La
catedral de Florencia (Cattedrale
di Firenze) comenzó a construirse en 1296 en estilo gótico. En principio
estuvo dedicada a Santa Reparada, pero con la nueva obra comenzada a principios
del siglo xv, se consagró a la Madre de Dios con el título de Santa María del
Fiore.
En 1418 se habían fijado unos pilares y un
tambor octogonales, aunque todavía no se determinaba el sistema técnico a
seguir en la construcción de la cúpula. La rivalidad entre las ciudades-estado
italianas impulsó una construcción que superara en tamaño y altura cualquier
otra de Italia. Filippo Brunelleschi propone entonces una cúpula inspirada por
la tradición gótica de abovedamiento en piedra y los principios de la
construcción romana.
El diseño reúne las virtudes de una cúpula
autoportante con la planta de una cúpula octogonal facetada. El domo está
construido en base a dos cascarones paralelos, lo cual contribuye a reducir su
peso total: la cúpula interior, realizada en ladrillo y piedra, se encuentra
reforzada por nervios y por costillas horizontales concéntricas; la interior,
protege al conjunto de las inclemencias del tiempo.
Ambas están unidas por bloques de piedra.
Sin embargo, el mayor mérito de la edificación radica en que la cúpula pudo
erigirse sin la necesidad de construir andamios desde la base de la iglesia -
lo que hubiera supuesto una cantidad de madera y un sistema constructivo
inabordable para la tecnología de la época-, de modo que las partes que se iban
concluyendo servían de apoyo para los andamios de los tramos superiores. Los
modillones que sobresalen en la base de la bóveda sirvieron para apoyar los
andamios durante la construcción. La cúpula es el elemento más importante de la
catedral.
Los ábsides de la fachada, en forma de medio
octógono, fueron construidos en 1421, y aumentaron considerablemente las
dimensiones de la planta cruciforme de la edificación gótica original. La
taracea de mármol blanco, rojo y verde en las bandas, junto con las cornisas,
otorgan un carácter horizontal al edificio, en contraste con la verticalidad de
la arquitectura gótica convencional.
El campanario o campanile, que se encuentra al lado de la catedral presenta los
mismos mármoles de color en la fachada. Había sido comenzado por el maestro Giotto en
1334, Andrea Pisano continuó la construcción y Francesco Talenti la concluyó en
1359. Tiene una planta cuadrada de 14 metros, en cuatro pisos, sin
contrafuertes de lado: el primero es un basamento bajo con relieves; sobre
éste, otro más ancho, con esculturas; el siguiente tiene ventanas partidas con
ajimeces; las ventanas del superior son más altas; y el último presenta un solo
ventanal de grandes dimensiones y la cornisa de remate. La torre alcanza una
altura de 82 metros.
La catedral está decorada con obras de
artistas como Uccello, Donatello,
Nanni di Bianco y Ghirlandaio. Tiene 155 metros de longitud máxima y 107 de
altura, y es, junto con las de San Pedro de Roma, San Pablo en Londres y la catedral
de Sevilla, una de las mayores del mundo. Constituye un ejemplo de la
transición entre el mundo gótico y el nuevo espíritu de investigación
científica y estética, confirmando a Italia como foco de un nuevo imperio
cultural.
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario.