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Artistas de la A a la Z

Filippo Brunelleschi (1377-1446)

Renacimiento. Quattrocento.

Brunelleschi, Filippo (Florencia, 1377 – 15 de abril de 1446) Arquitecto y escultor florentino. Fue el primer orientador de la arquitectura renacentista. Aprendiz de orfebre, se dedicó a la escultura siguiendo el estilo de Andrea Pisano. Quizá h. 1402 viajó a Roma. De regreso a Florencia, en 1409 tallaba el Crucifijo de la capilla Gondi, en Santa María Novella, y h. 1415 formuló sus teoremas sobre la perspectiva. Fue consultado en 1417 acerca de la construcción de la cúpula del duomo, que proyectó y construyó (1419-36); también realizó las tribunas de la sacristía, con sus edículos exteriores, bajo el tambor de la cúpula (1438). Proyectó desde 1418 San Lorenzo y en 1436 la iglesia del Santo Spirito, que empezó en 1444 y terminó Salvi d'Andrea. En 1418 inició la Sacristía Vieja de San Lorenzo, primer encargo de la familia Médicis, y en 1428 el Ospedale degl lnnocenti (ya proyectado en 1419), cuyo pórtico concluyó en 1444. En 1443 realizó su obra más armoniosa, la Capilla Pazzi, aneja a Santa Croce. Fue autor del proyecto de la fachada del Palacio Pitti (en opus rusticum), empezada en 1440, y después ampliada. Además, realizó obras de defensa fluvial en Pisa y en Vicopisano.

La influencia de este grupo de artistas y eruditos se empezaba a sentir en todas las clases sociales, y como el arte más propiamente social es la arquitectura, se deseaba con ardor la aparición de algo nuevo también en el arte monumental. Esto explica que en 1420 se confiara a un artista lleno de entusiasmo, joven y poco nombrado aún, pero cuyo amor por la antigüedad era muy notorio, la obra más importante que debía ejecutarse en Florencia por aquel tiempo: la terminación de la catedral mediante la cúpula que estaba proyectada como remate del crucero. El libro de  Vasari recopila multitud de anécdotas del arquitecto de la cúpula, Filippo Brunelleschi: sus viajes a Roma para estudiar el problema; una reunión de arquitectos, llegados de todas partes de Italia y aun del extranjero, para proponer una solución; por último, una especie de concurso, colaboraciones impuestas con viejos maestros y mil otras dificultades que encontró Brunelleschi para poder desarrollar su plan con independencia.

La cúpula de Brunelleschi, que corona la catedral de Florencia, símbolo indiscutible del Renacimiento, es además una de las obras de espíritu más universal que haya construido la humanidad. Su volumen es abrazado por el gesto grácil y ligero de su perfil y por una elegancia formal única.
  
 Todo lo descrito por Vasari refleja la verdad, y consta documentalmente que hasta 1423 no fue nombrado Brunelleschi inventare e governatore della cuppola maggiore; pero lo cierto es que los primeros directores de la obra de la catedral de Florencia hubieron de concebir en su mente algo como una cúpula o torre octogonal. Vasari hace creer, con la reunión de estos maestros extranjeros en un congreso, como si se vacilara entre terminar la catedral con una cúpula o con una torre octogonal, a modo de cimborrio de las iglesias monásticas y catedrales góticas; pero es indudable que los primeros que dispusieron la planta de Santa Maria del Fiore pensaron ya en una cúpula, que sería algo mayor que las que cubrían el crucero de las catedrales de Pisa y Siena. En esta diferente magnitud estribaba precisamente la dificultad. Aunque las cúpulas de Pisa y Siena, como la de Florencia, abarcan ya el ancho de las tres naves, su diámetro era mucho menor; el de la cúpula de Florencia sería de cuarenta metros, y, por lo tanto, daría un empuje colosal, mucho más difícil de contrarrestar que el de las de Pisa y Siena.

