El estilo personal de Braque estuvo muy marcado por la influencia
de su padre, decorador de interiores, tal y como demuestran muchos de los
bodegones del pintor. Otras referencias que se pueden hallar en su obra son el
uso cromático del fauvismo, la utilización de las formas de Matisse e incluso
el modo en que Cézanne confería volumen con los matices.
(National Gallery, Washington
D.C.) Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Famoso paisaje pintado por el artista durante su
estancia en la población costera de L'Estaque.
Aquí Braque demostró su tendencia fauvista de conferir su forma a los objetos
sin dar demasiada importancia a los efectos de luz.
Gracias a la utilización del collage, las formas se hacen más reconocibles al repartirse en el
espacio con una estructura más ordenada y menos anárquica que en otras obras de
la etapa de cubismo sintético de Picasso. La guitarra situada en un plano
central, los titulares de prensa recortados a los pies del cuadro y la sonrisa
de la chica en el margen superior tienen un peso importantísimo para la
distribución espacial de la obra. El color vuelve a ser un elemento destacado para
la configuración del cuadro y el tema se hace más accesible a la recomposición visual
del espectador.
Braque reflejó en este cuadro la enormidad del Sacre
Coeur de Montmartre pintando la iglesia con una composición vertical que parece
crecer sobre sus propios bloques arquitectónicos entremezclados con los de la
urbe del barrio, acompañando la mirada del espectador hastar las cúpulas de la
iglesia al fondo.
(Museo de Arte Moderno, Villeneuved'Ascq) Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
El autor rompe con los límites de la forma, plasmándola
con una libertad infinita y sugerida sin llegar a definirla por completo. En
este paisaje, Braque va más allá de las pretensiones iniciales del cubismo,
observando el objeto representado no sólo desde distintos ángulos, sino desde
todos a la vez, acercándose a las intuiciones de la disolución en el espacio
que derivarían progresivamente hacia la abstracción .
El autor compuso este cuadro basándose sobre todo en
los colores predominantes y la ordenación nada sutil del espacio. Situando en
primer plano diversos objetos reconocibles para el espectador, como el racimo
de uvas o los naipes, el pintor distribuyó los elementosque
componen este bodegón con una racionalidad absoluta, similar al modo de
configurar utilizado recurrentemente por Torres García.
Con unos simples trazos lineales, Braque crea todo un
micro universo de formas y dimensiones enmarcándolo con un margen circular y
empleando varios trozos de papel en primer plano. El énfasis de la obra no está
más en la descripción formal de los objetos, sino en la composición general del
cuadro, en su relación interna con respecto al espacio en el que se inscriben.
Stuck, Franz von (23 de febrero de 1863 Tettenweis, Baviera - 30 de agosto de 1928) fue un pintor, escultor, grabador y arquitecto alemán que se destacó en el estilo del simbolismo y del art nouveau.
Desde una edad temprana mostró afinidad por el dibujo y la caricatura. Para comenzar su educación artística fue a Múnich en 1878, donde permanecería de por vida. Desde 1881 a 1885 asistió a la Academia de Múnich.
Logró reputación inicial a través de viñetas para el Fliegende Blätter y diseños para programas y libros de decoración. En 1889 exhibió su primera pintura, “El guardián del paraíso”, en el Palacio de Cristal de Múnich, con la cual obtuvo una medalla de oro.
En 1892 cofundó la secesión de Múnich, y ejecutó también su primera escultura, Atleta. El año siguiente tuvo éxito tanto con la crítica como con el público con la que se considera ahora su obra más famosa: El pecado. También en 1893, Stuck fue premiado con una medalla de oro por pintar en la Feria Mundial de Chicago y fue designado para un profesorado real. En 1895 comenzó a enseñar en la Academia de Múnich.
En 1897, Stuck se casó con una viuda norteamericana, Mary Lindpainter, y comenzó el diseño de su propia residencia y estudio, La Villa Stuck. Sus diseños para la villa incluyeron todo, desde los planos hasta las decoraciones interiores; por sus muebles Stuck recibió otra medalla de oro en la Feria Mundial de París de 1900.
