Realizada en 1920 durante su período maquinista, esta
obra sirvió de base para algunos de los mecanismos desvencijados y apenas
funcionales de Jean Tinguely. En plena cumbre del movimiento dadaísta a finales
de la década de 1920, las composiciones mecánicas se reprodujeron tan
rápidamente como pasaron de moda, pero serían una fuente inagotable de
inspiración para posteriores artistas de finales del siglo XX que combinaban
formas de aparente organicidad con mecanismos industriales y tecnológicos,
criticando el imparable dominio de las máquinas sobre el ser humano como cenit
del progreso racionalista.
(Kunsthaus, Zurich)
Fuente: Historia del Arte. Editorial
Salvat
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