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Artistas de la A a la Z

Giuseppe Arcimboldo (1527-1593)



Arcimboldo o Arcimboldi, Giuseppe (Milán, 1527-1593) Pintor italiano, conocido sobre todo por sus representaciones manieristas del rostro humano a partir de flores, frutas, plantas, animales u objetos; esto es, pintaba representaciones de estos objetos en el lienzo, colocados de tal manera que todo el conjunto tenía una semejanza reconocible con el sujeto retratado. Un proceso cercano a la anamorfosis en el contexto de las ilusiones ópticas o también, la llamada pareidolia. A esta técnica y tópico pictóricos se les llamaron "cabezas compuestas", intrincaciones de manera antropomórfica, de carácter paródico, simbólico y bizarro, que serían particulares del pintor.

Biografía

El padre de Arcimboldo, Biagio, fue artista y sobre todo, vidriero milanés. Como su padre, Giuseppe Arcimboldo empezó en el oficio familiar de elaborar vitrales, mosaicos y frescos para las iglesias lombardas. Entró al gremio de pintores de Milán a los 21 años. Con 35, partió a la Corte imperial en Viena como pintor de cámara del emperador Fernando I, y luego lo fue de su sucesor, el emperador Maximiliano II y de su hijo, el futuro Rodolfo II, esta vez en Praga. Ahí, se halló inmerso en la ebullición de la cultura humanista, que aprovecharía.

En la capital bohemia, ganó el favor del excéntrico Rodolfo II, decorando mascaradas y confeccionando trajes festivos, así como espectáculos aparatosos de teatro, justas, nupcias, circos y bailes. Los fastos peculiares incluían ornamentaciones y artificios de fuego.

Su dirección de festejos cortesanos fue tan frecuente, que queda un repertorio de dibujos y bocetos, álbum con una centena y media de estampas para las celebraciones escénicas, coreografías, atuendos y disfraces fantásticos, de gráficas vistosas (hoy, en la Galería Uffizi).

Pintó para Maximiliano II la primera serie de ocho cuadros de "cabezas compuestas", sobre las estaciones y los elementos, que pintaría en otras series que el emperador Rodolfo II envió a monarcas como agasajo; entre ellos, su tío Felipe II de España, de una colección de la que solo se conserva la Primavera. Tan del gusto del rey de España fueron esas ocho pinturas, que por los inventarios se conoce que las colgó bajo Las Furias de Tiziano en sus aposentos del Alcázar de Madrid. Cada estación se compaginaba con un elemento, según la indicación del pintor, y así se exhibían en el Alcázar de Madrid.

Serían esas obras, y no los retratos aúlicos o las pinturas de iglesias, convencionales, que también realizó, las que le darían a Arcimboldo la posteridad y el reconocimiento. Las cabezas metafóricas que lo identifican, inseparables de su nombre, en que frutas, hierbas, vegetales, raíces, cárnicos, libros, llamas, utensilios o animales se entrecruzan para formar semejanzas faciales, son una concatenación de símbolos y sutilezas a veces inexplicablemente armónicas, otras, forzadas pero sugestivas, ya cerca del estilo manierista. El fenómeno mental de ilusión de estos cuadros es un estímulo de comparar aleatoriamente reconocimientos antropomórficos en lo percibido, con la significación distinta a qué el objeto separado de la combinación representara.

Así, los retratos alegóricos, inventivos guardan similitud con fisonomías humanas hasta entramar elementos a modo de concordancia anatómica; grotescas a un tiempo, y también curiosas. El efecto pictórico de ese simbolismo proyecta sorpresa, divertimento, virtuosismo y al final, cierta levedad de las formas difuminadas, evanescentes con que la recreación alude a lo identificable. Hay en ellos una pretensión de extravagancia burlesca, así como, al contrario, reflexiva por la delicadeza de la elaboración. De la nada sacan una mirada, una cara, un busto y se plasman esmeradamente con una deliberación compositiva, intrigante por diversificar las ilusiones coloridas y las apariencias ocultas que simularían.

Pintados mediante puntualidad y meticulosidad de miniatura, excepcionalmente detallistas, los semblantes fantasiosos, sobrepuestos como retratos figurados, partiendo del mundo natural, combinándolo, desarrollan paradojas y coincidencias en la evocación de un rostro. El vasto conocimiento naturalista de Arcimboldo le permitió afinar la habilidad para reproducir vegetaciones, décadas antes de que el bodegón fuera aceptado como un género más de la pintura.

