La cultura propiamente maya
cristalizó en el área central, región con grandes ríos, fuerte precipitación
pluvial, clima muy caluroso y vegetación selvática. Su población era sobre todo
de habla chontal, chol, mopán y chortí. Corresponde a las tierras bajas de
Guatemala, Belice, el extremo oeste de Honduras, parte de Tabasco, Chiapas,
Campeche y Quintana Roo.
Con elementos culturales
procedentes de civilizaciones más antiguas (olmeca, Monte Albán I), ya sea
directamente o a través de la costa del Pacífico y el altiplano guatemalteco,
los mayas del Petén, del valle del Motagua y de la cuenca del Usumacinta,
elaboraron una civilización más avanzada que aquéllas. Heredaron de ellas el
conocimiento del calendario ritual de 260 días, del calendario de 365 días
basado en el ciclo solar, probablemente el sistema llamado de la cuenta larga,
los numerales de puntos y barras, el sistema de numeración de base vigesimal,
el valor posicional de los números y quizás aún (pese a que no se haya
demostrado) la idea del cero, cuyo uso es indispensable en tal sistema. También
les llegó la costumbre de levantar estelas en que se glorifica a personajes
importantes.
Templos del Norte (Palenque, Chiapas). Al oeste de la antigua Palenque, en el punto donde se oculta el sol, se encuentran los lugares dedicados al culto de la muerte como la necrópolis y los templos de las 1 nscri pciones, del León y de la Calavera, y al norte, los dedicados a la vida y resurrección, como el Palacio, el templo del Juego de Pelota y el templo del Conde, edif1cios donde se vinculaba la muerte con el renacimiento siguiendo el trayecto del sol.
Aquellos conocimientos fueron
perfeccionados, logrando los mayas edificar un calendario complejo y de exacta
precisión, así como una escritura incipiente que revelan los monumentos más
antiguos de la región olmeca, de Monte Albán y de la costa del Pacífico. Con el
invento de la bóveda angular, pudieron construir edificios de gran solidez y
duración. Sus observaciones astronómicas fueron extraordinariamente asombrosas.
Durante los seis siglos del período clásico floreció en el área central una
brillante civilización, basada de manera fundamental en la agricultura -del
maíz, en primer lugar-, en que fueron diferenciándose las clases sociales.
Templo IX de Becan (Campeche, México). Las evidencias de la ocupación humana de Becan se remontan al año 600 a.C. y sirvió como capital de la región, centrando su actividad en los servicios públicos y como ciudad de rito. Llegó a su extrema decadencia a partir del año 1000 d.C., siendo totalmente abandonada en 1450. La estructura IX es probablemente el edificio : más alto del lugar, elevándose por encima de los 30 m del nivel del terreno.
En el transcurso del siglo IX de
nuestra era, grupos extranjeros, portadores de nuevas ideas y creencias,
probablemente de una cultura híbrida (maya-nahua), se infiltraron e incluso
parece que llegaron a imponerse en algunos centros del Petén. También se supone
que verdaderos levantamientos populares tuvieron lugar contra los propios
señores mayas o contra los invasores, con el resultado de que la vida cultural
fue apagándose en todos los centros ceremoniales del área central en menos de
un siglo. Dejaron de construirse templos y palacios, cesó la erección de
estelas y no se registró ya ninguna fecha. El paro de las actividades
culturales que monopolizaba el sacerdocio debió implicar la desaparición de
éste, pero la población campesina siguió viviendo en la región y ocupó los
edificios dedicados al culto y residencias señoriales. Numerosos núcleos vivían
todavía en la selva a la llegada de los españoles.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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