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Artistas de la A a la Z

Pedro Machuca (1490-1550)


Machuca, Pedro (Toledo, h. 1490 - Granada, 1550) Pintor y arquitecto renacentista español. Junto con Alonso BerrugueteDiego de Siloé y Bartolomé Ordóñez, Machuca es uno de los cuatro artistas a los que el pintor Francisco de Holanda llamó las águilas del Renacimiento en España, responsables de la introducción del estilo renacentista a la manera de Italia en suelo español.

Biografía

Machuca nació en Toledo y se formó en Italia, estimándose que podría ser el Pedro Spagnuolo que algunos documentos mencionan como discípulo de Miguel Ángel. Allí hubo de conocer la pintura de Rafael Sanzio, cuyo estilo revelan sus obras, y pudo conocer a Jacobo Florentino. También mantuvo una estrecha relación con Polidoro Caldara (Polidoro da Caravaggio), pintor al fresco y ayudante de Miguel Ángel.

De regreso a España en 1520 trabajó como pintor en la capilla Real de Granada, así como en Jaén, Toledo y Uclés, además de ocuparse, por encargo del emperador Carlos de la erección de su nuevo palacio en la Alhambra el edificio más italiano alzado en suelo español.

OBRA

Pintura

Su producción pictórica es muy corta. Entre sus obras destacan las dos conservadas en el Museo del Prado: La Virgen y las ánimas del Purgatorio o Virgen del sufragio, pintada en Italia (h. 1517), con un sentido monumental tomado de Miguel Ángel pero rafaelesca en la composición piramidal y la utilización del sfumato, y un Descendimiento de la Cruz, acusadamente manierista, que, a modo de retablo, conserva su marco renacentista fechado en 1547 y diseñado quizá también por el artista. Como detalle anecdótico puede citarse en ésta obra la presencia de un niño contemplando la escena con la cara vendada por un flemón.

A estas dos obras pueden añadirse la atribuida Bajada al Limbo de la Capilla Real de Granada y la Virgen de la Cinta de la Catedral de Jaén, con claros recuerdos de su estancia italiana. En esta misma catedral pintó el Retablo de la Consolación, destruido en la guerra civil, y se le atribuyen una Piedad en el Museo Catedralicio y el retablo de San Pedro de Osma, conservado en la Sala Capitular, datado en 1546 y obra, probablemente, de su hijo Luis. Un Cristo muerto del Convento de franciscanas de la Madre de Dios de la ciudad de Coria (Cáceres), es la última pieza incluida en el corpus, descubierta en 1981, restaurada en los talleres del Prado y publicada como obra maestra del artista por Matías Díaz Padrón y Carmen Garrido Pérez en la revista Archivo Español de Arte. Aparte de estas piezas existen algunos dibujos conservados en distintas colecciones españolas, italianas e inglesas, destacando un Lamento ante Cristo muerto del Museo del Louvre, donde se guardan también un par de dibujos relacionados con el Descendimiento del Prado.

Arquitectura

Su única pero célebre obra de arquitectura es el palacio de Carlos V, un imponente edificio renacentista encargado por el emperador como residencia en la Alhambra de Granada. En 1528 comenzó las obras. En sus trazas se aprecia el contacto con la cultura del arquitecto romano Vitrubio a través de los artistas italianos Rafael, Baldassarre Peruzzi y, sobre todo, Giulio Romano,además de una increíble interpretación y lectura de la arquitectura islámica que sobre la ciudad nazarí se yergue.Un ejemplo de esa lectura es las proporciones utilizadas a la hora de desarrollar el proyecto del palacio donde las más utilizadas son la vara toledana y la raíz de dos.

A pesar de estas influencias, Machuca no fue un simple seguidor o imitador de Miguel Ángel y otros italianos manieristas. Hay que recordar que regresó a España muy pronto, cuando muchos de los mejores ejemplos del manierismo no se habían erigido todavía, como el Palacio del Tè de Mantua, de Giulio Romano. Este dato revelaría que Machuca tuvo inventiva propia y que supo desarrollar, en España, la nueva estela manierista que empezaba a surgir en Italia.

