Páginas

Artistas de la A a la Z

El mozarabismo

Al avanzar los cristianos al otro lado de la cordillera Cantábrica y trasladar su capital a León, se impuso otro estilo, cuyos curiosos monumentos no fueron reconocidos ni estudiados hasta el primer cuarto del siglo XX. Estos edificios son las iglesias mozárabes, de un arte diferente del de los monumentos asturianos, pero también de tradición visigoda. Con el nombre de mozárabes se designó a los cristianos españoles que se quedaron en tierra de moros y conservaron entre los mahometanos su lengua, su fe y sus tradiciones. Las iglesias que edificaron en Castilla y León tenían forma de basílica y estaban construidas con arcos de herradura. Este trazado de los arcos les da cierto aspecto islámico, y los mozárabes los emplearían en iglesias edificadas en los territorios sujetos a la dominación musulmana, donde vivían como cristianos, pues los mahometanos en un principio fueron tolerantes con ellos y les permitieron practicar su culto.

Pero en el siglo X los monjes de Córdoba, ciudad donde eran numerosos, tuvieron que emigrar, perseguidos a consecuencia de sus intemperancias antiislámicas. Refugiados en los reinos del Norte, construyeron iglesias de un nuevo tipo, que hoy son llamadas mozárabes. Son altas, blancas, a veces con dos filas de columnas que sostienen arcos de herradura sobre los que se apoyan las cubiertas de madera de las tres naves. Cuando están cerradas con bóveda, son menores y de una sola nave. Apenas poseen decoración escultórica, salvo en los capiteles que son del tipo corintio degenerado, en boga durante la época visigoda.

Iglesia de San Miguel de Lillo (Oviedo). A pocos metros de Santa María del Naranco se encuentra este templo del que por un corrimiento de tierra tan sólo se conserva el vestíbulo y el arranque de las tres naves de la primitiva planta, habiéndose derrumbado tres cuartas partes del original. Protegida por la UNESCO desde 1985, la cabecera ejerce actualmente las funciones de capilla. La técnica empleada en su construcción denota un gran avance en la arquitectura paleocristiana de la zona, ya que se separan las naves por columnas y no por pilares, descansando la bóveda de la nave central sobre un complejo sistema de fuerzas que provoca en su aspecto exterior un hábil y tenso juego de volúmenes. 
Puerta de San Miguel de Lillo (Oviedo). En el cuadro superior de una de las jambas de la entrada, sobre el relieve de una escena circense centrada en las figuras de un saltimbanqui acróbata y un domador de leones, se observa una representación escultórica inspirada en un díptico bizantino que originariamente perteneció al cónsul Areobindo. El estilo decorativo de la iglesia, tanto en puertas y capiteles, no oculta su influencia oriental y lombarda, evidenciado por los rasgos primitivistas y algo toscos de las figuras humanas.



Es difícil explicar por qué los monumentos asturianos y mozárabes, que derivan del estilo visigótico anterior a la invasión, tan unitario, sean tan diferentes de estructura y gusto. ¿Es posible que los monumentos mozárabes representen la tradición visigótica subsistente en la región andaluza, ya contaminada del genio del Islam? Cuando los monumentos mozárabes tienen bóveda en el ábside y en el crucero, son también de sección de arco de herradura. Pero en los monumentas mozárabes el arco de herradura es más peraltado que el visigodo; tiene ya la elevación de los arcos árabes. Si se prescinde de este detalle, los edificios mozárabes son muy diferentes de los que levantaron los musulmanes en España.

Iglesia de Santa Cristina de Lena (Pala de Lena). Olvidada por las crónicas medievales, esta pequeña iglesia sencilla y arquitectónicamente similar a la de Santa María del Naranco, carece de sillares y excesivos adornos, pero es una de las más sólidas de la ladera asturiana. Privilegiada con una hermosa vista del terreno, presenta unas proporciones clásicas y armónicas que se repetirán posteriormente en toda la arquitectura sacra del lugar. 
Muchas iglesias mozárabes pueden datarse a fines del siglo IX o del X. Las mejor conservadas son todavía las primeras que se descubrieron: San Cebrián de Mazote, Santa María de Melque, San Román de Hornija, Santa María de Bamba, San Millán de la Cogolla, San Miguel de Escalada, etc. Santa María de Melque (Toledo) fue construida bajo dominio musulmán. Tiene arcos de herradura y bóveda de cañón. Su planta es de cruz griega y su ábside, aunque exteriormente cuadrado, interiormente tiene planta en herradura. Las demás iglesias citadas fueron construidas por mozárabes emigrados a los reinos cristianos.

Entre las iglesias mozárabes del grupo castellanoleonés son particularmente notables San Cebrián de Mazote (Valladolid), de planta basilical de tres naves, separadas por dos hileras de arcos de herradura que sostienen una cubierta de madera a dos vertientes, y San Baudelio de Berlanga (Soria), de planta cuadrada cubierta por una bóveda esquifada cuyos arcos convergen en un pilar central. En el siglo XII esta bóveda fue decorada con unas famosas pinturas románicas, parte de las cuales se exhiben en el Museo del Prado.


Cruz de los Ángeles (Cámara Santa de la Catedral, Oviedo). El rey Alfonso II mandó grabar una amenazadora inscripción con la que maldecía a quien osara robarle la joya siendo fulminado por un rayo divino. Es la pieza de orfebrería asturiana más antigua que se conoce. Tiene forma de cruz griega con alma de madera de cerezo revestida con láminas de oro y engastes de piedras preciosas, y por su naturaleza legendaria se ha convertido en todo un símbolo de soberanía política.