Se puede deducir el origen de las cabezas compuestas en los grutescos antiguos, en boga a mediados del siglo XVI como decoración palaciega. Además, la corte de Rodolfo II era un punto prominente del estudio de la astronomía y la astrología y las constantes proyecciones de constelaciones y globos astrales requerían la figuración de imágenes fragmentarias, a las que sin duda estuvo expuesto el pintor. La misma formación de Arcimboldo como vidriero en su juventud, a través del uso de paneles y teselas en vitrales y mosaicos, fue una base para sus composiciones, la escisión en partes divergentes. Se ha querido ver en la influencia de Leonardo en Milán y la cercanía del padre del pintor a artistas leonardescos la fuente de los cuadros alegóricos de Arcimboldo, por los estudios de las fisonomías monstruosas que ilustró Leonardo. Hay que considerar que en los gabinetes de curiosidades comunes en la época, y en especial en la corte de Rodolfo II, era un elemento preciado la colección de malacología y surgió, por eso, toda una técnica de embutido de conchas y caracoles marinos para aparentar rostros humanos y animales, pudiendo ser éste muy probablemente, el origen de las cabezas compuestas del pintor asimismo.

Luego de una vida como pintor y decorador cortesano, donde destacó como director de los festejos de la boda de Carlos II de Austria y María Ana de Baviera, Arcimboldo pidió la venia del emperador Rodolfo II para volver a Italia. Concedida, estableció en su ciudad natal el estudio de arte que le mantendría activo hasta los últimos años.

Murió por padecimientos renales en Milán, como caballero del Sacro Imperio Romano Germánico, ennoblecido por su mecenas Rodolfo II, enriquecido y con la atención de la intelectualidad milanesa. Sobraron los poemas laudatorios y los encomios a su obra. Son de esos años finales el celebrado "Vertumno", retrato del emperador, y la muy estimada "Flora".

Sin embargo, su pintura caería en olvido con los siglos, casi cuatro, hasta ser revaluada. Hubo muchos imitadores y copistas posteriores, de obra aun nueva y aunque basada en Arcimboldo, de menor calidad. Se considera que alrededor de 25 pinturas auténticas de Giuseppe Arcimboldo se conservan en la actualidad.

Legado

Cuando el ejército sueco ocupó Praga en 1648, durante la guerra de los Treinta Años, saquearon la ciudad y se llevaron unas cuantas pinturas de Arcimboldo pertenecientes a la colección del emperador Rodolfo II.

Sus obras pueden encontrarse en el MHAV de Viena, en el castillo de Ambras en Innsbruck, el Louvre en París, así como en varios museos de Suecia. En Italia, su obra está en Cremona, Brescia, y en la Galería de los Uffizi de Florencia. El Wadsworth Atheneum de Hartford, Connecticut, el Museo de Arte de Denver, Colorado y el Candie Museum en Guernsey también tienen pinturas de Arcimboldo.

En España, se encuentra un solo cuadro de Arcimboldo en colecciones públicas: Primavera (1573), de la serie precisamente enviada a Felipe II (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid). Otras dos obras del artista (Flora y Flora Meretrix), de propiedad privada, se han expuesto en Madrid y Bilbao en los últimos años.

El extraño y original arte de Arcimboldo, especialmente sus imágenes múltiples, fue redescubierto a principios del siglo XX por artistas surrealistas, entre ellos Salvador Dalí, como se aprecia en algunas de las obras de estos. La exposición «El efecto Arcimboldo» que se celebró en el palacio Grassi de Venecia (1987) incluyó numerosos cuadros de «doble sentido».

La influencia de Arcimboldo puede verse igualmente en las obras de los artistas Shigeo Fukuda, István Orosz, Octavio Ocampo y Sandro del Prete, así como en películas del cineasta Jan Švankmajer. El escritor Roberto Bolaño recurrió al nombre del pintor para llamar al personaje principal de su novela más dilatada y cumbre, "2666".


Más obras 
Invierno, 1563

Primavera, 1563

Antonio María Aprile (h.1500-h.1550)


Renacimiento

Aprile, Antonio María (Carona, h.1500 – Genova, h.1550). Escultor lombardo que trabajó en España. Es el autor de los sepulcros de Pedro Enríquez de Ribera (h. 1520; capilla de la Univ. de Sevi lla) y de Francisco de Zúñiga y su esposa Leonor Manrique (1526-32; iglesia de San Lorenzo, Santiago de Compostela).