Entre los trabajadores que contrató para la obra de la Alhambra, se encuentra Juan de Orea, marido de su hija, María Machuca. Hizo varios relieves de la Puerta de las Granadas. También se le atribuyen otras obras cuando trabajaba para la diócesis de Almería como la Iglesia de San Ginés de la Jara en Purchena (Almería) en el año 1550.


Obra comentada

Palacio de Carlos V, en Granada (Andalucía)



De Pedro Machuca.  Fachada meridional del palacio distribuida en dos cuerpos: el inferior presenta pilastras toscanas y sillares almohadillados a la rústica, y el superior tiene columnas jónicas entre las cuales se abren huecos rectangulares y circulares. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Patio circular del Palacio de Carlos V de Pedro Machuca, en Granada (Andalucía)


De Pedro Machuca. Por su grandeza y suntuosidad es una de las más bellas creaciones del Renacimiento. El patio, que ocupa el centro de la construcción, mide 30 metros de diámetro y está rodeado por un ancho pórtico con 32 columnas dóricas, en la parte baja, y otras tantas columnas jónicas, en la parte alta. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Jean Bellegambe (h. 1470-h. 1534)


Bellegambe, Jean (Douai, h. 1470 - h. 1534) Pintor francés de asuntos religiosos, trípticos y polípticos, los más importantes de los cuales se conservan actualmente en Douai, Arras, Aix, Lille, San Petersburgo y Chicago. Se le conoció como el «Maestro de los Colores» por la transparencia y la interacción de sus colores. Se le conoce como Jean Bellegambe el Viejo para distinguirlo de sus descendientes, que también se llamaron Jehan.

Biografía

Bellegambe nació y murió en Douai. Era un hijo del primer matrimonio de Georges Bellegambe,​ un ebanista y músico​ que vivía en la calle Fosset-Maugart (rebautizada, en 1862, calle Haute-des ferronniers).​ Nada se sabe de la formación artística de Jean Bellegambe. La primera mención que se conoce de él es un documento de 1504 que lo menciona como un maestro pintor.​ En 1528 era propietario de una casa en la esquina de la calle de la Cloris y calle du Palais.

           
Obra
Anunciación, 1516-1517

Bartolomeo Bellano (1434- h. 1497)



Bellano, Bartolomeo (Padua, h. 1434 -  h. 1497) Escultor y arquitecto del Renacimiento italiano.

Era hijo de un orfebre y estudió con el escultor Donatello (c. 1386-1466). Sus primeras obras documentadas son cuatro relieves en terracota que representan a unos niños, que le fueron encargados en 1460. Una de estas terracotas se conserva en el Museo de Bellas Artes de Lyon. En 1456 ayudó a Donatello en la realización de los púlpitos de San Lorenzo para la Basílica de San Lorenzo de Florencia. En 1467 se encontraba de nuevo en su ciudad natal, donde hizo una estatua en bronce del papa Pablo II, que fue refundida en el año 1798. Andrea Briosco llamado el Riccio (1470-1532) fue uno de sus discípulos.

           
Obra
Madonna con niño, 1450

Cristo como el Redentor sufridor y los ángeles, 1460

Cabeza de un joven o ángel, 1456-1470

Gaspar Becerra (h. 1520-1570)

 

Medallón con la efigie de Gaspar Becerra. Museo del Prado

Becerra, Gaspar (Baeza, h. 1520-Madrid, 1570) Pintor y escultor del renacimiento español con gran influencia del italiano Miguel Ángel.

