Portal del púlpito de la catedral de Canterbury. |
La reedificación de la catedral de Canterbury fue una considerable ampliación del plan previsto en primera instancia aunque, por fortuna, se poseen abundantes datos, no solamente fidedignos, sino consignados con minuciosidad, que permiten hacer el seguimiento paso a paso, de este proceso.
Se trata, más que de una crónica, de una especie de diario de aquella gran empresa, redactado por el monje Gervasio. Por él se sabe que, hallándose aún perplejos el abad y los monjes de Canterbury acerca de si debían conservarse o demolerse las paredes de aquel edificio devastado por el fuego, un maestro francés llamado a consulta, Guillermo de Sens (el cual habla trabajado en la edificación de la catedral de la ciudad francesa de este nombre), contribuyó a imponer el criterio de que era preferible derribar los maltrechos restos dañados del edificio y construir de nuevo toda la parte incendiada a partir del espacio posterior al primer transepto del templo.
Hallándose ya avanzada aquella nueva obra y habiéndose proyectado incluso la parte de ella que aún se tardar la en edificar (como la capilla circular o Corona, donde se instalarla el sepulcro de Santo Tomás Becket, detrás del ábside), dicho maestro francés sufrió en 1178 una grave calda desde un andamio e, imposibilitado para seguir dirigiendo aquella tarea, regresó a su pals y hubo de ser sustituido por otro constructor, inglés, llamado también Guillermo.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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