Sánchez Coello, Alonso (Benifairó de los Valles, Valencia, 1531 - Madrid, 8 de agosto de 1588) Pintor español. Nació en 1531 en el pueblecito de Benifayó, en el reino de Valencia. Se ha barajado la hipótesis de que seguramente su ascendencia materna fuese portuguesa; el caso es que sí que está demostrado que cuando tenía diez años se trasladó con sus padres a Portugal, donde se hallaba establecído su abuelo al servicio del rey don Juan III. Sus contactos con Antonio Moro posiblemente empezaron en 1550; y es seguro que se trasladó a Flandes, pero en 1555 trabajaba ya para la corte de Castilla, en Valladolid, y pasó después a Toledo, y finalmente a Madrid, siendo ya "pintor de cámara" del rey. Si como retratista aprendió de Moro, ejerció en él gran influencia el arte del Tiziano, algunas de cuyas obras consta que copió. Entre sus retratos de personajes de la familia real española destacan los del príncipe Carlos, el desventurado hijo de Felipe, y los de las princesas. Retrató a Isabel Clara Eugenia y a su hermana Catalina Micaela. No se conservan, en cambio, retratos de Felipe II hechos de su mano. Pero lo más probable es que sí hiciera varios retratos de este monarca; de este modo, según explica Pacheco, los hizo y seguramente debieron desaparecer en el incendio del Palacio del Pardo. Entre los que realizó fuera de la corte sobresale por su profunda simplicidad el del padre Sigüenza, que ostentaba el cargo de bibliotecario de El Escorial. Además de ser retratista cultivó la pintura religiosa. Su Martirio de San Sebastián, del Museo del Prado, data de 1582, año en que pintó cinco de los altares de El Escorial con un par de santos en cada uno. Las relaciones entre el monarca y el artista parecen haber sido muy cordiales. Felipe II visitaba su taller y se distraía viéndole pintar, y algunas veces le sorprendió comiendo con su mujer y sus hijos. Sánchez Coello murió en 1588 dejando una gran fortuna y varios discípulos.
Consta su formación en Flandes, junto a Antonio Moro, aunque en su obra ejerció gran influencia el arte de Tiziano. Prescindió del detallismo nórdico y consiguió una técnica más suelta, y aunque siguió durante mucho tiempo fiel a las fórmulas de Moro, dio a su pintura notas coloristas venecianas, haciéndola más luminosa y menos fría. Destacó sobre todo como retratista: Felipe II (1 575; Prado), Infante don Carlos (1579; Prado), Infanta Isabel Clara (1579; Prado), Infanta Catalina Micaela (Prado), Isabel de Valois (1560; Museo de Viena), etc., pero también realizó pintura religiosa: Desposorios de Santa Catalina (1578; Prado), San Sebastián (1582; Prado), etc
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