Hijo de Giovanni Antonio da Carona , talló un púlpito en la Catedral de la Asunción de Savona donde había ido con su familia. En 1520 creó un monumento funerario en honor a los padres del marqués Don Fadrique Enriquez de Ribera, ubicado en la Cartuja de Santa María de Las Cuevas, cerca de Sevilla.


En 1524 creó la tumba del obispo Francisco Ruiz, ubicada en el convento de San Juan de la Penitencia en Toledo . En los años siguientes realizó otros monumentos para varios nobles ibéricos.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
            https://es.wikipedia.org

Galería
Casa Pilatos en Sevilla. Fuente

Fachada de la Casa de Pilatos en Sevilla

Apolonio de Atenas (s. -1)



Apolonio de Atenas (s. - 1) Escultor griego. Autor del Torso del Belvedere (Museo del Vaticano). La estatua fue descubierta en lo que fueron los jardines del Teatro de Pompeyo, en el Campo de' Fiori (campo de las flores) durante el papado de Julio II (1503-1513).

La designación de esta escultura como representación de Hércules fue dada por Winckelmann (probablemente erróneamente) , la interpretación como "un héroe" es más aproximada.

Se le atribuye también El pugilista, en bronce, actualmente en el Museo Nacional de Roma.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra
El púgil en reposo

Torso del Belvedere

Apeles (s. - IV)



Apeles (s. - IV)  Pintor griego, el más famoso de la antigüedad.

Vivió en Éfeso y Cos; pintó a Filipo de Macedonia y a Alejandro Magno, de quien fue retratista oficial. De entre sus pinturas, caracterizadas por su gran realismo y hoy todas desaparecidas, los autores antiguos recuerdan Afrodita Anadiomene, La Calumnia, Artemisa con un coro de vírgenes y Triunfo de Alejandro.

En Grecia, al mismo tiempo que disminuye el interés por el gran arte monumental, la pintura desciende también de los frescos decorativos a los cuadros de caballete. La evolución de la pintura griega es más rápida que la de la escultura. Es interesante recordar en este sentido, que Polignoto, hijo y discípulo de un pintor de Taso, Aglaofón, y que es el maestro característico de los grandes frescos de Delfos, Atenas y Platea, ya pintó cuadritos de género sobre tablas a las que se había dado previamente una ligera capa de estuco; en el fondo, la técnica continuaba siendo la misma de la pintura al fresco, y los colores utilizados eran los cuatro fundamentales.

El Sacrificio de lfigenia (Museo Nacional de Nápoles). El drama de la hija de Agamenón cuyo sacrificio pidieron los oráculos para aplacar la cólera de los dioses y a quien Artemisa sustituyó, en el último momento, por una cierva, era un tema propicio a la representación pictórica por el dinamismo y el grave y noble aliento que de ella se desprendía. En esta supuesta réplica de un original de Timantes, discípulo de Parrasio, hallado en una casa de Pompeya, se ve a Agamenón, a la izquierda, cubriéndose el rostro "porque la pintura no alcanza a expresar tamaño dolor". lfigenia, sostenida por Ulises y Diomedes, está presta al holocausto. Pero en el cielo, Artemisa aparece ya con la cierva que la sustituirá. Todo está detenido en la composición, que expresa la espera angustiosa.

João Antunes (1642-1712)


Barroco

Antunes, João (1642-1712) Arquitecto portugués, considerado uno de los más importantes del período barroco en Portugal.

Biografía

Como arquitecto de la corte portuguesa su trabajo principal es la Iglesia de Santa Engracia (iniciado en 1682), en Lisboa, la construcción de una cruz griega, con fachadas curvas típicas de la arquitectura barroca de Borromini.

Antunes también fue responsable de los proyectos para la Iglesia de San Eloi (construida después de 1694, destruida en el terremoto de 1755) y la Iglesia de Menino Deus (1711-1737) en Lisboa. Estas iglesias tenían la forma de un rectángulo con bordes angulares, tomando la forma de un octágono irregular. Posiblemente influencias del arquitecto italiano Guarino Guarini, también presente en otras iglesias en Portugal y el Brasil colonial. Todas estas iglesias fueron decoradas con paneles de mármol con influencia italiana del siglo XVIII.

