El autor enmarca las
figuras en una atmósfera dorada y apoyadas en una peana de flores. La acción
tiene un tono de violencia en la que el hombre parece imponer su fuerza
sosteniendo la cara de la amada, que no puede resistirse. Los ropajes del
hombre están adornados con elementos geométricos, mientras que los de la mujer
están decorados con figuras circulares.
(Osterreichische Galerie, Viena).
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.