Se ha denominado "los
pueblos del mar" a un conjunto de poblaciones que, siguiendo flujos
migratoríos, aparecieron en el Mediterráneo oriental durante el siglo XIII a.C.
Se les ha considerado, junto a otros factores, los causantes de la crisis
económica, política y social que asoló la costa oriental del Mediterráneo hacia
el 1200 a.C.
⇦ Embajadores
extranjeros ante la corte faraónica. Las figuras representan
probablemente dos fenicios por sus atuendos de gala, según este azulejo egipcio
procedente del palacio de Ramsés III. Durante su reinado, el imperio vivió no
sólo la época más cosmopolita, sino también una inmensa apertura internacional.
Muchos egipcios viajaban al extranjero por negocios, pero también se admiró más
lo foráneo por su exotismo y por la novedad. Sin embargo, los egipcios nunca
renunciaron a sus dioses ni a sus tradiciones populares, conservando siempre su
sistema político, social, cultural, económico y religioso centralizado en el
país.
⇨Templo
fenicio (Museo Arqueológico Nacional, Beirut). Este modelo de
terracota procedente del sur del Líbano muestra la típica estructura
arquitectónica del sancta-santorum fenicio, en cuya fachada se levantaría una
elevada puerta de piedra, madera o bronce que daría paso a un altar para el ídolo.
A ambos lados de la entrada se erigiría una columna del mismo material que la
puerta.
Hasta la guerra de Troya (siglo XIII a.C.), el mundo conocido
vivía en prosperidad económica y política. La zona helénica era gobernada por
los micénicos, Egipto era un estado asentado y poderoso, Troya era el punto
neurálgico de la costa occidental de Asia menor y el Imperio hitita dominaba
Anatolia. Sin embargo, a finales del siglo XIII a. C. todos estos imperios se
vinieron abajo por causas bastante confusas.
Los micénicos, que habían destruido Troya pocos años antes,
desaparecieron a causa de olas migratorias que propiciaron que la población se
dispersara, que se abandonaran los campos e, incluso, que se perdiera la
escritura. Asia Menor tampoco escapó de esta destrucción. Las zonas dominadas
por Ugarit y Tarso fueron arrasadas. El Imperio hitita se vio sumido en un caos
y su capital, Hattusa, fue destruida hasta los cimientos. Este imperio
anatólico nunca más se recuperó y desapareció para siempre de la historia.
Egipto fue atacado, sin embargo, a diferencia de las demás civilizaciones, pudo
resistir la invasión, pero jamás se recuperaría de los esfuerzos económicos y
humanos de las batallas contra los invasores.
⇦ Altar fenicio (Museo de Israel, Jerusalén). El objeto de culto representado en este modelo de terracota del siglo I a.C. serviría probablemente como altar para depositar un ídolo religioso o los despojos de sus sacrificios, cuya finalidad era la de aplacar o propiciar al dios. En la cultura fenicia los sacerdotes eran numerosos y tenían un peso especial en el desarrollo de la sociedad, conviviendo en un mismo templo junto a toda una red jerárquica de escribas, criados, auxiliares, administrativos y esclavos. En el Antiguo Testamento se describen degüellos o cremaciones de niños y crías de animales, pero se consideraba que el dolor de los primeros debía conmover más eficazmente a las divinidades.
Las únicas menciones contemporáneas de estos invasores son
las egipcias, pues fue este imperio el único que logró subsistir a la invasión.
Las dos fuentes principales que nos hablan de "los pueblos del mar"
son los relieves del templo funerario de Ramsés III en Medinet-Habu y el
llamado Papiro Harris, redactado durante el reinado de Ramsés IV. En ambos
textos se nos nombran las distintas etnias que configuraban estos pueblos: los peleset, los tjeker, los shekelesh,
los denyen, los weshesh, los shardana,
los teresh, los akawasha y los lukka.
