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Artistas de la A a la Z

Marcel Duchamp (1887-1968)



Duchamp, Marcel (Blainville-Crevon, 28 de julio de 1887 - Neuilly-sur-Seine, 2 de octubre de 1968) Pintor francés, nacionalizado estadounidense.

Después de una primera etapa de producción impresionista, alcanzó un súbito prestigio internacional con su obra Desnudo bajando las escaleras (1913), en la que se mezclaban las experiencias del cubismo y del futurismo, y que fue expuesta con gran éxito en el Armory Show de Nueva York. De su relación con Francis Picabia surgió el empuje del movimiento dadaísta, que planteaba la desmitificación de la obra de arte como producto de intercambio. 

En 1913 presentó como obras de arte un simple Portabotellas y una rueda de bicicleta colocada sobre un taburete, por el hecho de haberlas firmado. En 1915 presentó al Salón de Artistas Independientes de Nueva York un urinario con la firma R. Mutt, y más tarde pintó bigotes a una reproducción exacta de la Gioconda de Leonardo da Vinci y le puso el título de L.H.O.O.Q. Los ready-made como el portabotellas o el urinario son objetos manufacturados de uso corriente que él convertía en obras de arte simplemente por el acto de seleccionarlos. Constituían un gesto de rechazo total, de repulsa contra los cánones artísticos aceptados. Desacreditaban las nociones clásicas de obra de arte, gusto, destreza, oficio y valor artístico. 

Entre 1912 y 1923 Duchamp trabajó de forma intermitente en su obra más compleja: La mariée mise a nu par ses célibataires, Méme, (La casada puesta al desnudo por sus solteros, Aun), técnica mixta de pintura al óleo, alambre de plomo, hoja metálica, polvo y barniz sobre una placa de vidrio de 3 m de altura, conocida popularmente como el Gran Vidrio. Se trata de un enigma insoluble, es la ilusión de una ilusión, en la que el mundo real del otro lado del cristal forma parte de ella, igual que el espectador, que puede verse reflejado en su superficie. La obra ha inspirado las interpretaciones más variadas y se ha convertido en un punto de referencia básico del arte contemporáneo. Constituye una afirmación de la obra de arte como "signo", como "máquina generadora de significados" y como objeto que exige la contemplación activa y la participación creativa del espectador. 

A partir de 1923 M. Duchamp abandonó la pintura. Pero, entre 1946 y 1969, trabajó en secreto en un "ensamblaje" o montaje de objetos y materiales diversos en un espacio determinado, cerrado con una puerta de madera en la que se practicó un agujero a modo de mirilla por la que el espectador debe espiar la escena que el artista ha montado. La obra, que lleva por título Étant donnés: 1. o La chute d'eau, 2. o Le Gaz d'Éclairage (Dados: 1. o La Cascada, 2. o El Gas del Alumbrado) es una nueva variación sobre la relación entre arte y pensamiento en nuestra civilización y, especialmente, sobre qué entendemos por realidad y sus formas de representación. 

Las principales tendencias del arte contemporáneo, arte conceptual, pop art, arte minimalista, tienen su origen en las reflexiones de M. Duchamp sobre el significado de la obra de arte y su condición de objeto cultural. Todas estas tendencias tienen en común el abandono de la pintura como técnica tradicional de representación y su sustitución por formas de creación artística mucho más abiertas, sin una diferenciación clara entre pintura, escultura o arquitectura, e incluso la renuncia a la materialidad del objeto como base de la obra de arte. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obras comentadas


Galería
Retrato de Yvonne Duchamp, 1901.
Expresionismo


Yvonne (en kimono), 1901.  Expresionismo

Fuente de Marcel Duchamp


La famosa Fuente (Fountaine) es, seguramente, el más emblemático y controvertido de los ready-mades de Marcel Duchamp por el escándalo que originó al ser presentado en el Salón de los Independientes de Nueva York.

A partir de la década de 1910, Duchamp emprendió un nuevo camino que le situó como precursor del Dadaísmo, incluso antes de que el movimiento hallase su definición en el Manifiesto Dada (1918) de Tristan Tzara. Comienza a descon-textualizar objetos prefabricados dotándolos de una nueva significación. Ideó lo que él llamó los ready-mades o esculturas realizadas con objetos existentes y vulgares, que fueron una de las aportaciones más importantes al arte del siglo XX.

Duchamp se había limitado a escoger un utensilio corriente que al arrancarlo de su mundo cotidiano, de su ambiente de uso, lo coloca en uno de inutilidad, privándolo por completo de todo valor funcional. Entresaca los objetos de su contexto habitual y los sitúa en otros, es decir, los recontextualiza.