Antunes fue responsable de la Iglesia de Bom Jesus de Barcelos, que comenzó en 1704. El diseño innovador de esta iglesia consiste en una iglesia de cruz griega (una influencia de Santa Engrácia) insertada en un hexágono redondo de cuatro lados. Otra obra de Antunes en el norte de Portugal fue la renovación de la sacristía de la catedral de Braga.

También es responsable de la sacristía del Hospital de São José, antiguo convento y colegio de Santo Antão-o-Novo, en Lisboa.

João Antunes también diseñó varios retablos barrocos para las capillas e iglesias de la nobleza privada, como la Iglesia de Santo Antão en Lisboa y la Capilla de São Vicente en la Catedral de Lisboa (perdida en el terremoto de 1755). Otra obra notable es la tumba de la princesa Juana en el Monasterio de Jesús (actual Museo de Aveiro). Todas estas obras fueron hechas de mármol policromado de influencia italiana. A la muerte de João Antunes en 1712, será el arquitecto João Frederico Ludovice el que complete las obras que debían completarse.


Galería
Capela-mor da Igreja de Nossa
Senhora da Encarnação, Lisboa

Coro-baixo do Mosteiro de Jesus, Aveiro

José Antolínez (1635-1675)


Antolínez, José (Madrid, noviembre de 1635 - 30 de mayo de 1675) Pintor español. Excelente colorista con influencias de la escuela veneciana. Autor de numerosos cuadros de la Inmaculada Concepción y también de una Santa Rosa (Museo de Budapest), un Niño Jesús dormido (Ermitage de Leningrado), la Glorificación de la Magdalena (Museo del Prado), el Vendedor de cuadros (Pinacoteca de Munich), etcétera.

Hijo de Ana de Sarabia y de Juan Antolín, un artesano carpintero fabricante de cofres, pero con casa solariega en Espinosa de los Monteros y una holgada posición económica, fue bautizado en la iglesia de los Santos Justo y Pastor de Madrid el 7 de noviembre de 1635. En el bautismo recibió el nombre de Claudio José Vicente. Como su hermano Francisco, siempre tuvo pretensiones nobiliarias, llegando a entablar pleito en 1662 por el reconocimiento de su hidalguía. Uno de sus hijos, capitán de caballos, obtuvo dispensa papal para ingresar en la Orden de Calatrava, obteniendo de este modo el reconocimiento que había perseguido la familia.​

Su formación como pintor debió de comenzar al lado de Julián González de Benavides, un modesto «pintor de tienda», que en 1653 se convertiría en su suegro, completándola, como indica Antonio Palomino, asistiendo algún tiempo a la escuela de Francisco Rizi, con quien no tardaría en enemistarse, y frecuentando las academias abiertas por entonces en Madrid. En su biografía Palomino lo describe como hombre de carácter altivo y vanidoso, diestro en el manejo de la espada, de agudos dichos y genio mordaz. Su prematura muerte, ocurrida en Madrid el 30 de mayo de 1675, habría sido provocada, según el biógrafo cordobés, por ese desmedido orgullo y por su afición a la espada negra, pues le llegó tras sostener un «ajuste» con otros aficionados del que salió molido a golpes, y «o bien fuese del molimiento, o bien de no haber quedado tan airoso, como quisiera, se fue a su casa, y se encendió luego en calentura tan maligna, que en pocos días acabó con él».​ Su abundante obra conservada, pese a la brevedad de su vida, y su testamento indican, no obstante, que se trató de una persona laboriosa, de vida ordenada y amante de su familia.​ Tuvo como discípulo, según Palomino, a Alonso del Barco, pintor de paisajes.

Fuentes: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Galería
Martirio de San Sebastián, 1657

Retrato de una niña, 1660

Antemio de Tralles (h. 474-h.558)

 


Antemio de Tralles (en griego antiguo: Ἀνθέμιος ὁ Τραλλιανός; Trales, ca. 474 d. C.-ca. 558) (1ª mitad s. VI) Arquitecto y matemático, n. en Tralles (Lidia). Por orden de Justiniano reconstruyó y amplió (532-537) la basílica de Santa Sofía, en Constantinopla (incendiada en 531), obra que no pudo terminar. 

Procedía de una familia culta: su padre, Estéfano, era médico, como dos de sus hermanos, otro era abogado y a un cuarto se le describía como «hombre de letras».

