Hopper, Edward (Nyack, Nueva York, 1882 - Nueva York, 1967 )Pintor estadounidense, de la tendencia realista. Desde muy pequeño expresa su interés y facilidad por el dibujo y atiende la Escuela de Ilustración por Correspondencia de Nueva York para luego transferirse a la Chase School, donde estudia pintura con el mismo William Merrit Chase y con los pintores realistas Robert Henry y Keneth Hayes Miller, desde 1900 hasta 1906. En los años siguientes realiza viajes de estudios a Europa; en París se siente influido por los impresionistas y, en general, muy atraído por la cultura francesa, sin embargo no se interesa por los movimientos más vanguardistas (Cubismo y Fauvismo); visita Londres, Amsterdam, Haarlem, Berlín y Bruselas. En 1907 vuelve a Nueva York donde desarrolla su carrera como pintor e ilustrador. En 1909 vuelve a París donde vive y trabaja durante cinco meses. Participa en el Armory Show de 1913 con el cuadro titulado Sailing.
Hacia 1915, sin poder mantenerse como pintor, comienza a realizar grabados, una técnica en la que será un auténtico maestro hacia 1923. En 1918 exhibe los grabados en La Sociedad de Grabadores de Chicago. Su primera exposición individual es en 1920 en el Whitney Studio Club de Nueva York. El éxito y las ventas le llegan en 1924 con la exposición de acuarelas en la Frank K. M. Rehm Gallery, y a partir de entonces se dedica exclusivamente a la pintura. Poco tiempo después se casa con la pintora Josephine Nivinson y desde entonces sus vidas discurren entre Nueva York y Nueva Inglaterra, con viajes ocasionales al Oeste y a Méjico. En 1929 es incluido en la exposición Paintings by Nineteen Living Americans en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Su primera retrospectiva tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1933, seguida por las de 1950 y 1964 en el Whitney Museum of American Art. En 1952 representó a su país en la Bienal de Venecia. Dejó de pintar en 1965 y murió el 15 de mayo de 1967 en su estudio de Nueva York, dejando mas de dos mil quinientas obras que su mujer donó al Museo Whitney de Nueva York.
A finales de los años veinte, Hopper ya era uno de las máximos representantes de la Escena Americana ...encontrando la poesía en los lugares comunes representados a vista de pájaro, Hopper pintaba paisajes urbanos o rurales, desolados, con edificios premodernos, habitados por personajes solitarios y aislados. A menudo mirando a través de una ventana, estos personajes , y sus entorno, evocan una visión cruda de la América moderna como una tierra de esperanzas frustradas, de alienación y nostalgia... (Hobbs). El mismo definió su trabajo: ...Mi intención en pintura es siempre, utilizando la naturaleza como medio, intentar proyectar en el lienzo mi más íntima reacción ante el tema en el momento que más me gusta; cuando los factores se unifican por mis intereses y prejucios. Cuando selecciono un tema y no otro, no sé exactamente por qué, a no ser porque los considere el mejor medio para plasmar una síntesis de mi experiencia interna... (Hopper).
Entre sus obras más conocidas se encuentran: Habitación en Brooklyn de 1932, donde representa una escena tradicional con una mujer cosiendo frente a una ventana a la que aporta un sentido absolutamente contemporáneo al volverla de espaldas al espectador y tratarla del mismo modo indiferenciado que al resto de los elementos del cuadro. Habitación en Nueva York de 1932, pone al espectador en una posición de voyeur que conoce aspectos íntimos de la vida de los personajes del cuadro, a quienes presenta con los rasgos de la cara borrados, convertidos en arquetipos, indicándonos que nuestra inmersión en su mundo no nos autoriza a entenderles como individuos. Su interés se centró muy a menudo en el análisis del ser humano solitario y alienado como en Habitación de Hotel de 1931, en donde también trata el tema de América en continuo tránsito, y en Trasnochadores de 1942, donde la luz fluorescente que ilumina la escena de tres personajes en torno a una barra de bar, crea un ambiente intimidante, alienado y deshumanizado en última instancia.
La Tate Modern reunió, en mayo de 2004, setenta obras de todas las épocas del artista en una gran exposición retrospectiva. Por otra parte, en mayo de 2005 su lienzo Chair car alcanzó la cifra récord de 10,7 millones euros, la cifra más alta alcanzada en una subasta por un cuadro del artista neoyorquino.