La Rueda de bicicleta, de 1913, se convirtió en su primer ready-made. En este caso, coge una simple rueda y la fija a un taburete de cocina, convirtiendo ambos objetos en obra de arte.

Pero su atrevimiento más espectacular fue cuando presentó en la primera exposición pública de la Sociedad de Artistas Independientes (Society of Independent Artists), que se inauguró el 9 de abril de 1917, un urinario de porcelana blanca colocado al revés con el título de Fuente. Era el máximo ejemplo de aquello que deseaba el artista francés: la desacralización del arte. Incluso renunció a su nombre adoptando el seudónimo de R. Mutt.

Esta agrupación artística se había constituido en Nueva York en el mes de diciembre de 1916 inspirándose en la homónima institución parisina, aunque sin jurado o comité de selección. No se otorgaban premios ni distinciones; todo el que quisiera pagar la cuota, los derechos reglamentarios de admisión, tenía derecho a exponer.

Esta primera muestra de los Independientes obtuvo un gran éxito; sin embargo, el urinario transformado en fuente, no figuró entre las obras expuestas. Los organizadores decidieron no exponer aquel objeto por considerarlo "indecente", lo cual provocó varias discusiones internas y la dimisión del mismo Marcel Duchamp, que formaba parte del comité directivo. En su alegato de protesta, el controvertido artista formuló al mismo tiempo la definición del ready-made: "Que el Sr. Mutt haya hecho con sus manos La fuente (nombre con que también se conoce El urinario) o no, carece de importancia. Él es quien la ha elegido. Ha tomado un artículo común de la vida de todos los días, lo ha colocado de modo que su significado útil desapareciera, ha creado un nuevo pensamiento para este objeto".

El artista dio al objeto un giro de noventa grados sugiriendo la imposibilidad de su empleo originario al presentar un urinario masculino que apoyaba sobre un pedestal horizontal la parte que habría estado enganchada a la pared. Lo colocó de forma diferente de cómo le correspondería por su función. Estaba claro que el asunto había sido una provocación.

El autor estaba convencido de la inutilidad de la pintura tradicional y de la necesidad de un arte basado en las ideas; por este motivo buscaba la sustitución de la obra de arte tradicional, "hecha a mano", por artículos ordinarios producidos en serie y hechos a máquina.

Con sus ready-mades niega el concepto tradicional de arte y se propone cuestionar el estatuto artístico, es decir, la belleza, al seleccionar utensilios del entorno más común. De esta forma plantea al espectador un interrogante, que en realidad no sabe exactamente qué pensar sobre algo semejante. En definitiva, da a entender que el único factor determinante de que un objeto tenga o no valor estético sea la misma percepción.

La obra original, de 60 cm de altura, se ha perdido y se conservan dos versiones la de Sydney Manis, de Nueva York, de 1951, y la de la Galería Schwarz, de Milán, de 1964.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Portabotellas de Marcel Duchamp


El famoso ready-made creado en 1914 es hoy cinco réplicas del original, una fotografía de Man Ray del mismo año. El secador de botellas de Duchamp supuso una divertida polémica en su momento, ya que cuestionaba profundamente el valor implícito del arte moderno. Al situar un objeto estándar en los canales de difusión del arte, desligado de su habitual  contexto, Duchamp no sólo actuaba con un claro gesto dadá, sino que provocaba un extrañamiento por sus formas y despertaba un interés por una nueva manera de comercializar el concepto y la idea más que la pieza en sí.

(Museo Nacional de Arte Moderno de París)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Apolinère Enameled de Marcel Duchamp


Duchamp creaba nuevos ready-mades a partir de una frase publicitaria o un anuncio recortado de la prensa. Transformando un cartel original de una marca de pintura, Duchamp rendía homenaje al poeta de los caligramas, su íntimo amigo Guillaume Apollinaire, quien luchaba en el frente bélico en Europa imbuido por ideales patrióticos de los que el grupo dadaísta se burlaba irónicamente con supuestos eminentemente pacifistas, la mayor parte de las veces desde un exilio acomodado y sumamente despreocupado.

(Museo de Israel, Jerusalén)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Molinillo de chocolate no 1 de Marcel Duchamp


Esta pintura de 1913 responde a un antiguo recuerdo que conservaba el autor sobre una máquina de moler chocolate en plena actividad. Fascinado por el molinillo, tomó el aspecto mecánico del aparato para desarrollar un estudio plástico de la puesta en marcha del artefacto. Con esta obra, que serviría como semilla germinal de lo que luego sería el Gran Vidrio, Duchamp no perseguía una expresión de originalidad formal, sino una innovación de tipo técnico que fijara el movimiento circulatorio de los cuerpos del mecanismo.