La construcción de la basílica se realizó del 532 al 537, aunque debido a un derrumbamiento de la cúpula en el 562 hubo que retocarla. El encargo vino de mano del emperador bizantino Justiniano I. Lo más destacado de la obra es su cúpula, que descansa en un gran cuadrado sobre cuatro pechinas y acaba en cuarenta ventanas que dan la apariencia de sostener la cúpula en un mar de luz.

Su talento parece que abarcaba también la ingeniería, ya que se dice que le fue encargado reparar las defensas contra las inundaciones en Dara, una fortificación bizantina en Siria. También fue un matemático capaz. Describió la construcción de una elipse y escribió un libro sobre las secciones cónicas, que fue de mucha utilidad para proyectar la cúpula de Santa Sofía. Compiló un estudio sobre las configuraciones en espejo en su obra sobre dispositivos mecánicos que fue conocida por los matemáticos árabes como Ibn al-Haytham.

Fuentes: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra
Vista interior de la cúpula de la iglesia de Santa Sofía

Vista interior de la cúpula de la iglesia de Santa Sofía

Fra Angelico (1395-1455)

 

Retrato obra de Luca Signorell

RenacimientoQuattrocento italiano.

Angelico, Beato Guido di Pietro da Mugello, llamado Fra (Vicchio di Mugello, Florencia 24 de junio de 1390 - Roma, 18 de febrero de 1455) Pintor cuatrocentista italiano que supo combinar la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angélico por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1982.

Giorgio Vasari en su libro Vida de los mejores, pintores, escultores y arquitectos se refiere a él como Fra Giovanni Angelico, poseedor de un "raro y perfecto talento" y menciona que "nunca levantó el pincel sin decir una oración ni pintó el crucifijo sin que las lágrimas resbalaran por sus mejillas".

Biografía

Primeros años

Su nombre secular era Guido di Pietro da Mugello y nació en Vicchio (región de Toscana). En 1418 ingresó en un convento dominico en Fiesole y alrededor de 1425 se convirtió en fraile de la orden con el nombre de Giovanni da Fiesole. Aunque se desconoce quién fue su maestro, se cree que comenzó su carrera artística como iluminador de misales y otros libros religiosos. Después empezó a pintar retablos y tablas.

Entre las obras importantes de sus comienzos se cuentan la Madonna de la estrella (c. 1428-1433, San Marcos, Florencia) y Cristo en la gloria rodeado de santos y de ángeles (National Gallery, Londres), donde aparecen pintadas más de 250 figuras diferentes. También a ese periodo pertenecen dos obras tituladas La coronación de la Virgen (San Marcos y Museo del Louvre, París) y El juicio universal (San Marcos). La madurez de su estilo se aprecia por primera vez en la Madonna dei Linaioli (1433, San Marcos), en donde pinta una serie de doce ángeles tocando instrumentos musicales.

En 1436, los dominicos de Fiesole se trasladaron al convento de San Marcos de Florencia que acababa de ser reconstruido por Michelozzo. Fra Angélico, sirviéndose a veces de ayudantes, pintó numerosos frescos en el claustro, la sala capitular y las entradas a las veinte celdas de los frailes de los corredores superiores. Los más impresionantes son La crucifixión, Cristo peregrino y La transfiguración. El retablo que hizo para San Marcos (c. 1439) es una de las primeras representaciones de lo que se conoce como sacra conversación: la Virgen acompañada de ángeles y santos que parecen compartir un espacio común. Allí pintó una Anunciación.

La etapa romana

En 1445, Fra Angélico fue llamado a Roma por el papa Eugenio IV para pintar unos frescos en la capilla del Sacramento del Vaticano, hoy desaparecida. En 1447, pintó los frescos de la catedral de Orvieto junto con su discípulo Benozzo Gozzoli.

Sus últimas obras importantes, los frescos realizados en el Palacio Apostólico para decorar la Capilla Nicolina, representan episodios de las vidas de san Lorenzo y de san Esteban (1447-1449), y probablemente hayan sido pintados por ayudantes a partir de diseños del maestro. Desde 1449 hasta 1452, Fra Angélico fue el prior de su convento de Fiesole.

Murió en un convento dominico de Roma el 18 de febrero de 1455.

Su obra

Fra Angélico combinó la elegancia decorativa del gótico, en particular del gótico internacional de Gentile da Fabriano, con el estilo más realista de otros maestros del renacimiento como el pintor Masaccio y los escultores Ghiberti y Donatello, que trabajaban en Florencia, y aplicó también las teorías sobre la perspectiva de León Battista Alberti. Las expresiones de devoción en los rostros son muy logradas, así como la utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra.

