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Fuente de Marcel Duchamp


La famosa Fuente (Fountaine) es, seguramente, el más emblemático y controvertido de los ready-mades de Marcel Duchamp por el escándalo que originó al ser presentado en el Salón de los Independientes de Nueva York.

A partir de la década de 1910, Duchamp emprendió un nuevo camino que le situó como precursor del Dadaísmo, incluso antes de que el movimiento hallase su definición en el Manifiesto Dada (1918) de Tristan Tzara. Comienza a descon-textualizar objetos prefabricados dotándolos de una nueva significación. Ideó lo que él llamó los ready-mades o esculturas realizadas con objetos existentes y vulgares, que fueron una de las aportaciones más importantes al arte del siglo XX.

Duchamp se había limitado a escoger un utensilio corriente que al arrancarlo de su mundo cotidiano, de su ambiente de uso, lo coloca en uno de inutilidad, privándolo por completo de todo valor funcional. Entresaca los objetos de su contexto habitual y los sitúa en otros, es decir, los recontextualiza.

La Rueda de bicicleta, de 1913, se convirtió en su primer ready-made. En este caso, coge una simple rueda y la fija a un taburete de cocina, convirtiendo ambos objetos en obra de arte.

Pero su atrevimiento más espectacular fue cuando presentó en la primera exposición pública de la Sociedad de Artistas Independientes (Society of Independent Artists), que se inauguró el 9 de abril de 1917, un urinario de porcelana blanca colocado al revés con el título de Fuente. Era el máximo ejemplo de aquello que deseaba el artista francés: la desacralización del arte. Incluso renunció a su nombre adoptando el seudónimo de R. Mutt.

Esta agrupación artística se había constituido en Nueva York en el mes de diciembre de 1916 inspirándose en la homónima institución parisina, aunque sin jurado o comité de selección. No se otorgaban premios ni distinciones; todo el que quisiera pagar la cuota, los derechos reglamentarios de admisión, tenía derecho a exponer.

Esta primera muestra de los Independientes obtuvo un gran éxito; sin embargo, el urinario transformado en fuente, no figuró entre las obras expuestas. Los organizadores decidieron no exponer aquel objeto por considerarlo "indecente", lo cual provocó varias discusiones internas y la dimisión del mismo Marcel Duchamp, que formaba parte del comité directivo. En su alegato de protesta, el controvertido artista formuló al mismo tiempo la definición del ready-made: "Que el Sr. Mutt haya hecho con sus manos La fuente (nombre con que también se conoce El urinario) o no, carece de importancia. Él es quien la ha elegido. Ha tomado un artículo común de la vida de todos los días, lo ha colocado de modo que su significado útil desapareciera, ha creado un nuevo pensamiento para este objeto".

El artista dio al objeto un giro de noventa grados sugiriendo la imposibilidad de su empleo originario al presentar un urinario masculino que apoyaba sobre un pedestal horizontal la parte que habría estado enganchada a la pared. Lo colocó de forma diferente de cómo le correspondería por su función. Estaba claro que el asunto había sido una provocación.

El autor estaba convencido de la inutilidad de la pintura tradicional y de la necesidad de un arte basado en las ideas; por este motivo buscaba la sustitución de la obra de arte tradicional, "hecha a mano", por artículos ordinarios producidos en serie y hechos a máquina.

Con sus ready-mades niega el concepto tradicional de arte y se propone cuestionar el estatuto artístico, es decir, la belleza, al seleccionar utensilios del entorno más común. De esta forma plantea al espectador un interrogante, que en realidad no sabe exactamente qué pensar sobre algo semejante. En definitiva, da a entender que el único factor determinante de que un objeto tenga o no valor estético sea la misma percepción.

La obra original, de 60 cm de altura, se ha perdido y se conservan dos versiones la de Sydney Manis, de Nueva York, de 1951, y la de la Galería Schwarz, de Milán, de 1964.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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