Habiendo obtenido un alto grado de fama en su tiempo, Stuck fue elevado al nivel de la aristocracia el 9 de diciembre de 1905 y recibiría honores y reconocimientos en toda Europa por el resto de su vida. Aun cuando las nuevas tendencias del arte dejaron a Stuck detrás, siguió siendo altamente respetado entre los artistas jóvenes por su capacidad como profesor en la Academia de Múnich. A lo largo de los años tuvo estudiantes destacados, como Paul Klee, Hans Purrmann, Wassily Kandinsky y Josef Albers.
Stuck se basaba primordialmente en la mitología, inspirado en los trabajos de Arnold Böcklin. Figuras grandes y pesadas dominan la mayoría de sus trabajos, como su obra "luzifer" inspirada en la mentalidad sombría de Alejandro Berbeyes. Sus trabajos también señalan su proclividad por la escultura.
La carga seductora de sus desnudos femeninos –en el rol de femme fatale– son ejemplo de Simbolismo de contenido popular. Stuck prestó también atención a los marcos de sus pinturas y generalmente las diseñaba por sí mismo con tal cuidado en los detalles, las tallas y las inscripciones que deben ser tomados como parte integral de la pintura.
El gran número de alumnos de Stuck que ganaron notoriedad sirvieron para mejorar aún más la propia fama del maestro. Sin embargo al tiempo de su muerte la importancia de Stuck como artista de propio derecho casi se había olvidado: su arte parecía anticuado e irrelevante para una generación destruida por la Primera Guerra Mundial.
Adolf Hitler se hallaba entre aquellos que aún admiraban a los pintores del siglo XIX de Múnich, así, cuando los nazis llegaron al poder Stuck estaba entre los artistas del pasado citados como ejemplo de los valores germanos correctos.
Aun así Stuck permaneció olvidado en la memoria popular hasta finales de los años 1960, cuando un renovado interés en el Art Nouveau lo trajo nuevamente a la luz. En 1968 la Villa Stuck fue abierta al público, siendo hoy un museo.
lngres, Jean-Auguste-Dominique (Montauban, 29 de agosto de 1780 - París, 14 de enero de 1867) Pintor francés. Discípulo en París de J. -L. David, residió luego en Roma y pasó a Nápoles, con Murat, en 1813; desde 1820 hasta 1824 vivió en Florencia. De regreso en su país, triunfó en el Salón de 1824 con El voto de Luis XIII. Su larga permanencia en Italia le permitió captar y asimilar de manera directa los módulos típicos del Renacimiento. Desde la Bañista de Bayona (Museo Bonnat, 1807) hasta el retrato del pintor Granet (Museo de Aix-en-Provence, 1807), el de Madame Davam;ay (Museo Candé, Chantilly, 1807) y la Gran Odalisca (Louvre, 1814) se percibe en el artista el tributo que rinde a Rafael; pero más importante para la maduración de su expresión artística fue el descubrimiento de los primitivos italianos, que le desligaron, casi por completo, del falso idealismo de David. Por su realismo, lngres es uno de los primeros pintores modernos. A su vuelta a París se le hicieron encargos oficiales; pintó la Apoteosis de Homero (Louvre, 1827) y el Martirio de San Sinforiano (catedral de Autun, 1834). Fue el último retratista francés de genio. Entre sus últimas obras cabe citar la Apoteosis de Napoleón (1853), el Baño turco (Louvre, 1863) y algunos cuadros de tema religioso, como Juana de Arco, La Virgen (Louvre, 1854) y Jesús entre los doctores ( 1866). El academicismo de Ingres
El rival de Gros fue Ingres, también discípulo de David. Nacido en Montauban en 1780, se dice que, habiendo visto en Toulouse unas copias de Rafael, sintió desde aquel momento decidida vocación por la pintura; la "religión de Rafael" debía inspirar toda su vida. Por lo demás, la historia de su carrera es poco más o menos la misma de los artistas franceses de su tiempo: primer viaje a París, ingreso en el taller de David y Premio de Roma, sólo que en el año de 1801 el Gobierno no tenía dinero para enviar sus pensionnaires a Italia.