Su maestría en la creación de figuras monumentales, en la representación del movimiento y en la capacidad para crear planos de profundidad a través de la perspectiva lineal, especialmente en los frescos realizados en Roma, lo confirman como uno de los pintores más importantes del primer Renacimiento.


Obra
Virgen de la Humildad, 1418

Virgen de la Humildad, 1419

Andrónico de Cirro (s. -1)



Andrónico de Cirro (s. -1) Arquitecto griego de Siria. Construyó en Atenas el monumento llamado Torre de los Vientos (se conserva buena parte), el cual, además de indicar los vientos. contenía un reloj hidráulico (horologium).

Presenta una forma octagonal, con figuras talladas en cada lado que representan los ocho vientos principales. En la antigüedad se hallaba en la cumbre una figura de bronce de Tritón, que poseía una vara en su mano que giraba con el viento y apuntaba en función del mismo. De aquí proviene la costumbre de colocar veletas en lo alto de las torres.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
            https://es.wikipedia.org/wiki/Andr%C3%B3nico_de_Cirro

Obra
Torre de los Vientos

El Horologion

Andrea del Sarto (1486-1530)

Autorretrato

Renacimiento. Cinquecento. Manierismo.

Andrea del Sarto,  (Florencia, 1486 – 1530) Pintor italiano, llamado también Andrea d'AganoloPintor italiano, n. en Florencia. Influido por Leonardo y Rafael, prodigioso dibujante y excelente colorista, su arte delicado representa la culminación del Renacimiento florentino; sus últimas obras insinúan ya el manierismo. Autor de los frescos sobre la vida de San Filippo Benizzi (iglesia de la Annunziata, Florencia, 151 O) y la Historia del Bautista (claustro florentino "degli Scalzi", 1512-26), así como de numerosas Madonas y retratos (Retrato de un escultor, Autorretrato).

Sucesor directo del arte florentino, no contaminado de romanismo, era discípulo de Piero di Cosimo, quien heredó, a su vez, de Botticelli y de Il Verrochio, las características de su estilo. Hijo de un sastre, Andrea d' Agnolo fue apodado por ello del Sarto. Empezó su carrera pintando los frescos del convento de los carmelitas y pintó después una infinidad de bellas imágenes de Madonas, de un tipo más florentino y delicado que las de Rafael.


⇦ Retrato de un hombre joven de Andrea del Sarto (Galería Nacional, Londres). Composición bañada por una luz mórbida, que revela un claro dominio de la técnica del "sfumato".



Sus colores cálidos, sin llegar al amaneramiento, tienen una gracia sentimental algo afeminada que a veces los hace deliciosos. Reproduce casi siempre un tipo de mujer sencilla, su propia esposa, que se llamaba Lucrecia, a la cual, por averla nel'animo impresa, se parecían casi todas las cabezas femeninas que el artista pintaba. La serie de Madonas de Andrea del Sarto permite seguir su evolución desde el desorden palpitante de la Anunciación (Galería Pitti), pintada en su juventud, hasta la dulce aristocracia de la célebre Madona de las Arpías (en los Uffizi), de 1517. 

Vasari, que fue su contemporáneo, se muestra muy difuso al explicar la vida de Andrea del Sarto. No obstante, se hace cargo de la valía de sus obras y relata, en los párrafos desordenados de su escrito, algunos datos biográficos interesantes. Según él, Andrea del Sarto hubiera sido el primer pintor de su época de no haber mostrado siempre cierta timidez de ánimo que le hizo mancar de grandeza e copiosita, a la maniera que la tuvieron otros pintores, es decir, Miguel Ángel y sus discípulos. También lamenta que Andrea no hubiese estado más tiempo en Roma, para miguelangelizarse.

Lucrecia di Fede de Andrea del Sarto (Museo del Prado, Madrid). Retratro que manifiesta no poco sobre la rica personalidad de la esposa del pintor, la cual le sirvió de inspiración de modo tan repetido que sus tipos femeninos denotan una extraña semejanza.

