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Cubismo y movimiento

Se había dicho que los mismos cubistas habían querido sugerir el movimiento girando alrededor del objeto. Si efectivamente Gleizes y Jean Metzinger se preocuparon por ello, esta idea permaneció en ellos en el estadio de la pura teoría verbal. En cuanto a Picasso y a Braque, se ha visto ya que para ellos se trataba de fundir los aspectos más constitutivos del objeto en una imagen única ... e inmóvil. Fueron los futuristas los primeros en afirmar de modo resonante la naturaleza esencialmente dinámica del mundo moderno y en intentar la representación de objetos en movimiento.


⇦ Desnudo bajando una escalera, de Marcel Duchamp (Museo de Arte de Filadelfia). Valorado como uno de los cuadros más importantes del arte contemporáneo, este análisis del movimiento causó un gran impacto en su exhibición pública en Nueva York. De claras influencias cubistas y futuristas, Duchamp descompuso el cuerpo humano en volúmenes geométricos que lo integraban tanto en el espacio como en el movimiento que acompaña cada una de las posturas de su cuerpo bajando una escalera. Sería una de las últimas obras de Duchamp antes de retirarse definitivamente del mundo artístico para dedicarse exclusivamente a practicar el juego del ajedrez. 




Algunos cubistas no permanecieron indiferente desde luego ante los propósitos futuristas. Tal fue el caso, por ejemplo, de Roger de La Fresnaye, que experimentó su influencia en una obra como la segunda versión de La Artillería (1912, colección Samuel A. Marx, Chicago), y de Jacques Villon en sus Soldados en marcha de 1913 (colección Louis Carré, París). Sin embargo, el que estuvo más próximo a la estética futurista fue sin lugar a dudas el hermano de este último, Marcel Duchamp.

Adscrito al cubismo en 1911, Duchamp no se dedicó ni al estudio de los volúmenes ni al análisis de los objetos, sino que, sacando un nuevo partido a la multiplicación de los ángulos de visión y a la disociación de la forma y del color, se interesó sobre todo por el problema de las transparencias y por sus posibilidades plásticas, como en el Retrato de unos jugadores de ajedrez (1911, colección Arensberg, Museo de Arte de Filadelfia). Con el Joven triste en un tren (1911, colección Peggy Guggenheim, Venecia) y el Desnudo bajando una escalera (primera versión, 1911, colección Arensberg) abordó plenamente el problema de la expresión del movimiento; la segunda versión del Desnudo (1912, Museo de Arte de Filadelfia), más abstracta que la precedente, provocó, por otra parte, un escándalo sin precedentes en la célebre Armory Show de Nueva York, en 1913.


Le Passage de la Vierge a la Mariée, de Marcel Duchamp (Museum Of Modern Art, Nueva York). La intensa iluminación cromática del cuadro refleja el aura de misticismo que inspira esta escena de la transición de la Virgen María en una novia. El vuelo del vestido queda reflejado en la ampulosidad de las líneas rectas que se abren en el margen inferior del cuadro, confiriendo un movimiento de torsión al cuerpo representado. El gesto del brazo levantado produce la impresión de elevación del cuerpo, y la postura gacha de la cabeza inspira el estado de agotamiento y éxtasis de la figura. 

Verdaderamente, no intentaba representar el movimiento de un cuerpo, sino, según dijo él mismo, "representar las diversas posiciones estáticas de un cuerpo en movimiento". Tampoco materializaba el movimiento, sino que lo sugería a través de la representación abstracta de sus secuencias, sobrepasando con ello al futurismo, que, de hecho, continuaba siendo mucho más naturalista. Después, con sus Aparatos rotativos y sus Roto-relieves abandonó totalmente el campo de la pintura para introducir el movimiento "real" en la obra de arte, convirtiéndose en uno de los más fecundos iniciadores del actual arte cinético.


Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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