En 1957 Utzon ganó el concurso
para construir un nuevo edificio para la ópera en Sídney, Australia. Su
proyecto resultó un desafío, tanto desde el punto de vista de diseño como desde
el punto de vista técnico. Utzon tardó varios años en desarrollar los métodos
para construir las grandes bóvedas autoportantes del edificio. Estas bóvedas,
altas y con vértices, recuerdan las velas de los barcos, y constituyen símbolos
teniendo en cuenta que el edificio está situado junto al agua, en la entrada del
puerto de Sidney.
A la hora de presentar su
propuesta a la par que otros 233 diseños de arquitectos de 32 países lo notorio
fue que Utzon envió solamente un dibujo de la obra. Esto fue algo fuera de lo
que el concurso establecía, ya que debían de mandarse con el diseño medidas
exactas para que en caso de ganar inmediatamente empezar con la obra. Por la
belleza y extraordinaria forma la obra de Utzon gana dicho premio. Uno de los
jueces del concurso, Eero Saarinen, lo describió como un genio y fue uno de los
máximos defensores de esta elección. Pasaron muchos problemas de tipo
estructural ya que del punto de vista arquitectónico es sumamente bella, pero
desde el de la ingeniería planteó desafíos inéditos.
Utzon también tenía planes para
el diseño de los espacios interiores situados bajo las bóvedas. No obstante,
hubo un cambio de gobierno en el estado de Nueva Gales del Sur, al que
pertenece Sidney, y los pagos destinados al proyecto fueron paralizados. Utzon
tuvo que abandonar el país en 1966, dejando su obra inacabada. En los años
siguientes ya no volvió a Australia. El edificio de la ópera fue terminado
finalmente en 1973 siendo este proyecto continuado por su hijo también
arquitecto, y es uno de los edificios más emblemáticos del mundo.
Fuente: https://es.wikipedia.org
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