Hasta hace poco se había aceptado sin discutir la tradición, recogida por Vasari, de que Brunelleschi fue a buscar inspiraciones para esta obra dificilísima en las antiguas cúpulas romanas y que en sus viajes para el estudio de las ruinas había encontrado el secreto de construir la cúpula según el sistema de los antiguos. Esta teoría era excelente para adular el arte romano y hacer converger la obra de Brunelleschi al mismo movimiento de restauración de la antigüedad que se manifestaba no sólo en las otras artes, sino en todos los órdenes de la vida. Como modelo de la cúpula de Florencia se citaba el Panteón de Roma, pero la semejanza entre las dos cúpulas estriba sólo en las dimensiones: ambas tienen casi el mismo diámetro.

Ilustración de Santa Maria del Fiore por Marco
Rustici. Del conjunto destaca la gran cúpula que 
causó gran admiración en su época. Brunelleschi 
no pudo verla terminada, siendo la obra a la que 
consagró por completo su vida. 
Además, el Panteón tiene una cúpula concrecionada que apoya su cascarón semiesférico en los enormes muros cilíndricos en que está medio empotrada; en cambio, la cúpula de Florencia tenía que levantarse sobre la iglesia y fue alzada aún más por Brunelleschi sobre un tambor octogonal, dejándola completamente en el aire. La construcción es también distinta: la bóveda del Panteón es un macizo de hormigón y ladrillo, mientras que la de Florencia subdivide su peso, para dar menos empuje, con una cúpula interior más baja y una cúpula externa que, peraltándose en arco apuntado, sirve de contrafuerte a la cúpula interior. En efecto, las cúpulas semiesféricas tienden, debido al peso de su centro, a hundirse de forma que sus bordes se abren hacia fuera; en cambio, las cúpulas apuntadas tienden a abrirse por la cúspide y, consecuentemente, sus bordes ejercen un gran empuje hacia dentro.

   Al combinar ambas cúpulas, Brunelleschi consiguió contrarrestar el empuje horizontal de la cúpula semiesférica con el peso, en sentido contrario, de la cúpula exterior de perfil apuntado. Esta es la más ingeniosa invención de Brunelleschi, que debió de serie inspirada por modelos medievales; ciertamente, es el mismo sistema de las cúpulas románicas cistercienses, que, siendo esféricas en su interior, están dentro de una torre cuadrada u octogonal, más alta, que aparece como un cimborrio exterior, pero que, además, por medio de su peso, que actúa como fuerza en sentido vertical, desvía el empuje de la cúpula y hace oficio de contrafuerte.

Adriaen Brouwer (1608-1638)

Retrato de Adriaen Brouwer - Antoon Van Dyck 


Brouwer, Adriaen (Oudenaarde, 1605-Amberes, 1638) Pintor belga. Su padre -dibujante de tapices-, murió cuando Brouwer tenía 15 años, y su madre le envió a Holanda al taller de Frans Hals, donde copiaba cuadros para que el maestro los vendiera. Más tarde pasó a Amsterdam, donde permaneció durante cuatro años y, desde 1631 hasta su muerte, residió en Amberes. Los últimos años de su vida fue encarcelado, sin que se conozcan las causas. Anteriormente había tenido problemas por haber falsificado diversas obras. El propio Rubens, gran admirador suyo, se pronunció en su contra y le reconoció culpable. En la cárcel trabó amistad con un panadero, Joost van Craesbeck, que sería su único discípulo.

Aparte de paisajes, pintó sobre todo temas de costumbres, preferentemente del pueblo bajo: interiores de tabernas, fumaderos, escenas de riñas, jugadores de cartas, etc. En sus obras, Brouwer representa personajes rústicos en su aspecto más degradado. No le interesaba llevar a sus lienzos a la clase burguesa, sino que sus asuntos son de un nivel social ínfimo al que pertenecen los aventureros y truhanes, a quienes trató con un gran cariño y piedad.

