Realizada en
1938, esta famosa obra de
Moore, el escultor británico
más importante del
siglo xx, representa uno de
sus temas favoritos: la
figura humana. El arte de
Moore tiene elementos del
surrealismo, el expresionismo
y el cubismo sin que
pueda ser encuadrado en
ningún movimiento en
concreto, porque se vale
de todas estas corrientes
artísticas para elaborar un
estilo inconfundible.
(Tate Britain, Londres)
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.