Hacia 1285 a. C. tuvo lugar la batalla de Kadesh que enfrentó
al Imperio hitita y al egipcio, que, debido al poder de ambos contendientes, no
tuvo un ganador claro. Esto supuso que se estableciera un equilibrio entre
ambos mediado por la diplomacia. La estabilidad política de la zona se mantuvo
hasta que hacia el 1200 a.C. se iniciara la ola de destrucción y llegara hacia
el 1186 a.C. a Egipto.
Llegaron al delta del Nilo principalmente por tierra, por el
actual Israel, y por mar, de ahí que los relieves de Medinet-Habu se refieran a
ellos como "los pueblos que venían de las islas del mar". Cabe señalar
que el poder naval de estos navegantes debía ser enorme, pues su flota
impresionó sobremanera a los egipcios. Los relieves del templo de Ramsés III
muestran unos navíos superiores a los de los egipcios, cosa que hace suponer
que eran pueblos marineros y que debían provenir de la zona del Egeo, pues ni
siquiera se tenía tanto conocimiento naval en la zona helénica.
⇨ Betilo del Templo de los
Obeliscos
(Biblos, Beirut). Junto al templo de Reshef se erigen numerosos monolitos que
guardan relación simbólica con un significado erótico. Su culto supone una
idealización divina de la fertilización y de la unión entre el mundo de los
dioses y la realidad. Los obeliscos verticales de piedra fueron los iconos más
representativos por servir, además, de base para la escritura de los textos sagrados,
así como de recipientes de los fetiches de adoración.
Ha habido muchas hipótesis sobre la identidad de estos pueblos. Tradicionalmente se ha considerado que los peleset eran filisteos o palestinos, los tjeker eran los teucros, los shekelesh eran sículos (sicilianos), los denyen eran los dánaos, los weshesh eran los troyanos (de Wilusha, el nombre hitita de Troya), los shardana eran los cerdeños, los teresh eran los tartesos, los akawasha eran los aqueos y los lukka eran unos piratas que costeaban Chipre y Asia Menor.
Ha habido muchas hipótesis sobre la identidad de estos pueblos. Tradicionalmente se ha considerado que los peleset eran filisteos o palestinos, los tjeker eran los teucros, los shekelesh eran sículos (sicilianos), los denyen eran los dánaos, los weshesh eran los troyanos (de Wilusha, el nombre hitita de Troya), los shardana eran los cerdeños, los teresh eran los tartesos, los akawasha eran los aqueos y los lukka eran unos piratas que costeaban Chipre y Asia Menor.
Actualmente se tiende a suponer que los pueblos del mar eran las
gentes de Micenas y Troya, las cuales, debido al empobrecimiento de ambas
ciudades después de la guerra de Troya, abandonaron sus lugares de origen y se
lanzaron a la mar en busca de un lugar donde establecerse. Así, los nombres que
aparecen en los textos egipcios se referirían a las zonas en que éstos se
habrían establecido.
Sin embargo, parece extraño que Micenas cayera en tal pozo si
había ganado la guerra. Se cree que debido al esfuerzo se debilitó sobremanera,
cosa que propició que los dorios, un pueblo germánico centroeuropeo, se
aprovecharan y se establecieran en la península helénica, dando lugar 500 años
después al florecimiento de la Grecia Arcaica. De esta manera, los pueblos
micénicos (akawasha, denyen)
emigrarían hacia el este, donde se unirían a los troyanos (weshesh), y de ahí irían estableciéndose por Asia Menor hasta
llegar a Palestina y uniéndose a los filisteos (peleset), atacarían Egipto. Otro grupo de micénicos habría emigrado
por mar estableciéndose en Sicilia (shekelesh),
Cerdeña (shardana) y Chipre (tjeker). Desde las islas se habrían
unido con sus “hermanos” para luchar contra Egipto.
De todas maneras, es todavía hoy un misterio saber quiénes
fueron realmente “los pueblos del mar” y que sucedió realmente en torno el 1200
a.C., pero parece claro que estos pueblos aprovecharon la coyuntura debida a la
crisis generada por la guerra de Troya.
Fuente: THistoria del Arte. Editorial Salvat.