Está considerado como un precursor del impresionismo, debido a que trabajó el lienzo con una pincelada fuerte y desenvuelta, sin matizar ni detallar en modo alguno, para que la vista se fije en el motivo clave de su obra. Sus mejores obras acreditan un refinado sentido de las calidades, que le emparientan con la escuela holandesa. Influyó en J. Steen y en D. Teniers. Hay obras suyas en los principales museos, especialmente en la pinacoteca de Munich, en el Louvre y en el Prado. Entre ellas figuran: El fumador, Interior del mesón, La música en la cocina y La taberna.

Fuente: Texto extraído de www.mcnbiografias.com

Obra comentada


Galería
La crepe del panadero, 1625

Posada con campesinos ebrios, 1625

Fumadores y bebedores de Adriaen Brouwer

 


Llamada también "La conversación", constituye una escena radiante de color y fuerza emotiva que entronca la pintura flamenca con la holandesa. 

(Museo del Prado, Madrid). 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Agnolo di Cosimo Bronzino (1503-1572)

 

Retrato de  autor desconocido

Renacimiento. Cinquecento. Manierismo.

Bronzino, Agnolo di Cosimo, llamado il (Monticelli, 17 de noviembre de 1503 - Florencia, 23 de noviembre de 1572) Pintor toscano.

Discípulo del Pontormo. Trabajó principalmente en Florencia. Decoró en aquella ciudad la capilla del Palacio Viejo y realizó pinturas para las iglesias de Santa Croce y la Annunziata. Pintó también lienzos alegóricos de motivos profanos, como Venus, Cupido y la pasión amorosa (Galería Nacional de Londres). Se distinguió como retratista de estilo manierista: Lucrezia PanciatichiCosme I, Leonor de Toledo con su hijo Fernando, etc.

Bronzino era aclamado como el pintor estimado de la aristocracia florentina.

Bronzino, cuyo nombre real era Agnolo di Torri, nació en Florencia y sus primeras obras fueron decoraciones murales en iglesias de su ciudad natal en las que aprendió la técnica precisa y elegante del dibujo toscano. Ya en este período juvenil aparecen ciertas características inconfundibles de su obra futura, como en la decoración de la capilla Barbadori, en Santa Felicita de Florencia, donde se han encontrado por primera vez sus figuras aisladas en un extraño mundo astral, en el cual parece posible una vida sin respiración y sin latido. Ello constituirá la base de sus maravillosos retratos: Ugolino Martelli, en Berlín; Lucrecia Panciatichi, en los Uffizi de Florencia; el Joven con laúd, también en los Uffizi; el Retrato de dama, de la Academia de San Lucas, en Roma, todos ellos simultáneamente artificiosos y perfectos, cristalinos y helados, pero, sin embargo, con un extraordinario poder de definición humana. 

En 1539, Bronzino fue nombrado pintor de la corte de los Médicis y, a partir de entonces, la mayoría de sus retratos estuvieron dedicados a esta familia y a sus potentes aliados, como los Doria. Así, sus retratos de Cosimo I, como el famoso de los Uffizi, con armadura, y los de Leonor de Toledo, su esposa castellana, seria y taciturna tal cual se la ve en el retrato de Berlín. Otro retrato, en los Uffizi, donde aparece con uno de sus hijos, la presenta con su aire preocupado, que denota, más que altivez, triste reserva.  

El ideal del Bronzino de llevar a la perfección el aislamiento abstracto de la forma, fue plasmado en algunas de sus composiciones alegóricas como Venus y Cupido entre el Tiempo y la Locura, cuyo erotismo frío es debido no sólo a la"figura serpentinata", sino al gran efectismo conseguido mediante la dureza de piedra preciosa que asume el color. En esta y otras figuras suyas, la superficie del cuadro produce la misma impresión tersa que el agua atravesada por una luz clara y cristalina. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas

Venus y Cupido entre el Tiempo y la Locura

Obra
Cosimo de Medici, 1505


San Marcos, 1525

Lucrecia Panciatichi de Bronzino

 


Es notable la extrema nitidez del dibujo, la simplificación formal, casi geométrica, y el color artificioso de esta figura congelada en una atmósfera irreal. Por todo ello, Bronzino es considerado como uno de los más interesantes pintores de la segunda generación manierista florentina.

