Punto al Arte: El protagonismo de la fotografía

El protagonismo de la fotografía

Parece que finalmente la fotografía ha dejado de ser la hermana pequeña de la pintura, y puede servir de muestra de tal afirmación el auge actual de las exposiciones de esta disciplina, así como su cotización en alza. No obstante, aún se usa con diferentes fines: muchos la han empleado para tener un testimonio de sus esculturas, instalaciones o performances si bien otros la han alternado como otro arte más que cultivar.

Quizás esta diversidad obedezca al hecho de que, definitivamente, la fotografía ha entrado en la era de la imagen digital, de forma que sus anteriores limitaciones óptico-químicas han sido desplazadas. Las nuevas cámaras digitales posibilitan que un mayor número de personas puedan tener un fácil acceso a una mejor captura y posterior tratamiento de sus fotos, perfeccionándolas y personalizándolas; lo que conlleva que el carácter de instantánea tradicional con que solía vincularse este lenguaje vaya perdiendo fuerza. Y esto se puede aplicar a cualquier nivel -amateur, profesional, etc.


Escultura de Andrés Serrano. Artista neoyorquino de origen cubano, controvertido y provocador, esta obra forma parte de su Christian Art Collection, que en su momento levantó feroces críticas por la forma de enfocar temas religiosos, pero que, al mismo tiempo, le proporcionó fama internacional. 


Sin título o Autorretrato de Marilyn Monroe de Cindy Sherman (Museo de Bellas Artes, Houston). Obra de 1982, que forma parte de su serie fotográfica Untitled Film Stills. Su obra es un corpus de representaciones, en las que el yo se ve como otro, desde fuera, como seres extraños a si mismos. 



Por consiguiente, en la fotografía actual los límites entre la baja y la alta cultura son progresivamente más costosos de ver; tendencia en ocasiones respaldada incluso por los propios fotógrafos, quienes mezclan lenguajes y recursos propios de la publicidad, la moda, el cine y del mundo del videoclip o del cómic. Es curioso, pero muchos de estos fotógrafos conciben sus obras en serie, a veces con cierta narratividad.

Finalmente, podemos agrupar los temas más típicos en tres bloques. Por una parte, temas metalingüísticos (naturaleza del lenguaje fotográfico o de representación); realidad actual, tratando un amplio espectro que va desde el mundo de la política, problemas sociales, ecología, etc. En última instancia, el que enlaza con cuestiones de género, identidad y apariencia, sobre todo con los nuevos modelos de sexualidad que, gracias a la tolerancia de estos tiempos, permite ser abordado con una mayor libertad.

Trixie en el catre de Nan Goldin. Esta fotógrafa estadounidense ha registrado con una crudeza brutal los mundos de la droga, los homosexuales y el SIDA (1980). 


lnsomnia de Jeff Wall (Kunsthalle, Hamburgo). El autor de esta obra, de 1994, es uno de los fotógrafos más inquietantes e influyentes del panorama artístico actual, producto de su amplio conocimiento de la historia del arte y de los fundamentos que la sustentan. En sus obras hay una preparación minuciosa de los escenarios y los actores, y las temáticas tratan de representar la sordidez y dureza de los ambientes urbanos, con un claro objetivo de denunciar la marginación, el racismo y la pobreza. 

Estados Unidos sigue siendo el país que proporciona más nombres. Entre ellos, sin duda Cindy Sherman es la figura más destacada, considerada como uno de los principales creadores del arte actual. Suele trabajar por series, como su magistral Untitled Film Stills (1977 -1980). Su producción de los últimos años ha ido acentuando sus rasgos más macabros y oscuros. En su obra acostumbra a aparecer una única figura -ella misma-, en diferentes caracterizaciones: personajes de las pinturas clásicas -en una postura claramente postmoderna-, sobre los estereotipos femeninos que todavía hoy perviven ...

Otros fotógrafos destacados son la neoconceptual Sherry Levine y Andrés Serrano, quien, en obras como Piss Christ (1987) consigue el objetivo de no dejar a nadie indiferente, utilizando de forma delicada sus fluidos corporales. Por otra parte, hallamos a Nan Goldin, cuya The Ballad of Sexual Dependency (1987) la ha proyectado a la fama, por retratar con sinceridad y cruda calidez todo un mundo marginal. John Coplans intenta desde 1984 ahondar en la representación de su propio cuerpo en su serie de Autorretratos. Joel-Peter Witkin, cuyas imágenes surreales y barrocas se recrean en temas macabros. Finalmente, Katherine Opie, principal referente para muchas fotógrafas lesbianas militantes; y David LaChapelle, quien de joven colaboró con Warhol y cuya producción oscila hoy en día entre el mundo de los famosos y la estética gay. De Canadá ha sobresalido sobre todo Jeff Wall.

In the name of the father de Damien Hirst, exhibición de 2006, Ciudad de México. Miembro y propulsor de los Young British Artists (YBAs), su polémica obra le ha situado a la cabeza de la escena mundial del arte contemporáneo. Entre sus temas preferidos figuran la exhibición de animales, a veces troceados, como se ve en esta instalación, centrada en una oveja crucificada y suspendida sobre formaldehído.