Para Vasari, Roma era (ya hacia mediados del siglo XVI), por sí sola, la mejor escuela de arte. Se si fusse fermo in Roma, egli avrebbe avanzato tutti gli artefice del tempo suo. Vasari nos informa también del viaje de Andrea del Sarto a Francia y de la acogida que le dispensó Francisco I, así como de la graciosa anécdota de su vuelta, por la nostalgia que le acometió al leer las cartas de su esposa, y de la alegre temporada que pasó en Florencia a su regreso hasta que agotó el dinero que le había dado el rey de Francia. La esposa de . Andrea del Sarto resulta un tipo muy moderno; parece una de esas compañeras de pintor, difíciles de contentar, dominando al marido por la colaboración que le procura como modelo. Así la vemos en los diversos retratos que el artista pintó de esta famosa Lucrecia di Fede.

Cierto es que la repetición del mismo tipo femenino, en todas las obras de Andrea del Sarto, se hace un poco monótona, pero, en cambio, el color es muy bello, los pliegues están suavemente combinados y la composición de los grupos es exquisita. Andrea del Sarto fue, realmente, el último gran artista florentino. Su vida transcurrió casi toda en Florencia y en Toscana, salvo su viaje a Francia. Al verle en Toscana trabajando en el convento de Valombrosa o en otros monasterios vecinos se nos antojaría un pintor cuatrocentista. Sus frescos de los conventos de Florencia constituyen aún grandes series que cautivan el ánimo; parece como si el viejo espíritu de los pintores al fresco florentinos, rejuvenecido, viviera aún en pleno siglo XVI. Después de Andrea del Sarta, Florencia se romaniza, y no queda ambiente, a fines del siglo, para un auténtico espíritu florentino. 

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

Obra


El castigo de los pecadores, 1510

Noli Me Tangere, 1510

Juan de Ancheta (1540-1588)

 


Ancheta o Anchieta, Juan de (Azpeitia, Guipúzcoa h. 1540-Pamplona, 30 de noviembre de 1588) Escultor renacentista español. De estilo monumentalista, sus figuras se caracterizan por su fuerte dramatismo. Formado en Florencia, recibió notoria influencia de Miguel Ángel. Colaboró en los retablos de Santa Clara de Briviesca (1565), del capítulo del monasterio de las Huelgas de Burgos (1576), de la seo de Jaca (1578) y de Aoiz (1580).

Nacido presumiblemente en 1533 en el barrio de Urrestilla, en Azpeitia, «en una pintoresca casa-torre tardogótica, situada en un alto, que ha sobrevivido al paso de los siglos». La familia llegó a emparentar, tras varias rivalidades, con los Loyola.

Se cree que se formó en Italia, porque su estilo delata influencias de importantes maestros italianos; pero no hay documentación que apoye tal estancia. Hacia 1565 Ancheta estaba en Valladolid, pero poco después ya debía de estar en Briviesca, presumiblemente ayudando a Gaspar Becerra en un retablo para la iglesia del convento de Santa Clara. El estilo de Ancheta delata la influencia del manierismo de Becerra, enriquecido con el clasicismo de la escultura que se hacía en Roma.

Ancheta había trabajado posiblemente con Becerra hacia 1558, en un retablo de la catedral de Santa María de Astorga. Siguió trabajando en el área de Valladolid y Burgos, y fue nombrado por Juan de Juni en su testamento como el único escultor capaz de terminar su retablo en Santa María de Mediavilla, en Medina de Rioseco. Finalmente, dicho retablo sería concluido por otro artista, Esteban Jordán. Regresó al País Vasco y se casó en su lugar de origen con Ana de Aguirre, hacia 1570. Pronto se trasladaron a Pamplona, pasaron por Aragón y se establecieron definitivamente en Pamplona.

En 1571 terminó las delicadas figuras del retablo de la capilla de los arcángeles de san Miguel, Gabriel y Rafael de la catedral zaragozana, mandada construir por el destacado financiero judeoconverso Gabriel Zaporta.​

Hacia 1575-78 Ancheta trabajó en la capilla de los Trinitarios de la catedral de Jaca; una figura de Dios Padre se inspira directamente en el Moisés de Miguel Ángel.

Antes de 1579 (probablemente hacía 1577), realiza para la catedral de Pamplona un magnífico cristo crucificado por encargo del Cabildo, a razón de 100 ducados.​ Esta obra se considera una de las mejores tallas de crucificado del siglo XVI, junto con el de Pompeyo Leoni de San Lorenzo del Escorial.5

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
            https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_de_Anchet

Galería
Vitoria, 1578

Asunción, Catedral de Burgos

Punto al Arte