(Galleria degli Uffizi, Florencia)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Venus y Cupido entre el Tiempo y la Locura de Bronzino

 


Una de las más sugestivas obras del autor. La figura retorcida o "serpentinata" la blancura marmórea de los cuerpos, la exacerbada precisión en el dibujo, el artificio de un color cristalino. contribuyen al célebre erotismo frío, característico de este refinado manierista que la crítica moderna ha revalorizado.

(Galería Nacional, Londres)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Melchior Broederlam (1350-1409)


Gótico internacional

Broederlam, Melchior (Ypres, Bélgica, 1350-1409) fue un pintor flamenco perteneciente al estilo gótico internacional.

Poco se sabe de su vida, sólo que estuvo al servicio del duque Felipe el Atrevido de Borgoña en Ypres (Flandes), en el tiempo entre 1381 y 1409. Aparece desde 1387 como ayuda de cámara y después, a partir de 1391, como pintor de la corte. Entre sus obligaciones como pintor cortesano estaba la realización de retratos, diseño de trajes, así como la decoración del palacio Hesdin. Se supone que también viajó en París.

Es un pintor refinado y sutil, de una elegancia general. Su principal proyección fue en Jan Van Eyck. Sus paisajes son espaciosos y amplios, en tonos verdes y marrones, que contrastan con las figuras, vestidas en tonos de rojo y azul. Estas figuras son fluidas, pero menos plásticas que las de van Eyck.

Las revueltas iconoclastas han provocado que de toda su obra sólo hayan quedado de este autor dos tablas realizadas para Felipe el Atrevido. Son dos alas de un retablo para la cartuja de Champmol en Dijon datadas en 1394-1399, pintadas al temple sobre madera. Su forma irregular pone en evidencia que estos paneles formaban parte de un retablo. Hoy se conservan en el Museo de Bellas Artes de Dijon. En cada una de las tablas están representadas dos escenas.
Quizá la Huida a Egipto es la pintura más personal, en la que se aprecian algunos rasgos más realistas en la figura de José bebiendo.


Fuente: Texto estraído de es.wikipedia.org

Obra
Retablo de Felipe el Atrevido

Altar de Felipe el intrépido,
duque de Borgoña, izquierda:
Anunciación y Visitación, 1399

Bramante (1444-1514)

 

Renacimiento. Quattrocento.

Bramante, Donato d' Agnolo di Pascuccio, llamado il (Fermignano, 1444-Roma, 1514) Pintor y arquitecto italiano, que introdujo el estilo del primer Renacimiento en Milán y el «Alto Renacimiento» en Roma, donde su obra más famosa fue el planeamiento de la Basílica de San Pedro.

Tuvo una formación quattrocentista pero su plenitud artística la alcanza en el siglo XVI. Su arquitectura está caracterizada por la severidad y el uso de planta central cubierta con cúpula.

Biografía

Urbino y Milán

Bramante nació en Monte Asdrualdo (hoy Fermignano), cerca de Urbino: aquí, en los años 1460, Luciano Laurana estaba añadiendo al Palacio Ducal un patio con arcos y otros elementos que parecen haber sido el verdadero toque de una antigüedad renacida para el Palacio ducal de Federico da Montefeltro.

La arquitectura de Bramante ha eclipsado sus habilidades como pintor: conoció bien a los pintores Melozzo da Forlì y Piero Della Francesca, quienes estaban interesados en las reglas de la perspectiva y las características ilusionistas de la pintura de Mantegna. Alrededor de 1474, Bramante se trasladó a Milán, una ciudad con una profunda tradición arquitectónica gótica, y erigió varias iglesias en el nuevo estilo de la Antigüedad. El duque, Ludovico Sforza, le hizo virtualmente su arquitecto de corte, a partir de 1476, con encargos que culminaron en el famoso coro en trampantojo de la iglesia de Santa Maria presso San Satiro (1482–1486). El espacio era limitado, así que Bramante hizo un ábside teatral en bajorrelieve, combinando las artes pictóricas de la perspectiva con detalles romanos. Hay una sacristía octogonal, coronada por una cúpula.