 Cruz de la Victoria (Cámara Santa de la Catedral, Oviedo). Realizada por orden de Alfonso III en recuerdo de la cruz que se le apareció en el cielo al rey Don Pelayo durante la batalla de Covadonga . Envalentonado con el milagro, el caudillo abrió la marcha portando por estandarte el mismo símbolo cruzado que luego sería adoptado como escudo de la bandera asturiana. Compuesto por un alma de madera recubierta con láminas de oro, está tachonado con piedras preciosas formando tres hileras separadas por cordones de oro en cada brazo.



Otros fugitivos mozárabes emigraron a Cataluña, donde dejaron muestra de su paso en los capiteles de tipo califal que encontramos en el monasterio de Ripoll y en la cripta de la catedral de Vic. Construyeron en el siglo X diversas pequeñas iglesias de una nave con arcos triunfales de herradura (Santa María del Marquet Sant Julia de Boada) y parte de los dos grandiosos monasterios de Sant Miquel de Cuixá (Rosellón) con iglesia consagrada en 974, aunque modificada en el siglo XI, y de San Pedro de Roda (Girona) cuyo ábside de planta parabólica, girola y misteriosa cripta son probablemente mozárabes y ya estaban terminados en 958, aunque la iglesia no se consagrase hasta el 1022.

Iglesia de San Miguel de la Escalada, en Mansilla de las Mulas (León). Vista del atrio que refleja su estilo mozárabe, del siglo x, con la hilera de arcos de herradura. Su reconstrucción y conservación se debió a la emigración a territorio cristiano del abad Alfonso y sus monjes cordobeses. 
Especial interés en la historia del arte medieval tienen las miniaturas mozárabes que crearon una serie de temas y tipos iconográficos que, después, pasarán a la pintura románica. Estas miniaturas, en las que aparecen arcos de herradura, ya reflejaban una fuerte personalidad autónoma en la Biblia Hispalense, de la primera mitad del siglo X. Pero donde se producirán las obras maestras es en las ilustraciones de los Comentarios al Apocalipsis que escribió un monje del siglo IX llamado Beatus, del monasterio de Liébana, por cuya razón los manuscritos que forman esta prodigiosa serie son conocidos con el nombre de Beatus, por el nombre de su autor, quien compiló una serie de citas de dos padres africanos: Primario y Ticonio, y otras de un visigodo: Apringio de Beja, que habían comentado el Apocalipsis en los siglos V y VI; con este texto tan poco original, Beatus se proponía luchar contra la herejía del adopcionismo que sostenía un mozárabe ilustre: Elipando, obispo de Toledo.

Caja de las Ágatas (Cámara Santa de la Catedral, Oviedo). Similar al relicario de San Genadio, forrada con chapa de plata dorada y tallada con los símbolos de los evangelistas y el agnus dei, la arqueta de las ágatas presenta una estructura de arcos irregulares por los que sobresale la cubierta de ónice. En el centro de la tapa destaca una placa con esmaltes realizados en un taller carolingio con formas figurativas de animales marinos fantásticos y enorme pájaros entre las retorcidas ramas de un árbol. 
Un solo artista creó la extraordinaria serie de fantásticas composiciones, continuando la tradición y el estilo visigóticos del Pentateuco Ashburnham. El manuscrito más antiguo es del año 926 y tiene miniaturas abundantísimas y de gran carácter. Lo firma Magius. Actualmente lo conserva la Margan Library, de Nueva York. El mismo Magius inició el Beatus del monasterio de Távara, que fue continuado después de su muerte por su discípulo Emeterius con figuras de brillantísimo colorido y gran fuerza expresiva. Emeterius y una pintora llamada Eude o Ende firmaron el año 965 el Beatus de la catedral de Girona, uno de los más famosos por la fantasía desbordante de sus ilustraciones -muchas de ellas a toda página y hasta de doble- y por el apasionado expresionismo de sus figuras, unido a una cálida gama de colores: rojo, naranja, verde brillante y un hermoso amarillo limón. Las figuras de los Beatus contemplan el mundo con ojos tristes, como si desearan algo imposible, pero en todos los casos su fuerza es genial.

Mucho más tarde, al avanzar la Reconquista, los musulmanes que habían quedado en el territorio liberado produjeron con sus técnicas un estilo híbrido empleado para edificios cristianos y conocido con el nombre de mudéjar. Este nuevo estilo se originó por la colaboración de maestros cristianos, obreros y artistas musulmanes que no salieron del país a pesar de la Reconquista. Sus obras son construcciones magníficas de ladrillo y tapial, y a menudo con decoración de azulejos. No debe, pues, confundirse el estilo mudéjar con el estilo mozárabe. El mudéjar es el de los árabes que permanecieron en tierra de cristianos, el mozárabe es el de los cristianos que llegaban de tierras de musulmanes. Son dos estilos muy diferentes y separados por un intervalo de tres siglos.

Iglesia de San Baude!io de Berlanga (Soria). Caracterizado exteriormente por sus entradas laterales y por sus rasgos islámicos, soporta esta iglesia de principios del siglo XI una gruesa columna central de la que salen unos nervios en forma de hojas de palmera que configuran la bóveda sobre la que se apoya todo el trazado cuadrangular de la base. 
Para los judíos se construyeron, en estilo mudéjar, algunas sinagogas dignas de especial mención y que, andado el tiempo, fueron adaptadas al culto cristiano, como Santa María la Blanca y San Benito o iglesia del Tránsito de Nuestra Señora, ambas en Toledo y ejemplares destacados del arte islámico por su realización y por el carácter de su ornato.

Fuente: Historia del Arte. Editorial Salvat.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario.

Punto al Arte