Chavín de Huantar muestra un
conjunto de edificios situados en la provincia de Ancash, en la confluencia de
los ríos Mosne y Wacheksa, a una altura de 3.177 m sobre el nivel del mar. Su
descubridor fue el arqueólogo peruano Julio C. Tello, quien durante las décadas
de 1910 y 1920 llevó a cabo numerosas investigaciones en la zona.
⇦ Cabeza calva (Chavín de Huantar, Perú). Enclavada en el muro del castillo de Chavín, junto a muchas otras cabezas antropomórficas, se halla este zócalo exterior de piedra labrada. Por sus exageradas dimensiones se descarta que tuviera una función meramente ornamental, siendo más plausible interpretarla como representación gigante de las fuerzas temidas, como gárgola amedrentadora. Las imágenes más usuales como símbolos protectivos de los templos son las del jaguar, el puma, el halcón y la serpiente.
En 1924 realizó los mayores descubrimientos, cuando halló numerosos restos de cerámica que presentaban claras características comunes, pues era de un tipo en el que dominaba el color negro, con piezas decoradas casi todas con incisiones y diseños en relieve. Era, por tanto, una cerámica muy parecida a la que se había encontrado en otras zonas, como en Ancón, por ejemplo, y en el valle de Chicama.
En 1924 realizó los mayores descubrimientos, cuando halló numerosos restos de cerámica que presentaban claras características comunes, pues era de un tipo en el que dominaba el color negro, con piezas decoradas casi todas con incisiones y diseños en relieve. Era, por tanto, una cerámica muy parecida a la que se había encontrado en otras zonas, como en Ancón, por ejemplo, y en el valle de Chicama.
Lanzón (Chavín de Huantar, Perú). Esta estela monolítica de más de cuatro metros se halla en una de las galerías del Templo Temprano. Su forma de puñal gigantesco y su punta atravesando el techo de la estancia hacen suponer que no fue labrado en el mismo lugar, sino colocado después. Sus tres caras tienen esculpido un dios antropomórfico con rostro de jaguar. Se exhibe una réplica en el Museo Nacional de Antropología de Lima.
Izquierda: Cabeza chavinoide (Museo Arqueológico, Lima). Las formas grotescas y algo caricaturescas del rostro recuerdan a algunas máscaras griegas. Los ojos saltones, la nariz prominente y las arrugas de las mejillas en una forzada sonrisa pueden ofrecer la imagen de un alienado o de un hombre en pleno trance. Derecha: Relieve chavinoide (Chavín de Huantar, Perú). Los artistas del gran centro ceremonial de Chavín de Huantar dominaron a la perfección el labrado de la piedra. Los relieves chavinoides se caracterizan por sus figuras estilizadas, comunmente inspiradas en la fauna y la flora andina, y su ejecución enérgica.
Por tanto, Tello llegó a la conclusión de que se encontraba ante las manifestaciones artísticas de una de las culturas más antiguas del Perú. Más adelante, se encontraron, en las múltiples excavaciones llevadas a cabo en el país, otros restos de cerámica de características muy similares que, lógicamente, fueron etiquetados como chavinoides. Pero ya en las décadas siguientes, entrada la segunda mitad del siglo XX, los numerosos restos de cerámica con tales rasgos probaron que este tipo de manifestaciones artísticas se había producido durante mucho tiempo y no se debía exclusivamente a la cultura chavinoide.
Izquierda: Cabeza chavinoide (Museo Arqueológico, Lima). Las formas grotescas y algo caricaturescas del rostro recuerdan a algunas máscaras griegas. Los ojos saltones, la nariz prominente y las arrugas de las mejillas en una forzada sonrisa pueden ofrecer la imagen de un alienado o de un hombre en pleno trance. Derecha: Relieve chavinoide (Chavín de Huantar, Perú). Los artistas del gran centro ceremonial de Chavín de Huantar dominaron a la perfección el labrado de la piedra. Los relieves chavinoides se caracterizan por sus figuras estilizadas, comunmente inspiradas en la fauna y la flora andina, y su ejecución enérgica.
Por tanto, Tello llegó a la conclusión de que se encontraba ante las manifestaciones artísticas de una de las culturas más antiguas del Perú. Más adelante, se encontraron, en las múltiples excavaciones llevadas a cabo en el país, otros restos de cerámica de características muy similares que, lógicamente, fueron etiquetados como chavinoides. Pero ya en las décadas siguientes, entrada la segunda mitad del siglo XX, los numerosos restos de cerámica con tales rasgos probaron que este tipo de manifestaciones artísticas se había producido durante mucho tiempo y no se debía exclusivamente a la cultura chavinoide.
