La amalgama de figuras de este cuadro no responde a una
ordenación anárquica, sino a un consciente interés por estructurar el espacio
utilizando la composición piramidal de las propias figuras representadas, manteniendo
casi en el centro del cuadro al pájaro azul que da título a la obra. Metzinger
reforzaba la sensación de indefensión de la inocencia apresando al pájaro entre
las manos de un hombre mientras otro personaje se abanica con burlesca sorna en
el margen izquierdo del cuadro, realzando el malestar moral de una sociedad
absurda que arrastraba cada vez más a los conciudadanos al odio hacia el
prójimo con total indiferencia.
(Museo Nacional de Arte Moderno, París)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.