conocido como el Monumento a la amistad inmortal o Monumento a los libertadores de Chile y Argentina, es una escultura del artista chileno Lorenzo Domínguez Villar. Está ubicada en la Plaza Chile en Mendoza, Argentina, y fue inaugurada el 18 de mayo de 1947.2 Busca simbolizar la «amistad inmortal» entre las repúblicas de Argentina y Chile.

Realizada en piedra, la escultura consiste en dos figuras de los próceres José de San Martín y Bernardo O'Higgins de 3,5 m de altura, unidos y empuñando el pomo de una misma espada, instalados sobre un pedestal de 2 m de altura.1 También contiene elementos de los símbolos patrios de Argentina y de Chile (la estrella de la bandera de Chile a la derecha, y el escudo de Argentina a la izquierda) y al frente contiene la leyenda «Amistad inmortal-O'Higgins San Martín-Argentina Chile»

Matvéi Kazakov (1738-1812)



Kazakov, Matvéi Fëdorovič (Moscú, 20 de octubre de 1738 - 7 de noviembre de 1812) Arquitecto ruso. Influido al principio por el barroco, su estilo cambió hacia el neoclasicismo. Arquitecto oficial bajo Catalina II y Pablo I, construyó en San Petersburgo el palacio del conde Razumovskij (1790-93) y el palacio Paskov. En Moscú construyó el palacio de Pedro 1 (1775-82) y el edificio del Senado (17961801).

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Galería

Palacio Petrovsky, Moscú de Matvéi Kazakov
Palacio Petrovsky, Moscú, 1782

Palacio Petrovsky, Moscú de Matvéi Kazakov
Palacio Petrovsky, Moscú, 1782

Valerio Adami (1935)


Adami, Valerio (Bolonia, 17 de marzo 1935). Pintor, diseñador y grabador italiano cuyo estilo se basa en el cubismo.

Reconocido como uno de los artistas europeos vivos más importantes, Valerio Adami se singulariza por su personal estilo, síntesis de Cubismo, Pop art y Futurismo.

Biografía

Recibe una sólida formación en el estudio de Achille Funi, en la Accademia di Belle Arti di Brera, de Milán (1951-54). Se instala en París en 1957, y a partir de entonces desarrolla su actividad a caballo entre Francia e Italia.

Su estilo inicial es expresionista, y combina imágenes violentas y chistosas, bajo influencia de Roberto Matta y las tiras de cómic. Protagoniza su primera exposición importante en 1962 (Londres, Institute of Contemporary Art), y pronto participa en la Documenta III de Kassel.

A mediados de los 60, Adami fija su estilo más conocido, de influencia pop: imágenes estilizadas, perfiladas en negro sobre áreas de intensos colores planos. Su proceso creativo arranca de fotografías y demás imágenes de su entorno, que desmenuza, combina y presenta en formas esquemáticas. Su éxito es rápido, y en 1968 representa a Italia en la Bienal de Venecia.

En esa época, decora con cuatro grandes murales la sede del Firstar Bank en Madison (Wisconsin, EE.UU.)

Las imágenes creadas por Adami ofrecen frecuentemente fragmentos de la sociedad moderna, objetos sacados de contexto y perspectiva y que así parecen nuevos. En sus primeros años de estilo pop, crea visiones de espacios desiertos, pero posteriormente representa a personajes de la cultura moderna como Sigmund Freud y James Joyce.

Su etapa más reciente, a partir de los 80, se centra en la creación de espacios fantásticos donde revitaliza los mitos de la cultura occidental desde Ovidio, plasmando alusiones a la belleza, la creatividad, el deseo y el sexo.

Se le dedica un número de Eighty, revista francesa sobre el arte de los años 80; es también estudiado por The New Yorker, y merece estudios críticos de Italo Calvino y Jacques Derrida.

En 1985 se le dedica una antológica en el Centro Georges Pompidou de París y en el Communo de Milán. Hay que destacar otras exposiciones en Boston, Bruselas, Hamburgo, México, Jerusalén, París (Musee d´Art Moderne de la Ville) y Milán (Palazzo Reale). En 1993 se crea la Academia-Fundación Adami en Liechtenstein.

En 2005, se le dedica una exposición de dibujos en Madrid. Sin embargo, su presencia en colecciones españolas es muy limitada. Se mencionan obras suyas en el IVAM de Valencia, que le había dedicado una muestra individual a finales de los 90.


Obra comentada

Galería
 Interior con piano, 1968

Interior, 1968

El dormitorio de Valerio Adami



Esta característica obra de Adami de 1970 bebe por igual del cómic y de fuentes pictóricas como las de Léger y de otros surrealistas. Empleando colores planos y resaltando exageradamente los contornos de los objetos dibujados con una dura línea negra, Adami consigue transmitir un inusual extrañamiento por escenas cotidianas y por sus distorsiones formales de los elementos figurativos que se reconocen en sus cuadros. Emulando los maniquíes de Hans Bellmer, la obra de Adami ilustra magníficamente una mezcla de sexualidad y peligro en la vida moderna.

(Galería Maeght, París). 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Punto al Arte