La economía de la sociedad de
Chavín estaba basada en la agricultura y se tiene constancia de que habían
logrado un importante desarrollo en el cultivo de numerosos alimentos, como el
maíz, los frijoles, las calabazas… Menos verosímil parece la idea que cobró
fuerza durante los primeros años del siglo XX, cuando se llevaron a cabo las
primeras excavaciones en la zona, y que apuntaban la posibilidad de que la
cultura de Chavín no hubiera recibido, en sus inicios, influencia alguna por
parte de otros pueblos, por lo que, de ser cierta esta teoría, ya descartada,
sería la primera y esencial cultura del Perú. No se conoce con demasiada
exactitud el modo en que estaba estructurada la sociedad de Chavín, aunque sí
se sabe que el régimen imperante era teocrático y que el gobierno residía en
una elitista clase sacerdotal que regía los designios del pueblo.
Relieve chavinoide (Chavín de Huantar, Perú). Estas esculturas de piedra realizadas aproximadamente en el año 900 a.C. representan a varios personajes antropomórficos con una posible funcionalidad amedrentadora. Si bien la figura central muestra impúdicamente sus atributos masculinos mientras tuerce la boca con una grotesca mueca, los otros dos parecen caricaturas monstruosas de sonrisa inquietante, lo que sugiere que podría tratarse de dos seres semidivinos que custodian el alma de un difunto.
⇦ Doble vaso de cerámica (Museo Amano, Lima). De evidente estilo clásico chavín, esta vasija de terracota del siglo VIII a.C. es una buena muestra de la técnica artesanal de los alfareros de las primeras culturas andinas. La decoración y el pulido acabado de su superficie dan una excelente impresión del avance de esta antigua civilización.
Mucho mejor se conocen los
aspectos relacionados con los cultos funerarios chavinoides, pues se han
hallado numerosos vestigios que, entre otras cosas, muestran la relevancia de
algunos de los dioses que se adoraban en Chavín. Lógicamente, estos dioses eran
representados con figuras animales como felinos, una de las representaciones
más importantes en los enterramientos que se han hallado hasta la actualidad.
Así, en las representaciones de personas se observan cetros en los que aparecen
grandes colmillos de felinos, mientras que alrededor de la cintura se prefería
incluir cabezas de serpiente y garras de aves de rapiña.
Guerrero chavín (Cerro Sechín, Perú). Los relieves del centro ceremonial de la antigua ciudad de Sechín conformaban una serie que representaba en su conjunto una procesión de personajes humanos que partían de un pórtico de entrada hasta el del extremo opuesto, intercalados con despojos y extremidades del cuerpo como ofrendas para los dioses. La escena recreada produce un efecto muy logrado de hondo dramatismo.
⇨ Cántaro chavinoide (Museo Británico, Londres). Proveniente de Cupisnique, este recipiente de cerámica con asa central presenta una forma que imita las rugosidades de la calabaza. Datado en el año 211 d.C., servía como contenedor de líquidos y era muy habitual en el ámbito doméstico de las antiguas civilizaciones precolombinas.
En las excavaciones llevadas a cabo en Chavín, dominan el conjunto ceremonial dos grandes edificios, el mayor de los cuales es tradicionalmente llamado El Castillo. Tiene una estructura piramidal a base de plataformas superpuestas, alcanzando una altura de 15 m. El segundo, llamado Templo Temprano, es cronológicamente anterior y cobija la famosa escultura de El Lanzón. Delante de El Castillo hay una plaza hundida que es un recinto cuadrangular delimitado por muros de contención. Dos edificios secundarios flanquean esta plaza.
En las excavaciones llevadas a cabo en Chavín, dominan el conjunto ceremonial dos grandes edificios, el mayor de los cuales es tradicionalmente llamado El Castillo. Tiene una estructura piramidal a base de plataformas superpuestas, alcanzando una altura de 15 m. El segundo, llamado Templo Temprano, es cronológicamente anterior y cobija la famosa escultura de El Lanzón. Delante de El Castillo hay una plaza hundida que es un recinto cuadrangular delimitado por muros de contención. Dos edificios secundarios flanquean esta plaza.