En Milán, Bramante también construyó Santa Maria delle Grazie (1492-1499); otras obras tempranas incluyen los claustros de Sant'Ambrogio, Milán (1497–1498), y algunas otras construcciones menores en Pavía y Legnano. Sin embargo, en 1499, su patrón Sforza fue expulsado de Milán por el ejército francés invasor, y Bramante decidió marchar a Roma, donde ya era conocido por el poderoso cardenal Raffaele Riario.

Carrera en Roma

Sus obras más destacadas se encuentran en Roma. Allí fue pronto reconocido por el cardenal Della Rovere, que pronto se convertiría en el papa Julio II.

En la Ciudad eterna su primera obra es fruto del encargo de los Reyes Católicos, que para conmemorar la Toma de Granada (1492) deciden levantar una iglesia en honor a san Pedro apóstol. En el lugar en que se cree fue martirizado se construyó en 1502 el Templete de San Pietro in Montorio o tempietto. Este templete fue casi una especie de prueba por parte del papa Julio II. Está considerado uno de los edificios más armoniosos del Renacimiento. A pesar de su pequeño tamaño, la construcción tiene todas las proporciones rigurosas y la simetría de las estructuras clásicas, rodeado por finas columnas toscanas, con una cúpula por encima. Bramante planeó un patio con columnas que lo rodease, pero se pusieron en marcha planes más grandiosos: la Basílica de San Pedro.

En noviembre de 1503, es nombrado arquitecto pontificio, llevando a cabo dos intervenciones: el llamado Palacio de los Papas y la nueva Basílica de San Pedro en el Vaticano, proyecto este último que solo llegó a comenzar y que sería más tarde continuado y modificado por Rafael, Antonio de Sangallo y Miguel Ángel, para ser concluido en el siglo XVII por Carlo Maderno.

En efecto, el papa Julio contrató a Bramante para la construcción de la obra arquitectónica europea más grande del siglo XVI: la construcción de una nueva basílica de San Pedro. La primera piedra del crucero se colocó con ceremonia el 18 de abril de 1506. Sobreviven muchos dibujos de Bramante, y muchos más de ayudantes suyos, lo que demuestra la extensión del equipo que había reunido. La visión de Bramante para San Pedro, una planta de cruz griega que simbolizaba la sublime perfección para él y su generación (compárese con Santa Maria della Consolazione, en Todi, que influyó en la obra de Bramante), fue fundamentalmente alterada por la extensión de la nave después de su muerte en 1514. El plan de Bramante preveía cuatro grandes capillas llenando los espacios de las esquinas entre los transeptos de igual tamaño, cada uno de ellos cubierto por una pequeña cúpula rodeando a la gran cúpula sobre el crucero. Así que el plan original de Bramante era más romano-bizantino en sus formas que la basílica que en realidad se construyó. (Véase Basílica de San Pedro para más detalles.)

Ocupado con San Pedro, Bramante tenía poco tiempo para otros encargos. Entre sus primeras obras en Roma, antes de emprender la construcción de la basílica, están los claustros (1504) de Santa María della Pace, cerca de Piazza Navona. Las bellas proporciones le dan un aire de gran simplicidad. Las columnas de la planta inferior están complementadas por las de la primera planta, que alternan con columnas más pequeñas colocadas centralmente sobre los arcos inferiores. Bramante es también famoso por su revolucionario diseño para el Palacio Caprini en Roma. Este palacio, erigido en el rione de Borgo, ya no existe. Fue más tarde propiedad del artista Rafael, y desde entonces se le conoce como la Casa de Rafael.


