Los pastores de la Arcadia (Les
bergers d'Arcadie) es una obra de Nicolas Poussin, el máximo exponente del
clasicismo francés, a pesar de que trabajó la mayor parte de su vida en Roma.
El pintor sitúa la escena en un
paraje melancólico: tres pastores de la bucólica Arcadia y una bella joven,
situados equilibradamente en el centro de la composición, encuentran entre la
vegetación una tumba en la que leen una inscripción. Poussin escenifica
concretamente el momento en que los pastores se entregan al desciframiento del
texto: Et in Arcadia ego, que se
podría traducir como "Yo, la muerte, también estoy (o he vivido) en
Arcadia". En el Paraíso, reino ideal de perfecta felicidad y belleza,
puede hallarse la muerte, y sobre ello reflexiona el grupo.
La Arcadia real es una región de
la Grecia Central a la que la lírica pastoral clásica había convertido en
símbolo de la vida alegre y despreocupada, la tierra del dios Pan. En cambio,
la Arcadia idílica nace en la poesía latina, y es la Arcadia de la isla de
Sicilia, escenario aparecido en los Idilios
de Teócrito.
Es un memento mori, un recordatorio sobre la vanidad de las cosas humanas
frente a la muerte. Se basa como en su pintura anterior, en un cuadro de
Guercino de 1616, quien parece ser el primero que trató el tema. El pintor
italiano representó a dos pastores que hallan una calavera de aspecto
terrorífico. En cambio, Poussin ha eliminado de forma deliberada la calavera de
esta composición, que es un elemento fundamental en su primera obra, realizada
posiblemente en 1630, y que actualmente se conserva en la Colección Devonshire,
en Chatsworth, Inglaterra.
Sin embargo, en esta pintura, se concentran
otras divergencias con respeto a las citadas más arriba. Aquí, el drama y la
sorpresa características de las anteriores ha desaparecido. Los personajes no
presentan el rostro de una aparición aterradora, sino más bien se encuentran
absortos en una tranquila y pensativa conversación. Uno de los pastores aparece
arrodillado como leyendo la inscripción. Otro parece discutirla con la única
figura femenina de la escena. Mientras que el tercero está inmerso en la
melancolía. En el cuadro del Louvre, Poussin ya no representa un dramático
encuentro con la Muerte. Más que hallar la muerte de manera directa, los
pastores descifran el epígrafe y meditan sobre él: la fugacidad de la felicidad
humana y la inevitabilidad de la muerte, que acecha en cualquier parte.
La calavera, símbolo convencional
de la Muerte personificada, no aparece, pero algunos investigadores la han
interpretado. Así Stefel, en el año 1975 afirmó que la calavera estaría marcada
por la sombra de la cabeza de uno de los pastores. Una lectura que contrasta
con la de Lévi-Strauss, para quien estaría representada por la figura femenina.
Por tanto, la alusión a lo efímero estaría presente en el cuadro, pero de
diferente manera.
La influencia de Tiziano en
cuanto al tratamiento del color es evidente en esta y otras obras del pintor
francés. Los pastores de la Arcadia, con una cronología incierta, pues algunos
la sitúan en 1638 y otros en 1650, aparecen mencionada en el año 1688 dentro de
las colecciones de Luis XIV.
Hacia 1638 debió realizar esta
segunda versión del tema Et in Arcadia ego, el célebre cuadro, un óleo sobre
lienzo, que en la actualidad se conserva en el Musée du Louvre.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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