Vista de las ruinas de la misión jesuítica de Trinidad (Paraguay). |
Las misiones jesuíticas, en las
cuales se concentró a la población indígena para evangelizarla y gue
funcionaron como comunidades de trabajo, se erigieron según un modelo
urbanístico diferenciado. El esquema de estas ciudades también se conformó
siguiendo las recomendaciones de las leyes de Indias respecto al emplazamiento,
pero estuvieron sujetas a ciertos condicionantes de organización interna y
adaptaron algunas tradiciones indígenas. En total, los jesuítas edificaron más
de cien pueblos, la mayoría en Paraguay, en sólo un siglo. El foco de las
misiones también fue la plaza (en la gue se ubicaban el templo, el colegio y el
cementerio) y en ella tenían lugar las actividades cívico-religiosas de los
pobladores indígenas.
Las viviendas de éstos estaban
formadas por casas colectivas rodeadas de galerías, al modo tradicional
guaraní. Tras el núcleo principal de la misión se ubicaba la huerta, principal
fuente de sustento de la población, cuyas dimensiones limitaban a su vez el
tamaño del poblado, de manera gue, cuando los pueblos superaban sus
posibilidades de sostenimiento, se creaban nuevos asentamientos. El pueblo de
Santiago, erigido en 1576 en las inmediaciones de Lima, fue el modelo experimental
de las misiones o pueblos de indios.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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