Biografía

Nació en Baeza en el año 1520. Muy joven se trasladó a Roma, donde se formó como pintor. Colaboró con Vasari en la decoración de los techos de la Cancillería y posteriormente con Daniele da Volterra en la iglesia de la Trinità dei Monti —capilla Lucrecia della Rovere—. El contacto con estos y otros pintores manieristas, así como el estudio de los dibujos de Miguel Ángel, hicieron que su obra sentase las bases del romanismo en las escuelas del norte peninsular durante el último tercio del siglo xvi.

Tras residir durante veinte años en Roma, regresó a España en 1556, un año después se encontraba en Zaragoza y en 1558 se declaró vecino de Valladolid, donde recibió el encargo del retablo mayor de la catedral de Astorga, León, una de sus principales obras. En 1562 fue nombrado pintor de corte de Felipe II, por lo que se trasladó a Madrid. Allí trabajó en las pinturas al fresco del techo de la Torre de la Reina en el Palacio Real de El Pardo con la historia de Perseo, y pintó otros en el Alcázar de Madrid, no conservados. Murió en Madrid el 23 de enero de 1568.


Obra
Cristo yacente

Dibujo para el Tratado de Anatomía
del Dr. Juan Valverde Amuesco

Francisco Becerra (1545-1601)


Arquitectura colonial

Becerra, Francisco (Trujillo, Cáceres 1545 - Lima, Perú, 1601) Arquitecto español que trabajó en América durante el siglo XVI.

La extraodinaria ambición y número de los programas constructivos, llevados a cabo en Indias durante el siglo XVI, fue uno de los motivos que decidieron a muchos arquitectos españoles a cruzar el Atlántico. Becerra fue uno de estos arquitectos, y quizá el más importante de los que trabajaron en América durante este siglo. Ceán lo califica como el mejor arquitecto que pasó a América en el buen tiempo de la arquitectura española.

Inició su formación con su padre, Alonso Becerra. Antes de su marcha sabemos que hace algunas obras en la Península como la iglesia de Herguijuela y otras obras en su ciudad natal.

En 1573 se encuentra en México al frente de las obras de la iglesia del convento de Santo Domingo. Dos años después está trabajando en la catedral de Puebla como maestro mayor. Un informe hecho por el arquitecto en 1584, al referirse a su labor en la catedral de Puebla dice que «la sacó de cimientos y fabricó y traçó de obra de muy buen edificio». Lo cual hace creer como suya la obra de la catedral. Por su semejanza con la de México y por esta afirmación rotunda se plantea el problema de la posible intervención de Becerra en la de México. Sin embargo, lo más lógico es suponer que en Puebla hizo una copia o réplica de la catedral de la capital. La labor del arquitecto se extiende a otros monumentos mexicanos antes de su traslado a América del Sur, en donde trabaja en Quito y Perú.

El virrey del Perú D. Martín Enríquez de Almansa llama a Becerra, que aparece en Lima en 1582, con el fin de llevar a cabo la construcción de las catedrales de Lima y del Cuzco. Las trazas de la primera se deben, por datos documentales, a nuestro arquitecto, que introduce pilares cruciformes en la separación de las naves; en cuanto a la del Cuzco, si documentalmente no se puede atribuir a Becerra, su estructura es idéntica a la de Lima. De manera que o la trazó Becerra, o se imitó la de Lima prácticamente al pie de la letra.


Obras comentadas

           
Galería
Catedral de Lima, 1598

Catedral de Cuzco

Catedral de Puebla, México de Francisco Becerra

 


Iniciada su construcción en 1575 según un proyecto de Francisco Becerra, tiene una gran similitud con la catedral de la capital mexicana. La fachada principal, que se ve en la imagen, está realizada con cantera gris, decorada con detalles de piedra de villerías, y en las portadas están instaladas las esculturas de varios santos.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Catedral de Lima de Francisco Becerra

 


Los muchos terremotos que ha padecido la ciudad de Lima a lo largo de la historia han motivado sucesivas alteraciones en su edificio más emblemático: la Catedral, cuya construcción inicial se remonta a 1535, cuando por orden de Francisco Pizarra se decide erigir la iglesia de la antigua “Ciudad de los Reyes”, y que es terminada tres años después. El edificio era muy sencillo: un templo modesto que consistía en una sola nave cubierta por un simple techo en madera a dos aguas, un coro elevado a los pies de la iglesia y un ábside abovedado en ladrillo.

