Dirección:
Place Georges Pompidou.
75004 París.
Tel.: (+33) 1 44 78 12 33.
Junto con el Musée du Louvre y el
Musée d'Orsay, el Pompidou es el otro gran centro del arte de la capital de
Francia. Y nunca mejor dicho, porque bajo la abreviatura popular del
"Pompidou" se aloja todo un conjunto de diversas manifestaciones culturales,
de entre las que destacan sobre todo la biblioteca y la parte museística.
De hecho, su impulsor fue el
presidente francés Georges Pompidou -de ahí el nombre-, quien en 1969 deseó
"ardientemente que París posea un centro cultural ( ... ) que sea a la vez
un museo y un centro de creación, donde las artes plásticas se codeen con la
música, el cine, los libros, la investigación audiovisual. .. ". La mentablemente,
este presidente no vio hecho realidad su sueño, pues el gran proyecto no se
acabaría hasta el año 1977, siendo su sucesor Valéry Giscard d'Estaing, quien
lo inauguró en 1977.
El resultado final provocó una
gran polémica, pues una parte importante del presupuesto del estado se había
destinado para la construcción de un complejo arquitectónico que muchos franceses
vieron con malos ojos en el momento de su inauguración y que, hoy en día, como
ya pasara en su momento con la Torre Eiffel, ha acabado siendo aceptado como un
elemento más de la configuración urbana de la ciudad.
Se consideró que había sido un auténtico
despilfarro invertir todo ese dinero público en un edificio que la gente
calificó de "verruga vanguardista", "trastero cultural",
"fábrica de gas", etc., aunque el que más fortuna tuvo fue el de
"refinería", que aún hoy se suele usar y ya no en un tono tan
despectivo.
De entre los más de 650
proyectos, la propuesta vencedora fue la hecha por los entonces jóvenes
arquitectos el italiano Renzo Piano y el británico Richard Rogers, que crearon
un edificio que actualmente se considera clave en el estudio de la arquitectura
del siglo XX. Su propuesta fue dejar al descubierto toda la estructura del
edificio, sin ningún ánimo de embellecerla o maquillarla: de ahí que las
escaleras mecánicas, las tuberías y otros elementos sean visibles desde el
exterior. E incluso lo quisieron remarcar al pintar los diferentes elementos de
vivos colores: el amarillo para la electricidad, el rojo para los ascensores,
el verde para el agua, el azul para el aire, el blanco para la estructura y el
gris para los pasajes.
En cuanto a su interior, aparte
de áreas dedicadas a la creación, a la videocreación o a la música, los dos
focos que atraen a los visitantes lo constituyen la biblioteca y el museo.
La Biblioteca Pública de
Información (BPI) es una de las bibliotecas más visitadas de París, debido en
gran parte a su libre acceso. En cambio, la parte de museo es el antiguo Musée
National d'Art Moderne, sin lugar a duda uno de los más importantes al recoger
obras fundamentales de las vanguardias clásicas de la primera mitad del siglo
XX, e incluso de la actualidad.
De hecho, consta de 35.000 obras,
de las cuales sólo se expone un 5%, de forma que van rotando sus fondos
mediante exposiciones temporales o cambios en la permanente -que, desde el año
2000 (y tras tres años de ampliación), siguiendo el ejemplo de las pioneras
Tate de Londres, se muestran no siguiendo un hilo cronológico sino temático.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
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