Tras la II Guerra Mundial el autor abordó la
pintura de una depurada abstracción. Las líneas verticales (una o dos)
traspasan grandes superficies de un solo color, en lo que serían sus
composiciones más representativas. Con ellas divide en capos análogos las composiciones
rectangulares. De gran contenido místico, buscaba impactar y atrapar al
espectador.
(Museum of Mordern Art, Nueva York)
Fuente: Historia del Arte.
Editorial Salvat