Algún tiempo después, en 1564, el arzobispo Jerónimo de Loayza decidió realizar otra nueva fábrica a semejanza de la catedral de Sevilla y para ello nombró maestro de obras a Alonso Bertrán. Así, entre 1569 y 1574 se inicia lo que iba a ser uno de los monumentos de mayor escala: la nueva catedral se construiría en piedra proveniente de Panamá, pues la región es una zona desprovista de este material, aunque durante un cierto tiempo debieron paralizarse los trabajos por falta de fondos, que no eran precisamente exiguos teniendo en cuanto las dimensiones del templo.

Es entonces cuando el virrey del Perú, Martín Enríquez de Almanza, convoca, para que se haga cargo de las obras de la catedral de Lima, al maestro extremeño Francisco Becerra, uno de los grandes nombres de la arquitectura española en América. Nacido en Trujillo, Becerra se trasladó a los 32 años a México para hacerse cargo de la iglesia y el convento de Santo Domingo y, una vez establecido en Quito, fue llamado en 1582 para trabajar en Lima. La muerte de su protector al año siguiente no cambió para nada su posición y poco más tarde, en 1584, la Audiencia lo nombró maestro, no solamente de la catedral, sino también de las obras del palacio de los virreyes y de la fortaleza del Callao.

Las obras se prolongaron una vez más. Hubo que demoler lo ya existente y volver a empezar. Sólo la llegada de otro gobernador, Luis de Velasco, en 1596, dio un impulso definitivo a la construcción, que comenzaría en 1598 y que podría inaugurarse, al menos parcialmente, en 1604. Un año más tarde,

Becerra moría en Lima, pero los trabajos continuaron y el tan deseado edificio se estrenó definitivamente en 1622, consagrándose en 1625. Sin embargo, todavía no se había iniciado la fachada que sería proyectada primero por Juan Martínez de Arrona, siendo acabada por Pedro de Noguera, natural de Barcelona, el verdadero introductor del barroco en el Perú.

Becerra concibió nuevos trazados inspirándose en la catedral de Jaén, pero de proporciones más reducidas. De este modo, mantuvo una planta rectangular con ábside cuadrangular dividido en tres naves de la misma altura con filas de capilla laterales a ambos lados.

A pesar de sus sucesivas remodelaciones, el 28 de octubre de 1746 un terremoto provocó enormes destrozos en el templo que obligaron a iniciar una tercera reconstrucción que finalizaría en 1778, fecha en fue reinaugurada por el arzobispo Diego Antonio de Parada. Entre los años 1794 y 1798 fueron construidas las dos torres actuales diseñadas por Luis de Lorenzana. Aunque las obras no acabarían ahí, ya que en 1940 otro devastador terremoto impondría una nueva y última remodelación por parte del arquitecto Emilio Harth-Terré.

Con todo, la catedral de Lima es, a pesar de sus múltiples transformaciones, una verdadera muestra de arte colonial.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Domenico Beccafumi (1486-1551)

Autorretrato

Renacimiento. Cinquecento. Manierismo.

Beccafumi, Domenico (Valdibiena, Montaperti, h. 1486-Siena, 18 de mayo de 1551) Pintor, escultor y versátil grabador italiano, destacado representante del primer manierismo, uno de los más valiosos de la llamada Escuela de Siena. Fue llamado «El Mecarino», «Il Mecherino» y «Mecucio».