Something more 1 de Tracey Moffatt (Galería de Arte de Nueva Gales del Sur, Sydney). Obra de 1989 que forma parte de la serie de este nombre. La fotógrafa y cineasta australiana se apoya en el cine, la televisión y los videos para realizar sus creaciones, que la han colocado entre las artistas más importantes de su país. 

De Australia, la artista fotógrafa más destacada es Tracey Moffatt autora de series como Laudanum o Something more, donde plantea la situación de los aborígenes, con referentes cinematográficos y pictóricos, de forma melodramática y artificiosa.

El caso británico es particular, porque se ha de estudiar bajo el fenómeno de los YBAs (Young British Artists), también conocido como Britart, grupo de artistas reunidos en 1988 en tomo a la figura de Damien Hirst. Entre los fotógrafos, llaman la atención Tacita Dean, Gillian Wearing, Sarah Lucas o Sam Taylor-Wood, centrada esta última en el tema de la incomunicación o de la referencialidad a la historia del arte en sus fotografías de formato panorámico, como en Soliloquy I.

Andreas Gursky es quizás el principal fotógrafo de la llamada Nueva Escuela de Fotografía Alemana, influenciada por la tradición documental de su país, e interesado en mostrar la dialéctica individuo-civilización. Thomas Ruff es otro nombre a realzar.

Sacha and Mum de Gillian Wearing. También pertenece al fenómeno de los YBAs. La autora tiene un gran interés por encontrar a través del arte nuevas ideas sobre las personas, y en ese proceso, descubrir más sobre si misma. Estuvo influenciada por los documentales británicos de la década de 1970 y muchos de sus trabajos, como Sacha and Mum de 1997, poseen esa intención de descubrir nuevos detalles sobre el individuo y su comportamiento. 


The roaring forties: seven boards in seven days de Tacita Dean (Tate Modern, Londres). El autor pertenece al fenómeno de los YBAs, que alrededor de la figura de Damien Hirst, va desarrollando sus creaciones. Y aunque comenzó su obra como pintor, ahora trabaja con una variedad de medios. Su temática está entre la realidad y la ficción, en la evasión; es una búsqueda de algo que existe tanto en la imaginación como en la realidad. 

La Fotografía Buffa fue un fenómeno que vivió su máximo apogeo a mediados de la década de 1980 en los Países Bajos, por una serie de creadores -Rommert Boonstra, Teun Hocks- que escenificaban sus fotografías previamente a ser capturadas. Con todo -y sin ninguna relación con lo anterior-, el nombre más relevante es el de Rineke Dijkstra, cuya sutil austeridad no le impide ser una magnífica analista de la adolescencia actual.

Los nombres más alabados en el panorama francés son los de Sophie Calle, cuya obra se cuestiona los temas de la intimidad y de lo cotidiano como algo apasionante, sobre lo público y lo privado de los desconocidos, mezclando texto e imagen; y el tándem Pierre & Gilles, cuya estética abiertamente gay, basada en colores brillantes y purpurina, no hace más que abanderar de una forma desenfadada el kitsch como forma de estilo, lo que les ha permitido gozar de cierta popularidad.

Targets de Sophie Calle. Esta autora francesa se caracteriza por exponer fotografías de gran tamaño que van relacionando pequeños episodios de su vida cotidiana, convirtiéndolos en obras de arte. En ella el público juega un papel importante, pues la autora sortea los límites de la intimidad, de la identidad, convirtiendo al espectador en un auténtico voyeaur. Así, sus trabajos se centran en la naturaleza del deseo y en el juego del artista y el que observa.


Beercan penis de Sarah Lucas. Integrante del fenómeno de los YBAs, desarrolla su trabajo por medio de diferentes materiales. Tanto la fotografía, como las esculturas o las instalaciones le sirven para cuestionar los estereotipos sexuales y morales y sus representaciones, como lo plasma en esta obra de 2001. Su feminismo extremo le hace heredera de las Guerrilla girls, grupo de artistas que comenzaron su andadura en 1985 como respuesta a la discriminación de la mujer en el arte

De la península Ibérica, la portuguesa Helena Almeida plantea interesantes cuestiones en tomo a la representación, mezclando fotografía en blanco y negro con manchas cromáticas de pintura, mientras que de los españoles podemos mencionar a Ouka Leele, principal referente de la "movida" madrileña, con sus fotografías pintadas; Toni Catany, con sus diferentes series sobre naturalezas muertas, retratos y desnudos masculinos, bajo un estilo poético, gracias a un tratamiento fotográfico personal de viejas técnicas; Cherna Madoz, o cómo realizar una fotografía inteligente y bella, que sigue la senda metalingüística abierta por René Magritte; Caries Congost y su interés por el mundo de la cultura popular y de las relaciones personales en el primer mundo; Joan Fontcuberta y sus visiones nocturnas; y otros más, como Miguel Río Branco, García-Alix, etc.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

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