(Museo de Arte, Filadelfia)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat

Desnudo bajando una escalera de Marcel Duchamp


Valorado como uno de los cuadros más importantes del arte contemporáneo, este análisis del movimiento causó un gran impacto en su exhibición pública en Nueva York. De claras influencias cubistas y futuristas, Duchamp descompuso el cuerpo humano en volúmenes geométricos que lo integraban tanto en el espacio como en el movimiento que acompaña cada una de las posturas de su cuerpo bajando una escalera. Sería una de las últimas obras de Duchamp antes de retirarse definitivamente del mundo artístico para dedicarse exclusivamente a practicar el juego del ajedrez.

(Museo de Arte de Filadelfia)


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

El pasaje de la Virgen a la novia de Marcel Duchamp


La intensa iluminación cromática del cuadro refleja el aura de misticismo que inspira esta escena de la transición de la Virgen María en una novia. El vuelo del vestido queda reflejado en la ampulosidad de las líneas rectas que se abren en el margen inferior del cuadro, confiriendo un movimiento de torsión al cuerpo representado. El gesto del brazo levantado produce la impresión de elevación del cuerpo, y la postura gacha de la cabeza inspira el estado de agotamiento y éxtasis de la figura.

En este célebre lienzo de 1912 Duchamp comenzaba a desplazar su interés por el cubismo en la configuración del cuerpo femenino retratado. A partir de entonces, la mujer iría perdiendo sus atributos singulares en la obra de Duchamp, transformándose cada vez más en combinaciones abstractas de columnas largas y estrechas y volúmenes modula res para cada segmento del cuerpo. La sexualidad quedaría sugerida por el movimiento mecánico de los cuerpos, mostrando una transfiguración de la mujer como si de una máquina automática se tratara. En el artificioso gesto del brazo doblado de la novia parece intuirse una leve elevación hacia los cielos, henchida de gracia divina e iluminada con los colores ocres y amarillentos que la bañan cenitalmente.

(Museum Of Modern Art, Nueva York)

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Duccio (h. 1255 - antes de 1319)



Duccio da Buoninsegna (Siena, h. 1255-Siena, antes de 1319), llamado también Duccio di Niccolo o de Siena. Pintor italiano. Creador de la escuela de pintura sienesa del s. XIV, que ejerció gran influencia sobre la pintura gótica europea contemporánea. En su producción aparece ya la característica inspiración de la pintura china medieval (ojos oblicuos, importancia del lenguaje de las manos, cejas finísimas), que se ha intentado explicar por los viajes de los misioneros franciscanos a Extremo Oriente. Duccio en Siena, al igual que Cavallini en Roma y Cimabue en Florencia, representa la aparición de una nueva sensibilidad estética que se desarrollará en el siglo siguiente, ya en el Renacimiento. Entre sus obras destaca La Maesta (1308-1311), grandioso retablo para la catedral de Siena, hoy repartido entre el Museo de la Obra de esa ciudad y varias colecciones británicas y alemanas.

La mayoría de las catedrales italianas han formado un pequeño museo episcopal, donde se han reunido preciosas reliquias artísticas. El museo del Duomo de Siena posee, entre varias otras cosas notabilísimas, un gran retablo que en otro tiempo había constituido el altar mayor de la catedral. Esta pintura, que hoy se expone dividida en fragmentos, atrae por su encanto irresistible. Es obra de un maestro de la propia ciudad, llamado Duccio di Buoninsegna, contemporáneo de los florentinos Cimabue y Giotto. Al pie de la Virgen, que ocupa el lugar principal del magnífico icono, puso él mismo su firma con estas palabras: “Madre Santa de Dios, procura a Siena la paz y sé Tú, vida para Duccio, el que así te ha pintado”.

La invocación a la paz que el artista imploraba para su patria no era impertinente, porque las ciudades italianas, durante los siglos XIII y XIV, se destruían unas a otras sin piedad, con odios irreductibles, y formando sólo confederaciones y alianzas para poder con más fuerza aniquilar a sus vecinas rivales. Siena, la tranquila población cuya vida sosegada apenas altera en el presente el paso rápido de los turistas, a principios del siglo XIV se disputaba con Florencia la hegemonía de Toscana.