Biografía

Infancia y comienzos artísticos

Su padre, Giacomo di Pace, era un labrador al servicio de un señor feudal llamado Lorenzo Beccafumi. Éste, al notar las capacidades del precoz Domenico, se convirtió en su mecenas a fin de obtener obras de arte. Es así que Domenico di Pace fue enviado a estudiar pintura en la ciudad de Siena, donde recibió el apodo de «Il Mecherino», pues uno de sus primeros maestros fue el pintor Giovanni Mecheri. Otros nombres propuestos como maestros del joven Domenico son los de Giovanni di Sandro, del que no se sabe prácticamente nada, y el pintor de frescos Capanna.

En esta primera etapa de sus estudios, recibió los influjos de SignorelliPinturicchio y Perugino, así como fuertes influencias de la pintura florentina coetánea la cual tenía como principales exponentes a Fray Bartolomeo, Mariotto Albertinelli y, sobre todo, Piero di Cosimo.
Entre 1508-1509 Beccafumi marchó por vez primera a Roma con la finalidad de perfeccionar sus estudios. Puede que este primer viaje fuera patrocinado por otros ilustres sieneses que ya trabajaban en la Ciudad Eterna, como su amigo Baldassare Peruzzi o Agostino Chigi. En ese primer viaje adquiere el gusto por el luminismo leonardesco, que ya Giovanni Antonio Bazzi (Il Sodoma) había introducido en Siena. Vasari menciona una fachada realizada en Roma con el blasón del papa Julio II por el joven artista, prueba de que ya había alcanzado un cierto reconocimiento. En 1512 Beccafumi retornó a Siena logrando buenos contratos y celebridad siendo superado en esto sólo por el recién mencionado Sodoma.

Ya en su patria, su primer encargo importante consistió en la decoración al fresco de la Capilla de la Virgen del Manto en Santa Maria della Scala (1513), pinturas de las que apenas queda algún rastro.

La primera obra importante de Beccafumi que ha llegado hasta nosotros es el Tríptico de La Trinidad en el hospital de Santa María della Scala. De este primer periodo son Los estigmas de Santa Catalina (1514-1515), San Pablo en la cátedra (1516-1517, en el Museo dell'Opera del Duomo (Siena) y los frisos realizados junto a Il Sodoma y Girolamo del Pacchia para el oratorio de la iglesia de San Bernardo (1518).

Etapa de madurez

En 1519 efectúa su segundo y tal vez último viaje a Roma, donde profundiza el estudio de los clásicos que se encontraban en el Vaticano; es en este viaje que observa con detalle y aprecia la Capilla Sixtina, que le inspirará profundamente para su segunda etapa más resueltamente manierista.

En su segunda etapa realiza las obras que lanzarían su fama: las pinturas en el Palazzo Pubblico de Siena, los frescos denominados Alegoría de La Justicia y Decapitación de Cassius en la Sala Consistorial. Sin embargo, uno de los trabajos por el cual Beccafumi resulta más conocido son los 35 mosaicos del pavimento en el Duomo de Siena, pavimento que realizó entre 1517-1546. Para la realización de tal pavimento fueron convocados durante casi dos siglos los mejores artistas italianos, y Beccafumi aquí resultó el más destacado. En este pavimento se observa cómo Beccafumi hace innovaciones técnicas, por ejemplo en las figuraciones dedicadas a Elías, Moisés, Ajab y Melquisedec.

En 1542 tal vez vuelve a estar en Roma, pues parece asistió a la primera reunión de la Accademia dei Virtuosi del Panteón, que se celebró el 1 de enero de 1543. En todo caso, volvía a estar en Siena en 1544.

Otras de sus grandes obras son el tondo de La Sagrada Familia (Palacio Pitti de Florencia), el retablo y los frescos del Palacio Comunal de Siena, el tríptico de La Trinidad, La natividad de La VirgenEl descenso al Limbo y San Miguel Arcángel (todas actualmente en la Pinacoteca Nacional de Siena), Tanaquil (Galería Nacional de Londres) y San Bernardino de Siena orando (Louvre).