Hasta 1806 no pudo disfrutar de su beca. En Roma -donde prolongó su estancia durante veinte años- pintó sus cuadros más famosos, dentro del más puro estilo académico, y sus dibujos de trazos finos realizados entonces son excelentes. El dibujo, según él, constituye el fundamento de la pintura. "Un buen dibujante siempre podrá encontrar el color que corresponda al carácter de la obra." Para la pintura suya más famosa, La Fuente, dícese que empleó más de cuarenta años, retocándola siempre.
Apoteosis de Homero, de Jean Auguste Dominique lngres (Musée du Louvre, París). Siguiendo el gusto neoclásico por reverenciar el mundo griego antiguo, lngres coloca a Homero en el centro del cuadro en el momento en que recibe homenaje de los artistas de Grecia, Roma y la época moderna, en una composición triangular muy armónica formada por tres manchas de color blanca, roja y verde y flanqueada por otras dos opuestas, de rojo y verde. Pintado en 1827, reúne al menos 45 personajes alrededor del poeta heleno, encabezados por una Victoria alada que le corona y con dos alegorías de la Ilíada y la Odisea sentadas a sus pies. Entre los figurantes destacan también los retratos idealizados de Apeles, Fidias, Rafael y Miguel Ángel, reivindicando las raíces clásicas del autor, así como también los de Poussin y Moliere, que miran al espectador para introducirle en la escena. Se dice que para el templo y el friso que lo decora precisó de un arqueólogo para afianzar la precisión del dibujo tras más de trescientas probaturas en papel.
A su actitud académica -en absoluta oposición a la de Delacroix- debió Ingres todos los juicios adversos que desde el arte pictórico del Romanticismo se han emitido contra él. Pero es un caso el suyo que reclama revisión. Si proclamó que "el secreto de la belleza reside en la verdad", no por ello merece ser considerado, en lo mejor suyo (que no son únicamente los retratos), como un pintor verista. Sus obras maestras no son desde luego los encargos que realizó sobre temas grandilocuentes, como su amanerada Apoteosis de Homero (en el Louvre), ni el falso exotismo de sus Odaliscas, que es en verdad demasiado convencional. Pero su rafaelismo -que ya se inicia en su autorretrato juvenil del Museo Condé, de Chantilly (1804)- no es justo considerarlo como una simple supeditación a Rafael. Lo que sí intuyó Ingres en los retratos de Rafael fue una lección por él sabiamente empleada: que la línea no traduce la realidad, sino la impresión que ha de recibir quien contempla la obra. Para David contó mucho la anatomía; para Ingres lo único que interesa es el efecto visible. Ambos artistas representan, así, dos puntos de vista distintos, en los logros de toda la fase final del neoclasicismo pictórico.
Butler, Horacio (Buenos Aires, 28 de agosto de 1897 – 17 de marzo de 1983) Artista plástico y escritor argentino.
Biografía
En 1922 viajó a Europa y se radicó en París, donde tomó clases en los talleres de André Lhote y Othon Friesz entre 1923 y 1928.
En 1928 regresó a Buenos Aires donde expuso en el Primer Salón de Pintura Moderna de la Asociación Amigos del Arte, junto a Antonio Berni, Aquiles Badi, Héctor Basaldúa y Lino Spilimbergo.1
A partir de 1929 comenzó a participar en los salones de Otoño y de las Tullerías de París. Participó en varias exposiciones y retornó a Buenos Aires en 1933.
Ilustró el libro Mansiones de verde de Hudson, edición con motivo del centenario del escritor en 1940. Diseñó la escenografía del Ballet "Estancia", de Alberto Ginastera, estrenado en el American Ballet de Nueva York en 1941.
En 1943 realizó el diseño de la escenografía y el vestuario para la ópera La zapatera prodigiosa de Juan José Castro y comenzó su labor como profesor en la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1952 fue escenógrafo de Proserpina y el extranjero de Juan José Castro, en el Teatro de La Scala de Milán. En 1965 ganó el concurso para realizar el tapiz de la Basílica de San Francisco. Fue Miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y obtuvo el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes en 1973 y el Premio de la Fundación Alejandro Shaw en 1981. Fue galardonado con Premio Konex de Brillante 1982 a las Artes Visuales. Fue nombrado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Obra
Su pintura está dominada por las grandes influencias recibidas en París por André Lothe y Othon Friesz. La búsqueda del equilibrio y la claridad formal de Lothe combinada con la tendencia romántica de Friesz, resultan en el reflejo de las experiencias emocionales de Butler en sus paisajes. El paisaje es el género más recurrente y reconocible en su obra, si bien también realizó naturalezas muertas, retratos, pintura histórica y temas religiosos. Su carácter inquieto lo llevó a realizar también ilustraciones, escenografías, decoración de interiores y diseños textiles.