Obras comentadas


Galería
Basílica de San Pedro


Basílica San Ambrosio

San Pietro in Montorio de Bramante

Donato Bramante es considerado el creador del estilo arquitectónico del Renacimiento clásico, por dos obras: el proyecto de la Basílica de San Pedro del Vaticano y el Templete de San Pedro (Tempietto di San Pietro in Montorio), una rotonda períptera encargado y costeada por los Reyes Católicos de España en 1502.

San Pietro in Montorio es un pequeño templo votivo ubicado en el lugar en el que, según la tradición cristiana, fue sacrificado San Pedro, el primer Papa. Consta de dos pisos, al incluir en su interior, bajo el suelo del patio, una cripta circular que cubre la roca del martirio del apóstol.

Se trata de un templo de planta circular rodeado de 16 columnas de orden toscano. Estas columnas, alzadas sobre un alto pedestal o basamento, sostienen un friso con triglifos y metopas con bajorrelieves alusivos al martirio de San Pedro. El pequeño templo está coronado por una cúpula semiesférica sobre tambor rematada a su vez por la esfera y la cruz, símbolos por excelencia de la cristiandad. Sobresale en la parte superior de la construcción, por encima de la balaustrada, la alternancia de hornacinas y capillas rectangulares.

La forma redonda de la planta no era un concepto nuevo, a pesar de que en el Renacimiento adquiere su mayor esplendor. Hay una clara inspiración en los tholoi griegos de Epidauro y Delfos, o en el más cercano templo de Vesta, en Roma. En el siglo anterior ya se habían construido edificios de planta circular, no obstante, el Tempietto era el primer edificio renacentista en el que la cella estaba envuelta por una columna con arquitrabe. Al igual que en los modelos de la antigüedad, el espacio entre columnas se mantiene constante a lo largo de todo el perímetro.

Otra ruptura con la tradición del siglo precedente reside en su interior. Éste es demasiado pequeño. Su diámetro es de sólo unos cuatro metros y medio, de manera que hay poco espacio para albergar cualquier celebración eclesiástica. Este hecho demuestra que la realización de reuniones litúrgicas era completamente secundaria. El contenido real del edificio radica en su exterior. Es decir, el Tempietto se ha construido para contemplarlo, y no para ser utilizado. Es un monumento en el sentido tradicional del término y no una iglesia. El templete deviene un martyrium o capilla conmemorativa, más que un lugar de reunión de los fieles.

La perspectiva es otro de los elementos a destacar. Cuando se accede al templo, por medio de una escalinata, el espectador ve el altar situado enfrente mismo de la entrada, con la crucifixión de San Pedro en su parte inferior. Por tanto, nada más entrar, el relieve se antepone directamente a la altura de los ojos del visitante, enmarcando pues la entrada a la sala.

Bramante renunció a todo elemento superfluo y decorativo en sus construcciones. Buscó una monumentalidad basada en la simplicidad y armonía de las partes. Estos son aspectos bien visibles en la presente obra. San Pietro in Montorio de Roma, erigido en 1503, se convirtió desde el primer día, en el manifiesto de todo el estilo de Bramante.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Santa Maria delle Grazie de Bramante

 


A su llegada a la ciudad Bramante recibió el encargo de Ludovico Sforza de continuar esta iglesia. Solari había fallecido dejando completa la fachada y parte de las naves. Bramante tomó a su cargo unificar los estilos y diseñó una cúpula con un alto tambor, menos impresionante exteriormente que la soberbia unidad espacial que ofrece en su interior, tamizado por la luz que incide con regularidad simétrica a través de aberturas de gran rigor geométrico.

(En Milán)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Claustro de la Iglesia de Santa María de la Paz de Bramante

 


Iniciado para el cardenal Carafa en el verano de 1500, Bramante marcó claramente en él la diferencia entre el pórtico romano de la parte baja (con pequeñas columnas adosadas a las recias pilastras) y la galería superior con elegantes intercolumnios.

(En Roma)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Punto al Arte