La escultura de Chavín viene determinada por varias estelas, la principal de las cuales es El Lanzón, que se encuentra in situ. Es un monolito de 4,35 m de altura que tiene forma de lanza y que está enclavado en las galerías interiores del templo viejo. Representa una figura humana con caracteres felinos; su cabellera está formada por serpientes. Otra estela importante es la llamada Raimondi, en honor a su descubridor. Cronológicamente se la considera posterior a El Lanzón, pero iconográficamente es muy importante. Representa también una divinidad antropomorfa con caracteres felinos. Está de pie, en posición frontal, sosteniendo báculos en las manos. Un gran tocado de plumería la corona. La última gran pieza escultórica es el llamado Obelisco; en esta estela se han reunido representaciones antropomorfas, tales como felinos, cóndores y serpientes, con un tratamiento estético logrado mediante fuertes incisiones en la piedra. Pocas estelas precolombinas producen un impacto tan definitivo como estas tres de Chavín.
Las cabezas clavas, todas removidas de su sitio, excepto una, son tridimensionales y no planas como las estelas, pero mantienen ese carácter felínico típico de toda la cultura de Chavín. En su mayoría estas cabezas son antropomorfas.
⇦ Vasija con rostro de puma (Colección privada). Las decoraciones zoomórficas son típicas de la cultura Chavín, como demuestra esta cerámica del año 90 d.C. El jaguar y demás representaciones felinas son muy habituales entre las tribus de América del Sur. Los cazadores que sobrevivían a las heridas ocasionadas por los zarpazos de un jaguar eran ascendidos a la categoría de chamanes, y se les atribuía el poder de metamorfosearse en dicho animal.
Los templos de Chavín son grandes moles compactas de piedra cortada y barro, atravesadas por galerías interiores dispuestas a diferentes niveles. Exteriormente, El Castillo tiene un zócalo de piedra labrada y los muros muestran grandes cabezas de piedra introducidas mediante una espiga. Estas cabezas se denominan “cabezas clavas”. El acceso tiene una hermosa portada que consta de jambas de piedra y dos columnas cilindricas que flanquean el vano. Miden 2,30 m de altura por 90 cm de diámetro. Su decoración incisa muestra figuras aladas antropomorfas con pico de ave y colmillos.
Los templos de Chavín son grandes moles compactas de piedra cortada y barro, atravesadas por galerías interiores dispuestas a diferentes niveles. Exteriormente, El Castillo tiene un zócalo de piedra labrada y los muros muestran grandes cabezas de piedra introducidas mediante una espiga. Estas cabezas se denominan “cabezas clavas”. El acceso tiene una hermosa portada que consta de jambas de piedra y dos columnas cilindricas que flanquean el vano. Miden 2,30 m de altura por 90 cm de diámetro. Su decoración incisa muestra figuras aladas antropomorfas con pico de ave y colmillos.
Cerro Blanco es un montículo de unos 15 m de altura, formado por
adobes cónicos y piedras. Sobre la plataforma hay varios recintos decorados al
estilo chavinoide. Los relieves son de barro. Puncurí consiste en una plataforma hecha también de adobes cónicos.
Tiene una gran escultura de barro en forma de felino.
En el valle de Casma hay varios
centros comerciales, siendo el más importante el de Moxeque, que consiste en una pirámide de 30 m de altura; el
edificio principal tiene nichos que contienen esculturas policromadas de barro.
Los colores usados son rojo, azul, blanco, negro y verde esmeralda. Las
figuras, estilísticamente chavinoides, son antropomorfas.
Cerro Sechín es un conjunto ceremonial costero relacionado también
con Chavín. En este centro comercial se ve un muro formado por monolitos de
piedra decorados en una de sus caras con figuras incisas. Son representaciones
antropomorfas, muy realistas, que recuerdan el estilo de los relieves de Monte
Albán (México).
La cerámica de Chavín de Huantar
es de dos tipos: "las rocas"y"las ofrendas". La primera es
de aspecto rudo y tiene dos variedades; una incisa de color rojo y otra negra
más fina. Esta última, decorada con felinos y círculos. La cerámica
"ofrendas" es morfológicamente semejante, aunque con más variedad de
tipos, y tiene preferentemente un terminado negro o gris que recuerda la piedra.
Fuera del sitio de Chavín, la cerámica que mejor representa el estilo
chavinoide es la llamada de Cupisnique.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
Fue un prolífico investigador en astronomía, así como un divulgador de la ciencia que trató de educar al público sobre el universo y el valor del método científico. Nacido en Brooklyn, Nueva York, Sagan creció con un fuerte interés en los planetas, las estrellas y la ciencia ficción.
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