Zurbarán, Francisco de(Fuente de Cantos, Badajoz 7 de noviembre de 1598 – Madrid, 27 de agosto 1664). Pintor español, uno de los más importantes valores de la pintura española del s. XVII. Nacido en Fuente de Cantos (Badajoz), pasó muy joven al taller de un pintor de imágenes piadosas en Sevilla (1614). Dos años más tarde pintó su Inmaculada Niña (1616; colección Valdés, Bilbao). En 1617 terminó su período de formación en el taller y se trasladó a Llerena (1617-26). Los dominicos del convento de San Pablo el Real, de Sevilla, le encargaron (1626) una serie de cuadros para la comunidad; obra maestra de este ciclo es el Cristo crucificado (1627; Art lnstitute de Chicago). El convento de la Merced Calzada de Sevilla le encargó (h. 1628) una extensa obra cíclica sobre la vida de San Pedro Nolasco: Visión de San Pedro Nolasco (Museo del Prado) y la extraordinaria serie de retratos de frailes que custodia la Real Academia de San Fernando de Madrid (Fray Jerónimo Pérez, Fray Francisco Zumel, Fray Pedro Machado, etc.).
Inició su período de plenitud con el ciclo pintado para la iglesia del Colegio de San Buenaventura en Sevilla (h. 1629). Es una época de acentuado tenebrismo y de composiciones monumentales: Exposición del cuerpo de San Buenaventura; San Buenaventura en el concilio de Lyon (ambos en el Museo del Louvre). Para el colegio de Santo Tomás de Sevilla pintó una de sus mejores obras de esta época: Apoteosis de Santo Tomás de Aquino (1631, Museo de Bellas Artes de Sevilla). De 1633 data el primero de los distintos Apostolados que pintó Zurbarán (Museo de Lisboa). En 1634 hizo su primer viaje a Madrid, llamado por Velázquez, para decorar parte del salón de Reinos (Fuerzas de Hércules, Socorro de Cádiz, en el Museo del Prado, y Expulsión de los holandeses de la isla de San Martín, hoy perdido).
Entre 1636 y 1639 ejecutó el ciclo monástico de la Cartuja de Jerez: Adoración de los pastores, Adoración de los Magos, Circuncisión (Museo de Grenoble); La batalla de Jerez (Museo Metropolitano de Nueva York).
Hacia 1640 se sitúa la obra realizada en la Cartuja de las Cuevas de Sevilla, obra de gran madurez en la que Zurbarán abandona el tenebrismo, y con colorido más claro y con gran agilidad compositiva logra escenas de gran belleza: San Hugo en el refectorio de los cartujos, Virgen de la Misericordia (ambas en el Museo de Sevilla). Las pinturas que custodia el monasterio jerónimo de Guadalupe, en Extremadura, son sin duda el más importante complejo decorativo realizado por Zurbarán. Se conservan en el mismo lugar para el que fueron creadas entre 1640 y 1647, es decir, en la sacristía (Tentación de Fray Diego de Orgaz, Fray Gonzalo de Illescas, etc.) y en la capilla de San Jerónimo: San Jerónimo flagelado por un ángel, Tentaciones de San Jerónimo, Apoteosis de San Jerónimo y diversos retratos de monjes.
A estas obras de gran envergadura cabe añadir las representaciones de santas, los retratos de damas vestidas a la usanza de la época, con algún atributo que hace referencia a sus nombres, la serie de sus Inmaculadas y, de modo especial, sus escasos pero espléndidos bodegones (Museo del Prado, Museo Nacional de Arte de Barcelona). En 1658 fijó su residencia en Madrid. En los últimos seis años de su vida produjo obras de cierta homogeneidad y gran lirismo (1659, Virgen con Niño y San Francisco orante; 1661, Inmaculada de Budapest, Cristo de Jadraque, Virgen con Santos Niños, en Bilbao).