La Maestà (Opera del Duomo, Siena). Fragmento de la parte central de la cara anterior de la obra. Su autor, DuCCio d1 Buoninsegna, si por una parte se mantiene fiel al principio de simetrfa de las teofanías bizantinas. por otra presenta una delicada ternura y gusto por el colorido de gran refinamiento, absolutamente personales. Los ángeles que rodean el trono apare­cen entre el ensueño y el éxtasis. 
Duccio trabajó en el nuevo altar por espacio de dos años; el día 11 de junio de 1311 la pintura fue trasladada en un desfile solemne, desde el taller del artista, que estaba instalado en una casa fuera de las puertas, a la catedral, en medio del júbilo de todo el pueblo. La obra de Duccio permaneció en el presbiterio de la catedral hasta el siglo XVI, en que, descontentos los canónigos de esta simple belleza del retablo del gran maestro, la sustituyeron por un rico altar de mármoles.

Jean-Gabriel Domergue (1889-1962)



Domergue, Joseph Charles Louis Jean-Gabriel (Burdeos, 4 de marzo de 1889 - París, 16 de diciembre de 1962) Pintor francés. Inició su obra con una serie de escenas venecianas y pinturas decorativas que le valieron gran notoriedad entre la alta sociedad parisiense, para la que realizó gran cantidad de retratos, sobre todo femeninos. Atenta a las características de la moda, creó un tipo de mujer erotizado y cosmopolita que ha ejercido considerable influencia en los espectáculos de revista, en la publicidad, y en el cartel y la ilustración.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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Obra
Callejón en la iglesia
Callejón en la iglesia, 1913

El puente de Segovia
El puente de Segovia, 1914

Donatello (h.1386-1466)

La estatua de Donatello
fuera de la galería de los Uffizi


Donatello, Donato di Nicolo di Betto Bardi, llamado (Florencia, h. 1386-Fiorencia, 1466) Escultor italiano. Fue el más importante escultor florentino del s. XV, anterior a Miguel Ángel, y una de las personalidades más representativas del Renacimiento. Trabajó junto a Ghiberti y, a partir de 1406, inició sus trabajos en la catedral de Florencia junto a Nanni di Banco. Su primera obra independiente es un David en mármol (1408-1409), que se conserva en el Museo del Bargello (Florencia), en el que todavía aparece influido por las formas del estilo gótico.

   Hacia 1411 viajó a Roma con Brunelleschi para conocer las esculturas de la antigüedad clásica, que le proporcionarían la clave del que sería en adelante su estilo propio, en el que junto a la composición y forma clásicas, conserva un cierto patetismo gótico, plasmado en figuras de tamaño algo mayor que el natural - San Juan Evangelista (1413-15), para la catedral, y San Marcos (1417), para Orsanmichele, ambas de Florencia-.

   En 1417 esculpió también su famoso San Jorge para Orsanmichele, hermosa figura masculina considerada como un prototipo del caballero y héroe cristianos; a los pies de la estatua hay un relieve, San Jorge matando al dragón, en el que gracias a las suaves gradaciones que le imprimió el artista se logran bellos efectos de perspectiva que preludian los de una serie de obras maestras: El festín de Herodes (Baptisterio de Siena), Asunción de la Virgen (Nápoles).

   Tras un segundo viaje a Roma, hacia 1430, Donatello alcanzó su plenitud, que se manifiesta de modo soberbio en la Cantoría (1433-1439) de la catedral de Florencia, en la que los pequeños ángeles cantores danzan alegremente entre columnillas de gusto clásico sobre un fondo de mosaico dorado.

   En 1440 realizó una de sus más famosas esculturas, el David en bronce (Bargello), uno de los primeros desnudos del Renacimiento, de clara ascendencia romana.

   Entre 1443 y 1453, Donatello residió en Padua, para cuya catedral realizó diferentes obras y, sobre todo, su famosa estatua ecuestre, en bronce, del condotiero Gattamellata (1447) inspirada en la célebre estatua ecuestre de Marco Aurelio. Las obras realizadas en Padua influyeron poderosamente en el arte de la Italia septentrional.

   Hacia 1456 Donatello regresó a Florencia, donde todavía llevó a cabo obras de excepcional intensidad expresiva y patética, entre las que destacan la Crucifixión (Bargello), la Magdalena penitente (Baptisterio) y la Judith de la plaza de la Señoría.


