Tras la desaparición de Alejandro
Magno, se llega al período helenístico,
denominado de este modo porque ya
no es posible hablar únicamente del
arte de Atenas, sino que hay que prestar
atención, además, a otras ciudades
-como Alejandría y Pérgamo-, que
pertenecen a las conquistas de Alejandro
y que se convertirán en importantes
centros artísticos, pues supieron
asimilar, y engrandecer, la cultura
griega que había exportado Alejandro
con su ímpetu conquistador.
Incensario de cerámica
(Mu- seo Greco-Romano, Alejan- dría). Reproducción con forma del gran faro que se alzaba en la isla de Faros, Alejandría. |
En esta época se demuestran más
que nunca las excepcionales condiciones
del pueblo griego para el arte; perdidas
la libertad y la fe en los antiguos dioses, los asuntos son cada vez más
humanos, y a pesar de la humildad del
contenido, hasta las cosas más insignificantes
y deformes resultan significadas
por acción de los artistas, sólo
por la manera estética de su realización.
Es aquélla, además, una época de
lujo, y es otro caso en que la decadencia
social y política favorece el arte.
Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.
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