La merecida fama adquirida por Beccafumi hizo que Carlos I de Inglaterra enviara sin éxito emisarios para adquirir los cartones con los esbozos del pavimento del Duomo de Siena; en la actualidad algunos de estos esbozos se encuentran en el Instituto de Arte de Siena.

Para la visita que Carlos V realizara a Siena, Beccafumi construyó un gran arco triunfal y un caballo mecánico.

Sus últimas obras importantes son esculturas de bronce, por ejemplo los angelillos realizados hacia 1548, que exornan las columnas cercanas al altar mayor del Duomo de Siena. Estas figuras fueron la causa indirecta de su muerte, según Vasari, pues las grandes temperaturas y el esfuerzo invertido en su fabricación postraron al artista, que falleció poco después de finalizar la obra. Fue enterrado con honores en el Duomo, adonde su cuerpo fue llevado en procesión por todos los artífices de la ciudad.


Obra
La Santísima Trinidad, 1513

Santa Catalina de Siena en éxtasis recibe los estigmas, 1513

Giorgione (1478-1510)




Giorgione, Giorgio da Castelfranco, llamado (Castelfranco Veneto, 1478?- Venecia, 1510) Pintor veneciano. Fue discípulo de Giovanni Bellini y está considerado como uno de los grandes artistas innovadores del arte de su tiempo, ya que prefirió la pintura al óleo, "de caballete", frente a las grandes escenas al fresco con las que sus contemporáneos decoraban los templos; por otra parte, introdujo en los fondos de sus pinturas un paisajismo luminoso y evocador. Su corta vida aparece rodeada de misterio y al morir dejó, según parece, bastantes obras inacabadas, por lo que es difí­cil asegurar la atribución de algunas de ellas a su propia mano. Entre las que se le atribuyen con seguridad figuran La Pala di Castelfranco (1504-05), en la que destaca la Virgen sobre un fondo de paisaje de claras tonalidades. y La Tempestad (Academia de Venecia), con enigmáticas figuras sobre un fondo tempestuoso iluminado por la luz de los relámpagos. Otra obra atribuida a Giorgione con bastante seguridad es Los Tres Filósofos (Museo de Viena). En cambio, parecen dudosos la bellísima Venus dormida (Museo de Dresde), El concierto campestre (Louvre) y El concierto (Florencia), obras que para algunos estudiosos pertenecen al joven Tiziano. Otras obras atribuidas a Giorgione son: Judit (Ermitage, San Petersburgo). La Virgen con el Niño (Oxford). La Adoración de Jos pastores (Washington) y La prueba de Moisés (Uffizi). 

Giorgione, un maestro innovador


Un artista genial viene a alterar este estado de cosas, un hombre que tiene la franqueza de exponer sus sentimientos sin resabios de vestiduras medievales, atreviéndose a pintar el alma de la Venecia libre y rica del Renacimiento, que después popularizará e inmortalizará Tiziano. Poco se sabe de este genio extraordinario, Giorgio de Castelfranco, llamado vulgarmente II Giorgione. La leyenda, para añadir más confusión ha mezclado con fábulas apócrifas lo poco conocido de su vida. Era hijo de un hidalgo rústico de los Alpes vénetos. En su país natal, Castelfranco, graciosa villa rodeada de torres en lo alto de una colina, se conserva todavía el bello cuadro de una Virgen entre San Liberato y San Francisco, que se supone es la imagen de la infiel amante del artista. Murió en Venecia, en 1510, a los treinta y tres años víctima de la peste. Sus cuadros auténticos apenas llegan a una treintena, y, con todo, a pesar de su corta vida y de una obra tan reducida, influyó en el arte más que ninguno de los pintores de su generación.

Atributos de la pintura de Giorgione (Casa Marta Pellizzari, Castelfranco). Detalle de un fresco que ocupa el lado este de la sala principal. En él el pintor busca plasmar los elementos que componen las artes liberales. 

Punto al Arte