Donato di Niccoló di Betto Bardi, más conocido como Donatello, consta que en 1403 era ayudante de Lorenzo Ghiberti, y que en 1406 obtuvo sus primeros encargos de esculturas en mármol para la Puerta de la Mandorla del Duomo de Florencia; por tanto, aún con las dudas que corresponden a cuanto se deduce de las declaraciones en el registro de bienes (1382, 1386, 1387), es probable que el año de su nacimiento fuera el 1386. Por tanto, su iniciación en el arte se produce en años de gran actividad creadora en Florencia, sobre todo en la catedral, en el Or San Michele e incluso en el Baptisterio, que se quería completar con puertas de bronce.

A finales del siglo XIV se produjo en estos talleres del Duomo un injerto de motivos figurativos clásicos de gran maestría en el tradicional gótico toscano: los pilares de la Puerta de la Mandorla y otras puertas del costado derecho, la Anunciación, hoy en el Museo dell’Opera del Duomo, etcétera. Donatello despierta al arte cuando se alcanzan los primeros acordes entre el estilismo gótico y la modulación clásica de la figura. El más grande exponente de este segundo “gótico clásico” será Lorenzo Ghiberti, desde 1402, y casi durante medio siglo, en las puertas del Baptisterio de Florencia.

Detalle de una de las puertas de bronce de la Sacristía Vieja de Donatello (Iglesia de San Lorenzo, Florencia). Se ha considerado a Donatello el más genial escultor de todo el arte florentino. Su influencia fue decisiva no sólo entre los escultores de su generación, sino también en la evolución de la pintura en Italia. Estos dos santos dialogando, de empuje tan clásico, son un ejemplo de su modo de trabajar. 

David de Donatello

 

Donato di Niccoló di Betto Bardi, más conocido como Donatello, nació en Florencia en 1386, y junto con Alberti, Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los más célebres representantes del estilo renacentista. Fue ayudante de Ghiberti cuando tenía 17 años, y más tarde trabajó con Brunelleschi, con quien aparentemente realizó su primer viaje a Roma para estudiar los monumentos de la antigüedad clásica.

Desde sus comienzos, Donatello revela una tendencia clásica y realista e influencia de la escultura gótica, pero desarrolla un estilo propio basado sobre todo en la fuerza emocional. Su obra se caracteriza por utilizar modelos y principios escultóricos de la antigüedad, poniendo cada vez más énfasis en el realismo y dramatismo de la acción y llegando a superar a los clásicos con su sorprendente naturalismo.

Realizado por encargo de Cosme de Médicis entre los años 1430 y 1435, el David de Donatello es el primer desnudo exento de la escultura renacentista. La obra representa al joven David con un sombrero coronado de amarantos, una espada en la mano derecha y una piedra en la izquierda.

Su postura, que apoya su peso sobre la pierna derecha mientras la otra descansa sobre la cabeza del gigante muerto, le otorga una sinuosidad que revela la influencia del griego Praxíteles. Puede decirse que la armonía de la escultura es perfecta. Cada una de las partes del cuerpo, llenas de sensualidad, guarda un exacto equilibrio. En palabras de Vasari: “es una figura tan natural y de una belleza tal que resulta increíble para los artistas que no haya sido moldeada sobre un modelo viviente”.

Donatello era un autor para el que la expresión, tanto de sentimientos como de la personalidad de los personajes, era tan importante como la fidelidad en el diseño de la anatomía. Precisamente en este aspecto, Donatello supera a los griegos en el sentido de que esculpe personas, no ideales. En este caso, el David es retratado como un joven sensual y alegre por la victoria, que no se regocija en la cabeza de su víctima sino en la propia gracia y poder de su cuerpo, como si el resultado de su triunfo fuera tomar conciencia de su fuerza y belleza.

Además, el acabado del bronce, que parece imitar el aspecto de la piel humana, revela la intención de Donatello de hacer del David una obra verosímil.
Con respecto a su contenido, el David nos remite a la historia bíblica del joven pastor judío que mata al gigante filisteo Goliat y que está relatada en el Antiguo Testamento -Samuel, 17-. Es por lo tanto una obra de tema religioso, pero sólo en apariencia. La interpretación que puede atribuirse al David de Donatello, atendiendo a su contexto de producción, está más bien relacionada con la persona que le hizo el encargo, Cosme de Médicis, prohombre florentino que al devolver el poder a la República de Florencia se identifica con el personaje bíblico. Se trata de un símbolo de la victoria sobre sus enemigos, de manera que el David se asocia a la figura de Cosme regresando del exilio como un triunfador y por tanto su finalidad es conmemorativa y simbólica.

La pieza, realizada en bronce hacia 1430, mide 158 cm de altura y se encuentra en el Museo Nazionale del Bargello, Florencia.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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