El interés por el arte del
retrato durante el siglo XVII en los Países Bajos era enorme. No sólo los
retratos individuales sino también los colectivos. Entre los mejores pintores
del retrato de grupo del barroco holandés sobresale Frans Hals con su magnífica
obra el Banquete de oficiales de la
Compañía de la guardia cívica de San Jorge (Banket van de officíeren van de Sint Jorisdoelen).
Esta enorme composición la
resuelve con gran maestría, al distribuir las figuras de los oficiales en la
superficie del cuadro sin utilizar la tradicional alienación estática. Trata de
captar la psicología de cada uno de los personajes, pero sin perder su
funcionalidad en la escena colectiva.
Cada una de las figuras es
interpretada de manera autónoma, individual, destacando su personalidad a
través de su gesto y su mirada.
Parece más bien la instantánea de
una fiesta al ser colocados en el contexto de un banquete, todos ellos
repartidos en diferentes posturas, algunos charlando entre sí en animada
conversación y otros mirando al espectador. El peligro de composición monótoma
es superado por el artista al agrupar magistralmente a estos personajes en las
diferentes partes del cuadro, centrando el conjunto por medio de una pequeña
mesa y ventana de fondo por la cual se aprecia un bonito paisaje. Precisamente,
los objetos de la mesa parecen el muestrario de un auténtico bodegón.
La gama cromática, con un juego
de colores brillantes, se limita a blancos, rojos, dorados, platas y negros.
Aplica pinceladas de manera rápida, pero sin renunciar a los detalles. Los
efectos lumínicos y atmosféricos iluminan la escena.
Las guardias cívicas eran
agrupaciones propias de cada ciudad, un fenómeno de organización ciudadana que
se produjo en los Países Bajos desde el siglo XIII, y que contribuyeron a
mantener el orden en las ciudades. Normalmente estaban formadas por caballeros
y nobles de la ciudad. Y
la compañía de San Jorge de Haarlem era una de las más importantes. El pintor
había pertenecido a esta Compañía y conocía perfectamente a cada uno de sus
miembros los cuales,una vez finalizado el retrato se quedaron muy satisfechos
del resultado.
Es la obra más lograda del autor.
Merced a su éxito, Hals hizo que, desde entonces, y hasta 1664, dos años antes
de su muerte, ejecutase nuevos grandes retratos de grupo, lo que no logró
ningún pintor de su época.
En los años veinte, realizaría el
Banquete de los oficiales de la Compañía
de la guardia cívica de San Adrián y los Sargentos de la Compañía de la guardia cívica de San Jorge, ambas
fechadas en 1627.
Su producción pictórica fue
ignorada durante las dos centurias siguientes. A través de la técnica de la
pincelada, algunos críticos han considerado al genial retratista antecedente
del Impresionismo.
Este retrato de grupo, género
típicamente holandés, es un óleo sobre tabla, de 175 x 324 cm , conservado en el
Frans Hals Museum de Haarlem.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.